- Naturaceites, la productora de palma africana que comercializa el aceite Capullo, figura como denunciada en nueve expedientes del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala.
- La corporación ha sido acusada de ocasionar la muerte de centenas de peces con los desechos que producen sus cultivos. También ha sido señalada de empezar proyectos sin contar con instrumentos de evaluación del impacto ambiental.
- En 2021 estuvo inmersa en un episodio de quema de viviendas de una comunidad asentada en sus terrenos, asunto que la Fiscalía nunca investigó.
En mayo de 2016, en la región sur del lago Izabal, al oriente de Guatemala, aparecieron centenares de peces muertos. Algunos flotaban en sus aguas. Otros yacían sobre la playa. Sus branquias estaban manchadas por una sustancia grasosa y oscura. En la zona también se encontraron aves muertas.
Los habitantes de la aldea Kaxlampom Pataxte los encontraron ahí y en uno de los ríos que desemboca en el lago. Esta aldea, también conocida como Playa Pataxte, se ubica en el municipio de El Estor, en Izabal, un departamento con costa en el caribe guatemalteco.
En la comunidad hay 207 viviendas, la mayoría de madera y techo de lámina. Otras de bambú, cubiertas con hojas de palma. No hay drenaje, cableado ni agua potable.
Los pobladores de Kaxlampom Pataxte, la mayoría indígenas maya q’eqchi’es, se dedican a la agricultura y a la pesca. Algunos trabajan como jornaleros en fincas. Otros laboran para Naturaceites, empresa con plantaciones de palma africana y una procesadora ubicada a un kilómetro de la aldea.
La compañía fue señalada por el Ministerio de Ambiente como posible responsable de la muerte de los peces y las aves.
Naturaceites existe oficialmente desde 2011 y es una empresa guatemalteca fundada por Juan Maegli Müller. Surgió de una fusión de las empresas Grasas y Aceites e Indesa. Sus cultivos de palma africana empezaron en 1997, en la finca Chabilán, en El Estor.
Según una publicación del medio digital Nómada, un empresario relacionado con Naturaceites fue una de las personas que pagó un lobby millonario en Estados Unidos en contra de la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Uno de los firmantes del contrato del lobby aseguró que el empresario lo hizo porque le preocupaba la falta de “Estado de derecho” en las regiones donde la compañía tiene sus plantaciones de palma.
Naturaceites produce el aceite Capullo, tanto la versión de uso casero —una mezcla de aceite de girasol, soya y palma—, como la de uso industrial, 100 % de aceite de palma. Además, opera en los departamentos de Izabal, Alta Verapaz, Petén y Escuintla; distribuye sus productos en México, Estados Unidos y República Dominicana y ha sido proveedora de empresas como Nestlé y Unilever.
En 2021, la alianza periodística Tras las huellas de la palma, un equipo formado por periodistas de Ocote, Mongabay Latam, Contracorriente, La Barra Espaciadora y France 24, realizó solicitudes de información pública sobre las denuncias y casos abiertos en contra de empresas palmicultoras por delitos ambientales en Guatemala, Colombia, Honduras y Ecuador entre 2010 y 2020. Este año se sumaron a este proyecto periodístico Brasil y Costa Rica, dos países que también tienen una importante producción de aceite de palma en Latinoamérica y, además, se hizo una actualización de la base hasta 2021 para los cuatro países iniciales.
En Guatemala se solicitó información al Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Energía y Minas, la Procuraduría de Derechos Humanos, la Procuraduría General de la Nación, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, el Ministerio Público y el Organismo Judicial.
En total, se obtuvo información de 60 casos de denuncias y casos abiertos en contra de empresas palmicultoras por delitos ambientales en el país entre 2010 y 2021. Nueve de ellos corresponden a expedientes contra Naturaceites. De hecho, es la segunda corporación con más denuncias, después de las empresas ligadas al Grupo Hame, de las que esta alianza publicó una investigación periodística en 2021.
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Peces y patos
El 27 de mayo de 2016, dos días después de que las aves y los peces aparecieran muertos, y tras una denuncia de los habitantes de Kaxlampom Pataxte, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) realizó una inspección en las áreas afectadas.
Durante el recorrido, habitantes de la aldea denunciaron que la empresa le había pagado a pobladores para que limpiaran y retiraran del lugar “tres quintales de peces”, aproximadamente unos 183 kilogramos.
Todos los detalles de esa inspección, en la que el Ministerio tomó muestras del agua, de los animales muertos y de la sustancia con la que estaban manchados los peces, quedaron registrados en el expediente que el MARN abrió contra Naturaceites.
En su inspección, el Ministerio concluyó que la sustancia encontrada en los peces provenía de un canal de la planta procesadora de Naturaceites, que entonces estaba conectado con un río que desemboca en el lago Izabal.
Según la entidad ambiental estos sedimentos tenían un “olor putrefacto” y, “debido a la alta cantidad” que había en la zona, no pudieron realizar una lectura de la calidad del agua. En el documento, el MARN afirma que esa descarga de sedimentos pudo alterar la calidad natural del río y provocar la muerte de peces “principalmente por la reducción del oxígeno”.