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Inundaciones en el norte de Perú: “No se ha avanzado nada en prevención y más bien se han agudizado los problemas”

Personas cruzan a pie una quebrada activa por las lluvias en Morropón-Chulucanas, Piura. (Foto: Paul Sunción)

  • Ocho personas, incluyendo dos menores, han fallecido como consecuencia de las lluvias iniciadas a fines de febrero.
  • El proceso de reconstrucción no priorizó los proyectos necesarios, como el Plan Maestro del Río Piura y el drenaje pluvial para las ciudades.

La región Piura, en el norte del Perú, ha sufrido la peor temporada de lluvias desde el 2017, cuando el fenómeno de El Niño Costero dejó más de 20 400 damnificados, 2300 casas inhabitables y 2400 colapsadas solo en esta región.

Esta vez las alarmas se encendieron cuando el río Piura alcanzó, el último miércoles, un caudal de casi 1700 metros cúbicos por segundo en la estación Puente Sánchez Cerro, en el centro de la ciudad. La población temía un desborde similar al de hace seis años, pero el pico estuvo lejos de los 3400 m3/s registrados en 2017.

En el centro de Piura y en los distritos de Castilla y Catacaos, en Perú, decenas de familias cercanas al cauce del río han colocado sacos de arena y construido muros de contención al ingreso de sus viviendas y comercios para protegerse de un eventual desborde.

En calles y plazas de la ciudad, las lluvias han dejado su huella, formando varias cuencas ciegas con profundidades de hasta un metro. Dada la falta de drenaje pluvial, parte de la población ha vuelto a utilizar las redes de alcantarillado para las aguas pluviales, que se entremezclaban con aguas servidas debido al colapso de los desagües.

En el distrito de Tambogrande, sector del Medio Piura, en Perú, donde no existen defensas ribereñas y solo hay pequeños muros de contención, el río rebasó su cauce natural y se reporta 370 viviendas afectadas, al igual que 24 colegios y 5 centros de salud.

En el centro poblado Malingas de Tambogrande, la activación de la quebrada Carneros obligó a la población local a utilizar botes e improvisadas balsas para cruzar y abastecerse de alimentos o acudir a sus centros de labores o a atender sus cultivos, y volver hacia los caseríos que quedaron aislados.

El río Piura se desbordó en Tambogrande debido a la falta de descolmatación y defensas ribereñas. (Foto: Municipalidad Distrital de Tambogrande)

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Balance: 8 fallecidos y más de 1000 damnificados

Según el reporte oficial del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), institución que monitorea los daños y afectaciones por desastres, hasta ahora ocho personas, incluyendo dos menores de edad, han fallecido como consecuencia de las lluvias iniciadas a fines de febrero.

El temporal en Piura, Perú, deja también 1014 personas damnificadas y 9280 afectadas, además de 269 viviendas inhabitables, 73 destruidas y 3847 con daños severos.

Estas cifras se encuentran muy por debajo de las reportadas en 2017, salvo porque ese año también hubo 8 fallecidos. Pero aun así, la percepción de vulnerabilidad es muy similar.

“Yo siento que estamos igualitos, en la misma situación”, protesta María Chiroque, una madre de cuatro hijos que ha llegado al sector Viduque, en Catacaos, a ver cómo personal municipal coloca montículos de arena a orillas del río para prevenir desbordes. Viduque fue uno de los lugares que tuvieron que ser evacuados en 2017 debido al riesgo inminente.

El gobernador regional de Piura, Luis Neyra, tiene la misma percepción y lo dijo públicamente tras conocer las cifras del COER en una reunión con alcaldes provinciales. “Por supuesto que es lo mismo, yo también siento lo mismo. No se ha avanzado absolutamente nada en prevención, y más bien se han agudizado los problemas”, precisó.

La situación de vulnerabilidad es evidente por el número de caseríos que van quedando aislados: 232 en total, también según el COER. La mayoría de ellos están en Ayabaca, Huancabamba y Morropón, las tres provincias del Alto Piura, donde, además, se producen huaicos y deslizamientos que obstaculizan vías e incluso las destruyen. Este es el caso de la carretera Canchaque-Huancabamba, donde un derrumbe dejó incomunicados a los distritos de Sóndor, Sondorillo y El Carmen de la Frontera.

Un huaico dejó 2 fallecidos y 22 heridos en el distrito de Canchaque. (Foto: Delbert Cornejo)

La tragedia no da tregua. En Canchaque, Florentino Quispe pasó todo un jueves y un viernes buscando a su hijo de 16 años reportado como desaparecido luego de que un huaico arrasara con 8 viviendas, entre ellas la suya, y dejara otras 30 inhabitables en el sector La Esperanza.

