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Expedición Virtual: un recorrido por la Reserva Nacional Illescas en Perú

Reserva Nacional Illescas. Conservamos por Naturaleza - SPDA

  • En diciembre de 2021, Illescas pasó de ser una zona reservada a una Reserva Nacional.

Del cerro Illescas a las planicies sin vegetación. De las zonas de anidación del cóndor andino al sitio de descanso de los lobos marinos en la bahía: luego de 11 años de esfuerzos, todo este territorio recibió su categorización como Reserva Nacional y ahora una muestra representativa de Sechura, el desierto de mayor dimensión en Perú, se encuentra protegida.

Este lugar, ubicado en el departamento de Piura, en el noroeste del país, cuenta con 36 550.70 hectáreas de extensión donde, de acuerdo con el Ministerio del Ambiente, habitan alrededor de 120 especies de aves, 11 de mamíferos, 13 de reptiles y 67 especies de flora.

Este es un recorrido virtual por sus paisajes emblemáticos y un vistazo a la biodiversidad presente en esta reserva categorizada a finales de diciembre de 2021 por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), lo que se considera un hito en materia de conservación para Perú.

Primera parada: su fauna

Illescas es hogar de pequeños roedores y murciélagos, del zorro costeño (Sechuran fox) y el lobo marino chusco (Otaria flavescens), además de reptiles como serpientes y lagartijas, y aves como el halcón peregrino (Falco peregrinus), el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) y los flamencos (Phoenicopterus roseus).

Sobresale por ser el único lugar de la costa donde se reproduce el cóndor andino (Andean condor), especie en peligro de extinción; también es refugio y zona de protección para el gato de pajonal (Leopardus colocolo), felino silvestre casi amenazado; y es hábitat de especies endémicas como el gecko de Illescas (Phyllodactylus clinatus) y el gorrión de collar rufo de Illescas (Zonotrichia capensis).

“Es el único lugar conocido donde anida el cóndor andino en la costa y, por su geología, es el remanente más norteño de la antigua cordillera de la costa. Es muy grande el esfuerzo que han realizado el Sernanp y las organizaciones regionales y locales por completar la categorización de este orgullo nacional y norteño en un año tan importante como el Bicentenario [de la Independencia del Perú]”, dijo Enrique Ortiz, biólogo y director del Andes Amazon Fund.

Condor andino (Andean condor). Foto: Yuri Hooker
Lobos marinos (Otaria flavescens) en la zona conocida como Lobera Chica. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA
Zorro costeño (Sechuran fox). Foto: Fernando Angulo Pratolongo
Pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti). Foto: Fernando Angulo Pratolongo
Aguilucho común (Geranoaetus polyosoma). Foto: Yuri Hooker
Lagartija peruana (Microlophus peruvianus). Habita en las dunas o ambientes rocosos. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA
Chuita (Phalacrocorax gaimardi) en un ambiente rocoso al lado norte de la Reserva. Foto: Yuri Hooker

Segunda parada: su flora desértica

En este desierto costero, con condiciones climáticas extremas, destacan especies como el sapote (Capparis scabrida) y el algarrobo (Prosopis pallida), además de diversos matorrales, cactus y lito (Sesuvium portulacastrum) que estabilizan el movimiento de las dunas.

Pero Illescas también alberga una zona especial: el relicto de manglar ubicado más al sur del Perú, recién descubierto en 2015. Además, cuenta con bosque seco tipo sabana y vegetación de lomas, formadas con la evaporación del mar en la zona más al norte del país.

Según la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), la categorización de Illescas como Reserva Nacional —previamente una zona reservada desde 2010— también representa una oportunidad para fomentar la investigación y desarrollar conocimiento sobre las especies animales y vegetales del desierto de Sechura.

Algarrobo (Prosopis pallida) al atardecer en Illescas. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA
Sapote (Colicodendron scabridum) asociada a una duna. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA

Tercera parada: el paisaje

La Reserva Nacional Illescas es una zona marino costera de indudable belleza paisajística. Su biodiversidad marina y continental tienen el potencial para el desarrollo de un turismo ecológico, científico, deportivo y recreacional que beneficie principalmente a las comunidades locales que actualmente se dedican a la pesca artesanal.

En esta zona existen restos de asentamientos humanos de diferentes épocas prehispánicas, como el templo dedicado a dioses de la pesca y un templo denominado Piedras Blancas.

“Después de tanto tiempo podemos celebrar una nueva Reserva Nacional. El camino para su categorización ha sido muy largo y el esfuerzo del Sernanp, constante. Ahora toca trabajar en el Plan Maestro para lograr una gestión efectiva y participativa del área”, concluyó Silvana Baldovino, directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA.

Dunas del desierto de Sechura. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA
Dunas en la Reserva. Foto: Yuri Hooker
Lobera Grande o Punta Faro, lugar de concentración de mayor número de lobos en lobos marinos chuscos (Otaria flavescens) en la Reserva.
Ecosistema de lomas. Foto: Fernando Angulo Pratolongo

*Imagen principal: Sector Las Roquetas, dentro de la Reserva Nacional Illescas. Foto: Conservamos por Naturaleza / SPDA

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