- Profonanpe informó a Mongabay Latam que el proceso de remediación se iniciará en las próximas semanas, en uno de los sitios impactados por el Lote 192. La limpieza en la zona se iniciará después de nueve años de iniciarse el pedido de las comunidades indígenas.
- En total, el Estado ha destinado 380 millones de soles para remediar 32 de los 188 sitios impactados en las zonas del Lote 192 y Lote 8, en las cuatro cuencas de Loreto. El Estado asumirá la remediación de los pasivos y sitios impactados que dejaron las empresas petroleras que no han asumido la grave contaminación en la zona.
Imagina vivir a pocos metros de yacimientos en dónde se extrae crudo día y noche. Tener que caminar a diario entre plantas pintadas de negro, charcos de lodo con hidrocarburo y pozos abandonados en pleno camino. Exigirle al Estado por nueve años que limpie un espacio contaminado donde comes, te bañas y sobrevives. Esa es la realidad que padecen los pobladores indígenas achuar de la comunidad de José Olaya, una zona devastada por la extracción petrolera tras más de 40 años de presencia de empresas que operaron en el Lote 192. El escenario de esta tragedia ambiental está en Andoas, en el límite entre Perú y Ecuador, desde donde las federaciones indígenas insisten en que los – al menos – dos sitios impactados o desechos de la actividad de hidrocarburos en sus territorios sean atendidos.
¿Cuál es la diferencia entre un pasivo ambiental y un sitio impactado? A diferencia de los pasivos ambientales petroleros, que son los daños que una empresa deja atrás luego de cerrar su operación, el Estado peruano denomina sitios impactados exclusivamente a los desechos de la exploración y extracción de crudo registrados en cuatro cuencas de la región amazónica de Loreto -Corrientes, Marañón, Pastaza y Tigre- y en los que una petrolera podría seguir trabajando. Este tratamiento particular a estos desechos tóxicos comenzó con la creación del Fondo de Contingencia para Remediación Ambiental en 2015. Un año después, se priorizó la remediación de 32 sitios impactados en Corrientes, Pastaza y Tigre. Hasta la fecha, la lista solo ha seguido creciendo, ahora son 193 los sitios impactados y ninguno ha sido limpiado.
“No es bueno para nosotros estar en zona petrolera porque la empresa se beneficia, el Estado se beneficia y a nosotros nos toca la contaminación. Si alguna vez la empresa nos ha apoyado, no ha sido de buena fe, siempre ha sido por presión de la comunidad, haciendo paro, reclamando”, cuenta Aurelio Pignola, ex apu de la comunidad de José Olaya.
Profonanpe, institución ambiental peruana a cargo de la remediación, dijo a mediados del 2023 que el yacimiento Shiviyacu, en el Lote 192, dentro del área de influencia de la comunidad de José Olaya, en Loreto, sería el primer pasivo ambiental en ser limpiado. Luego dijeron que la remediación se haría las primeras semanas de este año y que la empresa de capitales españoles, Tema Litoclean, se encargaría de ese trabajo valorado en 10.7 millones de soles (más de 2 millones de dólares). Al cierre de este reportaje, una fuente vinculada a estas negociaciones le confirmó a Mongabay Latam que el contrato con la empresa aún no ha sido firmado.
¿Cómo es la vida en la comunidad que ha sido seleccionada como el primer punto para ser remediado?¿qué piensan los dirigentes indígenas y cuánto ha avanzado el Estado? Esta es una historia donde no existe el malo de la película, básicamente, porque las autoridades peruanas no han terminado de identificar hasta hoy a los responsables de la contaminación de los puntos impactados por la actividad petrolera.
Sobrevivir al petróleo
En la comunidad se han podido identificar cuatro lugares contaminados: Shiviyacu, Forestal, Huayuri y Teniente López. En esas zonas, los lugareños tienen que convivir en un territorio con quebradas, pero también donde abundan las tuberías, charcos de petróleo y barriles con posibles contaminantes.
