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Perú: Senace desaprueba modificación de Estudio de Impacto Ambiental en puerto de Paracas

Terminal Portuario Paracas. Foto: TPP

  • Tras una larga tramitación que inició en 2018, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) decidió rechazar el polémico proyecto de la empresa Terminal Portuario Paracas. 
  • La compañía pretende instalar, en el puerto ubicado en una importante área marina protegida del Perú, un almacén de concentrado de minerales y verter al mar los afluentes de una planta desalinizadora y otra de tratamiento de aguas residuales.

El lunes 27 por la tarde, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) desaprobó la Modificación al Estudio de Impacto Ambiental (MEIA), propuesta por la empresa Terminal Portuario Paracas S.A, que buscaba instalar un almacén de concentrado de minerales en el puerto que se encuentra en el área de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas, una de las áreas protegidas más emblemáticas del país.

Según la autoridad responsable de decidir este caso, la empresa a cargo del proyecto no pudo resolver dos observaciones realizadas por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y seis hechas por la Autoridad Nacional del Agua (ANA), cuyas evaluaciones deben ser obligatoriamente favorables al proyecto para que sea aprobado.

Desde la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) advierten, sin embargo, que la empresa podría apelar la decisión del Senace, por lo que aún no se ha dicho la última palabra sobre el proyecto que mantiene en vilo a una de las áreas protegidas más importantes del Perú.

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Las controversias del proyecto

 

El 12 de abril de 2018, la empresa Terminal Portuario de Paracas (TPP) presentó ante el Senace una propuesta para instalar en el puerto, ubicado en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas, un almacén de concentrados de mineral, cobre y zinc. Además, el proyecto incluía una planta para tratar las aguas residuales domésticas generadas en el puerto, y una planta desalinizadora para abastecer de agua las operaciones y reducir la presión sobre el acuífero que abastece a la población. Ambas arrojarían sus efluentes al mar por medio de un emisor submarino.

El proyecto levantó las alarmas de la población, de científicos y de conservacionistas quienes advirtieron que, de llevarse a cabo los planes de TPP, se pondría en riesgo una de las área protegidas más antiguas y biodiversas del Perú. “La posibilidad de vertimientos o filtraciones de dichos materiales en la Bahía de Paracas representa un enorme riesgo para la fauna que la reserva protege”, señaló la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).

Reserva Nacional Paracas. Foto: Michelle Carrere

En la Reserva Nacional Paracas hay unas 216 especies de aves que utilizan este lugar como zona de refugio, descanso, alimentación y nidificación. Algunas de ellas son el flamenco sudamericano (Phoenicopterus chilensis), la gaviota peruana (Larus belcheri), el pato cuervo (Phalacrocorax olivaceus), el piquero peruano (Sula variegata), el playero blanco (Calidris alba) o el playerito semipalmado (Calidris pusilla).

Además, en esta reserva habitan 36 especies de mamíferos, entre los cuales se encuentran los lobos marinos fino (Arctophoca australis) y chusco (Otaria flavescens), la nutria marina (Lontra felina); así como delfines como el nariz de botella (Tursiops truncatus), el común (Delphinus capensis) y el oscuro (Lagenorhynchus obscurus).

En febrero del 2019, el Senace rechazó el proyecto ya que 33 observaciones hechas por  distintos organismos evaluadores no fueron resueltas por la empresa. En respuesta, TPP apeló y el Senace declaró nulo su primer fallo al identificar imprecisiones en una de las sustentaciones que se usó para rechazar el proyecto. El 3 julio 2019, este organismo decidió que el proyecto tendría que volver a evaluarse y tras un año de espera, entregó su nuevo veredicto.

Reserva Nacional Paracas. Foto: Michelle Carrere

Esta vez, el rechazo se debe a que la empresa no pudo subsanar todas las observaciones hechas por el Sernanp y el ANA. Las evaluaciones de estos dos organismos son vinculantes, es decir, que sin una opinión técnica favorable por parte de ellos, el Senace no puede aprobar el proyecto.

