- Especie fue encontrada en un relicto de bosque nublado montano de la llamada depresión de Huancabamba, un sector de la cordillera de los Andes con montañas de baja altura.
- Se trata de un lugar con bosques muy fragmentados debido a la presencia de agricultura, ganadería y tala selectiva.
La zona de la cordillera de los Andes, denominada depresión de Huancabamba, es un cruce entre la Amazonía y la Costa. Su extensión va desde el sur de Ecuador hasta el norte de Perú y alberga una biodiversidad que aún se está descubriendo.
El herpetólogo Pablo Venegas, curador de la colección científica de anfibios y reptiles del Centro de Ornitologia y Biodiversidad (CORBIDI), lo sabe bien, pues acaba de publicar un documento académico que da cuenta de una nueva especie de lagartija encontrada en esta zona geográfica.
Venegas recorrió este territorio de bosques montanos en el año 2006 para realizar un inventario de anfibios y reptiles y encontró nuevas especies para el Perú. “Hicimos estudios en el bosque de Cuyas, en Ayabaca y descubrimos nuevos registros para Perú, de especies que solo se conocían en Ecuador”.
El estudio científico Descripción y filogenia de una nueva especie de lagarto andino de la depresión de Huancabamba, de Omar Torres-Carvajal, Pablos Venegas y Pedro Sales Nunes, es el resultado de varios años de investigación para que este grupo de científicos describa a esta nueva lagartija llamada Culian del Huancabamba (Macropholidus montanuccii)
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Una lagartija en un bosque fragmentado
Cuando encontraron este reptil pensaron que se trataba de una especie ya conocida, apunta Venegas. Pasaron varios años —cuenta el científico— hasta que tuvo la oportunidad de comparar los individuos recolectados en Huancabamba con aquellos que estaban en el Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, ubicada en Quito.
Solo entonces, en el año 2014, Venegas y Torres Carvajal comprobaron que se trataba de una nueva especie que había sido colectada tanto en Ecuador como en Perú, en oportunidades diferentes, pero que hasta ese momento no había sido descrita. “En el camino que va desde Huancabamba hasta Ayabaca solo se ven parches de bosques, es una zona muy fragmentada. La minería y la deforestación por el crecimiento de la frontera agrícola crea estos sitios de bosques aislados”, comenta Venegas.
Esta lagartija es una especie abundante en la zona, menciona Venegas. La referencia a su presencia también está descrita en la publicación científica. “Era abundante entre las 8:00 y las 11:00 horas, tanto en condiciones soleadas como con cielo parcialmente nublado. Todos los individuos de Macropholidus montanuccii fueron recolectados durante el día, mientras se alimentaban en la hojarasca y entre la vegetación cerca al borde de los senderos”, se detalla en la investigación publicada en el South American Journal of Herpetology, el 22 de setiembre de 2020.
Venegas explica que se trata de una especie importante para la alimentación de otros animales. “Las aves rapaces de esta zona se alimentan de estas lagartijas y las serpientes que colectamos en esa zona tenían el estómago lleno de este animalito. Es un alimento importante en estos bosques fragmentados, pues algunas especies dependen mucho de ellas”.
Los lagartos Macropholidus —género al que pertenece esta nueva especie y que reúne a otras cuatro encontradas en la misma zona– son pequeños. Según la descripción del documento, miden menos de seis centímetros y las hembras son más grandes que los machos. Para la descripción de esta nueva especie se compararon datos sobre su morfología y patrones de color, además que se evaluaron secuencias de ADN.
La nueva lagartija está dedicada a Richard R. Montanucci, científico que realizó estudios profundos sobre las lagartijas en los Andes de Ecuador durante la década de 1970 y publicó uno de los trabajos más importantes sobre la evolución de estas especies en esta parte del mundo.
Alessandro Catenazzi, científico del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Internacional de Florida, menciona que existen “grupos de lagartijas en los que aún se puede descubrir nuevas especies. Uno de ellos es el Gymnophthalmidae, un grupo con muchas especies endémicas, sobre todo en la cordillera de los Andes, por lo cual aún no tenemos una idea clara sobre su diversidad”.
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Territorio propicio para los lagartos
Catenazzi señala que la depresión de Huancabamba es una región muy importante para la biodiversidad, debido a que en esta zona existe “un recambio en muchos grupos de plantas y animales y una interrupción en los rangos de distribución de especies y grupos altoandinos”.