El adolescente y una joven de 32 años fueron las dos víctimas mortales de este evento, que además dejó 22 personas heridas y otras 300 damnificadas, según la municipalidad distrital. “Lo único que queremos es encontrar el cuerpo de mi hijo antes de que vengan más aluviones”, clamaba Florentino, padre de otros tres jóvenes, consciente de que en solo 24 horas hubo 75 deslizamientos continuos en el mismo sector.

Ambos cuerpos fueron encontrados el viernes, mientras en Canchaque caía lluvia con granizo. Los heridos por el huaico tuvieron que ser trasladados en un helicóptero de la Policía a centros de salud de Piura y los damnificados fueron acogidos por la municipalidad distrital, así como por familias particulares en Palambla y San Miguel de El Faique.

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Piura: de emergencia en emergencia en el Perú

“Piura está en un nivel alto, estamos en grado 4 de afectación, es una de las regiones más afectadas”, reconoce Luis Helguero González, ministro de Comercio Exterior y Turismo, asignado a esta región para atender la emergencia por lluvias.

El pasado 3 de marzo, el Ejecutivo declaró en estado de emergencia a 50 de 65 distritos de Piura. A la semana siguiente tuvo que ampliar la medida a toda la región porque las lluvias continuaban.

Para el gobernador regional, Luis Neyra, la medida sirve de poco, ya que no viene acompañada de recursos. “El presupuesto para la emergencia es de las municipalidades y del Gobierno Regional, [el gobierno nacional] no ha entregado ni un céntimo para afrontar este periodo lluvioso”, señala.

Un niño sale de bañarse de la quebrada Carneros, en Tambogrande, en medio del anuncio de una nueva tormenta en Piura, Perú. (Foto: Malú Ramahí)

En los últimos seis años, desde El Niño Costero de 2017, el Ejecutivo ha emitido 25 declaratorias de emergencia para Piura y otras regiones, como consecuencia de las lluvias: en total 1440 días calendario, el equivalente a cuatro años en estado de emergencia.

Según Luis Neyra, el Gobierno Regional ha destinado unos 3 millones de soles (unos 790 mil dólares) al alquiler de maquinaria para remover escombros, liberar vías y evacuar aguas pluviales, ya que no cuentan con maquinaria propia. “Lo que necesita Piura son soluciones definitivas. Si hay alerta de El Niño Costero, eso ya es nivel 5. Y si el próximo Niño nos coge sin esas obras, los esfuerzos que podamos hacer van a ser sobrepasados”, agrega la autoridad.

El gobernador se refiere a la “alerta de Niño Costero” que ha emitido la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno del Niño (Enfen), que advierte un aumento del calentamiento del mar con lluvias que podría prolongarse en los próximos meses.

Hasta el momento, la intensidad de las lluvias, acompañadas de tormentas eléctricas, eran atribuidas al ciclón Yaku, un fenómeno del que no se tenía registro desde hace cuatro décadas. “Antes Yaku no se estudiaba como ahora, que ha vuelto a aparecer y es el responsable de la exacerbación de las precipitaciones en la zona norte del país”, asegura Jorge Carranza, director del Senamhi Piura.

Carranza explica que Yaku intensificó las lluvias principalmente en la cuenca del río Piura. “La intensidad de Yaku ha sido tal que lo que ha debido llover en 30 días (marzo) ha llovido en 3 o 4 días. Varias de las estaciones [meteorológicas] han superado sus valores normales”, sostiene.

De acuerdo con el especialista, las lluvias torrenciales superan la capacidad de absorción del suelo y por eso es que se originan varias cuencas ciegas en la ciudad, mientras que en el caso de la zona altoandina, donde el terreno es inclinado, el agua discurre con fuerza, activa quebradas y genera deslizamientos.

En tanto, en el Bajo Piura, el exceso de lluvias hizo crecer la Laguna La Niña, donde desemboca el río, que terminó desbordándose en un tramo de una carretera crucial para el traslado de minerales. Según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), quedaron destruidos 120 metros de la vía que une Bayóvar, en Sechura, con Chiclayo, en la región Lambayeque. Un grupo de pasajeros quedó varado y un camión de carga pesada estuvo a punto de ser arrastrado por el agua. Personal policial y del Ejército llegaron hasta la zona para ayudar con las labores de rescate.

La Laguna La Niña, donde desemboca el río Piura, en Sechura, excedió su capacidad y destruyó 120 metros de la carretera Bayóvar-Chiclayo. (Foto: COEN)

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Reconstrucción pendiente

Las autoridades y población piurana coinciden en que el proceso de Reconstrucción con Cambios, iniciado tras El Niño Costero de 2017, no priorizó los proyectos más urgentes o necesarios, y más bien se abocó a obras que no corresponden a reconstrucción o no necesariamente reducen el nivel de vulnerabilidad de las personas.

