- Las empresas vinculadas al Grupo HAME, uno de los conglomerados más poderosos de palma africana en Guatemala que comercia con la marca Regia y provee de aceite a Nestlé, son las que más casos abiertos por delitos ambientales acumulan en el país centroamericano.
- Se les ha acusado de un ecocidio, de desviar ríos, de drenar una laguna, de talar kilómetros de bosque y de operar sin estudios de evaluación de impacto ambiental. A pesar de todos estos señalamientos, las empresas de HAME apenas han recibido sanciones.
Hace más de ocho años, el 16 de enero de 2013, los vecinos de ocho comunidades del municipio de Coatepeque, Quetzaltenango, en el occidente de Guatemala, denunciaron en el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) que Palmas del Horizonte, una empresa productora de palma de aceite, había empezado a drenar una laguna y a talar los árboles de un bosque en su finca El Retiro.
Los líderes de las aldeas señalaron en la denuncia que, desde el 20 diciembre de 2012, Palmas del Horizonte había usado maquinaria pesada para abrir un canal y conectar la laguna —conocida como Pampa Guamuchal— con el río Pacayá. Aseguraron que, por medio de ese conducto, el agua había comenzado a drenarse hacia el río que abastece a las comunidades Madronales, El Izotal, Carrizales, Nuevos Horizontes, Las Palmas, Las Palmas I, Barillas y Las Morenas.
“Desde entonces, volúmenes considerables de agua han salido a través de este canal, afectando al río Pacayá y a la población de varias comunidades”, describieron en la denuncia, pero no detallaron de qué manera se dañaba al cuerpo de agua.
Para los pobladores de las ocho aldeas había una única explicación: la empresa pretendía secar la laguna, talar el bosque de ceibas y robles que la rodeaban, y ampliar así el espacio de cultivos de palma en su finca.
El Grupo HAME
El grupo empresarial Agroindustrias HAME S.A, fundado por Hugo Alberto Molina Espinoza, cuyas iniciales le dan el nombre a la corporación, empezó sus operaciones en Guatemala en 1952, con el cultivo de algodón en Ocós, San Marcos.
En 1987, sin embargo, el Grupo sustituyó el algodón por la producción de palma de aceite y sus plantaciones han llegado a extenderse en el norte, sur y occidente de Guatemala. Incluso han ampliado sus operaciones a México y Costa Rica.
En su última memoria de labores el Grupo HAME asegura que ocupa 55 500 hectáreas en las que produce palma. La Gremial de Palmicultores de Guatemala (Grepalma) no tiene los datos segregados por empresa pero en 2019 indicó que en Guatemala se registraban 121 222 hectáreas de plantaciones de palma de aceite. Es decir, el grupo Hame tendría el 46 % del área cultivada.
La Alianza periodística Tras las huellas de la palma consultó el sitio web de la Dirección de Catastro y Avalúos de Bienes Inmuebles de Guatemala (DICABI) para corroborar la información del Grupo HAME, pero en los registros no se encontraron datos de todas las empresas del grupo. Las fincas que aparecen sumaban 7277 hectáreas con cultivos para septiembre de 2021.
Entre febrero y agosto de este año, como parte de la base de datos elaborada para esta investigación, la Alianza periodística Tras las huellas de la palma realizó solicitudes de información pública al Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Energía y Minas, la Procuraduría de Derechos Humanos, la Procuraduría General de la Nación, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, el Ministerio Público y el Organismo Judicial.
En ellas se solicitó información sobre denuncias y casos abiertos en contra de empresas palmicultoras por delitos ambientales. En total, se obtuvieron datos de 48 casos y según la base de datos elaborada, ocho son del Grupo Hame y cinco de Palmas del Horizonte, una empresa vinculada a esta corporación. En dos de estos 13 casos hubo sanciones económicas, uno del Grupo Hame y uno de Palmas del Horizonte.
En Guatemala, el conglomerado HAME está conformado por varias empresas productoras de banano y palma de aceite. En su página web, el grupo únicamente registra cinco sociedades que cultivan y extraen aceite de palma: Repsa, El Triunfo, Santa Rosa, Atlántida, Regia y Olmeca.
Sin embargo, en un documento de la asociación internacional World Compliance Association (WCA) y en Guatecompras —el portal de compras y contrataciones del Estado de Guatemala— aparecen otras empresas como Palmas del Horizonte, que por lo menos comparte el domicilio fiscal, número telefónico y representantes legales con las empresas Olmeca, Regia, Atlántida, Santa Rosa, Repsa, y El Triunfo. Palmas del Horizonte es, además, la empresa con la que empezamos esta historia, la misma que ha sido denunciada por drenar una laguna en Coatepeque.
Según una tesis publicada en la Universidad Rafael Landívar, Palmas del Horizonte pasó a llamarse El Triunfo en el 2016: “Agroservicios El Triunfo S.A., anteriormente conocida como Palmas del Horizonte S.A. (PAHOSA), forma parte del grupo de empresas que integran la Corporación Grupo HAME”.
Un listado de 2019 de la multinacional Unilever todavía mencionaba a Palmas del Horizonte como una de sus empresas proveedoras y la identificaba con el código PO1000007504. Sin embargo, ese mismo código aparece en la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO) a nombre de El Triunfo.
La Alianza Periodística Tras las huellas de la palma quiso consultar a Grupo HAME acerca de la vinculación entre Palmas del Horizonte y El Triunfo, pero no accedieron a una entrevista ni respondieron las preguntas enviadas por correo electrónico.
