- Panamá busca restaurar 50 000 hectáreas de bosque para el 2025 y así alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones de carbono bajo el acuerdo climático de París.
- En la actualidad, el gobierno está incentivando financieramente las plantaciones de teca, una industria que según sus defensores beneficia tanto a la economía como el medio ambiente, pero que según los críticos desplaza a las especies de árboles autóctonos, reduce la biodiversidad y puede incluso contribuir indirectamente a una mayor deforestación.
- Un prolongado proyecto del Instituto Smithsonian está estudiando la agrosilvicultura y otras técnicas innovadoras para ayudar a determinar cuáles especies ofrecen los mejores resultados ecológicos, sociales y económicos.
COLÓN, Panamá — Hace aproximadamente 3 millones de años, salió del océano una masa terrestre y creó un istmo que conectó lo que ahora se conoce como América del Norte y del Sur. Hoy en día, el centro de ese puente de tierra es el país de Panamá, el cual presume de tener más diversidad de aves que cualquier otro país de América Central, pero cuyas selvas tropicales están sufriendo el impacto de la urbanización y la cría de ganado, lo que resulta en deforestación y contaminación del agua potable.
Esta combinación de factores contradictorios ha atraído una variedad de esfuerzos de reforestación, incluida la investigación de la restauración forestal que abarca la agroecología y otros métodos de la silvicultura sostenibles, junto con iniciativas de forestación más lucrativas económicamente que se centran en el establecimiento de plantaciones de árboles —sobre todo el cultivo de la exótica teca—.
El proyecto Agua Salud
Una iniciativa científica situada en las montañas de la cuenca del Canal de Panamá es el proyecto Agua Salud, un lugar de estudio a largo plazo de 700 hectáreas donde los investigadores intentan cuantificar los servicios ecológicos, sociales y económicos que proveen las selvas tropicales.
El director del proyecto, Jefferson Hall es un científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) en Panamá, donde está explorando una variedad de estrategias innovadoras para la administración de la tierra que podrían, en última instancia, ser usadas para restaurar y mantener los servicios ambientales a lo largo de los trópicos en respuesta al cambio global.
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El proyecto Agua Salud centra su investigación y vigilancia en el bosque secundario regenerado y en el bosque plantado. Como él lo describe, el enfoque característico de Hall denominado “Reforestación Inteligente” requiere la “plantación de la especie apropiada, en el lugar apropiado, en el momento apropiado, por las razones apropiadas y reiniciar los bosques en las zonas con tierras infértiles”.
Como se define en su página web, Reforestación Inteligente “es el proceso por el cual la tierra es gestionada para maximizar el flujo de los diferentes bienes y servicios para el beneficio de múltiples interesados en respuesta al cambio global”. El concepto hace hincapié en el uso de las especies arbóreas para promover la restauración ecológica y la agrosilvicultura práctica (la integración planificada de árboles y arbustos autóctonos en los sistemas de cultivo y de cría de ganado para general beneficios ambientales, económicos y sociales).
Este enfoque multidimensional de la investigación de reforestación también tiene como objetivo reducir los impactos negativos del uso insostenible de la tierra. La Reforestación Inteligente mira cómo documentar los atributos de ciertas especies de árboles, especialmente con la medición de su capacidad para restaurar tierras degradadas por el ganado, mejorar el almacenamiento de carbono y de agua y apoyar los ciclos de nutrientes.
“Probablemente [estamos llevando a cabo] el mayor estudio de bosque secundario en los trópicos”, dijo Hall a Mongabay en una videollamada. “Hemos estado estudiando los bosques que se regeneran de manera natural cuando se retira el ganado de las tierras… Tenemos 54 ubicaciones y 108 parcelas que hemos seguido durante más de 10 años. Tenemos [más de] 1,1 millón de puntos de datos donde hemos estado siguiendo los árboles”. Con el uso de una ecuación de biomasa que crearon, los investigadores dicen que pueden calcular con precisión la cantidad de carbono que sus bosques en crecimiento pueden capturar a lo largo del tiempo.
