- En noviembre de 2017, el gobierno mexicano declaró al archipiélago de Revillagigedo como Parque Nacional y prohibió todo tipo de pesca en la zona, considerada un refugio para especies como mantas gigantes y tiburones.
- Esa prohibición no ha sido respetada. Por lo menos 17 embarcaciones con bandera mexicana y una de Estados Unidos —dedicada a la pesca deportiva— han realizado actividades sospechosas de pesca dentro del área natural protegida. Solo tres de esos barcos han sido denunciados.
Esta publicación forma parte del Especial Pesca ilegal: la gran amenaza a los santuarios marinos de Latinoamérica coordinado por Mongabay Latam en alianza con Ciper de Chile, Cuestión Pública de Colombia y El Universo de Ecuador.
Cuando comenzaba a caer la tarde del viernes 25 de enero de 2019, el buque pesquero Benito García entró al Parque Nacional Revillagigedo, la reserva marina más grande de América del Norte, ubicada en el Pacífico mexicano y en donde está prohibido pescar. La embarcación ingresó por la zona norte, bajó su velocidad y cuando se encontraba a 33 millas náuticas de la isla Roca Partida, se detuvo. Ahí permaneció, por lo menos, nueve horas. La madrugada del sábado dejó el área natural protegida.
Su salida solo fue por algunas horas.
La embarcación de bandera mexicana dedicada a la pesca de tiburón volvió a entrar al polígono del parque la tarde del sábado. Ese día se acercó aún más a Roca Partida, zona señalada por científicos como punto de concentración de tiburones, atunes y mantas gigantes. Ahí se instaló durante dos días.
Fue hasta las 22:00 horas del lunes 28 de enero de 2019 que el barco salió del parque, de acuerdo con datos del Sistema de Monitoreo Satelital de Embarcaciones Pesqueras (SISMEP) y reportes de ruta que Mongabay Latam obtuvo a través de solicitudes de información realizadas a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El buque Benito García no es el único que ha realizado actividades sospechosas de pesca dentro de las 14 808 780 hectáreas del Parque Nacional Revillagigedo, reserva marina considerada por investigadores como un lugar “excepcional” porque, entre otras cosas, alberga las mayores agregaciones de mantas gigantes y de tiburones.
Desde el 27 de noviembre de 2017, fecha en que el gobierno mexicano declaró a Revillagigedo como parque nacional, y prohibió todo tipo de pesca en sus aguas, al menos 18 embarcaciones han realizado actividades sospechosas de pesca.
Estas embarcaciones se identificaron al analizar los reportes de barcos que ingresaron a Revillagigedo —obtenidos a través de solicitudes de información—, así como los datos del SISMEP que la organización Oceana-México obtuvo desde 2018, gracias a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública. También se consultó la plataforma Global Fishing Watch, que permite visualizar los trayectos de aquellos barcos pesqueros que cuentan con el Sistema de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés).
Los buques que se identificaron disminuyeron su velocidad en forma considerable cuando se encontraban dentro del parque, cambiaron de trayectoria dentro del área y varios de ellos, incluso, permanecieron en un solo lugar durante varias horas.
Pescar dentro del Parque Nacional Revillagigedo no solo es un delito ambiental. Científicos que realizan investigaciones en el área coinciden en que esta actividad compromete la población y el futuro de especies marinas, como los tiburones, vitales para mantener el equilibrio ecológico del océano.
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Vulnerar un refugio
Si una característica tienen los archipiélagos es que son lugares donde la vida marina abunda. Son refugios naturales, sobre todo cuando se encuentran muy lejos de la costa. En México, el Archipiélago de Revillagigedo está a 540 kilómetros de Los Cabos, Baja California Sur, y a 890 kilómetros del puerto de Manzanillo, Colima. Las aguas que rodean sus cuatro islas —San Benedicto, Socorro, Roca Partida y Clarión— marcan la frontera del país en el Pacífico.
Este archipiélago es clave para la reproducción y conservación de especies como la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), tortugas marinas, tiburones como el martillo (Sphyrna lewini) o el puntas plateadas (Carcharhinus albimarginatus). En un solo buceo, aseguran científicos marinos, es posible mirar hasta cinco diferentes especies de tiburón; en otros lugares como Galápagos (Ecuador) o Isla del Coco (Costa Rica) normalmente se miran dos o tres especies, resalta el investigador James Ketchum, de la organización Pelagios Kakunjá. Además, es uno de los pocos sitios en donde se observa a la manta gigante (Mobula birostris).
Por su importancia biológica, el Archipiélago de Revillagigedo se declaró Reserva de la Biósfera en 1994 y la Unesco lo inscribió en la lista de Patrimonio Mundial Natural en 2016. Estas declaratorias no fueron suficientes para evitar la presencia de buques pesqueros en sus aguas.
En 2016, se registró la entrada de 60 barcos y para el 2017, la cifra se elevó a 123, de acuerdo con un análisis de los datos del Sistema Satelital de Monitoreo de Embarcaciones Pesqueras (VMS, por sus siglas en inglés), realizado por el doctor en ecología marina Fabio Favoretto, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Octavio Aburto, investigador del Instituto de Oceanografía Scripps, de la Universidad de California, Estados Unidos, y uno de los científicos que impulsaron la creación del Parque Nacional Revillagigedo, recuerda el por qué de esta iniciativa: “Cada vez se veían más barcos atuneros pescando alrededor de las islas, dentro del área núcleo de la Reserva; también era común mirar barcos de pesca deportiva sacando muchos animales”.
Hacer de Revillagigedo un lugar libre de pesca, para así garantizar su futuro como un lugar excepcional para la vida marina, fue lo que llevó a que el 27 de noviembre de 2017 se elevara su categoría de protección y se le declarara parque nacional.