- El líder indígena Mariano Isacama fue visto por última vez el 21 de junio por la noche, cerca del local de la comunidad nativa de Puerto Azul, ubicada en la ciudad de Aguaytía.
- Mientras se realizaba el recorrido para buscar a Isacama, la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo alertó que un grupo de colonos que viven en caseríos de la zona se organizaban para ingresar a los territorios indígenas.
- La Organización Regional Aidesep Ucayali tiene registradas a 40 personas de comunidades nativas en Ucayali y Huánuco que viven bajo amenazas o han sido asesinadas.
Actualización:
El cuerpo de Mariano Isacama fue encontrado el domingo 14 de julio al mediodía en una zona de campo en las afueras de la ciudad de Aguaytía, capital de la provincia de Padre Abad, al costado de una vía afirmada, a unos 2 kilómetros de distancia de la ciudad situada en la región amazónica de Ucayali. Así confirmó a Mongabay Latam Elías Noico, presidente de la comunidad indígena de Puerto Azul. Tras el hallazgo por parte del personal de Serenazgo, se informó a las autoridades municipales y a los dirigentes indígenas que llevaban varios días buscando a Isacama. El cuerpo fue trasladado a la morgue del centro de salud de Aguaytía y se espera la llegada de los representantes de la Fiscalía de Derechos Humanos, Interculturalidad y Terrorismo para que Isacama pueda ser trasladado a la ciudad de Pucallpa. Los líderes indígenas solicitan que se aceleren las investigaciones para dar con los responsables del crimen.
El líder indígena Mariano Isacama Feliciano desapareció el 21 de junio por la noche. Lo último que se supo de él fue que estaba en el local que tiene la comunidad nativa Puerto Azul en la ciudad de Aguaytía, en Ucayali, donde él vivía.
Después de las 9:30 de la noche de ese 21 de junio, Mariano Isacama no volvió a responder el teléfono y hasta ahora, tres semanas después, se desconoce su paradero. “El último viernes [21 de junio], a las 9:52 de la noche, dejó de registrar llamadas en su celular, la última vez que se le vio fue en el local comunal de Fenacoka, en Aguaytía. Antes Mariano había informado sobre amenazas vía mensajes anónimos de Whatsapp”, señala el comunicado emitido por la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka) el pasado 25 de junio.
El líder indígena, de 35 años, era el primer vocal de la junta directiva de la comunidad Puerto Azul, e integrante del equipo técnico de Fenacoka. Isacama trabajaba como enlace en la Dirección Regional de Pueblos Indígenas del Ministerio de Salud en la ciudad de Aguaytía, capital de la provincia de Padre Abad, en Ucayali. También era narrador deportivo y se le conocía por el sobrenombre de “Perú”.
Tras la desaparición, los dirigentes de Fenacoka y de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) denunciaron ante la Policía y la Fiscalía las sospechas de que personas vinculadas al narcotráfico estuviesen detrás de este hecho, debido a que Isacama participaba en las acciones para erradicar esta actividad ilícita del territorio comunal.
El pasado 10 de julio, un grupo de por lo menos 40 integrantes de la Guardia Indígena Kakataibo partieron a la comunidad de Puerto Azul, para buscar a Isacama. La brigada se organizó porque les informaron que el joven había sido asesinado.
Mientras el grupo de indígenas buscaba a Isacama, otra amenaza llegó al territorio Kakataibo. Un comunicado de Fenacoka alertó que un grupo de colonos —población no indígena que vive en caseríos y que en muchos casos ha invadido territorios indígenas— se estaba movilizando hacia una de las comunidades kakataibo para enfrentarse con ellos.
“Hemos tomado conocimiento de que hoy 11 de julio de 2024, grupos de colonos han convocado a una reunión en el kilómetro 86 de la carretera Belaunde Terry, para impedir las acciones de control territorial que nuestras guardias han tomado en respuesta a sus invasiones y agresiones”, señala el comunicado.
Las comunidades nativas kakataibo están ubicadas en la Amazonía peruana entre las regiones de Ucayali y Huánuco, departamentos que, junto con Pasco y Junín, se han convertido en una de las zonas más violentas del Perú por la confluencia de actividades ilegales, como el narcotráfico, la minería ilegal, y el tráfico de madera y de tierras.
La búsqueda del Mariano Isacama
El martes 9 de julio por la mañana —cuenta un líder indígena cuyo nombre mantenemos en reserva por seguridad—, dos personas se acercaron a una joven mientras lavaba ropa en un riachuelo, en la comunidad Puerto Azul. Los desconocidos le preguntaron si “conocía a Perú”, —sobrenombre de Isacama— la joven respondió que “no”. Fue entonces cuando, según narra el líder, le mostraron un video en un celular, en el que se veía a Isacama mientras era torturado.