Sin embargo, Daniel Olivares, miembro de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afro-Peruanos, Ambiente y Ecología del Congreso peruano, señaló a Mongabay Latam que la empresa logró resolver varias de las observaciones por lo que es probable que apele la decisión del Senace. Por lo mismo, Bruno Monteferri, director de Conservamos por Naturaleza y miembro del equipo de la SPDA advierte que “la gente que está celebrando tiene que tomarlo con mucha cautela porque esta es la primera instancia y la empresa va a apelar”. Carol Mora, directora de Política y Gobernanza Ambiental de SPDA precisa, por su parte, que “dependerá de TPP si se impugna ante presidencia de Senace o si lo hace ante el poder judicial”.

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Los riesgos no atendidos

 

De las 33 observaciones que se mantenían pendientes, 17 corresponden al Sernanp y de ellas TPP pudo resolver 15. Las dos que aún están sin subsanar fueron suficientes para que este organismo diera una opinión desfavorable al proyecto.

Según el Sernanp, cuando la empresa presentó por primera vez su propuesta, esta consideró que los impactos que generaría el ruido producido por el tránsito de vehículos de carga de minerales sería “irrelevante”. Sin embargo, el Sernanp advirtió que la empresa no había considerado el hecho de que el ruido sería de forma continua, en horario nocturno y cerca de un área biológicamente sensible por lo que perturbaría, necesariamente, a la fauna del lugar.

Miles de aves marinas se congregan en las islas guaneras del Perú en la Reserva Nacional Paracas. Foto: Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur

TPP reconsideró los hechos y cambió la calificación del impacto del ruido ambiental de leve a moderado. También reconoció que el lugar donde se generarían esos impactos es crítico, ya que son áreas de anidamiento del gaviotín peruano. Sin embargo, a pesar de ello, la empresa mantuvo la misma medida ambiental que había propuesto cuando calificó el impacto de leve.

“El titular no ha mejorado ni complementado las medidas de manejo ambiental por el cambio en la calificación del impacto del factor ruido ambiental de leve a moderado, por la actividad de movilización de vehículos de carga de concentrado de minerales desde y hacia el puerto”, señala el documento de evaluación del Sernanp.

Reserva Nacional Paracas. Foto: Alexa Vélez.
Reserva Nacional Paracas. Foto: Alexa Vélez.

Además, el organismo asegura que el titular sigue sin proponer estrategias de manejo ambiental para conservar especies que se encuentran En Peligro, según la categorización de especies amenazadas de fauna silvestre en Perú, como el cormorán de pata roja (Phalacrocorax gaimardii), el pelícano peruano (Pelecanus thagus), la nutria marina (Lontra felina), la tortuga verde (Chelonia mydas) o el potoyunco peruano (Pelecanoides gamotii).

El Sernanp advirtió también deficiencias en la propuesta de la empresa para monitorear las poblaciones de aves “debido a que no se precisan aspectos cruciales del monitoreo, tales como la cantidad de días de evaluación, la ubicación de los sitios a evaluar en función del estímulo del ruido y las zonas de anidamiento”, dice el documento. Además, el organismo señaló que, de acuerdo con la propuesta, solo serán evaluados dos nidos de gaviotín aún cuando la misma empresa identificó zonas conformadas por 60 nidos. En conclusión, “tampoco se justifica la representatividad de los nidos a evaluar”, dijo el Sernanp, así como no se explica por qué “la empresa considera realizar este monitoreo solo por 5 años cuando las operaciones del proyecto se ejecutarán a lo largo de 20 años”, agrega el organismo.

El piquero peruano o alcatraz chileno (Sula variegata) se encuentra en toda la costa peruana y chilena. Es una de las principales aves guaneras en Sudamérica. Fotos: Antonio Escalante.
El piquero peruano o alcatraz chileno (Sula variegata) se encuentra en toda la costa peruana y chilena. Es una de las principales aves guaneras en Sudamérica. Fotos: Antonio Escalante.

