- A medida que la ciencia ha ido demostrando la importancia de la conservación dirigida por los pueblos indígenas y las comunidades locales (IPLC, por su sigla en inglés), los donantes han comenzado a orientar la financiación hacia el apoyo a la labor que realizan estos grupos.
- En 2021, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), donantes del sector privado y gubernamental se comprometieron a aportar $1700 millones para garantizar los derechos de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
- Sin embargo, una evaluación reciente del primer año del compromiso muestra que una pequeña parte de los fondos va directamente a ellos; a menudo, primero pasa por ONG internacionales, asesorías, bancos de desarrollo y otros intermediarios.
La pandemia de la COVID-19 en 2020 agarró a las comunidades indígenas cabécar en un momento precario. En la selva del territorio indígena cabécar, Talamanca, en Costa Rica, el cambio climático ya había empezado a desconcertar a los agricultores al ocasionar el aumento de temperaturas, inundaciones y nuevas plagas. En respuesta, una organización llamada Kábata Könana — que en cabécar quiere decir Defensoras de la Selva— ha estado trabajando para revitalizar los métodos tradicionales que se apoyan en una variedad más amplia de cultivos mejor adaptados a las condiciones climáticas locales.
Los confinamientos por la pandemia, sin embargo, interrumpieron la actividad de los mercados locales y amenazaron las fuentes de materias primas y los productos agrícolas importantes para la subsistencia y los ingresos. Con la ayuda de la financiación provista por el Ministerio de Cultura, Kábata Könana creó mercados en línea para la venta y comercialización de docenas de tipos de productos agrícolas con comunidades de cabécar y bribris, otro pueblo indígena que vive en Talamanca Cabécar.
El proyecto ayudó a garantizar la seguridad alimentaria durante toda la pandemia y Kábata Könana recibió, en 2021, el Premio Ecuatorial que se otorga por la labor sostenible para contrarrestar la pobreza. El trabajo del grupo demuestra el poder que tiene el apoyo directo a las comunidades indígenas para la adaptación y mitigación climática, dijo Levi Sucre Romero, líder bribri de Talamanca Cabécar.
No obstante, los defensores de derechos humanos afirman que son muy pocos los fondos que se liberan directamente a las organizaciones dirigidas por comunidades indígenas, afrodescendientes y locales, los llamados IPLC, y que hay muchos obstáculos que impiden la recepción directa de estos. Ello, a pesar de que la ciencia ha demostrado que las selvas y otros biomas se encuentran más sanos cuando están a cargo de las comunidades.
La comunidad científica tanto del Panel de Servicios de Biodiversidad y Ecosistema (IPBES) como del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU señalaron cuál es el papel que los IPLC deben desempeñar en el enfrentamiento contra la crisis climática y de la biodiversidad. Las tierras de propiedad consuetudinaria albergan cerca del 80 % de la biodiversidad mundial y más de un tercio de los bosques intactos que quedan, según un informe de 2022 de la Rights and Resources Initiative (RRI), una red global de organizaciones de IPLC e instituciones educativas.
“Venimos promoviendo la conservación”, expresó Nadino Calapucha, joven representante indígena de la Global Alliance for Territorial Communities (GATC), una red de organizaciones indígenas que gestiona más de 9.5 millones de kilómetros cuadrados (3.7 millones de millas cuadradas) de selva tropical (una superficie que supera el tamaño de Estados Unidos). “Tenemos toda la capacidad para realizar estos proyectos de conservación, con o sin financiación, y la ciencia lo reconoce”. Sin embargo, contar con una financiación más directa profundizaría el impacto de su labor, asegura Calapucha.
Los líderes mundiales reconocen la importancia de los IPLC en la escena internacional y han empezado a respaldar sus declaraciones con financiación. En 2021, cinco países y 17 donantes privados asumieron un compromiso quinquenal de $1700 millones para apoyar los derechos de tenencia de la tierra de los IPLC en la conferencia de la ONU sobre el clima, COP26, en Glasgow, Escocia.
“Las crisis no se resuelven con anuncios y palabras, sino con acciones”, afirmó Calapucha.
