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¿Hay algún caso de pesca ilegal por allí? Pregúntele a un albatros

  • Según un nuevo estudio, los albatros equipados con diminutos rastreadores que detectan radares pueden ayudar a identificar buques pesqueros que se han “ocultado” apagando su sistema de rastreo a bordo AIS.
  • Los hallazgos indican que se podrían usar las aves marinas para patrullar el océano en busca de buques que realicen sus actividades ilegalmente, para complementar así un conjunto de métodos de detección que está en crecimiento.

Hay muchas formas de esconderse en el océano abierto si se quiere pescar pasando desapercibido. Muchos barcos pesqueros hacen precisamente eso. Apagan sus sistemas de seguimiento público para enmascarar sus actividades en ubicaciones en las que se supone no deberían estar, como en áreas marinas protegidas o en las aguas de un país a las que no tienen autorizado el ingreso.

Sin embargo, a los investigadores se les ocurrió una nueva forma de supervisar a estos barcos: reclutando grandes albatros. Equipadas con diminutos rastreadores que detectan radares, las aves pueden ayudar a identificar a los buques pesqueros que se han “ocultado” apagando sus sistemas de identificación automática (AIS) a bordo. En un estudio piloto de seis meses, las aves detectaron barcos ilegales o no declarados tanto en zonas económicas exclusivas nacionales (ZEE) como en aguas internacionales, en una vasta extensión del océano, según informan los investigadores en un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

“Usar aves para monitorear los buques pesqueros tiene una elegancia maravillosa, en gran parte porque estos buques amenazan a algunas poblaciones de aves”, le comentó a Mongabay David Kroodsma, director de investigación de la plataforma de seguimiento de buques en línea Global Fishing Watch. “Es excelente observar el trabajo en equipo con la naturaleza”.

Un albatros errante (Diomedea exulans). Imagen de JJ Harrison a través de Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0).

A todos los barcos que pesan 300 toneladas brutas o más se les exige que lleven un AIS, el cual transmite información por satélite sobre la identidad del barco, su ubicación, dirección y velocidad a las estaciones costeras, a otros barcos y a los aviones. Sin embargo, las señales AIS pueden perderse. Esto puede ser no intencional, como cuando un barco atraviesa una región donde la recepción satelital es débil. O bien, es posible que la tripulación de un barco apague intencionalmente el sistema AIS para ocultar sus rastros.

Sin embargo, la mayoría de las tripulaciones de los buques dejan encendidos sus radares marinos. Las señales de los radares los ayudan a detectar otros barcos, a maniobrar para esquivar obstáculos y evitar colisiones. No obstante, estas señales son de poco alcance y solo se detectan a unas pocas millas o kilómetros de distancia, lo que mantiene a los buques “ocultos” en gran medida.

Ahí es donde entran los albatros. Estas grandes aves marinas se sienten atraídas por los barcos pesqueros, en especial por aquellos que tienen cebo y desperdicios a su disposición. Los investigadores especularon que es esta atracción la que puede convertir a las aves en buenos patrulleros del océano, o guardianes del océano.

Henri Weimerskirch, ornitólogo marino del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, y sus colegas probaron el concepto con albatros errantes (Diomedea exulans) y de Ámsterdam (Diomedea amsterdamensis). Entre noviembre de 2018 y mayo de 2019, pegaron con cinta adhesiva pequeños registradores de datos GPS que detectan radares —que habían desarrollado en el transcurso de tres años— en la parte posterior de 169 albatros de las islas Crozet, Kerguelen y Ámsterdan en el sur del océano Índico.

Un albatros de Ámsterdam (Diomedea amsterdamensis) en peligro, en vuelo. Imagen de Vincent Legendre a través de Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0).

En un estudio anterior, el equipo había demostrado que los registradores de datos GPS pueden captar las señales de los radares de los barcos y transmitirlas a los satélites cuando las aves están a una distancia de hasta cinco kilómetros (tres millas) de los buques. En el último estudio, el equipo amplió este trabajo para ver si las aves que llevan estos registradores podrían identificar buques pesqueros que no tuvieran una señal AIS detectable. Y los albatros lo lograron.

Durante el período de seis meses, las aves hicieron varios viajes al mar en busca de comida, con los que cubrieron un área de más de 47 millones de kilómetros cuadrados (18 millones de millas cuadradas) y detectaron señales de radar de 353 barcos distintos. Unos 100 barcos de estos no tenían señal AIS, lo que indica que podrían estar realizando sus actividades de forma ilegal. En aguas internacionales, el 37 % de los barcos no tenía señal AIS; en las ZEE de los países, cerca del 26 % de los barcos no tenían señal AIS. Ninguno de los buques que llevan a cabo sus actividades alrededor de las islas del Príncipe Eduardo en Sudáfrica, por ejemplo, tenía una señal AIS asociada.