Cuando se llamó al Grupo HAME, al número telefónico que tiene publicado en su sitio web, y se solicitó hablar con algún representante de Palmas del Horizonte, la persona que atendió la llamada confirmó que Palmas del Horizonte era la misma empresa que El Triunfo. La recepcionista transfirió la llamada a un número en el que no respondió nadie.
El Grupo HAME produce los aceites Olmeca y los aderezos Regia, y también es proveedor de la multinacional Nestlé que alberga marcas como Nido, Maggi, Purina, Nesquik, Nescafé, Kit-Kat y Gerber. En 2018 Nestlé suspendió sus relaciones con Repsa, una de las empresas de HAME, luego de los señalamientos por el ecocidio en el Río la Pasión, en Sayaxché, Petén, y su implicación en un caso de corrupción. Aún así, en un reporte publicado en marzo de 2021, la multinacional informó que en octubre de 2020 levantaron la suspensión, “debido al progreso hecho para abordar problemas pasados y garantizar una producción sostenible en el futuro”.
Guatemala tuvo 48 de los 231 casos registrados en la base de datos producto de esta investigación. Estas son algunas de las cifras más destacadas:
Una fumarola y el canal para drenar
Una semana después de que las comunidades de Coatepeque presentaron la denuncia contra Palmas del Horizonte, el personal del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) llegó hasta la zona para hacer una inspección.
Según el expediente del MARN, el paso fue bloqueado por el equipo de seguridad de la empresa, que impidió que siguieran más allá de la puerta de ingreso a la finca. Los encargados del Ministerio caminaron hacia otros predios aledaños y desde allí confirmaron los señalamientos de los vecinos.
En un informe de febrero de 2013, el MARN dejó constancia de la existencia del canal artificial que conectaba la Pampa Guamuchal con el río Pacayá —que estaba drenando la laguna— y de la deforestación del bosque. “Había una fumarola causada por la quema de madera y sotobosque, producto del corte de cobertura vegetal y árboles”, describió el MARN.
En la denuncia que presentaron en el Ministerio, en enero de 2013, los pobladores de la zona señalaron que el agua de la laguna había contaminado el río Pacayá y que este ahora tenía tonos verdosos. Sin embargo, este hecho no fue incluido en el informe del Ministerio.
Tiempo después las comunidades adjuntaron imágenes satelitales al expediente, en las que mostraba que la laguna se había reducido en un 63 %: pasó de 130 hectáreas a 48. Sin embargo, en el expediente tampoco aparece ningún dictamen del MARN que confirme o contradiga este dato.
Sara Ortiz, ingeniera ambiental e investigadora del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar, afirma que el daño en el río y las comunidades depende de la cantidad de agua que fue drenada y la contaminación de la laguna. “Si la laguna estuviera sin contaminación, el aumentar la cantidad de caudal del río puede ser bueno y malo. Bueno, porque diluye la posible carga contaminante y aumenta el nivel de oxigenación al incrementar la velocidad del río. Lo malo es que el incremento en el caudal puede afectar a los animales y plantas del río, que podrían ser arrastrados”, explica.
De acuerdo con Ortiz, si la laguna estuviera contaminada, el dragado y las inundaciones repentinas por el desborde del río pueden contribuir a la dispersión de contaminantes.
Sin estudio de impacto ambiental
En octubre de 2013, el MARN decidió sancionar a Palmas del Horizonte. Entre sus consideraciones para multar a la empresa, el Ministerio no mencionó el daño ambiental señalado por las comunidades, pero sí hizo referencia a otra situación igualmente grave: la compañía no tramitó un estudio de evaluación de impacto ambiental antes de construir el canal en la finca El Retiro.
Según la Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, las empresas están obligadas a presentar este documento en el MARN antes de desarrollar cualquier proyecto. Si no lo hacen, deben pagar una multa de entre 5 mil y 100 mil quetzales (entre 645 y 14 mil dólares, aproximadamente).
Llama la atención que, meses antes de la sanción, Carlos Enrique Arévalo García, presidente de Palmas del Horizonte, reconoció en un memorial entregado al MARN que no contaban con el estudio y por eso había decidido suspender los trabajos. Sin embargo, la autoridad ambiental solo le impuso una multa de 51 mil quetzales (alrededor de 6500 dólares) que la compañía pagó, según dice el expediente.
Julio González, activista del colectivo Madre Selva, una organización que investiga, brinda consultorías y da acompañamiento legal a comunidades en temas ambientales en Guatemala, dice que sanciones como la que impuso el MARN a Palmas del Horizonte no son suficientes. “Las sanciones son de risa. El daño ambiental es irreparable. Los ecosistemas no se recuperan. Tampoco se toman en cuenta los daños a la salud a corto y mediano plazo que causa la disminución del acceso al agua”, señala.
A pesar de todo, y aunque el Grupo HAME no respondió a nuestras preguntas sobre el vínculo entre Palmas del Horizonte y El Triunfo, existen dos casos en los que el conglomerado empresarial ha sido señalado por operar sin estudio de evaluación de impacto ambiental.
Repsa, situada en Petén, en el norte del país, tiene dos casos abiertos en el MARN. El primero se inició después del ecocidio en el río La Pasión, en Petén, cuando, en 2015, toneladas de peces muertos aparecieron a lo largo de 150 kilómetros del río.