Un día después de que la joven informará sobre este hecho a sus familiares y a los líderes de la comunidad, se organizó la búsqueda de Isacama. El 10 de julio, alrededor de 40 pobladores indígenas salieron a recorrer el territorio de Puerto Azul donde, según información recibida por la Guardia Indígena Kakataibo, habría sido llevado Isacama.
Uno de los líderes de Fenacoka cuenta que el día de su desaparición, Isacama fue captado por las cámaras de seguridad de una casa de apuestas que está cerca del local que pertenece a la comunidad de Puerto Azul, en Aguaytía. “En las imágenes que han visualizado la Policía y la Fiscalía se le ve dando vueltas, preocupado, hasta que recibe una llamada telefónica. Luego se va caminando y ya no se le ve más”, dice el dirigente indígena.
La información que recibió la Guardia Indígena Kakataibo era preocupante: indicaba que Isacama fue capturado en Aguaytía y trasladado por una carretera con dirección a Codo del Pozuzo, en Huánuco. “Esta vía atraviesa varios caseríos, es muy transitada y es corredor del narcotráfico y entran insumos químicos. Lo han secuestrado en Aguaytía, lo han llevado por esa zona y posiblemente lo han asesinado”, señala un líder del pueblo kakataibo que también prefiere mantener su nombre en reserva.
“Nos han comentado que nuestro compañero ya no está con vida. Y hemos visto cosas raras, como por ejemplo que se conectaba a sus redes sociales y escribía cosas que él no acostumbraba”, señaló a Mongabay Latam, Herlin Odicio, vicepresidente de ORAU, el día que salieron en su búsqueda.
Odicio también señaló que se ha denunciado ante la Fiscalía a tres personas sospechosas del crimen, quienes estuvieron enviando amenazas a Isacama a través de Whatsapp.
Los días posteriores a su desaparición, Isacama escribió mensajes privados a través de Messenger de Facebook a quienes intentaron comunicarse con él. Sin embargo, cuando le escribieron en su lengua nativa, dejó de responder. Una situación que los llevó a sospechar, con mayor razón, que quienes estaban detrás de estos mensajes eran los responsables de su desaparición y su posible asesinato.
Isacama no forma parte del Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos, que está a cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
“El lunes pasado [8 de junio], después de que culminamos la reunión de la federación, vimos que ingresaron en su cuenta de Facebook. Nos pusimos en alerta y le escribimos. La persona que respondió dijo que estaba en Huánuco, pero luego dijo que estaba camino a la frontera y que no iba a tener conexión con nadie. Ahí decidimos escribir en idioma kakataibo, fue cuando dejó en visto a todas las personas que le escribieron”, comenta Marcelo Odicio, presidente de Fenacoka, quien estuvo en esa reunión.
El caso de Isacama está a cargo de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional del Perú, como informaron a Mongabay Latam desde la XIII Macro Región Policial Ucayali, pero no brindaron más detalles.
Mongabay Latam también tuvo acceso a las amenazas de muerte que recibió Isacama vía Whatsapp y que estaban acompañadas por una fotografía de un arma. En uno de los mensajes le advierten que se aleje de una joven, por lo que la Policía sospecha que su desaparición podría responder a un tema personal, comenta Vladimir Pinto, representante de Amazon Watch en Perú. No obstante, los dirigentes indígenas de Fenacoka y ORAU consideran que no se debe descartar que se trate de represalias contra el pueblo kakataibo, debido a que sus líderes indígenas y de otros pueblos de las regiones Huánuco, Ucayali, Pasco y Junín, enfrentan constantes amenazas por parte de actores ilegales.
Hasta ahora, la búsqueda de Isacama no ha dado resultados. Para el viernes 12 de julio, los integrantes de la guardia indígena decidieron postergar estas labores debido a las malas condiciones climáticas. No obstante, durante los días de búsqueda ingresaron a varias comunidades nativas kakataibo para realizar actividades de patrullaje y vigilancia en estos territorios.
Un escenario de amenazas
Videos y audios en los que se convocaba a los colonos agricultores a reunirse para detener a la población indígena circularon el jueves 11 de julio. “Se les comunica a todos los posesionarios, a todos los agricultores a parar a los 100 nativos que están adentro. Hoy o nunca. No hay otra forma. Debemos entrar, no hay otro camino. Tenemos que ir más de 300 personas”, se escucha en los audios.
