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Guatemala: roces con militares obligan a huir a guardabosques de la Reserva de la Biosfera Maya

  • Un grupo especial de guardabosques ha pasado los últimos seis años patrullando algunas de las zonas más difíciles de alcanzar de la Reserva de la Biosfera Maya en el norte de Guatemala.
  • Conocido como el Grupo Génesis, este equipo de trabajo de siete miembros recorre la selva tropical en cuatrimotos para combatir a narcotraficantes, madereros ilegales y cazadores furtivos.
  • La escasa persecución de los delitos medioambientales en Guatemala ha puesto en peligro al Grupo Génesis, ya que muchos delincuentes reincidentes atacan a los guardabosques y a sus familias.
  • Después de soportar años de amenazas y tras un altercado con los militares, muchos miembros del Grupo Génesis están solicitando asilo en el extranjero, lo que deja en entredicho el futuro del grupo de trabajo.

Más de 21 602 kilómetros cuadrados de selva tropical cubren el norte de Guatemala. Los ganaderos y narcotraficantes han quemado algunas partes de ella; otras, permanecen inmaculadas, con pirámides mayas sin excavar ocultas bajo el follaje.

Para los guardabosques que trabajan allí, patrullar una zona tan grande puede ser peligroso y complicado. La señal de radio es débil. No hay carreteras asfaltadas que atraviesen la selva y la mayoría de los caminos de tierra son tan ásperos que, cuando llueve, se pueden tardar horas en recorrer unos pocos kilómetros.

En 2015 se creó un grupo élite de guardabosques para ayudar a proteger las zonas más alejadas del área, y para hacer frente a algunos de los delitos medioambientales más graves que ocurren allí. Conocido como el Grupo Génesis, se constituyó con cinco guardabosques veteranos que recibieron capacitación adicional y equipos para realizar patrullajes más meticulosos y extendidos.

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En los últimos seis años, el grupo ha ayudado a hacer numerosos arrestos por tala ilegal y contrabando de cigarrillos y armas de fuego. Ha ayudado a interceptar a migrantes en su camino a México y ha controlado las poblaciones de jaguares en zonas donde los cazadores furtivos alguna vez pensaron que podían cazar con libertad.

Sin embargo, en la actualidad, el grupo enfrenta una crisis. Está a punto de disolverse. Sus integrantes enfrentan cada vez más amenazas de muerte de taladores, cazadores furtivos y miembros presuntamente corruptos de las fuerzas del orden público. Algunos guardabosques, preocupados por su vida tras un altercado con una unidad militar en las profundidades de la selva, decidieron solicitar asilo fuera del país.

“Se está poniendo muy peligroso”, dijo Francisco Asturias, fundador del Grupo Génesis y coordinador de la región de Petén para la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (FUNDAECO). “Muchos integrantes están solicitando una visa especial, a través del programa de refugiados de la ONU. Es muy probable que todos ellos se marchen”.

Y agregó: “Es muy doloroso porque hemos estado capacitando y equipando a este grupo durante tantos años para que huyan de Guatemala porque sus vidas están en riesgo”.

El Grupo Génesis recorre la Reserva de la Biosfera Maya en cuatriciclos para abarcar más terreno. Foto:  Grupo Génesis.

El nacimiento del Grupo Génesis

Asturias ha dedicado más de 30 años a la protección de la selva en Guatemala. Como antiguo jefe del Parque Nacional Mirador-Río Azul, utilizó sus contactos para coordinar la creación del Grupo Génesis tras darse cuenta de que enormes franjas de la selva tropical habían quedado sin vigilancia.

“Muchas de los patrullajes que se realizaban eran de uno o dos días, como máximo”, explicó. “[Los guardabosques] solo podían cubrir las zonas inmediatas a donde se acampaba. Así que había obstáculos logísticos con el transporte y la comida, y cosas por el estilo. Se nos ocurrió crear un grupo de trabajo que cubriera toda la zona todo el tiempo”.

Gran parte de la selva tropical de Guatemala se ubica dentro de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM). Está dividida en diferentes parques nacionales, zonas de uso múltiple y corredores biológicos, cada uno de los cuales tiene su propia identidad. Algunas secciones están plagadas de deforestación y delincuencia, mientras que otras han permanecido prácticamente intactas desde la fundación de la reserva en 1990.