“Al contrario de lo que creíamos, hay una gran proporción de barcos sin AIS en las ZEE y, por lo tanto, una gran proporción de barcos ilegales”, dijo Alexandre Corbeau, estudiante de doctorado en CNRS y coautor del estudio. “Fuera de las ZEE, sabíamos que habría una proporción superior de buques no declarados, pero esta es la primera vez que contamos con una estimación real que muestra la importancia de la pesca sin declarar en el sur del océano Índico”.

Todavía queda por confirmar la cantidad de buques pesqueros sin AIS del estudio que estaban operando en la ilegalidad.

Una de las limitaciones en cuanto a desplegar flotas de albatros espías es que la extensión del océano que las aves pueden patrullar se restringe al área en la que buscan su alimento y viven. También queda por ver la frecuencia con la que las aves patrullan la misma área.

“Cada ave solo puede ‘ver’ una zona que está a varias decenas de kilómetros en un momento dado, y el océano es miles de veces más extenso que eso, lo que significa que las aves solo pueden monitorear una pequeña parte del océano en un momento dado”, dijo Kroodsma. “Creo que eso significa que se obtendrán muchas capturas del lugar donde están los buques, pero no se podría hacer un seguimiento de cada uno de los buques y, probablemente, no se pueda hacer un seguimiento de muchos buques en el tiempo”.

Hay otras tecnologías que pueden monitorear la presencia de barcos ocultos. Estas incluyen los satélites equipados con sensores ópticos que pueden tomar imágenes de alta resolución los días de nubosidad baja, o con sensores de radar de apertura sintética (SAR) para los que las nubes no son un obstáculo. No obstante, estos también proporcionan solo capturas que se limitan a los momentos en que los satélites están encima o encendidos, dijo Kroodsma.

El valor de contar con una variedad de tecnologías, agregó, es la posibilidad de combinarlas para obtener un panorama completo de lo que los buques hacen en el océano.

Un albatros errante en la isla Prión, en el sur del océano Atlántico. Imagen de Andrew Shiva a través de Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0).

Los albatros marcados también pueden ayudar a localizar áreas donde las aves marinas interactúan con la industria pesquera. Esto es importante, dijeron los investigadores, porque 15 de 22 especies de albatros están en peligro, entre ellas las dos usadas en el estudio, y se calcula que cientos de miles de estas aves mueren ahogadas cada año al quedar atrapadas en los anzuelos con cebo de los equipos de pesca. El estudio halló ciertos patrones: solo el 10 % de las aves no encontraron un buque pesquero cuando buscaban alimento; era más probable que los albatros adultos volaran más cerca de los buques pesqueros que las aves jóvenes, y los albatros errantes se acercaban a los barcos pesqueros con más frecuencia que los albatros de Ámsterdam.

¿El uso de los registradores de datos podría poner en mayor riesgo a los albatros en peligro? Según los investigadores, es poco probable. Los registradores pesan entre 55 y 65 gramos (1.9 y 2.3 onzas), menos del 1 % del peso corporal de las aves. “Esto es mucho menos que el 3 % recomendado”, dijo Corbeau.

Además, es difícil ver los registradores a simple vista porque se colocan en la parte posterior del ave, con cinta adhesiva del color del plumaje, agregó. De modo que a los pescadores les costaría identificar las aves marcadas.

“Los dispositivos transmiten la información a 5 kilómetros [3 millas] del barco, mucho antes de que se vean las aves desde el barco”, dijo. “También debe observarse que, detrás de los barcos, hay cientos de aves de forma permanente y, por lo tanto, localizar un albatros equipado resulta muy difícil”.

Un polluelo de albatros errante en su nido, en la isla Posesión en el archipiélago de Crozet del sur del océano Índico. La IUCN lo incluye en su lista de especies vulnerables. Imagen de Alain Ricci a través de Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0).

Shreya Dasgupta es redactora científica independiente con sede en Bangalore, India. Sígala en Twitter @ShreyaDasgupta.

Referencias:

Weimerskirch, H., Collet, J., Corbeau, A., Pajot, A., Hoarau, F., Marteau, C., … Patrick, S. C. (2020). Ocean sentinel albatrosses locate illegal vessels and provide the first estimate of the extent of nondeclared fishing. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201915499. doi:10.1073/pnas.1915499117

Artículo original: https://news.mongabay.com/2020/01/any-illegal-fishing-going-on-around-here-ask-an-albatross/

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