“Los yukpas luchamos por nuestras tierras a costa de mucha sangre”, dice Ana María Fernández. Ella ha perdido a cinco de sus diez hermanos por la violencia desatada a partir de la recuperación de su territorio en la Sierra de Perijá, al noroeste de Venezuela.La defensora indígena forma parte de la Organización de Mujeres Indígenas Yukpa de la Sierra de Perijá, Oripanto Oayapo Tüonde, que han tomado la estafeta de Sabino Romero, líder emblemático yukpa, asesinado en Zulia en marzo de 2013.Ana María explica que la lucha del pueblo indígena yukpa, el cuarto más numeroso de Venezuela, es contra terratenientes, hacendados, ganaderos, cuerpos policiales y el mismo Estado que no permite la demarcación de sus tierras. *Este reportaje es parte de una alianza periodística entre Mongabay Latam y Runrunes. “Ya no hay lágrimas para llorar”, dijo Ana María Fernández Fernández cuando en julio de 2014 viajó a Caracas, junto a su madre, para denunciar ante el Ministerio Público el asesinato de su hermano Cristóbal —a golpes, culatazos y patadas— por presuntos guardias nacionales bolivarianos. No era el primer familiar que perdía la vida por la violencia en el territorio yukpa. Dos años antes, un grupo de sicarios mataron a dos de sus diez hermanos, José Luis y Alexander, por el conflicto territorial en la Sierra de Perijá, estado Zulia, que ha sumido de sangre y dolor a parte de ese pueblo indígena en las últimas décadas. En ese entonces, la defensora yukpa también recorrió más de 600 kilómetros para exigir justicia en la capital venezolana. Ni las autoridades nacionales ni regionales se pronunciaron sobre estas muertes violentas. Hasta ahora, las investigaciones judiciales permanecen archivadas. Pero el dolor no se le ha secado a Ana María Fernández. Siete años después de esas pérdidas, se le escapa un sollozo cuando recuerda a su hermano menor, Alexander, el más pegado a ella. “Él venía a verme al pueblo, hablábamos siempre. Un día me dijo: ‘hermana, yo creo que no voy a durar mucho. He tenido muchas discusiones con los dueños de la granja que rescatamos (como parte de la recuperación de las tierras). Me dijeron que no se iba a quedar así, que van a volver para desquitarse. Pero yo voy a seguir, no voy a dejar de luchar porque esas son nuestras tierras, nos pertenecen’”. Quince días más tarde, varios encapuchados asesinaron a navajazos a Alexander y a su hermano mayor, José Luis. Ana María Fernández y Carmen Fernández, lideresas Yukpa. Foto: La Gaurura. Si alguien ha padecido en carne propia el despojo, la discriminación y la injusticia son las mujeres yukpas que asumieron la lucha por la demarcación de sus territorios ancestrales. En el caso de Ana María Fernández, ella afirma que cinco de sus diez hermanos han sido víctimas del sicariato ordenado por terratenientes, militares y guerrilla colombiana que opera en esa región limítrofe de Zulia. Además, menciona que su cuñada fue torturada y su hermana ha sido amenazada de violación. A su mamá, matrona yukpa, Fernández cuenta que le quemaron su casa levantada en tierra recuperada por su familia. La lucha por la demarcación del territorio indígena Hasta la muerte de su hermano Alexander, Ana María Fernández no estaba consciente de la lucha del pueblo yukpa por sus tierras en la Sierra de Perijá, situada al noroeste de Venezuela, en la frontera con Colombia. La misma que enarbolaba con determinación y valentía el líder Sabino Romero Izarra, defensor emblemático de la demarcación del territorio indígena, asesinado el 3 de marzo de 2013 por un grupo de sicarios de Machiques, en la población fronteriza de Tukuko, tres días antes de la muerte del expresidente Hugo Chávez. En agosto de 2015, el autor material del asesinato, Ángel Romero Bracho fue condenado a 30 años de prisión (pena máxima en Venezuela) mientras que otros cinco implicados recibieron condena de 7 años de cárcel. La conmoción que le produjo el asesinato de sus hermanos Alexander y José Luis, el 23 de junio de 2012, la llevó a involucrarse en la causa yukpa. En la lucha por rescatar la tierra, decidió acompañar a su mamá, Carmen Fernández Romero, también conocida como Anita, lideresa de la comunidad de Ku’xe en la Sierra de Perijá (hoy en día es territorio recuperado por un grupo del pueblo indígena). La lideresa del pueblo yukpa es prima de Sabino Romero, quien animó a sus parientes a que hicieran valer sus derechos reclamando sus territorios ancestrales, ahora dedicados a la producción ganadera desde que fueran usurpados por terratenientes.