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#EnCorto: Tres claves para saber cómo el zopilote rey mejoró prácticas de manejo forestal en la selva maya

Nuevo Bécal

La población más conservada de zopilote rey se encuentra en Calakmul. Foto: Cortesía FSC GD

  • En el municipio de Calakmul, en Campeche, se encuentra el ejido Nuevo Bécal. Esta comunidad ha comprobado que el manejo forestal mejora la calidad de vida y es compatible con la conservación de la vida silvestre y su hábitat.
  • Nuevo Bécal destinó 427 hectáreas de su territorio al santuario de una de las aves carroñeras más imponentes y que la deforestación colocó en Peligro de extinción en México.

Los antiguos mayas veían al zopilote rey (Sarcoramphus papa) como un intermediario que comunicaba a la humanidad con los dioses. Su gran envergadura, de 1.93 metros, hace comprender fácilmente por qué se le pensaba como un ave especial. Basta con verlo surcar el aire.

En el ejido Nuevo Bécal, ubicado en la selva maya del estado de Campeche, en México, esta especie aportó un aprendizaje: que el manejo forestal mejora la calidad de vida de una comunidad y es compatible con la conservación de la vida silvestre y su hábitat.

“Para nosotros, en el ejido, el zopilote rey es una especie emblemática con la que estamos orgullosos de contar y que estamos comprometidos a conservar a pesar de las actividades económicas que impulsamos”, dice Lucio López, ejidatario e ingeniero forestal a cargo del comité de vigilancia en el ejido.

¿Cómo lograron este equilibrio? Te lo explicamos en tres claves.

En Balam-Kú se han identificado dos lugares que son usados por los zopilotes rey como sitios de descanso. Foto: Cortesía Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía del estado de Campeche.

¿Cómo es el zopilote rey?

Sus ojos blancos, profundos y poderosos hacen mancuerna con su olfato para ubicar a sus presas desde las alturas y a grandes distancias. Su cabeza está desnuda, coloreada por una paleta de tonalidades rojizas. Sus 80 centímetros de estatura y hasta 14 kilos de peso lo vuelven una figura imponente ante otros carroñeros.

Tiene un plumaje gris alrededor del cuello, mientras que el resto de su cuerpo pareciera vestido por una elegante túnica de plumas blancas con remates negros.

Al ser una especie americana y tener una gran capacidad de vuelo, habita desde México hasta Uruguay, incluyendo selvas icónicas como las de Centroamérica, el Yasuní ecuatoriano y la Amazonía.

En México, se distribuyó hasta Veracruz, en el lado del Golfo de México, y en el Pacífico hasta Sinaloa. Sin embargo, sus poblaciones han decrecido por la deforestación, según el programa de acción para esta especie publicado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

El zopilote rey se encuentra clasificado como especie en declive, pero de preocupación menor, por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En México, la norma oficial mexicana 059-ECOL-2001 lo cataloga en Peligro de extinción, mientras que la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Silvestres (CITES) lo incluyó en su apéndice III, como Amenazado o hasta en Peligro de extinción en al menos un país: Honduras.

Un zopilote rey (Yruvú ruvicha) o king vulture, en la copa de un árbol en el Chaco paraguayo. Foto: Andrea Ferreira.

¿Cómo han logrado conservarlo?

Nuevo Bécal tiene como territorio un macizo forestal de 51 163 hectáreas en el municipio de Calakmul, Campeche. De esta superficie, el ejido conserva 427 hectáreas como santuario del zopilote rey desde hace más de una década. En este espacio, la comunidad prohibió actividades extractivas como cortar árboles, cazar animales e, incluso, las visitas a esa área son sumamente cuidadas.

El experimento con la reserva del ave se encargó de romper tabúes y ha transformado la manera en que los ejidatarios entienden el manejo del paisaje. En 2007, la comunidad se planteaba la posibilidad de tener un programa para aprovechar la madera de sus terrenos forestales, pero los ejidatarios miraban las áreas de conservación como un obstáculo para sus planes. Ahora el 99 % de la superficie del ejido —50 689 hectáreas— está inscrita como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación, lo que la convierte en la mayor registrada en México.

En 2014, alentados por los buenos resultados del santuario del zopilote real, los ejidatarios decidieron destinar 2283.6 hectáreas de su territorio a la conservación, para acceder al programa de pago por servicios ambientales de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). De ahí obtuvieron una nueva fuente de financiamiento: durante cinco años recibieron una compensación por mantener la salud del ecosistema.

Dos años más tarde, en 2016, el ejido recibió su primera certificación por su cadena de custodia en la extracción de madera, que incluye especies como el ramón (Brosimum alicastrum), el pucté (Bucida buceras L.), el chaká (Bursera Simaruba) o el chicozapote (Manilkara zapota). Esta certificación ha tenido un impacto positivo al elevar el precio de la madera que Nuevo Bécal vende y exporta.

“El ejido puede vivir netamente de su actividad forestal. Esta diversificación hacia actividades de conservación nos ha ayudado a mantenernos incluso durante la pandemia, cuando cayeron algunas exportaciones”, explica Lucio López. “Estas certificaciones —señala— nos hacen ver que estamos haciendo las cosas bien y que lo podemos demostrar”.

Nuevo Becal-México
Con este certificado, el Ejido de Nuevo Bécal puede demostrar con datos que el manejo forestal que realizan también conserva la biodiversidad. Foto: Ejido Nuevo Bécal.

El zopilote rey en la ciencia

En la actualidad aún existe un conocimiento limitado sobre la vida del ave. En Calakmul, algunos de los registros más viejos de la literatura científica disponible sobre el zopilote rey, se remontan a los años noventa.

La bióloga Sophie Calmé, es una de las investigadoras del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) que han estudiado a las poblaciones del Sarcoramphus papa en Nuevo Bécal. Sus trabajos, junto a los de otros científicos, han ayudado a conocer más acerca de los hábitos del carroñero.

Sin embargo, lo más importante de las investigaciones ha sido la confirmación de que las poblaciones de Calakmul son las mejor conservadas en el país. En nuevo Bécal, la información sobre el alto valor de su dormidero —el sitio donde se congregan los individuos— movilizó a la sociedad civil.

Conscientes de la importancia de preservar el hábitat como condición indispensable para conservar la especie, distintas organizaciones sociales, entre ellas Uyoolché A.C., gestionaron la inclusión del ejido en un programa de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para la obtención de un fondo financiero.

“La integridad de estos sitios muy particulares, como el dormidero del Santuario del Zopilote Rey, es clave si se pretende seguir conservando la especie. Por su sensibilidad a la presencia humana o su dependencia al agua, en la estrategia es más que necesario crear este tipo de santuarios”, explica Calmé.

En 2012 se creó el santuario del zopilote rey. Foto: Juan Mayorga.

Lee la historia completa aquí.

*Imagen principal: La población más conservada de zopilote rey se encuentra en Calakmul. Foto: Cortesía FSC GD.

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