Ivotí Pora y Preto son los nombres de la primera pareja de osos hormigueros gigante (Myrmecophaga tridactyla) que se liberó en el Gran Parque Iberá. Con ellos empezó la reintroducción de una especie que se extinguió en la provincias de Corrientes en la década de 1960.
El avance de la frontera agropecuaria y la cacería llevaron a esta especie a la extinción hasta que, en el año 2007, la Fundación Rewilding liberó a esta primera pareja como parte de su programa de reintroducción para devolver al ecosistema del Iberá las especies que había perdido décadas atrás.
Han pasado casi 15 años desde la llegada de Ivotí Pora y Preto al Iberá y los resultados han sido alentadores. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Por qué fueron los osos hormigueros los primeros animales en ser reintroducidos en un ecosistema donde también se extinguieron yaguaretés (jaguares) y venados de las pampas, entre otros animales?
Una especie carismática
Los científicos de la Fundación Rewilding apostaron por el oso hormiguero como la primera especie extinta en Corrientes que debía ser reintroducida en este ecosistema.
La razón por la que eligieron a esta especie es por la presencia de poblaciones silvestres del oso hormiguero gigante en las provincias de Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Salta, Jujuy y Tucumán, cuyas direcciones de fauna estaban dispuestas a donar individuos.
Además, según explica Alicia Delgado, responsable del centro de rescate de la Fundación Rewilding, se trata de “una especie carismática. No iba a generar conflictos en la reintroducción. No era lo mismo un arranque con el yaguareté, que en ese momento podía acarrear algunos cuestionamientos en la sociedad”.
El rescate
Muchas de las especies reintroducidas, que provienen de las direcciones de fauna, han sido víctimas del tráfico, del mascotismo o de un encuentro con cazadores y sus perros.
Gustavo Solís, veterinario de la Fundación Rewilding, cuenta que en los rescates, “la clave del éxito está en acudir rápido”. Las alertas provienen de pobladores locales, personal de seguridad o veterinarios de la zona que forman parte de una red de colaboradores que ha ido organizando con el tiempo.
El veterinario Solis cuenta que los cachorros encontrados suelen presentar signos de deshidratación y desnutrición debido a una mala alimentación. Luego de los primeros chequeos médicos, las direcciones de Fauna de cada provincia habilitan los permisos para trasladar al oso hasta el Centro de Rescate de San Cayetano, en Corrientes, que pertenece a la Fundación Rewilding.
Cuando llega un nuevo ejemplar se le realizan exámenes y análisis para descartar cualquier enfermedad mientras permanecen en cuarentena por un mes.
Los más pequeños que llegan en mal estado apenas pesan más de un kilo. En esa etapa son muy vulnerables y necesitan alimentarse cada dos horas, además deben permanecer en ambientes cálidos e incluso los días más fríos son cubiertos con mantas y entibian sus recintos con bolsas de agua caliente. A las pocas semanas dejan el biberón y empiezan a ser alimentados con su dieta natural: hormigas y termitas.
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La liberación
Una vez que los osos hormigueros gigantes han logrado recuperarse son trasladados a un corral, un espacio de una hectárea ubicado en el Gran Parque Iberá, donde también se realizará la liberación.
Durante un mes, el animal reconoce su nuevo hogar, además, se le colocan unos pequeños transmisores, en forma de collar, que permitirán monitorear sus primeros dos años de vida silvestre en el caso de los machos y tres años para las hembras, esto último con el fin de detectar si llegan a tener crías.
La liberación debe hacerse en “primavera o verano, que son épocas donde la comida abunda y los desafíos son menores. Eso ayuda al periodo de adaptación”, señala la veterinaria Ana Carolina Rosas, de la Fundación Rewilding.
La primera liberación de Ivotí y Preto se hizo en la reserva de Rincón del Socorro, de 13 mil hectáreas, dentro del Gran Parque Iberá, luego de hacer un inventario de hormigas, analizar la topografía del lugar y detectar la abundancia de pastizales.
Dos años después de esta primera liberación, en 2009, Ivotí tuvo a su primera cría. En los años que siguieron se registraron seis crías más. En el Rincón del Socorro la fundación ha liberado otros 33 osos hormigueros.
En 2013, el área de San Alonso, de 10 mil hectáreas, también en el Gran Parque Iberá se convirtió en un nuevo núcleo, donde hasta el momento se han liberado 23 osos hormigueros gigantes. Ambos lugares cuentan con poblaciones autosustentables, con “una tasa de natalidad superior a la de mortalidad”, comenta Alicia Delgado, responsable del centro de rescate de la Fundación Rewilding.
Imagen principal: El oso hormiguero gigante se extinguió de la zona del Iberá a fines de la década de 1960. Foto: Fundación Rewilding.
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