- El gecko de Lima (Phyllodactylus sentosus) hoy se encuentra principalmente en sitios arqueológicos de la capital de Perú, en donde pasó a estar En Peligro Crítico de extinción.
- Un proyecto de conservación interdisciplinario único ha reunido a biólogos y arqueólogos desde 2018 para salvar a la especie de la extinción.
- El proyecto incluye conservación in situ y ex situ, educación ambiental y, pronto, planes de translocación de ejemplares entre los sitios arqueológicos para impulsar la diversidad genética.
Durante más de dos décadas, José Pérez Zúñiga, investigador de la Universidad Cayetano Heredia de Lima, Perú, ha salido de noche, con la luz de una linterna, por las ruinas preincaicas de la ciudad en busca de un tesoro escondido. No se trata de artefactos antiguos de oro, sino de un gecko con motas doradas.
“Cuando recién empecé mi investigación, mis intereses eran científicos y mi objetivo era solo estudiar esta especie, pero hoy mi foco está en su conservación”, dice sobre su trabajo con el gecko de Lima (Phyllodactylus sentosus), una especie En Peligro Crítico de extinción.
Este reptil endémico del valle de Lima se encuentra casi por completo en un puñado de sitios arqueológicos esparcidos alrededor de la capital peruana. Hoy está amenazado por la urbanización, las especies invasivas y la reproducción endogámica. Arqueólogos y conservacionistas locales han estado trabajando juntos para salvar de la extinción a este raro reptil.
Desplazado del desierto
El gecko de Lima tiene un cuerpo de color ocre con rayas y manchas amarillas y marrones y mide solo 10 centímetros desde la cabeza hasta la cola. Cada uno de sus dedos largos se estrecha hasta formar una almohadilla adhesiva con forma de hoja. A diferencia de otros geckos, sin embargo, tiene dificultades para escalar superficies verticales. Durante gran parte de su historia, no tuvo necesidad de hacerlo.

El hábitat natural del gecko fue una vez una zona árida del desierto costero peruano, flanqueada por los ríos Rímac y Chillón. Aquí, se mantuvo escondiéndose debajo de peñascos durante el día y corriendo a toda velocidad por las arenas de noche para cazar insectos y arañas. No obstante, con la primera afluencia masiva de humanos, la suerte del reptil finalmente comenzó a agotarse.
La civilización lima surgió en el desierto peruano hace alrededor de dos milenios y comenzó a modificar el paisaje para alimentar a su población creciente y a redirigir los ríos para irrigar cultivos. “Hubo una disminución en la población de geckos alrededor de este período debido a la pérdida de hábitat”, afirma Alejandra Arana, investigadora de la Universidad Nacional de San Marcos que ha estudiado la historia genómica de la especie y ha sido coautora de un estudio reciente sobre el tema. “Luego se recuperó en números, pero la diversidad genética se perdió y la especie entró en un atasco genético”.
Después de cinco siglos, la cultura lima colapsó debido a guerras y factores ambientales, pero las civilizaciones posteriores, como la wari y la inca, redujeron el hábitat del gecko todavía más. Incluso así, fueron la llegada de los conquistadores españoles en 1526 y la conquista de Perú los eventos que hicieron que el reptil enfrentara su peor momento.

Los invasores tuvieron de compañía a especies invasivas. Gatos y perros domésticos, ratas grises y ratones caseros introducidos por los colonizadores a la nueva capital pronto se convirtieron en depredadores prolíficos del gecko, que se convirtió en presa fácil debido a sus pocas habilidades para escalar. “Los únicos depredadores naturales son las lechuzas comunes, los escorpiones y especies más grandes de reptiles”, explica Pérez Zúñiga, también un coautor del estudio. “Así que cuando recién aparecieron [los gatos y las ratas], las especies no dieron abasto”.
Sin embargo, los depredadores no eran la única amenaza. La ciudad creció y su expansión urbana devoró el desierto. Cuando la ciencia finalmente describió el gecko en los setenta, se creía que había desaparecido de todos lados, excepto por varios sitios arqueológicos en donde se aferró a la supervivencia. “Es casi irónico que, hoy en día, los vestigios de estas culturas preincaicas sean los últimos refugios para esta especie”, afirma Arana.
Un refugio entre ruinas
Después de su colapso, los limas dejaron no solo sus huesos y artefactos, sino más de 400 pirámides enigmáticas de adobe y arcilla conocidas como huaca, esparcidas alrededor de lo que se convertiría en la ciudad capital que lleva el nombre de la civilización. “Para los limas, las huacas eran centros que combinaban religión, ceremonia y política”, dice el arqueólogo Pedro Espinoza Pajuelo, director del sitio arqueológico del Complejo San Mateo Salado en el norte de la ciudad. “No obstante, hoy, estos son sitios importantes no solo para el legado y la arqueología del país, sino para la biodiversidad. En realidad, estas son algunas de las últimas zonas verdes de la ciudad”.
Los geckos han encontrado fragmentos de su hábitat previo del desierto en 12 de las huacas, con microclimas adecuados, presas de insectos abundantes y escondites laberínticos entre los recovecos y grietas de las estructuras. Aun así, para estos reptiles, los sitios son, a veces, santuarios no tan ideales.

