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Día Mundial de la Pesca: el emprendimiento que beneficia a pescadores y ecosistemas marinos en Perú

Foto: PescarT

  • Pescadores artesanales del norte del país se organizaron para construir la primera planta de procesamiento y se encuentran actualmente construyendo una cámara de frío para almacenar los productos. 
  • El emprendimiento les ha permitido aumentar sus ingresos y disminuir la presión pesquera, una medida importante para la recuperación de los recursos y los ecosistemas.

En el norte del Perú, un grupo de pescadores artesanales del puerto de Chimbote logró concretar un proyecto que les ha permitido mejorar considerablemente sus ingresos y disminuir la presión pesquera sobre los recursos. “Todos quieren imitar lo que estamos haciendo”, dice Almensor Gómez Lucio, pescador artesanal que encabeza la iniciativa.

En concreto, los pescadores conformaron una pequeña empresa para acceder a un fondo estatal que les permitió habilitar una planta de procesamiento primario. Allí, los pescadores limpian los pescados, los filetean y los empacan al vacío para venderlos directamente al consumidor sin pasar por intermediarios.

Los resultados han traído beneficios a los pescadores y también a la salud de los océanos:  ya no es necesario extraer grandes cantidades de recursos marinos para obtener un mínimo de ganancias. Además, todos los productos vendidos tienen la garantía de haber sido capturados con aparejos de pesca autorizados y cumplen con las tallas mínimas requeridas para no perjudicar la reproducción de las especies.

El emprendimiento de los pescadores artesanales de Chimbote es un ejemplo de las acciones que en el mundo entero se buscan promover para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.

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Los retos y los triunfos del emprendimiento

El Día Mundial de la Pesca es un homenaje a las comunidades pesqueras de todo el mundo para destacar la importancia de su actividad, clave para la supervivencia de la humanidad ya que los peces, los moluscos, los crustáceos y las plantas acuáticas son alimentos fundamentales en la dieta de millones de personas en todo el planeta.

Considerando que la necesidad de alimentos crece a medida que aumenta la población, pero que los recursos naturales se ven amenazados por la sobreexplotación y los impactos del cambio climático, proteger a los pescadores artesanales, potenciarlos y apoyarlos para que desarrollen una pesca sostenible que asegure la continuidad de los recursos es cada vez más importante. Es por eso que, de hecho, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2022 como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales para poner en valor el rol de este sector.

pesca artesanal perú
Pescadores artesanales en la costa norte peruana. Foto: Cortesía ANDINA/Vidal Tarqui.

En el Perú, todos los pescados y mariscos que consume la población provienen de la pesca artesanal, por lo que esta tiene un importante lugar en la seguridad alimentaria, la economía y la cultura del país. Sin embargo, a la hora de comercializar los productos, los menos beneficiados suelen ser los pescadores artesanales, dice Gómez Lucio, porque “los recursos siempre terminan vendiéndose a precios irrisorios que no compensan el esfuerzo o la calidad del producto”.

Para resolver este problema, el pescador y otros dirigentes de Chimbote decidieron crear una pequeña empresa llamada PescarT, para postular al Programa Nacional de Innovación para la Pesca Artesanal y Acuicultura (Pnipa) y obtener así los fondos necesarios para construir la primera planta de procesamiento primario para pesca artesanal sostenible en el país. De esa manera, estarían en condiciones de poder vender directamente sus productos, con las certificaciones sanitarias correspondientes, sin tener que pasar necesariamente por un comerciante.

La idea era buena, sin embargo, los pescadores tropezaron de inmediato con el primer inconveniente: el fondo estatal les exigía poder cubrir el 20 % del costo del proyecto. “Para nosotros era imposible”, cuenta Gómez Lucio, así es que salieron a buscar aliados en el sector privado.

En 2019, la empresa Tasa implementó un programa llamado La Red para capacitar y fortalecer las competencias empresariales de la comunidad pesquera artesanal y que puedan desarrollar emprendimientos sostenibles. Fue allí en donde los pescadores de Chimbote encontraron un aliado para poder postular y ganar el fondo del Pnipa.

Los pescadores crearon una pequeña empresa llamada PescarT para postular al Programa Nacional de Innovación para la Pesca Artesanal y Acuicultura (Pnipa). Foto: PescarT.

Dinero en mano, los pescadores encontraron un segundo obstáculo al ver que ninguno de los terrenos que estaban disponibles cumplía con las condiciones necesarias para instalar la planta de procesamiento. Fue entonces que consiguieron que el municipio de la provincia de Santa les cediera unos espacios en un mercado que, según Gómez Lucio, “estaban abandonados”. Luego de limpiar y acondicionar el lugar, en 2021 los pescadores de PescarT lograron, finalmente, inaugurar la planta que está a disposición de todos los pescadores artesanales, sean o no parte de la empresa. “La planta está a disposición de todo grupo, organización de pescadores artesanales que tengan la idea de emprender o procesar sus recursos”, asegura el dirigente.