Tras la difusión de estos mensajes, Fenacoka emitió el comunicado en el que “advierte” al gobierno y al pueblo peruano, que están sufriendo un intento de acaparamiento de tierras, “para sembrar coca y monocultivos como la palma aceitera”.
En el documento se menciona que durante el recorrido de los territorios indígenas han “obtenido información sobre la existencia de pistas [de aterrizaje ilegales] y laboratorios clandestinos”. También exigen al gobierno que se ponga del lado de la legalidad y la seguridad, y se movilice para impedir enfrentamientos violentos.
“Nuestra guardia se encuentra desplegada en la frontera entre Huánuco y Ucayali. Alertamos a las autoridades que un primer grupo de parceleros se está movilizando hacia la comunidad de Unipacuyacu, ahí también está nuestra guardia organizada. Si se desatan episodios de violencia, o incluso pérdida de vidas humanas, los únicos responsables serán aquellos que están promoviendo estas invasiones ilegales de nuestros territorios”, concluye el comunicado.
Vladimir Pinto, de Amazon Watch Perú, señala que se trata “del agravamiento de una situación que ya se conoce, que es la tensión entre los colonos en la zona que ocupan áreas que están tituladas o pendientes de titulación para diversas comunidades indígenas y que ejercen presión sobre territorios comunales”.
Los líderes indígenas —agrega Pinto— consideran que la desaparición de Isacama tiene una connotación que agrava las tensiones existentes en la zona, que se suma a un escenario complejo de tensión territorial. En ese contexto, dice Pinto, la desaparición de una persona vinculada a las labores de dirigencia, genera mucha más incertidumbre y temores.
“Se necesita pensar en soluciones a mediano plazo, en cómo enfrentar el tema del narcotráfico en esta región que es el telón de fondo de todo lo demás”, precisa Pinto sobre las amenazas y violencia que se viven en esta parte de la Amazonía peruana.
El representante de Amazon Watch en Perú también menciona que se está presentando “una suerte de envalentonamiento por parte de algunos actores vinculados a la colonización irregular, debido al impulso que han sentido de parte del Congreso de la República con la modificatoria de la Ley Forestal. Parece que hay un entusiasmo por terminar de legalizar sus ocupaciones, que no han sido regulares ni legales”.
Pinto también comenta que el problema de amenazas y asesinatos a los líderes indígenas en la zona está presente desde hace tiempo, sobre todo desde el crimen de Arbildo Meléndez, ocurrido en abril de 2020. “La situación solo ha empeorado. Las alertas están suficientemente claras sobre la presencia del narcotráfico en la zona y cada vez avanzan más los cultivos ilegales. No hay una solución política frente al asunto, no ha habido mayor seguridad territorial para los kakataibo. Se necesita dejar de reaccionar como si cada problema fuera un hecho nuevo y se tiene que enfrentar el problema de fondo”, asegura.
A lo que se refiere Pinto es a la violencia en las regiones de la selva central. La presencia del narcotráfico y el tráfico de madera y de tierras en esta parte de la Amazonía peruana han convertido a las regiones de Ucayali, Huánuco, Pasco y Junín, en una zona de riesgo para líderes indígenas y defensores ambientales.
La Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) ha identificado que 40 personas de comunidades nativas en Ucayali y Huánuco viven bajo amenazas por parte de actores ilegales; algunos de ellos, ocho en total, han sido asesinados.
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) tiene en su registro 24 defensores ambientales y líderes indígenas desaparecidos y asesinados desde el año 2020. De ellos, cuatro corresponden al pueblo kakataibo. Se suma ahora, además, la desaparición de Isacama.
David Bazán, de la Defensoría del Pueblo de Pucallpa, señala que en la región Ucayali, si se compara con una década atrás, cada vez se ocupan más tierras y, en muchas ocasiones, se tratan de territorios de los pueblos ancestrales que son invadidos.
Bazán comenta que el año pasado la Defensoría del Pueblo contaba con un comisionado exclusivo para temas de defensores de derechos humanos y ambientales, pero que este año ya no se cuenta con un profesional que se encargue de este tema.
“La desaparición de Isacama se suma a una preocupante serie de incidentes que afectan a los líderes indígenas en la región, quienes enfrentan constantes amenazas en el ejercicio de su labor de defensa de sus territorios y derechos ancestrales”, se indica en un comunicado de ORAU.
La abogada Mar Pérez, de la CNDDHH, dijo a Mongabay Latam que hay otros dos casos de dirigentes kakataibo que desaparecieron entre agosto y diciembre de 2021, y que hasta el momento no han sido ubicados. “Es un modus operandi del narcotráfico en la zona”, destaca.
Imagen principal: Conferencia de prensa por la desaparición de Mariano Isacama. Foto: ORAU.
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