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¿Cómo es la nueva serpiente ‘ojo de gato’ descubierta en Ecuador?

Vista general de Leptodeira misinawui sp. nov. Foto: E. Celi.

Vista general de Leptodeira misinawui sp. nov. Foto: E. Celi.

  • La nueva serpiente es endémica de Ecuador y solo vive en el valle del río Jubones. Un lugar donde muchos animales están en Peligro Crítico de extinción.

El nuevo reptil descrito habita en el desierto de Jubones, específicamente en el valle árido de la cuenca del río que lleva ese mismo nombre, al sur del Ecuador, y que va desde los 500-600 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) hasta los 3000 m.s.n.m.

“La gente piensa que en estos lugares áridos no hay nada y no es así. La verdad es que hay mucho, y mucho que es solo de ahí”, dice Juan Carlos Sánchez-Nivicela, biólogo ecuatoriano y uno de los autores de la investigación científica que describió a la especie cuyo nombre científico es Leptodeira misinawui. En efecto, allí se han encontrado varios reptiles que no viven en ninguna otra parte del mundo y es también el caso de esta serpiente.

Los primeros ejemplares de esta nueva especie, que por cierto no había sido vista nunca por la gente que vive en zonas cercanas al lugar, fueron recolectados en el 2009. Su identificación, sin embargo, vio la luz 11 años después debido a la complejidad para determinar si era nueva para la ciencia o si clasificaba como una subespecie.

Vista general de Leptodeira misinawui sp. nov. Arriba: holotipo (MZUA-RE 0253); abajo: paratipo (QCAZ 16510), macho adulto de la provincia de Azuay, vía Santa Isabel-Pasaje. Fotografías de E. Celi (arriba) y G. Pazmiño (abajo).
Vista general de Leptodeira misinawui sp. nov. Arriba: holotipo (MZUA-RE 0253); abajo: paratipo (QCAZ 16510), macho adulto de la provincia de Azuay, vía Santa Isabel-Pasaje. Fotografías de E. Celi (arriba) y G. Pazmiño (abajo).

Hacer la clasificación taxonómica de esta serpiente ojo de gato fue un proceso que a los científicos les tomó varios años y aún es muy poco lo que se conoce sobre este reptil. Por ahora se sabe que tiene colmillos más largos en la parte posterior de la mandíbula que inyectan veneno.

Según Sánchez-Nivicela, ese veneno les sirve para inmovilizar a sus presas, de tamaño pequeño, pero no es letal para los humanos.

Son controladoras naturales de poblaciones de pequeños vertebrados, principalmente ranas y lagartijas, y miden máximo 80 centímetros desde la cabeza hasta la cola.

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Un frágil ecosistema en peligro

Debido a la gran cantidad de especies que se han descubierto en este valle seco, el estudio concluyó que “la cuenca del río Jubones es un área importante de endemismo para los reptiles escamosos”, es decir, que allí habitan animales únicos que no son posibles de encontrar en ningún otro lugar del planeta.

De hecho, “la cuenca del Jubones representa el límite norte de la zona de Amotape-Huancabamba, que durante mucho tiempo ha sido reconocida como un área biológicamente diversa con importantes niveles de endemismo para animales y plantas, así como una barrera biogeográfica importante para algunos organismos andinos y un corredor de migración para otros”, se lee en el estudio.

Vista general, en vida, de especímenes de Leptodeira ornata del occidente de Ecuador y Leptodeira larcorum de Perú, mostrando variación en los patrones de color.
Vista general, en vida, de especímenes de Leptodeira ornata del occidente de Ecuador y Leptodeira larcorum de Perú, mostrando variación en los patrones de color.

Es por eso que, además de esta ojo de gato, los científicos han registrado otras serpientes, entre ellas una víbora, que están aún estudiando, y se espera que en los próximos años se hagan públicas las descripciones de más reptiles y anfibios de este particular “desierto interandino”.

Sin embargo, este “oasis de biodiversidad” enfrenta diferentes amenazas que ponen en peligro a la vida que alberga, mucha de ella aún desconocida.

Los investigadores aseguran que las actividades humanas han reducido considerablemente los ecosistemas naturales en el suroeste de Ecuador y, según el artículo científico, las zonas que rodean los lugares donde se encontraron los ejemplares de la nueva serpiente, muestran fuertes procesos de cambio de uso del suelo, principalmente por potreros; numerosos caminos secundarios y deforestación por extracción de leña.

Sánchez-Nivicela afirma que la principal amenaza es que la gente está modificando este valle seco para poder habitarlo y “volverlo productivo” para sembrar. El problema es que “este es un valle seco con animales adaptados a valle seco. Si lo convierten en zona húmeda, el lugar será colonizado por otras especies que viven en los alrededores que van a competir con ellos o que los van a depredar”, concluye.

*Lee acá la historia completa sobre la serpiente ojo de gato

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