Sin embargo, sola una escasa cantidad de los fondos prometidos termina directamente en manos de las organizaciones de IPLC: menos del 1 % de los fondos relacionados con el clima, según un informe de 2021 de la ONG Rainforest Foundation Norway.
¿Qué pasó entonces con ese compromiso histórico de $1700 millones acordado en la COP26? Solo el 7 % de los aproximadamente $322 millones desembolsados durante el primer año llegaron directamente a estas organizaciones, según el primer informe anual del fondo.
Los observadores afirman que hay demasiados obstáculos que bloquean el camino de la financiación a estas organizaciones. Los onerosos requisitos administrativos, la escasa comunicación y confianza entre los donantes y los IPLC, entre otros problemas, han creado un sistema en el que son pocos los proyectos que dirigen los IPLC. En lugar de ello, la ayuda suele prestarse a través de organizaciones “intermediarias” con las que los donantes tienden a sentirse más cómodos para colaborar, como las ONG internacionales, los bancos de desarrollo y las asesorías.
En la actualidad, según afirman los líderes de los IPLC, a pesar de los defectos, el compromiso de tenencia forestal de la COP26 ha motivado un nuevo diálogo.
“La naturaleza de este compromiso comenzó a cambiar las reglas”, dijo Sucre, que también es el coordinador de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB) y copresidente de GATC. El foco ahora está puesto en lograr una mayor flexibilidad en la financiación, en obtener aportes de los IPLC en cuanto a las prioridades de financiación y en disminuir los obstáculos administrativos. El resultado final que esperan los donantes y los líderes de los IPLC es que los proyectos se adecúen al conocimiento y las necesidades de las comunidades específicas.
Sin embargo, muchas personas dicen que el proceso tomará tiempo.
Entregar más dinero a los IPLC “requiere una restructuración y un cambio cultural importante en la manera en que los fondos fluyen, lo cual no es algo sencillo de lograr”, dijo Brian O’Donnell, director de Campaign for Nature, un grupo con sede en EE. UU. que promueve la conservación del 30 % del mundo para el 2030.
Barricadas a la financiación
Gran parte de la financiación, incluida una porción del compromiso de tenencia forestal de 2021, está destinada a reforzar los derechos de tenencia de la tierra de los IPLC. El reconocimiento formal de sus reivindicaciones sobre los paisajes que controlan, gestionan y de los que dependen conducirá a ganancias climáticas y de biodiversidad, según dicen los defensores. Agregar un fundamento legal a las reivindicaciones habituales probablemente ayude a atraer más financiación. Sin embargo, actualmente, las autoridades de los países donde se ubican estos territorios no reconocen significativamente los derechos que estas comunidades a menudo han mantenido durante mucho tiempo.
“Para nosotros, es importante que el estado reconozca a estos pueblos indígenas y traduzca [este reconocimiento] en marcos legales”, dijo Monica Ndoen, enviada especial de la secretaría general de la Alianza de los Pueblos Indígenas del Archipiélago (AMAN), que representa a más de 2000 comunidades indígenas en Indonesia.
Para alcanzar los objetivos mundiales para proteger la naturaleza y limitar el aumento de las temperaturas, se necesitaría asegurar la tenencia de unos 4 millones de kilómetros cuadrados (1.5 millones de millas cuadradas) de selvas tropicales por parte de los IPLC, o un área del doble de tamaño de México, según RRI y Campaign for Nature. Un esfuerzo de esas características costaría al menos $10 mil millones para el 2030, estiman los grupos.
Más allá de los cimientos endebles sobre los que se asientan las reivindicaciones de las tierras de los IPLC, los líderes de estos pueblos afirman que las restricciones a la ayuda limitan su capacidad para realizar labores significativas y, en algunos casos, impiden que sus organizaciones reciban financiación.
Las subvenciones de donantes, tanto del sector privado como del público, suelen requerir un estricto control del proyecto. Los receptores deben presentar informes de progreso frecuentes en inglés, obtener varias cotizaciones para las compras con los fondos del donante y crear varias cuentas bancarias a los efectos de la transparencia fiscal. Si un donante presta el dinero a la organización, las tasas de interés pueden ser demasiado altas para las organizaciones de los IPLC.