Por otra parte, de las 14 observaciones que TPP mantenía pendiente con el ANA, seis no fueron absueltas.

Todas esas observaciones están relacionadas con el método utilizado por la empresa para evaluar los efectos que tendría el vertimiento al mar de las aguas provenientes, tanto de la planta desalinizadora como de aquella destinada a tratar las aguas residuales.

Según el ANA “existen incongruencias” en los datos entregados por la empresa, lo que “no permite verificar el efecto del vertimiento en el cuerpo marino receptor”.

Científicos temen que las aguas arrojadas al mar, provenientes tanto de la planta de tratamiento de aguas residuales como de la desalinizadora, puedan generar impactos serios a la biodiversidad marina. La SPDA señala en un informe que la planta de agua potable, al desalinizar el agua de mar, “generará agua supersalina de, al menos, dos veces la salinidad normal del mar”, lo que muy probablemente produciría daños a la biota alrededor del emisor. Además, “las emisiones diarias por muchos años producirán impactos acumulativos, inclusive sobre la biota alejada del emisario”, agrega el documento.

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Otras observaciones sin resolver

 

La empresa tampoco pudo subsanar una observación realizada por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y dos de la Organización Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes), aunque estas opiniones no son vinculantes.

Según el Serfor, si bien la empresa describe los hábitats críticos para el geko de paracas (Phyllodactylus angustidigitus), el gaviotín peruano y la tortuga verde, “no presenta la descripción de los impactos ambientales sobre estos hábitats considerados críticos, así como su respectiva valoración, además de las estrategias ambientales para evitar el impacto o minimizarlo”.

Foto: Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur.

En conclusión, el Serfor reconoce que el proyecto “causa preocupación” y que “es un riesgo para la conservación de la fauna silvestre que alberga esta área”. Según describe, “la colisión de embarcaciones que ingresarían al Terminal Portuario con la comunidad de herpetofauna y la mastofauna marina, el derrame de concentrados de minerales durante el transporte y embarque, el atropellamiento de la fauna silvestre, el aplastamiento y muerte de especies animales de muy limitada capacidad de dispersión, si bien son considerados entre leves a moderados, son significativos en este sistema ecológico”, dice el documento.

Por último, Sanipes estimó que las partículas en suspensión, provocadas por las actividades del puerto, reducirán la transparencia del agua lo que impactará a las especies marinas, entre ellas a las conchas de abanico (Argopecten purpuratus) que representan una importante actividad económica en la zona.

Según explica el organismo, el crecimiento de la concha de abanico depende de la abundancia de fitoplancton. Sin embargo, agrega que, justamente, la falta de luz en el agua afecta especialmente al fitoplancton, ya que se reduce la fotosíntesis provocando, a su vez, una disminución de la concentración de oxígeno en el agua.

Foto: Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos-Grupo Aves Marinas de la Universidad Científica del Sur

Además,  Sanipes agrega que “la bahía de Paracas es una bahía semicerrada de poca profundidad y alta productividad y cualquier variación podría ocasionar una cambio en la densidad fitoplanctónica de la bahía”. Por ejemplo, podría aparecer mareas rojas y también podrían aumentar las concentraciones en las especies potencialmente tóxicas o foráneas, pudiendo impactar las conchas de abanico que se cultivan en el área, asegura el organismo.

Según Sanipes, el proyecto “no tiene considerado el impacto social y económico respecto a las consecuencias que podría afectar el fitoplancton en las concesiones de cultivo de conchas de abanico”.

La noticia del rechazo al proyecto, si bien fue recibida con alivio por quienes se oponen a él, mantiene en alerta a la población ya que, de hecho, las observaciones vinculadas al almacén de concentrado de minerales —el principal temor de paraquenses, científicos y conservacionistas— fueron resueltas por la empresa. “Desde la Comisión [de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afro-Peruanos, Ambiente y Ecología] estamos comprometidos y vamos a seguir atentos al proceso hasta el final”, señaló el congresista Olivares.

*Imagen principal: Terminal Portuario Paracas. Foto: TPP.

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