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Estudio: menos de la mitad de los bosques húmedos del mundo cuenta con una integridad ecológica alta

  • Más del 93 % de los bosques tropicales de mejor calidad y menos alterados de la Tierra no tienen protección legal contra la destrucción, según un estudio publicado en Nature Ecology and Evolution.
  • Los bosques húmedos latifoliados tropicales y subtropicales cubren solo el 14 % de la superficie terrestre de la Tierra, pero mantienen al menos la mitad de las especies que existen y ofrecen servicios ecosistémicos clave, lo cual los hace cruciales para conseguir los objetivos climáticos y de conservación globales.

Solo una fracción diminuta de los bosques tropicales más prístinos del mundo cuenta con protección, según un estudio reciente publicado en Nature Ecology and Evolution.

Los bosques húmedos latifoliados tropicales y subtropicales cubren solo el 14 % de la superficie terrestre de la Tierra, pero mantienen al menos a la mitad de las especies del mundo y ofrecen servicios ecosistémicos importantes como el secuestro de carbono y la regulación del ciclo del agua. Esto hace que estos ecosistemas sean cruciales para alcanzar los objetivos mundiales climáticos y de conservación como el Acuerdo climático de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD).

Un bosque secundario en la Reserva de la Biosfera de Yangambi, República Democrática del Congo. Los bosques con alta integridad ecológica pueden ser bosques primarios o secundarios. En el análisis del estudio se describen como la prioridad más alta de protección. Imagen cortesía de CIFOR vía Flickr (CC-BY NC-ND).

Sin embargo, el estudio descubrió que solo el 47 % de los bosques tropicales que quedan en el mundo tienen una alta integridad ecológica —poseen árboles altos y cubiertas cerradas y la actividad humana ha sido limitada—, un área total de 1.9 millones de hectáreas. Estos bosques tienden a ser más antiguos con árboles más grandes y más capas de follaje que albergan niveles más altos de biodiversidad, ofrecen servicios ecosistémicos de alta calidad como el almacenamiento de carbono, y suelen ser más resistentes al cambio climático. Solo el 6,5 % de estos bosques de gran integridad ecológica están bajo algún tipo de protección legal.

“Los bosques altos con cubiertas cerradas y poca presión humana típica de las condiciones naturales comprenden la mitad de los bosques tropicales húmedos del mundo y están principalmente limitados a las cuencas de la Amazonía y el Congo”, dijo Andrew Hansen de la Universidad Estatal de Montana, quien dirigió el estudio. “La gran mayoría de estos bosques no cuentan con protección formal”, lo que los pone en “riesgo significativo”.

Para conseguir los resultados, Hansen y su equipo utilizaron datos de alta resolución recogidos por los satélites ICESat-2 y Landsat-7 y 8 de la NASA para estimar la altura del dosel, la cobertura arbórea y el tiempo desde que hubo alteraciones,  considerando en este cálculo la cantidad perdida de bosque entre 2000 y 2017. Después combinaron toda la información en un único indicador para evaluar la estructura de la cubierta forestal.

A continuación, los autores superpusieron datos de un índice de presión humana —teniendo en cuenta el tamaño de la población humana local, el uso de la tierra y las infraestructuras de transporte cercanas, como carreteras— para calcular una nueva dimensión: el Índice de Integridad Estructural del Bosque (FSII), que utilizaron para crear un mapa de la integridad ecológica de los bosques húmedos latifoliados en los trópicos.

“Lo mejor [del sistema de medición del estudio] es que es simple, directo, fácil de entender, tiene una cobertura pantropical y permite a los responsables de la toma de decisiones tener un surtido de estrategias de conservación para conservar o mejorar la calidad de los bosques que quedan”, dijo Lourens Poorter, profesor de ecología forestal tropical en la Universidad de Wageningen en Holanda, quien no participó en el estudio.

Sin embargo, Poorter expresó “gran preocupación” por el uso que hizo el equipo de la estructura del dosel como índice de degradación forestal, y dijo que las comparaciones a nivel de continente o de bioma “ignoran el papel del ambiente biofísico a la hora de dar forma a la estructura forestal, lo que sugiere que los cambios de la estructura forestal solo se deben a las alteraciones [humanas]”. Cuestionó que el FSII sea representativo del valor ecológico total de un bosque, y sugiere que podría ser un mal indicador para la riqueza de especies, la presencia de especies endémicas o el potencial de secuestro de carbono y otros servicios ecosistémicos. “Los bosques altos con poca presión humana no son necesariamente las áreas prioritarias a conservar”, dijo.

Los autores reconocen que algunos bosques de gran importancia para la conservación, como los bosques bajos de Borneo y Sumatra, están fuera de sus áreas prioritarias en este estudio. Los investigadores recomiendan que los responsables de hacer políticas y los gestores forestales utilicen el marco FSII en conjunto con análisis a nivel nacional para evitar restar prioridad a bosques en los que los esfuerzos de conservación específicos podrían ser más efectivos.

Los investigadores mapearon la distribución de integridad estructural alta (verde oscuro), condición estructural alta con mucha presión humana (verde claro), y condición estructural baja (marrón) en el bioma de bosque tropical húmedo. Imagen cortesía de Hansen, A.J., Burns, P., Ervin, J. et al. A policy-driven framework for conserving the best of Earth’s remaining moist tropical forests. Nat Ecol Evol (2020).

Un tercio de los bosques tropicales ya se ha perdido

A pesar de la importancia de los bosques tropicales húmedos para la biodiversidad, el almacenamiento de carbono y el ciclo del agua, el estudio descubrió que solo el 10 % de los bosques que quedan en este bioma están protegidos legalmente. Las actividades humanas han deforestado el 33 % del bioma y un 22 % más está degradado, mientras que un 13 % aún está en buenas condiciones estructurales pero amenazado por las actividades humanas.