Durante los últimos años, han sido los propios pobladores indígenas los que han tenido que asumir la tarea de subsanar los daños causados por el crudo. En un recorrido que hizo un equipo de Mongabay Latam en 2023, pudo observar cómo la cantidad de sitios contaminados obligó a los pobladores de José Olaya a retirar la tierra manchada con crudo para meterla en bolsas de polietileno que dejó la empresa Frontera Energy, una de las últimas operadoras del Lote 192. El problema es que a veces, debido a la lluvia, las bolsas se rompen y el lodo mezclado con petróleo vuelve a salir.
“Cuando destruyen el bosque y el agua, también están acabando con nuestras plantas medicinales, con lo que nosotros nos curamos. Si nosotros no reclamamos no pasa nada”, dice el monitor ambiental de José Olaya, Natanael Sandi.
La situación de José Olaya es la misma de muchas otras comunidades como Doce de Octubre y Antioquía. En total, 46 comunidades indígenas quechua, achuar, shuar, kukama y urarina que esperan la remediación de sus tierras. Por primera vez, el Estado peruano desembolsará 10 millones de soles ( 2 millones 685 dólares aproximadamente) para subsanar un territorio lastimado por el petróleo, lo que sería un hito ambiental si la lentitud burocrática no lo impidiera.
Los apus de José Olaya, Francisco Pezo, y de Antioquía, Tomás Hualinga, estuvieron el 21 febrero de 2024 en Iquitos, en la reunión de la Junta de Administración que presiden los ministerios de energía y minas y del ambiente. La presencia de los dirigentes indígenas fue clave, pues ese día Profonanpe anunció que la propuesta de la empresa Tema Litoclean había obtenido la mejor calificación para iniciar la remediación ambiental en José Olaya.
Lo que preocupa ahora a las federaciones indígenas es el tiempo que tardará el Estado en empezar la limpieza de las áreas afectadas. Para el apu de José Olaya, Francisco Pezo, “es un hito que por primera vez en cuarenta años de explotación petrolera, el Estado peruano se hiciera cargo de los daños causados en su territorio”. Sin embargo, añade que no les han dicho hasta hoy cuándo empezarán las labores de remediación. “Todavía no tenemos fechas en que la empresa Tema Litoclean va ingresar a remediar. Como es la primera vez que se va hacer este tipo de trabajo, estamos atentos”, dice Pezo.
Nueve años de espera
Es larga la historia de José Olaya, donde técnicamente está ubicado el sitio S0111, identificado así en los documentos del Estado. En el 2019, este sitio fue parte de los primeros 13 Planes de Rehabilitación elaborados por el Minem. En esos estudios realizados en las comunidades aledañas a los lotes petroleros se identificaron metales tóxicos como arsénico, cadmio, cobre, cromo, mercurio, plomo, zinc, entre otros, que pueden ser riesgosos para la salud de la población, según figura en el expediente de OEFA .
En el proceso varias entidades del Estado como el Minam, Digesa, el Ministerio de Agricultura y el Gobierno Regional de Loreto emitieron opinión para la elaboración de los Planes de Rehabilitación. Más de 50 comunicaciones, resoluciones, memorandos y reuniones figuran en el proceso de remediación de este sitio. Mientras los procesos burocráticos avanzan, el día a día de los habitantes de la comunidad refleja la precariedad, ya que subsisten con pocos recursos económicos del comercio local y cazan animales que consumen agua contaminada, como el majaz o el sajino. ¿Podría la remediación emprendida por el Estado peruano devolverles sus bosques y manantiales?
Hasta el momento, los documentos oficiales del Minem solo reafirman lo que los pobladores de José Olaya reclaman por años. “Los derrames que se han producido han ocasionado daño ambiental, afectaron nuestro consumo del agua de la quebrada (fuente de agua comunal). Al contaminarse, se afectaron los peces, también los animales que iban a tomar el agua. Nos perjudicamos porque nosotros consumimos todo eso”, dijo Aurelio Pignola, el ex apu de la comunidad, a Mongabay Latam. Pignola asegura que sí hay responsabilidad de tres empresas que operaron el lote: Petroperú, Oxy y Frontera Energy.