- Se completa una semana del incendio que se instaló en esta área protegida, que hace parte del complejo lagunar de la Ciénaga Grande de Santa Marta. Los incendios se han vuelto recurrentes en este lugar, desde 2013 se han presentado más de 80.
- Aunque no se conocen las causas del incendio, en esta zona se reúnen varias problemáticas: la caza ilegal de fauna silvestre, la pesca no permitida y la expectativa de expansión portuaria.
- El Vía Parque Isla de Salamanca ha sido declarado como sitio Ramsar, Reserva de la Biosfera y Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA).
ACTUALIZACIÓN:**
El sábado 15 de agosto se logró apagar el 100 % del incendio que afectaba al Vía Parque Isla de Salamanca. Se afectaron 135 hectáreas, de las cuales 16 fueron de manglar.
Debido a los constantes fuegos provocados en esta área protegida, el 18 de agosto el Senado de Colombia realizó un debate de control político. El senador Mauricio Gómez, citante del debate, le aseguró al ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, que “este gobierno ha sido negligente en controlar el daño en esta área protegida”. Gómez propuso militarización del área protegida pues los fuegos son provocados principalmente por: extracción de carbón, caza indiscriminada de animales silvestres y monocultivos.
Además, sugirió dotar de más equipos al cuerpo de bomberos de la zona, un incremento en la asignación presupuestal e implementar infraestructura para localización y detección temprana de fuegos.
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Los bosques de manglar, las ciénagas y las playas que se pueden ver desde la carretera de 44 kilómetros que conecta a las ciudades de Barranquilla, en el departamento de Atlántico, y Santa Marta, en el departamento de Magdalena, siguen opacados por una columna de humo proveniente de un gran incendio que está arrasando con la vegetación del Vía Parque Isla de Salamanca, un conjunto de islas que forman el delta estuarino del río Magdalena y que forman parte del complejo lagunar de la Ciénaga Grande de Santa Marta en el Caribe colombiano.
Desde el pasado viernes 7 de agosto el fuego se instaló en el sector conocido como La Lama – El Peluo, una zona de difícil acceso que ha complicado las labores de las 42 unidades de bomberos y brigadistas de Parques Nacionales Naturales que han hecho frente a la emergencia. “El trabajo es arduo porque toca remover toda la capa vegetal seca que está en el suelo para poder liquidarlo”, explica Patricia Saldaña, jefa del Vía Parque Isla de Salamanca. Además, indica que si bien es un solo foco, dentro de la misma zona del incendio se reactivan con frecuencia algunos puntos, pues es un lugar seco donde predominan las eneas y otros pastos. Esta vegetación, cuando no hay agua dulce, se seca y se convierte en un material que acelera y dinamiza el proceso de combustión.
Ocho días después del inicio del incendio, los brigadistas y bomberos, que diariamente recorren 12 kilómetros a través de terrenos pantanosos para poder llegar hasta el sitio, han logrado contenerlo en un 50 %. Eric Deulufeut, coordinador de la Brigada Forestal del Vía Parque Isla de Salamanca, explica que llegaron “a la cabeza del incendio, que es el punto hacia donde avanza el fuego y está determinado por la dirección del viento”. Los funcionarios están concentrados en evitar que las llamas pasen de la zona de pastizales y rastrojos hacia los bosques de manglar. Hasta el momento no se sabe con exactitud cuántas hectáreas se han afectado, pero la jefa del parque calcula que puede ser una cifra parecida a la que dejó el incendio de junio pasado, que duró 11 días y acabó con 102 hectáreas de vegetación.
“Las brisas en las noches no favorecen mucho para estas operaciones”, reconoce Margarita Rosa Velásquez Cantillo, comandante de los bomberos del municipio de Sitionuevo, en Magdalena. Los incendios forestales en esta zona del país cada vez son más recurrentes. De acuerdo con Parques Nacionales Naturales, desde 2013 se han reportado más de 80 en esta área protegida.
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¿Por qué los incendios?
