- Importantes bancos e instituciones financieras, como BlackRock, BNP Paribas, HSBC y Santander, siguen teniendo importantes participaciones en empresas cárnicas vinculadas a la deforestación ilegal en la región paraguaya del Gran Chaco o les prestan servicios financieros.
- Un informe del grupo de defensa de derechos Global Witness publicado en marzo dice que estas instituciones financian a sabiendas a comerciantes de carne vacuna acusados de tener vínculos con la deforestación a pesar de las advertencias hechas en 2020 por la ONG Earthsight, con sede en el Reino Unido, sobre el impacto de la industria de la carne vacuna en el Gran Chaco.
- Casi todos los bancos, gestores de inversiones y fondos de pensiones mencionados en el nuevo informe son miembros de iniciativas voluntarias para revertir y eliminar de sus carteras de productos la deforestación provocada por las materias primas.
De acuerdo con un informe publicado por el grupo de defensa de derechos Global Witness, algunos de los bancos e instituciones financieras más grandes del mundo están ayudando a financiar empresas cárnicas vinculadas a la destrucción del Gran Chaco paraguayo.
La lista incluye a los gigantes de la inversión BlackRock y Vanguard; a las entidades crediticias BNP Paribas, HSBC, Santander, J.P. Morgan y Bank of America, y al fondo de pensiones APG entre las instituciones que realizan grandes inversiones en empresas vinculadas a la deforestación ilegal y el acaparamiento de tierras.
«Nuestra nueva investigación demuestra que los bancos continúan prestando servicios y manteniendo participaciones en empresas vinculadas a la deforestación y a los abusos contra los derechos humanos, incluso cuando se comprometieron de manera pública a no hacerlo», dice el informe titulado Cash, Cattle and the Gran Chaco: How financiers turned a blind eye to Paraguay’s deforestation crisis (‘Dinero, ganado y el Gran Chaco: Cómo las financiadoras hicieron la vista gorda ante la crisis de la deforestación en Paraguay’).
Aun después de que se hiciera público en 2020 que la deforestación había entrado en las cadenas de suministro de las compañías cárnicas, las instituciones financieras “siguieron manteniendo e incluso acelerando las inversiones”.
La región paraguaya del Gran Chaco alberga el segundo bosque más grande de Sudamérica, que cubre alrededor del sesenta por ciento de Paraguay, así como también zonas de Argentina, Bolivia y Brasil. Tiene una de las tasas más elevadas de deforestación tropical en el mundo —Paraguay perdió una cuarta parte de su cubierta forestal neta entre 2000 y 2020, es decir, unos 5,2 millones de hectáreas, una superficie casi dos veces mayor que la de Bélgica—.
El principal causante de la deforestación en el Gran Chaco es la ganadería.
Esta pérdida sostenida, a pesar de que el Gran Chaco fue designado área protegida en 2001, está causando efectos perjudiciales a los cuarenta y nueve mil indígenas que viven allí. Es el hogar del único grupo indígena “sin contacto” conocido en Sudamérica fuera del Amazonas, llamado ayoreo totobiegosode. Hace casi treinta años que este grupo está luchando por sus tierras ancestrales luego de haber sido expulsado por empresas ganaderas que obtuvieron derechos sobre su territorio.
En 2020, la ONG con sede en Londres Earthsight publicó un informe titulado Grand Theft Chaco en el que acusaba a la empresa cárnica brasileña Minerva y la procesadora cárnica Frigorífico Concepción de comprar ganado a dos ganaderos responsables de acaparar las tierras y talar el bosque en las tierras ancestrales de los ayoreos totobiegosode en el Gran Chaco.
Global Witness se apoyó en las conclusiones originales de Earthsight para elaborar la base de su nueva investigación y agregó nuevos datos financieros para revelar quiénes están detrás de las operaciones ilegales de los comerciantes de carne vacuna.
“En el informe de Earthsight se hizo fuertes acusaciones sobre cómo procesadoras de carne de Paraguay habían sido abastecidos por sucursales bien conocidas por deforestar tierras indígenas”, le contó a Mongabay Charlie Hammans, asesor de sociedad civil en Global Witness. Lo que no había cubierto era los actores financieros que financiaban estas operaciones.
“La realidad es que muy poco ha cambiado dos años después”, dijo Hammans.
