- Desde 2014, en el departamento del Amazonas en Colombia existe una iniciativa de bomberos indígenas por la que comunidades de más 23 etnias se entrenan para contener fuegos y proteger los bosques. Hacen parte de un programa que existe desde 1999 y que ha llegado a 12 departamentos.
- Jose Bastos Silvano es un líder indígena que ha entrenado cientos de bomberos de comunidades nativas en Leticia, Puerto Nariño y ahora busca expandirse al área no municipalizada del departamento. Aunque su labor ha permitido el cuidado de la selva y protegido de incendios a comunidades, hoy cuenta con pocos recursos para esta importante tarea. Mongabay Latam lo entrevistó para conocer más de su misión.
En Colombia más del 90 % de los bomberos son voluntarios, es decir que no reciben una remuneración fija, ni trabajan con el Estado, de acuerdo a la Dirección Nacional de Bomberos. Pese a esto arriesgan sus vidas y no solo en las ciudades. José Bastos Silvano, líder indígena de la etnia tikuna, protege de los incendios a varias comunidades del municipio de Leticia, en el departamento del Amazonas, Colombia.
Bastos es parte de un programa de bomberos indígenas iniciado en 1999 por el capitán Óscar Mejía en Ríosucio, Caldas. En este participan 350 bomberos en más de 12 departamentos del país.
La labor de Bastos no es fácil. Desde 2014 tiene una ambiciosa misión de entrenar a más de 10 personas en cada una de las 23 etnias de la zona —incluidos los habitantes de su comunidad tikuna—, en la prevención y contención de fuegos, pero también en la preservación de la selva virgen.
Actualmente José Bastos trabaja en dos municipios del departamento del Amazonas: Leticia y Puerto Nariño. La apuesta que tiene en mente ahora es la expansión de los bomberos hacia los nueve corregimientos del área no municipalizada del departamento, tales como La Chorrera y Tarapacá. “Hay un grupo de jóvenes que estamos entrenando, muchachos indígenas. Se trata de renovar el liderazgo de los bombero”, dice Bastos.
Por esta labor, Bastos no recibe ingresos. Con la remuneración por sus trabajos de técnico en construcción, el apoyo del programa voluntario de bomberos indígenas de Riosucio, Caldas, más el aporte de las comunidades nativas entrenadas, Bastos financia la protección del bosque y las áreas urbanas de su región. Mongabay Latam lo entrevistó para conocer más de su liderazgo como bombero indígena.

—¿En qué consiste su trabajo como parte del programa de Bomberos Indígenas en el departamento del Amazonas?
—Estamos trabajando con asociaciones indígenas. En la parte de Leticia con dos de ellas. La primera es Ascaita, con la cual iniciamos en 2014 la formación de los primeros bomberos indígenas coordinada con el capitán Óscar Mejía, desde Riosucio, Caldas. El capitán Mejía impulsa el proyecto de bomberos indígenas a nivel nacional.
—¿Hace cuánto participa de la iniciativa?
—Iniciamos en el 2014, en estos años hemos ido a las comunidades, hemos hecho acercamientos con los presidentes de las asociaciones indígenas. Primero le explicamos a los curacas (sabios) qué es lo que se va a hacer dentro de cada comunidad.
—¿Y cuántas personas participan?
—Hay un grupo de jóvenes que estamos entrenando, muchachos indígenas. Se trata de renovar el liderazgo en el tema de bomberos. En un año y medio podríamos tener más de 10 bomberos por comunidad.

—¿Qué etnias participan?
—Los Yagua, Ocainas, Ticuna, Muruis y Cocamas. Son como 23 etnias. Yo domino mi lengua materna (la tikuna), pero estoy buscando dos o tres líderes de cada etnia para capacitarlos, con eso me es más fácil llegar a trabajar para que ellos vayan explicando en su dialecto cómo son las cosas.
—¿En qué consiste el entrenamiento y cómo aporta la cultura indígena a ello?
—Se trata de un curso de bombero de 470 horas, incluyendo la parte práctica para capacitar a una comunidad, eso aproximadamente en un año o un año y medio. Se capacitan en primeros auxilios básicos. No solo enseñamos el manejo del fuego, sino también del bosque, aguas, la caza, la pesca. Uno le pone su conocimiento. También enseñamos el aprovechamiento de los plásticos desechables para sacarle provecho a esa basura en cada comunidad con los jóvenes.
—¿Cómo se financia la iniciativa?
—Soy técnico en construcción. Cuando saco de mis recursos, compro el combustible para viajar a los lugares de entrenamiento. Estamos tres bomberos en el municipio de Leticia. Luego el programa se expandió al de Puerto Nariño, donde hay otro coordinador.