El actual incendio comenzó justamente en el sitio donde terminó la conflagración de junio pasado, lo que hace sospechar —según la jefe del parque— que hay intenciones de afectar esta zona “y que pierda su valor ecológico”. Esta área protegida de 56 200 hectáreas, creada en 1964 y reconocida como Reserva de Biósfera por la Unesco, es la zona de bosque de manglar asociada a la desembocadura del río Magdalena, el principal afluente de Colombia. Allí, estos bosques aprovechan la materia orgánica que trae el río, consolidan los sedimentos y estabilizan las líneas de costa. Es la zona de transición entre tres mundos: el terrestre, el río y el mar.
“Los sedimentos del delta han formado una barra que es donde se ha desarrollado la Isla de Salamanca. Esto hace parte del delta completo del río Magdalena, que es lo que conocemos como la ecorregión de la Ciénaga Grande de Santa Marta, el primer humedal de importancia internacional que el Estado declaró ante la Convención Ramsar. Entonces, lo que pase en la Isla de Salamanca está profundamente relacionado con lo que suceda en el resto de la ecorregión”, explica la bióloga y doctora en Ecología, Sandra Vilardy, a Mongabay Latam.
Aunque las autoridades no han establecido las causas del incendio en el Vía Parque Isla de Salamanca, Patricia Saldaña, jefe de esta área protegida, reconoce que por esa zona transitan pescadores, cazadores y personas que extraen madera para hacer carbón de mangle. “No sabemos por qué los incendios se están presentando de manera reiterada y sistemática. (…) No sabemos la causa, pero sabemos que son provocados. En el área entran personas para hacer labores que no están permitidas en el parque”, expresa.
En este ecosistema siempre se han presentado tensiones muy fuertes. Una de ellas tiene que ver con los cazadores de especies silvestres como el chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris) y la tortuga hicotea (Trachemys callirostris), extraídos para comercializar su carne. Es un problema tan frecuente que la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), autoridad ambiental regional en la zona, ha advertido que los cazadores podrían estar detrás de los incendios. Sin embargo, ellos no son los únicos que tienen intereses en el área protegida.
La bióloga Sandra Vilardy asegura que la expansión portuaria ha estado muy ligada a los incendios. “No puedo decir que hay una relación causal, pero hay coincidencias geográficas y temporales con algunas épocas de altos incendios y procesos de expansión portuaria, como en 2014 y 2015”.
Vilardy cuenta que cuando declararon parque nacional a la Isla de Salamanca, en 1964, se estancó la idea de una expansión portuaria. Sin embargo, en 1998, se cambió la figura del área protegida, dándole el nombre de ‘Vía Parque’, una categoría que solo existe en Colombia y que sirvió de excusa para realizar una sustracción en el área protegida. Para la bióloga, eso fue un “invento” justificado en que la zona era atravesada por una carretera. “En una acción inconstitucional, el área que generaba tensión económica se la quitaron al parque. (…) Se sustrae la zona del borde sobre el río y la compensan agregando zona marina”, explica Vilardy.
Actualmente, explica la bióloga, se ha perdido buena parte de la conectividad hidrológica del margen del río con la ciénaga, tanto por la construcción de algunas áreas de expansión portuaria, como por los dragados que ha hecho Corpamag, con recursos del Instituto Nacional de Vías (Invías), en el caño Clarín Viejo, desconectándolo de su zona de inundación. “Hay una versión errada sobre el delta y es que no se debe inundar. Hacen dragados para evitar la inundación, cuando el bosque de manglar lo que necesita es inundarse”, expone.
Si bien el actual incendio parece no haber llegado aún a los bosques, Vilardy asegura que hay que estar muy pendientes de lo que ocurre en el lugar ya que si se quema el manglar, la frecuencia y probabilidad de incendios subterráneos es mayor. “Y corren muy rápido, por eso hay problema cuando los bosques no se inundan, necesitamos que se inunden para controlar los incendios”, comenta.
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Isla de Salamanca: un sujeto de derechos
Frenar las problemáticas que acorralan al Vía Parque Isla de Salamanca es tan urgente que el pasado 19 de junio la Corte Suprema de Justicia lo declaró sujeto de derechos y ordenó al Ministerio de Ambiente, a Parques Nacionales, a Corpamag, entre otros, formular un plan de acción estratégico para reducir la deforestación y la degradación de esta zona protegida. Tienen cinco meses para hacerlo.
