- Adoptar la gestión medioambiental como un componente central del modelo de negocios extractivo ha sido prioritario en las últimas dos décadas. Así, el término "sostenibilidad" describe no solo políticas corporativas sino también a las propias industrias mineras y de hidrocarburos.
- El objetivo de una EIA es identificar, describir y cuantificar todos los impactos potenciales; por lo que su solicitud es una necesidad. Con ello se busca evitar, minimizar, remediar y compensar todo el daño medioambiental.
- Con frecuencia, señala Killeen, los comentarios se absuelven y rara vez se cancela un proyecto. De hecho, se agregan procesos de consulta y, cuando se ejecutan correctamente, pueden mejorar sustancialmente la rentabilidad de una mina, ya que limita los costos de mitigación ambiental y evita conflictos con las comunidades originarias.
Los impactos irreversibles causados por la extracción de minerales y las responsabilidades financieras impuestas por los sistemas judiciales de las economías avanzadas han obligado a las empresas adoptar la gestión medioambiental como un componente central de su modelo de negocios. Cuadrillas de empleados trabajan diligentemente para demostrar que sus empleadores están dedicados a preservar el medio ambiente y mejorar el bienestar de las comunidades locales. Para ello, cuentan con el apoyo de consultores, organizaciones no gubernamentales y funcionarios gubernamentales comprometidos con mejorar las prácticas del sector extractivo. Algunas empresas definen sus proyectos y operaciones de desarrollo como “ambiental y socialmente responsables” al tiempo que promueven el “uso racional” de los recursos no renovables. Cada vez más, la palabra sostenibilidad se utiliza para describir estas políticas corporativas, a pesar de la evidente disonancia cognitiva inherente cuando se utiliza la palabra para describir las industrias extractivas.
El proceso normativo que regula los impactos medioambientales y sociales causados por la exploración y explotación de minerales se organiza a través de un estudio técnico conocido como Análisis de Impacto Ambiental (EIA).
El objetivo de una EIA es identificar, describir y cuantificar todos los impactos potenciales. Los impactos medioambientales de la industria minera son bien conocidos y son el probable origen de la jerarquía de mitigación, resumida en: (1) evitar, (2) minimizar, (3) remediar y (4) compensar.
Ocasionalmente, una EIA puede dar lugar a la cancelación de un proyecto, pero lo más frecuente es que motive al promotor modificar algún aspecto particularmente nocivo del proyecto o a ofrecer una compensación más generosa a las comunidades afectadas. Hay dos grandes clases de impactos:
- Los impactos directos, derivados de la construcción y funcionamiento de la mina, pozo petrolero o activo de infraestructura asociado, como ser una instalación de tratamiento de desechos o ductos donde una falla causada por un defecto de diseño, un error humano o un acto de la naturaleza (por ejemplo, un terremoto) puede provocar a daños catastróficos al ecosistema natural y a las comunidades cercanas.
- Los impactos indirectos, más remotos y difíciles de cuantificar, como por ejemplo la deforestación en zonas donde existen activos de transporte clave (carreteras) o la degradación acuática causada por fugas y derrames recurrentes que pueden alterar los procesos ecológicos aguas abajo de los sitios mineros o yacimientos petrolíferos. A veces, esta clase de impactos secundarios son reales y significativos, sobre todo cuando dañan a comunidades establecidas desde hace mucho tiempo cuyos medios de vida dependen de los ecosistemas naturales.
Las EIA se desarrollan en paralelo con el Plan de Acción Ambiental (PAE), que tiene cuatro objetivos básicos que se ajustan a la jerarquía de mitigación.
Ambos instrumentos incorporan procesos de consulta y, cuando se ejecutan correctamente, pueden mejorar sustancialmente la rentabilidad de una mina, en parte al limitar los costos de mitigación ambiental y evitar conflictos con las comunidades. A pesar de los avances en el uso de la EIA como protocolo de gestión de riesgos, la industria minera está llena de ingenieros y geólogos de la vieja escuela que entiende a la EIA como un documento de relaciones públicas. A menudo, estos profesionales se guían por consideraciones de costos y cronogramas a corto plazo que se reflejan en su reputación como gerentes de proyectos. En consecuencia, la EIA se utiliza a menudo como una lista de verificación de las tareas que deben completarse al iniciar las operaciones mineras.
Por el contrario, empresas de avanzada utilizan los procesos regulatorios y de consulta para mejorar sus operaciones y proteger sus inversiones. Un proyecto controvertido puede ser objetado por organizaciones de la sociedad civil ante la opinión pública, y aunque las agencias reguladoras puedan estar pobladas de “aliados”, de todas maneras, los funcionarios reaccionarán ante la controversia retrasando la gestión. Una EIA mal ejecutada o un proceso de consulta deshonesto pueden paralizar un proyecto y destruir el capital financiero. Peor aún, las consecuencias imprevistas de un acontecimiento catastrófico pueden conducir a la quiebra cuando los ciudadanos perjudicados interpongan acciones legales a través de demandas civiles o cuando los gobiernos aplican multas y daños causados por negligencia.
Desde 2015, las empresas son conscientes de que los inversores les exigen que cumplan con los principios ESG, que incluyen compromisos para adoptar “las mejores prácticas de gestión”. No sorprende que estas sean casi un reflejo de la jerarquía de mitigación. A continuación, se presentan algunos ejemplos de los impactos medioambientales y sociales asociados con el sector extractivo en la Panamazonia.
Imagen destacada: Secadero de madera de balsa en el Amazonas. Crédito: Rhett A. Butler. Crédito: Rhett A. Butler.
“Una tormenta perfecta en la Amazonía” es un libro de Timothy Killeen que contiene los puntos de vista y análisis del autor. La segunda edición estuvo a cargo de la editorial británica The White Horse en el año 2021, bajo los términos de una licencia Creative Commons -licencia CC BY 4.0).