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“Estos mecanismos no están diseñados para que los pueblos indígenas y las comunidades locales los implementen”, le dijo Sucre a Mongabay. “Por el contrario, están diseñados para las ONG [internacionales]”.
Muchos IPLC no tienen un acceso directo a los mercados donde puedan solicitar cotizaciones a varios proveedores, y puede que los bancos estén lejos de los sitios del proyecto. En muchas comunidades, son pocas las personas que hablan un inglés fluido o tienen experiencia en trabajo de desarrollo.
“Se requiere contar con competencias muy específicas para acceder a estos fondos”, junto con acceso a las herramientas e infraestructura necesarias para cumplir, dijo Anne Lasimbang, directora ejecutiva y miembro fundadora de la organización Partners of Community Organizations in Sabah (PACOS) Trust en Malasia.
Es posible que estos requisitos que imponen los donantes a los IPLC receptores realmente estén previstos para fomentar la rendición de cuentas y una programación de calidad, “pero se vuelve excesivo”, afirmó Torbjørn Gjefsen, líder del equipo de políticas en Rainforest Foundation Norway y el autor principal del informe de 2021 que revela la minúscula cantidad de fondos que llega a los IPLC.
Las subvenciones gubernamentales respaldadas por los contribuyentes, por ejemplo, requieren “un escrutinio y una rendición de cuentas significativos para garantizar que todos los fondos se gasten con eficiencia y eficacia, y para minimizar el riesgo de malversación de fondos, independientemente de quién sea el receptor”, le dijo a Mongabay, Chris Penrose Buckley, asesor sénior de la Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido.
Los “rigurosos procesos de diligencia debida” necesarios pueden dejar de lado a cualquier organización que no cuente con “los sistemas o capacidades necesarios”, agregó Buckley.
A menudo, las organizaciones de los IPLC deben apoyarse en subvenciones pequeñas, de corto plazo, que no proporcionan el tipo de apoyo sostenido que se necesita para abordar problemas de envergadura. Esto fue lo que concluyó un informe encargado por varios donantes del compromiso de tenencia forestal de la COP26. Los autores, de la empresa danesa Charapa Consult, hallaron que solo seis organizaciones de IPLC de las 75 encuestadas tenían presupuestos anuales superiores a $1 millón. Una organización en Asia informó que recibía financiación de 17 donantes y señaló los problemas que le ocasionaban los distintos requisitos de cada donante.
Es posible que los donantes se muestren recelosos de los riesgos asociados a las subvenciones más suntuosas y mencionan inquietudes relativas a la posibilidad de corrupción o mala administración de fondos. Parte del desarrollo de AMAN en tanto organización dirigida por indígenas en Indonesia ha involucrado el establecimiento de una política que define cómo abordaría el eventual uso fraudulento de fondos, comentó Ndoen.
Valérie Courtois es la directora de la Indigenous Leadership Initiative, una organización canadiense que apoya el liderazgo y el estatus de nación, e integrante de la nación Innu. Afirmó que los pueblos indígenas de Canadá se han enfrentado a tales problemas a la hora de captar fondos.
“Hay una idea generalizada… de que los pueblos indígenas no eran buenos administradores del dinero, lo cual no puede estar más lejos de la realidad”, afirmó Courtois sobre su experiencia en Canadá.
De acuerdo con Penrose Buckley, hay una necesidad de “aumentar masivamente” la capacidad requerida para acceder y gestionar los fondos de los gobiernos y donantes privados.
Nadino Calapucha coincide. “Necesitamos fondos globales con urgencia para los proyectos de conservación”, le dijo a Mongabay, pero agregó que “también necesitamos aportes económicos para desarrollar capacidad y así poder contar con estructuras sólidas”.
AMAN, por ejemplo, recibió dinero en 2017 de la Building Institutions and Networks Initiative de la Ford Foundation que la ayudó a proporcionar sistemas de comunicación, acceso a internet y computadoras para las organizaciones de IPLC en Indonesia.