En diálogo con Mongabay Latam, el alcalde provincial de Piura, Gabriel Madrid, cuestionó que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) haya destinado, por ejemplo, S/ 173,4 millones (alrededor de 45,5 millones de dólares) a la construcción de la vía La Costanera, una carretera principalmente turística que une las tres provincias del litoral piurano. “Eso no era urgente, hay otras obras más necesarias”, reclama Madrid.

Por otro lado, recuerda que varias obras de pistas, veredas, agua y alcantarillado fueron ejecutadas con serias deficiencias, como es el caso de la rehabilitación del casco urbano del centro histórico de la ciudad, obra inaugurada en mayo de 2022 que costó más de S/ 7,5 millones (casi 2 millones de dólares) y que hoy se encuentra con baches y huecos en el asfalto.

Parte de la inversión del proceso también ha estado dirigida a infraestructura educativa y de salud, pero hoy en la región hay 98 instituciones educativas y 91 establecimientos de salud afectados por las lluvias, de acuerdo con el reporte del COER.

Distritos como Piura, Castilla y Catacaos carecen de drenaje pluvial y continúan vulnerables ante las lluvias en Perú. (Foto: Carlos Chunga)

A la fecha, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) ha invertido más de 23 mil millones de soles (cerca de 6 mil millones de dólares) en unas 8 mil intervenciones de prevención y restablecimiento de infraestructura afectada por las inundaciones de 2017 en 13 regiones. La entidad pasará a llamarse Autoridad Nacional de Infraestructura, según anunció el gobierno.

Para Christopher Parodi, subdirector regional en Piura de la ARCC, la meta nunca fue reducir la vulnerabilidad a cero. “No podemos anular al 100 % la vulnerabilidad. Sí va a haber menos daño que antes, pero este no va a ser nulo, eso es imposible”, considera Parodi. Esto se traduce, agrega, en un menor tiempo de inundación o en menos cuencas ciegas en la ciudad, por ejemplo.

El funcionario explica que cuando se diseñó el Plan Integral de Reconstrucción se tomó en cuenta las necesidades de cada localidad. “Eso nació justamente de cada una de las municipalidades, que nos alimentaron de sus propias necesidades y realidades, en base a eso se aprobó”, sostiene.

Los dos grandes proyectos de reconstrucción para la región son el Plan Maestro del Río Piura y el drenaje pluvial en Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre para el control de inundaciones. Estos están a cargo de la ARCC, pero su avance es mínimo. A la fecha, no se cuenta con los expedientes técnicos, sino solo con planes previos, y su ejecución depende de un acuerdo con el Reino Unido vía Gobierno a Gobierno (G2G), según la ARCC.

Si bien en el río Piura se realizó trabajos de descolmatación y construcción de defensas ribereñas con el fin de controlar su cauce, estas obras son menores frente a lo que se establece en el Plan Maestro. Este proyecto consiste en un manejo integral de la cuenca, que incluye la reforestación y la construcción de reservorios en la parte alta, y la salida al mar por Sechura, en el Bajo Piura.

Un agricultor camina por sus cultivos afectados por las lluvias en Lágrimas de Curumuy, Medio Piura, Perú. (Foto: Carlos Chunga)

Han transcurrido seis años y lo que se ha hecho son paliativos, actividades de emergencia”, dice Hermer Alzamora, decano en Piura del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), quien señala que la solución definitiva al problema siempre ha sido ejecutar el Plan Maestro en su totalidad, que demanda de un presupuesto que asciende a 4 mil millones de soles (más de mil millones de dólares).

Alzamora explica que sin este proyecto se requerirá trabajos de descolmatación permanentes, lo cual implicaría un gasto mayor todos los años. Pero implicaría, a la vez, que continúe desbordándose en algunas zonas como Chulucanas, Tambogrande y el Medio Piura.

Según la Dirección Regional de Agricultura, hay más de 3000 ha de cultivos y unos 2500 km de canales afectados por las lluvias en toda la región. La mayoría se encuentra cerca de la cuenca del río en el Medio Piura y se trata principalmente de pan llevar, aunque también se ha perdido productos de exportación (como el banano orgánico) y cabezas de ganado vacuno y caprino.

Paradójicamente, esos mismos productores también son afectados cuando ocurre todo lo contrario, la sequía, lo que también amerita declaratorias de emergencia. La región, por lo pronto, continuará recuperándose de los estragos de las lluvias, mientras el clima parece dar una tregua en medio de la expectativa por el anuncio de un nuevo Niño Costero.

Imagen principal: Personas cruzan a pie una quebrada activa por las lluvias en Morropón-Chulucanas, Piura. (Foto: Paul Sunción)

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