Ratas y gatos callejeros se escabullen en los sitios para cazar los reptiles y así impactan directamente en sus poblaciones ya frágiles. “Un solo gato o una sola rata pueden causar mucho daño. Incluso en las huacas más grandes, las poblaciones apenas superan los 500 ejemplares, así que para una especie que está tan amenazada, cada pérdida es significativa”, sostiene Pérez Zúñiga.
Aun así, una amenaza más perniciosa viene de la urbanización. Rodeada por todos lados por la expansión urbana, cada huaca se ha convertido en una isla para los geckos que alberga, los cuales están separados entre sí por la ciudad. Ya bajo el padecimiento de una falta de diversidad genética, este aislamiento complica más las cosas. Las poblaciones han comenzado a mostrar signos de reproducción endogámica genética grave, lo cual aumenta su probabilidad de enfermedad y extinción dentro de la siguiente década.
Guardianes de los geckos
A fines de los noventa, Pérez Zúñiga empezó a visitar las huacas para monitorear y estudiar al gecko de Lima, en ese entonces observó que las excavaciones arqueológicas y la restauración de las estructuras habían perturbado de manera inadvertida a los reptiles. “Algunas prácticas de restauración, como cubrir grietas con yeso, estaban evitando que los geckos escaparan de los depredadores y se estaban sacando los escombros que funcionaban como escondites y nidos”, explica a Mongabay.
Para encontrar una solución, Pérez Zúñiga y sus colegas analizaron con los arqueólogos cómo podrían trabajar juntos para mejorar la conservación del gecko en las huacas. Esto evolucionó en un programa de conservación plenamente desarrollado, el proyecto Gecko de Lima. Desde entonces, cambios en la administración de los sitios han reducido las cantidades de depredadores mediante la captura no letal y han mantenido zonas de hábitat para el gecko, que se ganó la simpatía de los arqueólogos cuando se descubrió que se alimenta de insectos como escarabajos que dañan las estructuras. “Tanto las huacas como el gecko son el patrimonio de Perú, así que estamos trabajando juntos para protegerlos a ambos”, sostiene Espinoza Pajuelo.
A lo largo de los años, los descubrimientos de poblaciones remanentes de geckos de Lima fuera de las huacas, en las colinas que rodean la ciudad, han aumentado el rango conocido de la especie. Una cima, Cerro La Milla, donde se halló una población considerable de reptiles, está rodeada por uno de los barrios pobres más peligrosos de Lima. “Puede ser bastante peligroso trabajar para monitorear a la especie allí”, afirma Rosa María Urbano Cueva, una bióloga y educadora ambiental del proyecto Gecko de Lima.
Con cada población nueva del gecko descubierta, la necesidad de conservación se vuelve más urgente, sostienen los expertos. En 2019, varias universidades locales y el zoológico Parque las Leyendas, que tiene una huaca en su terreno, se enfocaron en construir una población de seguro en cautiverio. Hasta ahora, los resultados han sido mixtos. “Hemos tenido reproducción en cautiverio, pero la supervivencia de las crías ha sido muy baja para decir que fue un éxito, sin embargo, seguiremos intentando”, sostiene Pérez Zúñiga.