“Quedan pocos bosques montanos de la vertiente del océano Pacífico y no han sido muy estudiados. La agricultura y la ganadería los ha puesto en riesgo de desaparecer, por tanto, estos descubrimientos son importantes para este lugar”, agrega Venegas.
Según la descripción que se hace en el documento científico, “la depresión de Huancabamba o desviación de Huancabamba ha sido reconocida desde hace mucho tiempo como una barrera biogeográfica importante para algunos organismos andinos, así como un corredor de migración para otros”.
Es un territorio ubicado entre Perú y Ecuador con montañas relativamente bajas, un sector de la cordillera andina que durante el Eoceno —era geológica que empezó hace 56 millones de años y se extendió por caso 20 millones de años— aún se encontraba al nivel del mar, cuando otras partes de los Andes ya se habían elevado.
“Es razonable pensar que el ascenso de los Andes a lo largo de la depresión de Huancabamba tuvo un gran impacto en la evolución y diversificación de los lagartos Macropholidus. Además de una barrera biogeográfica y un corredor migratorio, la depresión de Huancabamba ha actuado como un centro de origen y diversificación”, indica la publicación.
Paul Viñas, coordinador del Programa de Conservación de Noroeste en Perú, de Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), precisa que este territorio está dominado por el bosque nublado montano y ecosistemas de páramos. Sin embargo, refiere que entre el 60 % y 65 % del territorio está fragmentado.
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“La agricultura migratoria, la ampliación de la frontera agrícola, la ganadería intensiva, sumada a la tala selectiva han ocasionado esta fragmentación”, señala Viñas, quien recuerda que en la época en la que existían haciendas, antes de la reforma agraria, estos bosques eran considerados zonas de reserva de agua y lugares a los que se podía llevar al ganado cuando había sequía en las partes más bajas.
Sin embargo, menciona que, en el bosque de Cuyas, en la provincia de Ayabaca, donde se encontró esta lagartija, las familias que vivían en esas haciendas y ahora son parte de las comunidades campesinas han conservado estos bosques como sus reservas. Viñas explica que cada uno de los integrantes de las comunidades tiene asignado un sector del bosque, por tanto, depende de ellos conservarlo.
“Cuidan los manantiales, pues se dan cuenta que cada vez que talan los árboles cerca de estas vertientes de agua, la vegetación se seca. Saben que es importante evitar la tala y la transformación de la tierra”, señala Viñas.
El especialista de NCI menciona que en el año 2017 se creó el Área de Conservación Privada Bosques Nublados de Cuyas Cuchayo, que incluyó dentro del área protegida por lo menos el 45 % de los bosques que aún estaban en pie. Fue una iniciativa de la comunidad de Cuchayo que llevo varios años en concretarse.
“Naturaleza y Cultura Internacional realizó investigaciones en esa zona entre los años 2004 y 2013. Hubo un pequeño laboratorio natural. En ese momento se registraron 121 especies de aves como la pava barbada, que está en situación vulnerable, y el tapaculo, muy difícil de encontrar”, recuerda.
También se realizaron estudios sobre la diversidad de flora. Se registraron 65 especies arbóreas y 170 variedades de plantas, entre ellas 65 forestales y más de 20 helechos, además de orquídeas y una nueva mariposa para la ciencia que aún no ha sido descrita. “En esa época, Venegas encontró la lagartija que ahora ha sido descrita”, detalla Viñas, quien recuerda que el herpetólogo formo parte de las expediciones para estudiar la biodiversidad de esta zona.
En la ACP Bosque de Cuyas Cuchayo hay venados, tigrillos, armadillos, puerco espín, así como maderas de las que se obtienen tintes y plantas medicinales. “Si no hubiese sido por la decisión de la comunidad local, este bosque ya se habría perdido. Lo que aún se mantiene está entre 2500 a 2900 metros de altura”, dice Viñas.
Catenazzi considera que es muy importante promover la creación de áreas protegidas. “No tienen que ser grandes como los parques nacionales. Las áreas más pequeñas de conservación regional y local, las áreas privadas o las concesiones para la conservación pueden ser de gran ayuda para conservar especies endémicas”, asegura.
Imagen principal: Culian del Huancabamba. Foto: Pablo Venegas.
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