A lo largo de 2021, Minerva compró ganado a Yaguarete Porá, una empresa ganadera de capital brasileño. Entre 2015 y 2019, la empresa fue responsable de la destrucción de unas diez mil hectáreas de bosque dentro del Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode (PNCAT). La misma empresa también vendió ganado al Frigorífico Concepción.
“Estos bosques son la única fuente de alimento y medicina para estas comunidades indígenas y la ausencia de instituciones públicas ha hecho que muchas familias se enfrenten a la enfermedad, la desnutrición y la muerte”, comentó Ana Romero, representante de la Unión Juvenil de Indígenas del Paraguay.
Romero dijo que la deforestación ha provocado la contaminación de los pueblos. Las empresas introducen en los hornos los densos árboles de madera dura que crecen lento en el Gran Chaco para producir carbón de alta calidad que se envía a todo el mundo. Sin embargo, estos hornos suelen ser instalados cerca de las casas de aquellos que no pueden escapar de las oscuras nubes grises de humo.
El Gran Chaco también alberga grandes mamíferos, muchos de ellos amenazados, como el jaguar (Panthera onca), el pecarí del Chaco (Catagonus wagneri) y el tapir amazónico (Tapirus terrestris). El auge de las industrias cárnica y láctea en Paraguay ha contribuido a la pérdida de hábitat de muchas de estas especies, con pocas políticas públicas enfocadas en la conservación sustentable de los focos de biodiversidad importantes de la región.
“Las instituciones no aceptan ni tienen en cuenta las numerosas denuncias que hacemos sobre la tala ilegal en nuestros territorios”, dijo Romero a Mongabay. “El mayor mal que tenemos en el país es precisamente la corrupción, y abarca a todas las instituciones públicas”.
En respuesta a las acusaciones en el informe de Global Witness, Minerva comentó que “no hay deforestación ilegal, uso de mano de obra análoga a la esclavitud o al trabajo infantil ni embargos medioambientales en la cadena de suministro de Minerva Foods”.
También negó cualquier relación con Yaguarete Porá, argumentando que el proveedor “no está registrado en la base de datos de Minerva Foods” y que “nunca hubo compras del referido ganadero”.
Sin embargo, en el informe de impacto global de Yaguareté Porá publicado en 2021 y visto por Mongabay, la empresa informa haber vendido productos a Athena Foods, filial de Minerva, con sede en Chile.
Frigorífico Concepción no respondió a las solicitudes de comentarios.
No retroceder
De acuerdo con el informe, aun después de que Earthsight hiciera públicos los informes de deforestación en las cadenas de suministro de Minerva y Frigorífico Concepción en 2020, las instituciones financieras mantuvieron o incluso “aceleraron” sus inversiones en las dos empresas.
“En lugar de que haya algún tipo de indicio de que los bancos se están retirando, encontramos ejemplos de que estos bancos están duplicando y aumentando sus inversiones”, dijo a Mongabay Veronica Oakeshott, responsable de la campaña forestal de Global Witness.
El valor de la participación de Santander aumentó un mil por ciento, muy por encima del incremento del precio de las acciones, lo que sugiere que compraron más acciones entre 2020 y 2022. También ganó casi quinientos mil dólares al prestar servicios financieros como la suscripción de bonos a Minerva, al igual que HSBC y J. P. Morgan.
Santander fue el único banco que respondió a Mongabay, afirmando que “no financia a sabiendas ninguna actividad que conduzca a la deforestación ilegal o a incursiones en territorios indígenas”.
Durante el mismo período, el fondo de pensiones neerlandés APG y el banco francés BNP Paribas casi duplicaron el valor de sus acciones en Minerva, en un momento en el que el precio de las acciones de Minerva se incrementó en una cantidad similar. Las acciones de APG aumentaron su valor de 7 a 13,7 millones de dólares, mientras que las de BNP pasaron de 740 000 a 1 millón de dólares. Ninguna de las dos empresas hizo comentarios en respuesta a las peticiones de Mongabay.
Tanto BlackRock como Vanguard han mantenido sus inversiones en Minerva desde el informe de Earthsight, pero el valor de sus participaciones ha disminuido ligeramente en unos cientos de miles de dólares.
Sin embargo, ambas compañías estadounidenses han mantenido inversiones millonarias y las han aumentado en la empresa frigorífica desde que se declaró ilegal la deforestación causada por Yaguarete Porá en el PNCAT en 2018. Entre septiembre de 2019 y diciembre de 2022, la participación de BlackRock en Minerva se multiplicó casi por cinco, hasta los 4,78 millones de dólares, muy por encima del aumento de la cotización en bolsa de la empresa, lo que sugiere que compraron más acciones entre 2019 y 2020.