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Datos recopilados en Agua Salud sobre la reforestación de especies autóctonas, el secuestro de carbono, la restauración de la biodiversidad y la ecología de las enfermedades tienen como objetivo informar la política de reformas y la toma de decisiones por todas las regiones tropicales con el objetivo de impactar positivamente las vidas y los medios de subsistencia de las personas. Esos objetivos son especialmente importantes para Panamá, que se ha comprometido a un objetivo voluntario de restaurar 50 000 hectáreas de bosque para 2025 bajo el acuerdo climático de París.
“Si alentamos a la gente a que saque el ganado de las tierras y pagamos a los agricultores un pago de carbono que se basa en la tasa de acumulación, … y luego plantamos especies madereras de alto valor , [el resultado] será un bosque de usos múltiples que mejorará la infiltración de [las aguas] subterráneas, mitigará las inundaciones [y mejorará] el almacenamiento de biomasa para el carbono para combatir el cambio climático”, dijo Hall. “Luego, a lo largo del tiempo, la población podrá cosechar los productos de los árboles”.
¿Hacer que la teca sea más ecológica?
El proyecto Agua Salud se encuentra a unos 50 kilómetros de la ciudad de Panamá. Grandes parcelas de plantaciones de teca flanquean el difícil camino que lleva hasta la ciudad. Estos exóticos árboles pueden parecer fuera de lugar dado que la teca es nativa del sudeste de Asia. Sin embargo, Hall y su equipo de investigación quieren ver si esta especie tiene el potencial de ser productiva no solo económicamente sino también ecológicamente.
Las plantaciones de teca están surgiendo por todo Panamá debido a una letanía de factores: Esta madera noble asiática tiene un alto valor comercial en la construcción naval y el mobiliario de lujo y la industria forestal quiere cultivarla en lugares con climas similares al sudeste de Asia debido al agotamiento de los rodales naturales y a causa de la inseguridad política en Myanmar.
Hoy en día, la estrategia empresarial incluye encarecidamente a Panamá, donde se incentiva el monocultivo comercial de las plantaciones de teca bajo el programa visa de inversión verde del gobierno: Una inversión mínima de 80 000 dólares en una plantación de teca convierte a un inversor extranjero en apto para obtener la residencia panameña rápidamente (con la posibilidad de obtener la nacionalidad después de cinco años), y también ofrece incentivos financieros exentos de impuestos. El gobierno panameño también certifica el dinero privado inyectado en los proyectos del cultivo de teca como “inversiones verdes”, que resulta en un favoritismo hacia la teca como una especie de reforestación.
Teca mejor que el oro
Jeff Duda es uno de los fundadores de Panama Teak Forestry (PTF), una empresa que posee más de 500 hectáreas de plantaciones de teca. La teca es tan valiosa, dice la página web de PTF en su presentación a posibles inversores, que el árbol es comparable al oro.
“La teca tiene un par de grandes ventajas que no tiene el oro”, dijo Duda en una entrevista reciente. “Cuando tienes [la propiedad de] una plantación de teca, cada año tienes más activos de teca ya que los árboles siempre crecen en todas las condiciones económicas. El proceso del cultivo de la teca (incluso con un monocultivo económico) contribuye a la biodiversidad, rejuvenece la tierra y absorbe carbono lo que es un gran contraste con la extracción de oro”.
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La empresa cultiva la teca en monocultivos principalmente para aumentar la rentabilidad de la inversión. Duda reitera este punto cuando se le pregunta sobre la viabilidad de integrar los sistemas agroforestales en las plantaciones de teca, que presentan una mezcla de especies arbóreas: “Desde el punto de vista económico, buscamos maximizar la producción sostenible de teca. La teca, similar a los bosques de pinos y muchos otros, tienden a cultivarse mejor como un bosque solo de teca y no hay una mezcla de árboles económicamente viable dentro de un bosque de teca”.
El problema de la teca
Algunos en Panamá se muestran escépticos de este enfoque sobre el monocultivo de la teca. En el este del país, un sacerdote franciscano capuchino llamado Wally Kasuboski lleva luchando desde 1988 para proteger cuencas hidrográficas esenciales que dice están siendo amenazadas por la tala de las selvas montañosas de la región —lo que incluye su sustitución por plantaciones de teca—.