Diferentes grupos supervisan partes de la reserva, y cada uno de ellos adopta su propio enfoque a la hora de realizar los patrullajes. Asturias, conocido por su estilo duro y su tendencia a la confrontación, quería proteger su zona de influencia con tácticas más agresivas.

Los guardabosques recopilan y registran datos en la Reserva de la Biosfera Maya. Foto: Grupo Génesis.

Envía a los guardabosques a expediciones de 15 días solamente con sus mochilas. Suelen recorrer la selva en cuatriciclos y acampan donde sea que termine su jornada. Como no portan armas de fuego, los guardabosques confrontan a los cazadores furtivos y a los taladores ilegales solo con machetes.

“Génesis ha sido muy eficaz a la hora de reducir la incidencia de la tala ilegal y la caza furtiva en la zona”, dijo Roan McNab, asesor de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre para la región de la Selva Maya, que abarca esta zona fronteriza entre Guatemala, México y Belice. Añadió que “hay que elogiar a Génesis por conseguir esos resultados en una zona de muy difícil acceso”.

Los miembros del Grupo Génesis hablan con orgullo de su política de tolerancia cero con los delitos medioambientales. Otros ecologistas de la zona, que hablaron con Mongabay, dijeron que el enfoque del grupo puede ser una desventaja, ya que creen que algunos asuntos se resuelven mejor con diplomacia que con arrestos o denuncias.

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No obstante, para los miembros del Grupo Génesis, es una cuestión de principios.

“Muchos guardabosques a veces deciden no denunciar algo porque tienen miedo, así que no siempre hacen el mejor trabajo”, expresó Elvis Castellanos, miembro del Grupo Génesis. “Pero nosotros nos obligamos a denunciar todo lo que vemos”.

Leyes débiles y amenazas graves de muerte

El año pasado, el Grupo Génesis pasó a tener siete guardabosques. Sin embargo, la firme postura del grupo contra los delitos medioambientales no ha hecho más que dificultar su trabajo. Los patrullajes contra la tala y la caza ilegales se están volviendo más arriesgadas, ya que los reincidentes son cada vez más hostiles al Grupo Génesis, afirma Asturias.

“Es difícil tener repercusión cuando las personas que detienes solo están en la cárcel unos cuatro días y luego vuelven a quedar libres”, dijo y añadió que los miembros del Grupo Génesis a menudo acuden a él y le cuentan que se encuentran con esas personas a diario.

Se suele procesar a quienes incurren en delitos medioambientales considerados en la Ley de Zonas Protegidas de Guatemala, con penas que oscilan entre los cinco y los diez años. Sin embargo, casi nadie recibe la pena máxima, según María del Pilar Montejo García, asesora jurídica principal del Consejo Nacional para las Áreas Protegidas (CONAP) en el departamento guatemalteco de Petén. De hecho, la mayoría de las personas reciben una condena mínima y cambian el tiempo de cárcel por una tarifa establecida por el juez. A veces, puede ser de apenas 65 centavos de dólar por día.

Otras condenas habituales son el arresto domiciliario y la donación de equipos al CONAP. Estas condenas laxas han creado un patrón de reincidentes, que consideran que la pena por la tala y la caza merece el riesgo.

“Lo que necesitamos es un mayor control y conciencia ambiental sobre lo que realmente está ocurriendo”, dijo Montejo, “y luego aplicar penas más fuertes”.

Los integrantes del Grupo Génesis dijeron que la debilidad de las leyes hace que se sientan inseguros en las pequeñas comunidades rurales, donde la gente les ha guardado rencor rápidamente. Personas que han sido detenidas han amenazado de muerte a algunos guardabosques, quienes temen que tomen represalias contra su familia.

“Pagan la multa y quedan libres”, afirmó Walter García, otro miembro del Grupo Génesis. “Nos reconocen. Empiezan a buscarnos para hacernos daño. Lo que realmente necesitamos es que las leyes sean más fuertes”.

Los guardabosques lograron tomar una foto de los madereros mientras se trasladaban por la selva. Foto a través del Grupo Génesis.

Y añadió: “Nos mandan a luchar contra los desgraciados que perjudican a los recursos naturales y la fauna, pero nadie nos apoya. Nunca nos dicen: ‘Te vamos a comprar una escopeta, un arma, para que defiendas a tu familia cuando vayan a matarte’”.