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Durante el mismo período, la gestora de fondos de inversión estadounidense Vanguard casi duplicó el valor de sus acciones en Minerva, de 4,54 millones de dólares a 8,56 millones, en un momento en el que el precio de las acciones de Minerva aumentó en una cantidad similar.
Cuando se le pidió un comentario, Vanguard dijo a Mongabay que su equipo de inversión “se compromete con los consejos de administración y los ejecutivos de las empresas en cartera para entender cómo supervisan, abordan y divulgan los riesgos materiales desde el punto de vista financiero, incluidos los riesgos ambientales como la deforestación”.
Añadió que “Vanguard es signatario de CDP Forests, un esfuerzo para abogar por una mejor divulgación de los riesgos materiales de la deforestación por parte de las compañías públicas”.
Los compromisos de la ONU sobre biodiversidad
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), celebrada el pasado mes de diciembre en Montreal, muchas compañías presionaron a favor de un nuevo acuerdo mundial que obligue a las grandes empresas transnacionales y a las instituciones financieras a evaluar y divulgar sus riesgos, impactos y dependencias en cuanto a la biodiversidad de todas sus cadenas de valor y carteras.
BlackRock fue una de las organizaciones que impulsó las medidas de autoinforme. Bank of America, que avaló un bono de 285 millones de dólares para el Frigorífico Concepción en 2021, el año luego de que el informe de Earthsight lo vinculara con la deforestación, también presionó para que el sector privado presentara informes obligatorios sobre riesgos, dependencias e impactos. Ninguna de las dos empresas respondió a las solicitudes de comentarios.
“Este informe resalta la necesidad de transformar de manera urgente nuestro sistema económico mediante la inclusión del verdadero valor de la naturaleza y las personas junto a los resultados financieros en la toma de decisiones y la divulgación de información”, comentó Eva Zabey, directora ejecutiva de Business for Nature, una coalición de empresas y organizaciones conservacionistas.
“Las empresas deben actuar ahora para evaluar y revelar los impactos materiales y las dependencias, establecer objetivos significativos basados en la ciencia, transformar sus modelos de negocio evitando y reduciendo los impactos negativos, regenerar y restaurar la naturaleza y abogar por políticas públicas más ambiciosas”.
Casi todas las empresas financieras mencionadas en el informe son signatarias de la iniciativa Gestores de Activos Cero Neto o miembros de la Alianza Bancaria Cero Neto (la única excepción es Vanguard, que dejó la iniciativa de gestores de activos a finales del año pasado). De acuerdo con Global Witness, ambos sistemas exigen a sus miembros que se comprometan a alcanzar un nivel cero de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, así como a fijar objetivos para eliminar y revertir la deforestación causada por las materias primas en sus carteras.
Los críticos sostienen que como estos compromisos son voluntarios, no garantizan una actuación adecuada.
“La constante exposición de estos gigantes financieros a la deforestación y a los abusos contra los derechos humanos, a pesar de sus compromisos voluntarios de emisiones netas cero, muestra la necesidad de que los gobiernos pongan en marcha leyes para acabar con los problemas relacionados a estas carteras”, dice el informe.
“Ha habido un gran número de acuerdos voluntarios con el paso de los años”, agregó Oakeshott. «Una y otra vez, por desgracia, no cumplen sus objetivos».
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Referencias:
Milán, M. J., & González, E. (2022). Beef–cattle ranching in the Paraguayan Chaco: Typological approach to a livestock frontier. Environment, Development and Sustainability, 1-26. doi:10.1007/s10668-022-02261-2
Mereles, M. F., Céspedes, G., Cartes, J. L., Goerzen, R., De Egea-Elsam, J., Rodríguez, L., … Cacciali, P. (2019). Biological corridors as a connectivity tool in the region of the Great American Chaco: Identification of biodiversity hotspots in the ecoregions of the Paraguayan Chaco. Research in Ecology, 2(1). doi:10.30564/re.v2i1.1324
Imagen principal: Los jaguares aún merodean por el Chaco, pero necesitan grandes extensiones de bosque contiguo para sobrevivir y reproducirse. Como los bosques son destruidos, quedan pocos de estos paisajes intactos. Foto: Eduardo Merille vía Flickr (CC BY-SA 2.0).
Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2023/04/report-links-financial-giants-to-deforestation-of-paraguays-gran-chaco/
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