La fundación y la iglesia de Kasuboski se encuentran justo al lado de la carretera panamericana en una parte del país donde la corrupción es alta, una región que a veces pasa semanas sin agua potable durante la estación seca. Para aliviar este problema, Kasuboski opera dos importantes sistemas de agua potable que recogen lluvia de la montaña y luego entregan agua para el consumo cuesta abajo a través de tuberías a las comunidades a lo largo de la carretera panamericana que suministra unas 35 000 personas.
Sin embargo, hoy en día, dice Kasuboski, estas cuencas hidrográficas esenciales a nivel local están bajo amenaza debido a la deforestación y la intrusión de agricultores en las reservas forestales gestionadas por comités formados por partes interesadas de la zona.
Kasuboski explica que las plantaciones de teca no transportan tanta humedad a la atmósfera como las especies autóctonas de árboles. Como consecuencia, el clima de Panamá se ha vuelto más seco. “El programa para la reforestación es fantástico”, dice del impulso nacional para cultivar más árboles, “pero necesitas plantar variedades autóctonas”, no incentivar las plantaciones de árboles exóticos, como la teca.
También hay una relación indirecta entre las plantaciones de teca y la deforestación, advierte. La mayor parte de la tala de bosque primario en Panamá es para el pasto del ganado, con granjeros que a menudo obtienen préstamos bancarios para llevar a cabo esta actividad. Muchos luego venden las tierras despejadas a empresas de teca que ofrecen grandes cantidades de dinero para convertir las tierras de pastoreo en plantaciones de árboles. Y los críticos dicen que al incentivar el gobierno el cultivo de la teca, la desaparición de las selvas de Panamá está siendo financiada en parte por inversores extranjeros.
Más allá de la teca
Hay otras especies arbóreas autóctonas muy valiosas que podrían ser cultivadas con éxito en las plantaciones de teca de Panamá, dijo Hall. Entre ellas está el palisandro guatemalteco (Dalbergia tucurensis), una especie en peligro de extinción cuya madera es apreciada para la fabricación de guitarras de alta calidad y que puede alcanzar un precio de 17 000 dólares la tonelada.
“En Agua Salud [estamos llevando a cabo] un experimento con plantación de enriquecimiento, donde estamos [introduciendo otros] árboles madereros de alto valor en plantaciones de teca de bajo rendimiento y demostrando que estas plantaciones se pueden convertir en algo incluso más valioso”, explicó Hall.
Por lo demás, la diversidad de los paisajes representados en el proyecto Agua Salud —un rico mosaico de parcelas experimentales a largo plazo dentro de bosques secundarios, pastizales, hábitats de especies autóctonas, prados invasivos, plantaciones de teca y árboles autóctonos, arboledas de café a la sombra y granjas de subsistencia— incrementa la hidrología, mejora el caudal de agua durante la estación seca y ofrece una mitigación de las inundaciones en la estación húmeda.
“El proceso [Reforestación Inteligente] examina lo rápido que puedes restaurar estas zonas”, dijo Hall, “y la investigación está encontrando que puedes [obtener buenos resultados] a un ritmo muy acelerado, lo cual es fantástico”.
A la vez que Panamá se apresura a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y alcanzar su objetivo de reforestación acordado en París, los muchos proyectos que están siendo probados en Agua Salud están ofreciendo una gama de soluciones ambientales que un día podrían ampliarse para reforestar las regiones tropicales vulnerables por todo el mundo, a la vez que proporciona los mayores beneficios ecológicos, sociales y económicos.
Colin Sytsma es escritor y el director y productor del vídeo documental From Mass to the Mountain, que narra la misión de la vida de Wally Kasuboski para preservar la selva tropical de Panamá.
Imagen de cabecera: Jefferson Hall y visitantes de la comunidad a una presa en Agua Salud, Panamá.
Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2022/03/from-teak-farms-to-agroforestry-panama-tests-reforestation-strategies/
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