Cada vez que García sale a patrullar, su madre le da una bendición por si es la última vez que se ven, comentó. En sus días libres, duerme con un machete junto a la cama y se lo lleva al patio cuando sus dos perros empiezan a ladrar.

“Hablo de esto como guardabosques y como hijo. Se me hace un nudo en la garganta de solo pensarlo. Puede que no vuelvas a ver a tus hijos, a tu padre y a tu madre, a tus hermanas”.

Cada miembro del Grupo Génesis se ha topado con su propio límite. Tras una serie de detenciones de alto nivel de madereros y cazadores furtivos, tres miembros finalmente se rindieron y solicitaron asilo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

El resto siguió resistiendo hasta mediados de 2021, cuando se enfrentaron a un poder mucho mayor que el de cualquier maderero o cazador furtivo.

Una riña militar

En agosto, enviaron a García y a otro integrante del Grupo Génesis a un campamento base en el extremo noreste de la reserva, cerca de la frontera con México y Belice. Se suponía que durante varios días realizarían patrullajes conjuntos con las fuerzas armadas y la División de Protección a la Naturaleza de la Policía Nacional Civil (PNC).

Es una práctica habitual que varios organismos gubernamentales y  fuerzas del orden patrullen juntos la reserva. Las fuerzas armadas utilizan ocho centros de cooperación en el este de Petén, cada uno con un funcionario y 20 soldados.

Los agentes de la ley que rotan por las zonas no siempre están formados en materia de conservación, sino que sirven de protección a los guardabosques, que deciden cuándo y dónde deben realizarse los patrullajes.

Los planes de esta patrulla, sin embargo, se desbarataron rápidamente cuando los integrantes del Grupo Génesis oyeron un disparo a lo lejos y descubrieron que alguien de la unidad militar había disparado y matado a un hocofaisán (Crax rubra), según los registros de la patrulla y varios funcionarios del parque.

La caza de cualquier animal en la reserva es ilegal.

García dijo que él y otros guardabosques entraron en la cocina del campamento base y hallaron a personal militar desplumando al ave muerta similar a un faisán. Asimismo, según los registros de la patrulla, hallaron en el patio una bolsa de plástico desechada que contenía plumas. Los guardabosques interrogaron a varios soldados, pero no pudieron determinar quién había disparado el arma. Ambos bandos comenzaron a discutir.

Un portavoz de los militares afirmó que los soldados habían encontrado el ave herida y que la habían llevado a su campamento base cuando llegó el Grupo Génesis, lo que generó un malentendido. “No es verdad que el personal militar haya disparado dentro de la Reserva de la Biosfera Maya y mucho menos que haya matado a un animal”, aseguró el portavoz.

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No era la primera vez que personal militar se veía involucrado en la caza ilegal en la zona. Otras organizaciones ambientalistas y científicos que realizaban trabajo de campo comentaron a Mongabay que habían hallado aves desplumadas e incluso monos descuartizados cerca de campamentos de soldados. No obstante, a diferencia del Grupo Génesis, preferían resolver el asunto en privado para mantener una buena relación con los líderes militares.

“Cuando se realizan operaciones en áreas protegidas, se dan instrucciones específicas sobre evitar la caza de animales”, expresó el portavoz militar.

Integrantes del Grupo Génesis posan con el ejército en una base de la Reserva de la Bi0sfera Maya. Foto: Grupo Génesis.

García dijo que, parado delante de la bolsa de plumas, se sintió incómodo sobre tener que interrogar a los soldados, que ya conocían la reputación del Grupo Génesis de denunciar todo delito del que era testigo. Se suponía que los dos bandos saldrían pronto en su primera etapa de patrullaje hacia una zona aislada, cerca de la frontera llamada El Mojón, pero García comenzaba a replantearse el asunto.

Los soldados, pensó, podrían tomar medidas drásticas para proteger su carrera. “Dije que sería mejor si patrullábamos solos. Apenas nos volteáramos cerca de la frontera mexicana, podrían matarnos. Dirían que los narcos mexicanos lo habrían hecho”.

Si bien ha habido episodios en los que las fuerzas armadas estuvieron involucradas en actividades delictivas —desde tráfico de drogas y extorsión, hasta corrupción y resistencia a intentos retirarles  sus rangos— los militares luchan constantemente contra esos delitos en la RBM y fuera de ella.