La ingeniera agroindustrial, Guisela Carbajal, quien a los inicios del proyecto trabajaba en la empresa Tasa como jefa del área de procesamiento, cuenta que el proyecto no solo consistió en implementar la planta y ponerla en funcionamiento, sino que se le impartieron a los pescadores capacitaciones para la gestión de calidad, manipulación de las especies marinas e incluso marketing. Sin embargo, al poco tiempo, llegó la pandemia.

Para sortear el reto de mantener vivo el negocio, compraron una máquina para sellar al vacío los productos y comenzaron a hacer entregas a restaurantes y domicilios. El emprendimiento, lejos de decaer, comenzó a despegar y pronto los pescadores se vieron en la necesidad de avanzar hacia una segunda etapa. “Siempre habíamos buscado venderle al Estado, pero no podíamos abastecerlo”, explica Gómez Lucio, así es que decidieron, con el apoyo de Tasa, postular nuevamente al Pnipa para construir una cámara de frío en donde poder almacenar el producto procesado. Tras obtener los fondos necesarios, la cámara está actualmente en construcción y se espera inaugurarla antes de que acabe el año.

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El océano también gana

“Este tipo de iniciativas contribuye a la sostenibilidad de las pesquerías”, asegura Percy Grandez, asesor legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), porque “el hecho de que los pescadores no tengan intermediarios contribuye a que obtengan ganancias económicas mayores, al mismo tiempo que el esfuerzo pesquero es menor, lo que crea una serie de beneficios para la sostenibilidad del recurso. Todos ganan”, dice Grandez.

“Antes pescábamos más y teníamos menos ganancias, ahora pescamos menos y obtenemos un poco más de lo usual”, confirma Gómez Lucio. Así, por ejemplo, si en época de abundancia los pescadores solían vender a dos soles (0.50 USD) el kilo de pez bonito, ahora pueden venderlo en hasta 15 soles (3.9 USD) el kilo de filete procesado. Por eso, al ver que el proyecto ha funcionado, los miembros de PescarT han inspirado a otros pescadores a organizarse y ya son cinco las medianas y pequeñas empresa que se han creado para unir esfuerzos.

Los pescadores solían vender a dos soles el kilo de pez bonito, ahora pueden venderlo en hasta 15 soles el kilo de filete procesado. Foto: PescarT.

Esto cobra especial relevancia si se considera que una investigación científica realizada en 2020, reveló que en Perú el crecimiento de la pesca artesanal en las últimas décadas ha sido tan explosivo que muchos recursos marinos —sobre todo los costeros— han sido sobreexplotados, lo que ha disminuido también los medios de vida de los pescadores.

Además, para capturar los recursos, los pescadores utilizan solo los aparejos de pesca autorizados y “respetamos las vedas y las tallas permitidas”, dice Gómez Luico. “En talla menor no ingresa ningún recurso a la planta”, asegura. Según Grández, el hecho de que tengan una planta de procesamiento da garantía de ello porque implica que tienen más autorizaciones, como una habilitación sanitaria para asegurar que los recursos tenga los estados óptimos de inocuidad, una licencia de funcionamiento del municipio, entre otros permisos y por ende “están sujetos a la fiscalización de más instituciones”, explica. Pero también, agrega el experto, el emprendimiento “fomenta que los mismos pescadores se autogestionen y se organicen para cumplir con la normativa pesquera.

“Hemos aprendido cosas que desconocíamos”, dice Gómez Lucio, “como el tema de la trazabilidad, el cuidado de los recursos, la protección del medio ambiente y un montón de cambios que seguramente, en algún momento, van a ser replicados, porque ya hemos tenido visitas y todo el mundo quiere imitar, quiere aprender”, asegura el pescador.

Productos envasados al vacío. Foto: PescarT.

Para lograr todos estos avances, los pescadores también han necesitado formalizarse, es decir, tener su permiso de pesca, cosa que muchos pescadores en Perú no han logrado obtener, pese a que en 2016 el Estado puso en marcha un proceso de formalización de la pesca artesanal.

Beneficios como los obtenidos por los pescadores de Chimbote son justamente los que trae la formalización, dice Grandez. “El hecho de que seas formal te permite acceder a créditos y a fondos que administra el Estado, como el Pnipa, para que puedas ejecutar proyectos que redunden en un beneficio económico y que también aseguren la sostenibilidad de los recursos hidrológicos”, agrega el experto.

El orgullo por lo logrado se le nota en la voz a Gómez Lucio y también el optimismo y la confianza en el futuro. Una vez que la cámara de frío esté lista, lo que alguna vez soñó será finalmente una realidad. “Aunque la ganancia todavía no se ve a grandes proporciones, nos sentimos muy contentos de que en un tiempo no muy lejano podremos disfrutar de esa ganancia que tanto ansiábamos”.

*Imagen principal: Uno de los pescadores que forma parte del emprendimiento. Foto: PescarT.

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