—¿Cuenta con suficientes implementos y recursos?
—Muchas veces salgo con mis propios recursos. Nos faltan uniformes, batefuegos (una especie de pala para apagar incendios forestales), herramientas y las motobombas (de agua), pero se hace lo que se puede. Tenemos la máquina de agua de 800 galones que cubre el área urbana de Leticia más la rural.
No contamos con el tanque de oxígeno que lleva normalmente un bombero en la espalda, vamos a puro pulmón. Es una desventaja, ya ha habido muertes de compañeros por asfixia. Algunos compañeros estamos con la afectación pulmonar porque respiramos el humo tóxico que emite el incendio.
Trabajo con solo dos compañeras. No se cuenta con los suficientes recursos para desempeñarnos como instructores. Y se requieren gastos de viaje, para la alimentación y el hospedaje, combustible, porque la mayor parte de los recorridos son en río. También es difícil llevar bomberos indígenas desde Leticia hasta el interior del país para algunos entrenamientos. Aquí solo existen la salida aérea y la acuática. A veces el capitán Mejía me aporta para esos viajes.
—¿Qué tipo de incendios son los más comunes en el departamento del Amazonas y Leticia?
—El incendio más común que hay en el departamento del Amazonas en el área urbana es con el gas licuado de petróleo (GLP), porque la gente lo compra en pimpinas (cilindros). Con el tiempo, si se usa por un periodo mayor al permitido de seis meses, es cuando la presión rompe la pimpina y hemos tenido problemas. El segundo tipo de incendio más común es por el descuido con las velas, las veladoras.
El incendio forestal muy poco se ve. Las quemas son controladas en las chagras, no se salen de las manos. Es difícil que un incendio llegue hasta la selva porque aquí los indígenas no hemos tumbado el monte y eso lo protege, contiene los incendios. Pero si un incendio llegara a la parte virgen del bosque, es muy difícil apagarlo, eso no lo apaga nadie.

—¿Cómo manejan los indígenas la agricultura para no deforestar?
—Aquí las personas están buscando alternativas con cultivos hidropónicos, utilizando los bosques secundarios, con el cacao, como en la comunidad de Nazareth. Cuando se tumba bosque, se pide autorización a los sabios, se hace una minga y si la aprueban se hace una ceremonia, para que le vaya bien a la siembra, que sea fructífera. Se tumban los árboles pequeños, no los grandes, le pedimos la bendición a la pachamama.

—¿Dónde se requiere fortalecer el programa de bomberos indígenas?
—En el área no municipalizada (los nueve corregimientos del departamento del Amazonas que no son municipios a diferencia de Leticia y Puerto Nariño) es más difícil, toca ir por dos meses aproximadamente, porque solo se llega por vía aérea para capacitar a las comunidades. Hace poco se quemaron doce casas por el tema del gas y no pudieron controlar el fuego porque no tenían el conocimiento. A veces en la zona rural solo se alcanza a llegar a tomar la foto (del incendio) porque no alcanzamos a ir con nuestros implementos. Aquí la comunicación para llegar a algunos sitios es difícil.
—¿Tienen apoyo de otros cuerpos de bomberos?
—Cuando tenemos un incidente de gran magnitud nos apoyan bomberos aeronáuticos desde las aeronaves y con sus máquinas. Los hermanos de Tabatinga (Brasil) también nos apoyan con dos máquinas. Aquí hay una triple frontera, pero los bomberos no la consideramos como tal. Para nosotros, como indígenas y bomberos no existe frontera, trabajamos donde nuestros vecinos nos necesiten. También ayudamos mucho a la gente de Santa Rosa, en Perú, porque no cuentan con cuartel de bomberos ni personal capacitado.
—¿Cuál es el siguiente paso?
—Con la Embajada de Japón y la Dirección Nacional de Bomberos estamos trabajando en la construcción de la sede de los bomberos indígenas forestales. El objetivo es enseñar a los aprendices en un contexto indígena, en una maloca, no un cuartel tradicional.
—¿Cómo inició su pasión por el tema de los bomberos?
—En 1982 a raíz de un gran incendio pregunté a los bomberos en qué puedo ayudar. Me dijeron cómo y desde ahí comenzó.
—¿Le gustaría que alguna entidad lo apoyara más?
—Los entes gubernamentales no me han colaborado. Trabajamos con las uñas, pero con sentido de pertenencia. Tocando puertas vamos a lograr capacitar a las comunidades indígenas sobre el tema de quemas y el medio ambiente.
*Imagen principal: El bombero indígena Jose Bastos Silvano participa de entrenamientos a las comunidades del departamento del Amazonas que inician con las ceremonias tradicionales, con una limpia de tabaco.
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