El portavoz dijo que las fuerzas armadas luchan activamente contra la delincuencia organizada, incluidos el contrabando y el tráfico de drogas. Asturias, en nombre del Grupo Génesis, estuvo de acuerdo en que el ejército hace mucho bien al país y añadió que no es una institución corrupta, pero que tiene integrantes que actúan mal, lo que puede complicar los patrullajes.

Marcharse de Guatemala

García regresó a su casa varios días después, preocupado por la posibilidad de que los militares tomaran represalias. Él y los otros guardabosques se reunieron con Asturias, repasaron los registros de patrullas y analizaron si valía la pena resolverlo mediante una queja oficial o si sería mejor abordarlo de manera informal.

Se pusieron en contacto con el CONAP y con los militares por escrito. Les informaron que estaban estudiando la posibilidad de denunciar el incidente ante las autoridades legales competentes, posiblemente el Ministerio Público. Se celebraron varias reuniones sobre el asunto en los meses siguientes, pero, finalmente, no se presentó nada.

Hasta el altercado, el Grupo Génesis y las fuerzas armadas habían tenido una relación sana y hasta amistosa. En una carta que enviaron a Asturias en febrero, un coronel elogió al grupo por su “eficaz gestión, liderazgo y profesionalidad” en la realización de patrullajes conjuntos con los militares y otras fuerzas del orden.

Un mes y medio después del incidente, las fuerzas armadas retiraron a su personal de la zona, alegando una reorganización de los recursos en respuesta a la pandemia del COVID-19 y la necesidad de luchar contra el crimen organizado en otras partes de la reserva. Desde entonces, no han patrullado en el Parque Nacional Mirador-Río Azul.

Hasta el momento, ningún integrante del Grupo Génesis ha recibido una amenaza de un miembro del ejército. Sin embargo, la posibilidad persistente, junto con tantas otras amenazas de los madereros y cazadores ilegales, ha hecho que la vida se vuelva difícil. García se ha sumado al resto de los integrantes del Grupo Génesis en la solicitud de asilo en el extranjero.

“No hay motivo para que huyan y mucho menos para que los soldados busquen tomar represalias”, afirmó el portavoz militar.

Integrantes del Grupo Génesis se toman un descanso durante una patrulla. Foto: Grupo Génesis.

El proceso de asilo no ha sido sencillo. Los guardabosques como García dejan atrás una vida de trabajo ecologista, así como amigos y familiares. Expresó que tenía planeado desarrollar programas agroforestales juveniles para que los chicos y chicas participen en la conservación. También quería reabrir un pequeño restaurante familiar que cerró durante la pandemia.

Castellanos, otro integrante del Grupo Génesis,  dijo que proteger la Reserva de la Biosfera Maya es lo único que sabe hacer, y que desconoce qué le depara la vida una vez que lo reubiquen en Estados Unidos o en otro lugar. “Sé que no seré guardabosques en los Estados Unidos”, afirmó. “Trabajaré en lo que sea que me ofrezcan. Y si no me gusta o no soy bueno en ello, tendré que buscar otra cosa”.

Asturias, mientras tanto, dice que no tiene planes de marcharse de Guatemala y mucho menos de dar marcha atrás a su intención de detener a madereros ilegales, cazadores y la supuesta corrupción. “No tengo miedo”, dijo. “Si me matan, no importa”.

Para prepararse para la partida de la primera generación del Grupo Génesis, ha comenzado a formar a tres guardabosques nuevos, que están en proceso de observar y acompañar a los integrantes actuales. Aunque tienen mucho que aprender antes de reemplazar a veteranos como García y Castellanos, Asturias dijo que hará lo que pueda para proteger la reserva.

“Después del éxito que hemos tenido con estos chicos, creo que tenemos que seguir a largo plazo”, afirmó. “Tenemos que seguir preparando al personal nuevo, formándolo y equipándolo”.

Imagen principal: Integrantes del Grupo Génesis patrullan la Reserva de la Biosfera Maya en sus cuatriciclos. Foto: Grupo Génesis

Artículo original: https://news.mongabay.com/2021/12/death-threats-and-friction-with-military-force-guatemalan-rangers-to-flee/

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