El papel de los intermediarios
En algunos casos, es posible que los IPLC no quieran financiación directa, dijo Kevin Currey, funcionario del programa en la Ford Foundation. Pueden buscar asociarse con intermediarios “porque les quita la carga de los hombros y les permite concentrarse en el trabajo”.
Cuando las ONG asumen esa función, las organizaciones de los IPLC pueden enfocarse en el trabajo clave del proyecto, afirmó O’Donnell de Campaign for Nature. Como intermediario entre los donantes y los colaboradores de su comunidad, su organización suele estar mejor posicionada para realizar los informes y asumir parte de la responsabilidad con los donantes.
“No quisiera que las comunidades indígenas [perdieran] la mayor parte de su tiempo tratando de entender la estructura impositiva de Estados Unidos o Europa”, le dijo a Mongabay.
Sin embargo, la relación no siempre es beneficiosa, asegura Bryson Ogden, director de derechos y medios de subsistencia de RRI.
“La otra cara de la moneda es que, en algunos casos, [los intermediarios] podrían introducir sus propias prioridades en los proyectos en los que intervienen”, agregó Ogden. “Podrían absorber partes desproporcionadas de los fondos para cubrir gastos generales y de otros tipos”.
O’Donnell expresó que un enfoque que las ONG internacionales podrían adoptar es reducir o eliminar la cantidad de dinero que reciben como parte de su relación con los IPLC. Campaign for Nature se asoció recientemente con GATC y RRI para solicitar una subvención a Bezos Earth Fund. Si se aprueba la propuesta, Campaign for Nature no recibirá ninguna parte de los fondos. No obstante, tendrá que “garantizar, de cierta manera, el éxito de la subvención”, agregó O’Donnell.
De todas maneras, es posible que algunas organizaciones de los IPLC, como PACOS Trust en Malasia, quieran compartir la responsabilidad de cumplir los requisitos de los donantes para poder adquirir autosuficiencia a largo plazo, declaró Lasimbang, la directora ejecutiva de la fundación. Tercerizar los requisitos de los donantes a ONG o asesorías suele conducir a buenos resultados, comentó, “pero entonces, no obtienes el conocimiento y la experiencia”.
Animar a que los colaboradores adquieran el conocimiento y la experiencia es un papel importante que pueden desempeñar los intermediarios, le dijo a Mongabay Monica Ndoen de AMAN. Hace mucho tiempo que Rainforest Foundation Norway colabora con AMAN. Con el tiempo, sin embargo, la alianza indígena de Indonesia comenzó a recibir financiación directa del gobierno de Noruega. De hecho, Ndoen dijo que la organización pudo “graduarse” para forjar su propia relación directa con los donantes.
“Eso es lo que deberíamos hacer: intentar desarrollar la capacidad dentro de estas organizaciones para que nos quedemos obsoletos”, dijo Gjefsen en relación con el papel de los intermediarios.
“Cambio de guion”
Los observadores manifiestan que los IPLC no deberían ser la única parte del sistema por modificar.
“¿Cuáles son los cambios que tienen que ocurrir del lado de los donantes?”, se pregunta Ogden de RRI. “Esa quizás sea la pregunta de los $1700 millones”, dijo haciendo referencia al compromiso de tenencia forestal de la COP26.
La crítica sostiene que la estructura actual es piramidal y perpetúa el desequilibrio de las prioridades.
Kennedy Odede es el director ejecutivo de Shining Hope for Communities (SHOFCO) en Kenia, que él llama “movimiento de las bases”. Odede considera que el énfasis en el desarrollo de la capacidad de los IPLC es “una excusa” para perpetuar el paradigma por el cual los donantes controlan el dinero y cómo se gasta. Según este enfoque, la responsabilidad de adecuarse a las estipulaciones de los donantes recae sobre los IPLC, a pesar de que los primeros son quienes conocen mejor los problemas que enfrenta el mundo, afirmó Odede.
Mencionó las recientes inundaciones en Pakistán, vinculadas con el cambio climático como ejemplo. En otros lugares, dijo, “las personas mueren por las sequías en las comunidades locales”.
