Las casi 400 hectáreas deforestadas serían producto del cultivo ilegal de hoja de coca por parte de grupos armados y narcoparamilitares. Los esfuerzos de la guardia indígena por cuidar su territorio son enormes pero no son suficientes para frenar la pérdida de bosque.Según la plataforma Global Forest Watch, entre enero y octubre del 2020 se registraron 4157 alertas de deforestación en ambas comunidades siona. Solo en la comunidad Buenavista, ubicada en Colombia, se concentran 4027 de estas alertas. *Este artículo es una colaboración periodística entre Mongabay Latam y GK de Ecuador. La vida de los siona se divide en dos. El río Putumayo separa a las comunidades de Buenavista en Colombia y Wisuyá en Ecuador. La línea que las divide no es más que un límite imaginario. Aunque solo los separa un río, estudian, cazan y viven en ambos lados. Pero el parentesco, la educación y otras actividades no es lo único que los une, también se enfrentan a los mismos problemas: la deforestación, las amenazas de los grupos armados y, lo que es peor, el riesgo de desaparecer. Los siona son una nacionalidad binacional: están en la provincia de Sucumbíos en el noreste del Ecuador y en el departamento de Putumayo en el sureste de Colombia. Son una de las 14 nacionalidades indígenas en el Ecuador y uno de los más de 100 pueblos indígenas en Colombia. La cuarentena no ha hecho más que empeorar los problemas que ya tenían antes de la pandemia del Covid-19. Andrés, un siona que prefiere no revelar su identidad y que cuando habla de los siona no quiere hacer distinciones de los que están en Colombia y los que están en Ecuador, dice que “la pandemia ha puesto en cuarentena a todas las personas del mundo, pero prácticamente no ha puesto en cuarentena a algunas actividades extractivas en los territorios”.