El programa de conservación está planificando otras opciones actualmente, inclusive la translocación de geckos entre las huacas para impulsar la diversidad genética. “Por el momento, estamos mapeando las poblaciones y estudiando la genética de cada población para determinar cómo podemos mejorar el flujo de genes y estamos buscando zonas del rango histórico donde las poblaciones se podrían reintroducir de forma segura”, afirma Pérez Zúñiga.
El reptil limeño
En una de las ciudades más grandes de América Latina, hacer que al público le importara que un pequeño reptil marrón estuviera en aprietos nunca iba a ser fácil, pero los conservacionistas de Gecko de Lima se enfrentaron con otro obstáculo. “Hay una creencia común en nuestro país de que los geckos son venenosos, como las serpientes. La gente les tiene miedo y a veces los matan, aunque en realidad son inofensivos”, dice Urbano Cueva.
Para cambiar estas percepciones, el equipo ha publicado información sobre la especie en los sitios arqueológicos y dado charlas a los visitantes en las huacas, el zoológico, escuelas locales y en línea. También se planea publicar un libro ilustrado para las infancias el próximo año que se distribuirá en escuelas.

“Muchos limeños [residentes de Lima] conocen sobre especies en peligro de extinción de los Andes, como el oso de anteojos y el cóndor, pero la mayoría de las personas no saben que el gecko existe. Así que esto es algo que estamos tratando de cambiar de forma activa con la próxima generación”, afirma Urbano Cueva.
El trabajo del proyecto de aumentar la concienciación del público sobre la conservación de la especie es fundamental, según Chris Woolley, un investigador del gecko de la Universidad de Wellington en Nueva Zelanda.
“La urbanización puede ser una gran amenaza para los reptiles y creo que a menudo las ciudades están infravaloradas para las oportunidades que ofrecen para la conservación”, comenta Woolley a Mongabay por correo electrónico. “Es fácil para las personas creer que la conservación es algo que sucede en lugares lejanos. Este es un ejemplo excelente que nos recuerda que compartimos ciudades con una gran variedad de vida silvestre y que nuestras acciones en los lugares en que vivimos determinan su futuro. El gecko de Lima es un embajador excelente para la conservación urbana”.
Aunque al gecko le puedan faltar el tamaño y el carisma de otras especies amenazadas, Urbano Cueva dice que el reptil tiene algo más a su favor: su ubicación. “Las personas de la capital pueden ser muy orgullosas y el gecko solo se encuentra aquí; es un verdadero limeño. Así que esperamos que mientras más aprendan las personas sobre esta especie, más apoyarán su conservación”.
Referencias:
Arana, A., Esteves, J., Ramírez, R., Galetti Jr., P. M., Pérez Z., J., & Ramirez, J. L. (2023). Population genomics reveals how 5 ka of human occupancy led the Lima leaf-toed gecko (Phyllodactylus sentosus) to the brink of extinction. Scientific Reports, 13(1), 18465. doi:10.1038/s41598-023-45715-x
Valdez, F., Iannacone, J., Luna, A., & Cossios, E. D. (2020). Population size and dynamics of the Lima leaf-toed gecko, Phyllodactylus sentosus, in one of its last refuges. Journal of Herpetology, 54(2), 155-160. doi:10.1670/17-079
Venegas, P. J., Pradel, R., Ortiz, H., & Ríos, L. (2017). Geographic range extension for the critically endangered leaf-toed gecko Phyllodactylus sentosus Dixon and Huey, 1970 and notes on its natural history and conservation status. Herpetology Notes, 10, 499-505. Retrieved from https://www.biotaxa.org/hn/article/view/24545
Sánchez, V. M., Manrique, M. Z., & Elías, R. P. (2022). Artificial incubation of eggs of Lima gecko (Phyllodactylus sentosus) (Reptilia, Geckonidae) kept in captivity. Revista de Investigaciones Veterinarias del Perú, 33(3), e22896. doi:10.15381/rivep.v33i3.22896
* Imagen principal: El gecko dedos de hoja de Lima es una especie en peligro crítico de extinción endémica del valle de Lima y que ahora se encuentra en casi todos los sitios arqueológicos conocidos como huacas. Foto: José Pérez Zúñiga.
Esta historia fue publicada originalmente por el equipo de Mongabay Global aquí el 10 de julio de 2024.