Sin embargo, a menudo, las prioridades de financiación (y los requisitos para acceder a ella) se determinan en asambleas de comités gubernamentales y en salas de juntas del norte globalizado, con escasos, sino nulos aportes de los miembros de los IPLC, afirma la crítica del sistema actual.
“Es una nueva manera colonizada de ocuparse de las relaciones”, le dijo a Mongabay Fernando Matthias Baptista, asesor de políticas de Brasil en Rainforest Foundation Norway. “Yo soy el donante, yo tengo el dinero, yo pongo las condiciones. Si quieres acceder a esta suma de dinero, está bien, pero las condiciones son estas”.
Odede afirma que los donantes tienen que reconocer la discriminación sistémica que existe en el sistema actual.
“Para nosotros, para que haya un cambio considerable y una conversación sincera, tienen que aceptarlo: ‘Sí, no hemos sido imparciales’”, dijo Odede. “Se trata de ceder el poder”.
“Se trata como de cambiar el guion y quién controla los diálogos y los debates con los donantes”, comentó Kevin Currey de la Ford Foundation. “Tenemos que seguir simplificando nuestros sistemas y hacerlos más flexibles”.
Ndoen de AMAN se hizo eco de la necesidad de mejorar la comunicación.
“Si quieres hablar sobre el acceso a financiación climática para los pueblos indígenas, entonces tiene que haber un diálogo directo con dichos pueblos”, expresó Ndoen.
“Cuando nos reunimos con los donantes, siempre les decimos que visiten las comunidades indígenas para que conozcan la situación real”, agregó.
Asimismo, los líderes afirman que buscar la manera de que los representantes de los IPLC asistan a las asambleas internacionales, como la reciente cumbre climática COP27 en Sharm el-Sheikh, Egipto, para que puedan interactuar cara a cara con los donantes y las ONG internacionales.
Penrose Buckley declaró que la Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido y los demás donantes que participaron en el compromiso de tenencia forestal de la COP26 establecieron reuniones regulares con las organizaciones de los IPLC como parte de una labor para fortalecer la comunicación y la rendición de cuentas.
Los IPLC han comenzado a tomar la iniciativa para aumentar su acceso a la financiación de proyectos estableciendo fondos regionales, como el Fondo Territorial Mesoamericano en México y América Central y el Nusantara Fund en Indonesia que, por su parte, proporcionan financiación a las organizaciones comunitarias. Estos mecanismos permiten a los donantes hacer una única concesión a un fondo centralizado en lugar de hacer concesiones individuales más pequeñas a cientos o miles de organizaciones de IPLC.
Los IPLC están realizando una labor más amplia para mejorar tanto las comunicaciones como el acceso a la financiación, tal como el ecosistema de financiación Shandia, que incluye al Fondo Territorial Mesoamericano y al Nusantara Fund.
“Realmente busca brindar un espacio para que los donantes financien directamente a los pueblos indígenas”, declaró Ndoen, así como la posibilidad de vincularse con las organizaciones de los IPLC en otras partes del mundo y aprender de ellas.
En Brasil, el Rio Negro Indigenous Fund canaliza el dinero donado por Noruega. La primera porción de unos $182 000 se destinó a 15 proyectos de cultura, seguridad alimentaria y sostenibilidad dirigidos por indígenas, según el Instituto Socioambiental (ISA), que trabaja con la Federación de Organizaciones Indígenas del Río Negro.
Campaign for Nature y RRI han trabajado para crear otro portal para la financiación de donantes llamado Community Land Rights and Conservation Finance Initiative o CLARIFI (Iniciativa de Financiación de los Derechos de Tenencia de Tierras y Conservación de la Comunidad) que busca aliviar “la complejidad de los marcos legales y financieros” para los IPLC, explicó O’Donnell.
En la misma línea, la “entidad de colaboración” Forests, People, Climate (Selvas, Personas y Clima) presentada en la COP27 en noviembre reúne a los donantes y las ONG en un intento por acabar con la deforestación financiando a las organizaciones de los IPLC.
El objetivo de Forests, People, Climate es crear la infraestructura que guíe la financiación a los IPLC, “básicamente, es un sistema de ‘tuberías’ para esta financiación”, dijo en un correo electrónico Lindsey Allen, directora ejecutiva de Climate and Land Use Alliance, que integra la entidad de colaboración.