La decisión fue adoptada, dice la Corte Suprema en la sentencia, por “la necesidad de proteger la zona en mención, en virtud de la amenaza de la fauna y flora producto de la deforestación que allí se viene presentando periódicamente” y porque “el ser humano no es superior a la naturaleza ni, por tanto, está legitimado para usarla indiscriminadamente como un objeto”.
Esto significa que la más alta instancia judicial del país ordena a las autoridades salvaguardar el parque. Un área protegida que sirve de hogar para 35 especies de reptiles como la boa (Boa constrictor constrictor), el caimán aguja (Crocodylus acutus), la iguana (Iguana iguana) y la tortuga hicotea (Trachemys callirostris). Además, cuenta con unas 33 especies de mamíferos como el manatí del Caribe (Trichechus manatus), el mono colorado (Alouatta seniculus seniculus), la nutria (Lutra longicaudis), el ocelote (Leopardus pardalis), la zorra manglera (Procyon lotor) y la zorra patona (Procyon cancrivorus proteus).
Y no solo esto, el Vía Parque Isla de Salamanca es un lugar de suma importancia para las aves migratorias, que ven en este sitio una especie de “aeropuerto internacional” en el que aterrizan para encontrar refugio y alimentos. Es el primer gran bosque de manglar que encuentran cuando entran a Sudamérica. Se han registrado 199 especies de aves, de las cuales dos son endémicas de la región Caribe y se encuentran amenazadas: el colibrí cienaguero (Lepidopyga lilliae) y el golofio (Molothrus bonariensis).
A pesar de que los incendios y la degradación de esta área protegida son preocupantes para la flora y fauna, estas no son las únicas afectadas. El humo y las cenizas cubren parte del norte de Barranquilla y disminuyen la calidad del aire debido al incremento de material particulado (2.5 y 10 PM) y de monóxido de carbono (CO). Usualmente, el follaje de este parque natural es el que permite que las brisas lleguen más limpias.
En un conversatorio sobre la situación de Isla de Salamanca, organizado por la Universidad del Norte de Barranquilla, Ricardo Cisneros, experto en salud ambiental y docente de la Universidad de California, explicó que una alta concentración de material particulado en el aire está asociado a enfermedades respiratorias (asma, bronquitis, neumonía), a fallos cardíacos, presión alta y bajo peso en bebés. Una situación que afecta principalmente a niños y adultos mayores, y que se agrava actualmente con la pandemia de la COVID-19.
Mientras se cumple el plazo para que las autoridades ambientales ejecuten el plan integral, esta semana la Alcaldía de Barranquilla anunció que presentará, ante el Ministerio de Ambiente, una estrategia para acabar con los incendios forestales. Se fundamenta en que —según la Alcaldía— “desde hace una década son recurrentes los efectos negativos por las quemas en el Vía Parque Isla de Salamanca, que ponen en riesgo la vida y la salud de los habitantes de la zona y de la ciudad de Barranquilla”.
Con el plan, el alcalde de la ciudad, Jaime Pumarejo, busca articular acciones, lograr un monitoreo constante y generar conciencia. Su idea es adquirir equipos tecnológicos que permitan aumentar la capacidad de respuesta ante estas situaciones, como drones que detectan calor, lanchas especializadas para combatir el fuego y una avioneta para apagar rápidamente los incendios.
“La Corte Suprema sabe que es una situación grave y crítica, no solo ambiental sino también de salud pública para Barranquilla”, expresa la bióloga Sandra Vilardy. Espera que se tomen acciones de fondo que puedan frenar esta degradación que amenaza uno de los ecosistemas costeros más importantes que tiene el país.
*Imagen principal: El gran temor de los expertos es que las llamas alcancen los bosques manglar. El incendio fue provocado. Foto: Parques Nacionales Naturales de Colombia.
**Esta nota fue actualizada el 18 de agosto de 2020.
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