El despeje de bosques entre 2013 y 2019 fue más lento en los bosques con un FSII alto, probablemente como resultado de su actual ubicación remota. Sin embargo, los planes propuestos para grandes vías férreas y carreteras en la Amazonía y el Congo expandirían el acceso a los bosques y los expondrían a una rápida deforestación y degradación, lo cual algunos expertos avisan que podría empujar a los bosques tropicales de la Amazonía hacia un punto de inflexión irreversible.

“Es muy importante que conservemos los bosques que quedan y facilitemos la restauración a través del rebrote natural de los bosques en áreas agrícolas abandonadas”, dijo Poorter. Los estudios como este “pueden agilizar [esta necesidad] y ponerla en la agenda política”.

Los árboles grandes y antiguos como este albergan muchas especies y almacenan una gran cantidad de carbono A.J. Hansen.

Establecer objetivos para 2050

Este año podría ser crucial para las políticas internacionales sobre biodiversidad, ya que se tendrá que evaluar el progreso global hacia los objetivos acordados internacionalmente para 2020 y empezar a definir los nuevos objetivos para la próxima década en adelante. En enero se publicó un borrador del Marco Mundial para la Biodiversidad post-2020 del CBD y se espera que el documento final, que definirá los objetivos para los próximos 10 años y objetivos a largo plazo para 2050, se firme en la Cumbre de Diversidad Biológica de la ONU, aplazada a 2021 a causa de la pandemia del coronavirus.

Los estudios recientes han mostrado al mundo una imagen cada vez más clara del estado actual de los sistemas naturales del planeta en 2020 y no es la mejor. Según la quinta edición del Global Biodiversity Outlook (visión de la biodiversidad global), el mundo no ha conseguido cumplir por completo ninguno de los 20 objetivos Aichi de la biodiversidad para 2020, establecidos por el CBD como parte del Plan Estratégico para la Biodiversidad en 2010. Esos fracasos subrayan la importancia de establecer objetivos futuros claros, medibles y efectivos.

Con las nuevas tecnologías de imágenes de satélite, “ahora existe el potencial de monitorear los tres elementos de integridad ecológica (estructura, función y composición) con observaciones de la Tierra”, dijo Hansen. Eso da a los gobiernos, ONG y organizaciones internacionales la información detallada necesaria para definir nuevos objetivos para la protección y restauración de los bosques teniendo en cuenta la estructura de la cubierta forestal. “Nuestro índice es uno de los pocos índices de integridad [forestal] disponible” para organizaciones como el CBD, dijo.

“Este estudio, elaborado por expertos eminentes, es muy valioso porque prioriza y evalúa la conservación forestal en los trópicos húmedos”, dijo Elizabeth Maruma Mrema, Secretaria Ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que no participó en la investigación. “Se alienta a los participantes de CBD a utilizar esta investigación cuando planeen y apliquen esfuerzos de conservación forestal en sus países, y también cuando ofrezcan su opinión para la formulación del Marco Mundial para la Biodiversidad Global post-2020”.

Los autores alaban a los héroes de conservación local que han aplicado estrategias de conservación a escalas más pequeñas, como este ganadero cuya familia ha protegido bosques primarios en Los Llanos del Río Orinoco en Colombia durante nueve generaciones. Imagen cortesía de A.J. Hansen.

Mantener y expandir las protecciones

El estudio da algunas recomendaciones para la conservación y urge a las naciones a “mantener protecciones, añadir nuevas protecciones, mitigar impactos humanos perjudiciales y restaurar la estructura forestal”, dijo Hansen. Estas sugerencias incluyen nuevas protecciones para el 41 % de la zona forestal restante, restauración activa en un 7 % y la reducción de las presiones humanas en el 19 % del bioma.

Hansen espera que las comunidades indígenas sean muy importantes como administradoras en la conservación de los bosques húmedos tropicales, pero la ausencia de mapas publicados de los territorios indígenas en muchos países hizo que el equipo no pudiera investigar este efecto en su análisis. “Mi experiencia en la Amazonía y la región del Chocó en Colombia es que algunos de los territorios más importantes con un alto FSII están en territorios gestionados por los indígenas”.

“Los países necesitan apoyo técnico y económico para poder cumplir con sus compromisos con el Convenio para la Diversidad Biológica” y “abordar los retos múltiples de la pérdida de biodiversidad, la degradación de los ecosistemas y atajar el cambio climático de manera holística”, dijo Mrema. “Esta [nueva] herramienta puede considerar múltiples factores para que se establezcan mejor los objetivos, y [saber] cómo y dónde aplicar acciones de conservación y restauración para obtener los beneficios múltiples máximos, para las personas, para el clima y para la biodiversidad”.

Referencias:

Hansen, A.J., Burns, P., Ervin, J. et al. A policy-driven framework for conserving the best of Earth’s remaining moist tropical forestsNat Ecol Evol (2020). DOI: 10.1038/s41559-020-1274-7

Imagen principal: Un bosque en el Parque Nacional Gunung Halimun-Salak en Indonesia. Los bosques estructuralmente complejos, con una mezcla de grandes árboles del dosel, árboles más pequeños y sotobosque albergan niveles elevados de biodiversidad y pueden absorber cantidades importantes de dióxido de carbono de la atmósfera. Imagen cortesía de CIFOR a través de Flickr (CC-BY NC-ND 2.0).

Artículo original: https://news.mongabay.com/2020/09/less-than-half-of-worlds-humid-tropical-forests-have-high-ecological-integrity-study/

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