“Colaboradores, no beneficiarios”
Sin embargo, el cambio necesario no se trata únicamente de obtener más dinero a nivel local, afirman los líderes de las comunidades indígenas. Tiene que ver también con cómo interactúan los grupos de IPLC con los donantes y las organizaciones intermediarias.
Se suele ver a los pueblos indígenas como “beneficiarios”, explicó Nadino Calapucha. “Pero no queremos ser beneficiarios. Queremos ser colaboradores”.
Ndoen destacó la importancia de encontrar un equilibrio con los donantes. “No es que nos dan dinero y nosotros trabajamos para ellos”.
Valérie Courtois de la Indigenous Leadership Initiative dijo que Canadá ha brindado un “excelente ejemplo” de este tipo de relación.
A pesar de la dolorosa historia con el gobierno, las Primeras Naciones Indígenas de Canadá ahora trabajan junto al gobierno nacional en iniciativas de conservación. A través del programa Indigenous Guardians, las Primeras Naciones desempeñan un papel fundamental en la gestión y protección de las vastas regiones boreales y árticas escasamente pobladas del país, que albergan los bosques intactos más grandes del mundo.
En 2018, los Dehcho de los Territorios del Noroeste protegieron 14 218 km2 de tierras importantes a nivel cultural. Esa superficie equivale casi al tamaño del Parque Nacional Serengeti en Tanzania, y alberga humedales y fauna, como alces, caribús y búfalos. En mayo de 2022, el gobierno canadiense siguió los pasos de la nación Dehcho y reconoció formalmente estas tierras como el Edéhzhíe National Wildlife Area (Reserva Nacional de Fauna Edéhzhíe) y ambos gobiernos acordaron que los guardianes Dehcho K’éhodi se implicarían integralmente en el cuidado de Edéhzhíe.
“Cuando la financiación va directamente a las naciones, de una manera que las reconoce como tales, los logros en el terreno tienden a aumentar”, afirmó Courtois.
El programa de guardianes, entre otras colaboraciones, favorece a las comunidades alejadas en tanto ofrece oportunidades de empleo y da un empujón a la economía, agregó Courtois. Sin embargo, también se ha modificado la relación entre las naciones. El gobierno canadiense ahora trabaja con las Primeras Naciones para proteger el paisaje, en lugar de ofrecer programas de ayuda unidireccionales a estas comunidades.
“Canadá nunca se atrevería a establecer programas para los Estados Unidos”, explicó Courtois. “Lo mismo se aplica en el caso de las naciones indígenas dentro de Canadá. Preferimos abordarlo como una colaboración”.
Tan importante como el impacto de los guardianes es el motivo por el cual estas comunidades hacen su trabajo, dijo Courtois. La motivación proviene de “un deber de responsabilidad hacia nuestra relación con las tierras”, que suele ser sagrada.
“No estaríamos aquí si no fuera por aquellos paisajes, y entendemos ese valor”, explicó Courtois.
De acuerdo con los defensores de los derechos indígenas, de a poco el mundo está empezando a apreciar la manera en que los IPLC interactúan con el medioambiente. Esto se debe, en gran medida, a que podría brindar la mejor posibilidad de sobrevivir a la crisis climática y de la biodiversidad.
“La comunidad global nos pide que invoquemos nuestros conocimientos ancestrales”, dijo Calapucha, “los conocimientos que nuestros abuelos y nuestras abuelas nos transmitieron”.
Los líderes de estas comunidades consideran que están listos para ayudar; ahora solo necesitan el apoyo del mundo.
“Nosotros, los pueblos indígenas y las comunidades locales, estamos listos para debatir. Estamos dispuestos a trabajar. Estamos dispuestos a abordar los problemas que han de ser abordados”, afirmó Levi Sucre. “Si las personas tienen buena voluntad, si los donantes tienen buena voluntad, lo resolveremos”.
Foto de banner: es redactor de Mongabay. Encuéntrelo en Twitter: @johnccannon.
Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2022/11/despite-pledges-obstacles-stifle-community-climate-and-conservation-funding/
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