- Un reciente estudio reveló la existencia de más de 1300 especies de orquídeas en el Bosque de Protección Alto Mayo, convirtiéndola en el área natural protegida con mayor cantidad de flora de este tipo en Perú.
- La administración del parque trabaja con el 60 % de la población foránea que habita al interior del área con proyectos de conservación.
- El bosque es refugio de especies endémicas, como el colibrí cola de raqueta.
Al reverso del billete de 100 soles (26.3 dólares) del gobierno peruano está la imagen de la orquídea Phragmipedium kovachii, conocida como zapatito fucsia por su forma, color y belleza. Está protegida bajo el convenio de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) debido a la amenaza de extinción, por lo que se prohíbe su venta. La especie es nativa del bosque montano del Alto Mayo, un área protegida en la cuenca alta del río Mayo, ubicada en el norte del Perú y conocida por tener la mayor cantidad de orquídeas del país sudamericano.
El Bosque de Protección Alto Mayo fue creado mediante Resolución Suprema del Ministerio de Agricultura el 23 de julio de 1987 con una extensión de 182 000 hectáreas entre las regiones de Amazonas, Loreto y, principalmente, San Martín.
“El área tiene la categoría de bosque de protección porque se cuida la cuenca hidrográfica del río Mayo, otros 11 ríos y 17 quebradas que abastecen de agua a más de 280 000 personas de los departamentos de San Martín y Amazonas. Además, conserva especies de fauna silvestre en peligro de extinción y numerosas especies de orquídeas”, dijo Ivonne Paico Vera, jefa del área protegida.
Primera parada: más de 1300 orquídeas
En toda el área protegida hay tres ecosistemas: bosque de neblina o bosque de montaña (88.5 % del total del territorio), bosque de arena blanca (7 %) y pajonal (4.5 %), lo que hace posible la existencia de 1300 morfoespecies de orquídeas, es decir, grupos de individuos que, por su forma, dimensiones, coloración y otras características fácilmente observables, probablemente representen especies distintas, que hasta hace poco estaban pendientes de corroboración con estudios más detallados.
La confirmación llegó gracias a un equipo de 12 investigadores, quienes trabajaron durante ocho años identificando e ilustrando las especies encontradas en el Alto Mayo.
El estudio publicado en septiembre de 2024 precisa que se utilizó como línea base el inventario de la orquideoflora existente del Bosque de Protección Alto Mayo. “En el plan maestro del 2008 eran 59 especies de orquídeas, con la nueva investigación superamos la cifra extraordinariamente con 1300 especies registradas”, anotó la jefa del área.
Los investigadores lograron documentar el 75 % de géneros de orquídeas registradas en Perú. Entre las especies más representativas están Maxillaria striata, Coccineorchis cernua, Lepanthes sp y Phragmipedium warszewiczianum.
Las orquídeas se incluyen en 164 géneros documentados en el Bosque de Protección Alto Mayo, que representan cuatro de las cinco subfamilias reconocidas actualmente para estas plantas: Cypripedioideae, Epidendroideae, Orchidoideae y Vanilloideae.
Segunda parada: la fauna protegida
El Alto Mayo es considerado como una de las 129 áreas importantes para la conservación de aves en el Perú. Hasta el momento se han registrado más de 500 especies de aves, 44 de ellas colibríes. Además, 23 de las aves están amenazadas globalmente y 17 son endémicas de distribución restringida.
En esta zona se desarrolla la “Ruta de Aves del Bosque de Protección Alto Mayo”, a lo largo de la carretera Fernando Belaunde Terry (23km), que forma parte de la Ruta Nor Amazónica de Aves del Perú, un potencial turístico reconocido en los Global Big Day, un evento que busca el mayor avistamiento de aves en el planeta durante 24 horas.
Las especies de aves que destacan son: lechucita bigotona (Xenoglaux loweryi), considerado el búho más pequeño del mundo con sus 12 centímetros y que habita bosques enanos; guácharo (Steatornis caripensis), una famosa ave nocturna, el colibrí ala de sable del Napo (Campylopterus villavicencio), una especie endémica de la zona, y el famoso colibrí cola de raqueta (Ocreatus underwoodii), característico por tener dos colas en forma de raqueta color azul.
En el área se han registrado siete géneros de abejas nativas sin aguijón, animales polinizadores que permiten la reproducción de la flora. Dentro del parque también se han registrado mamíferos, entre ellos el mono choro cola amarilla (Oreonax flavicauda), el más grande del Perú, especie endémica de los bosques montanos de Amazonas y San Martín y que fue redescubierto en 1974; el oso de anteojos (Tremarctos ornatus); el musmuqui andino (Aotus miconax); el puma (Puma concolor); el tocón andino (Callicebus oenanthe), un mono raro y endémico, y el ya casi extinto armadillo gigante (Priodontes maximus).
Tercera parada: los emprendimientos de conservación
“El Alto Mayo es la única área protegida que tiene población foránea viviendo en su interior. Esto se debe a que tras la construcción de la carretera Fernando Belaúnde Terry hubo una masiva migración de personas a la Amazonía sanmartinense. Estas personas llegaron después de la creación del área en 1987 para realizar agricultura y tala de madera”, explicó Ivonne Paico.
Son 1500 familias distribuidas en 28 sectores las que viven dentro del área, de las cuales unas 700 ya tienen acuerdos de conservación con la jefatura del bosque para desarrollar negocios sostenibles que no dañen la selva. Los beneficiarios reciben asistencia técnica, insumos y materiales para desarrollar sus proyectos de ecoturismo o productivos, como el cultivo de vainilla y café.
“Tras la construcción de la carretera hubo tráfico de tierras para que personas de los Andes llegasen a posicionarse dentro del parque. A la fecha trabajamos con ellos promoviendo emprendimientos que les permitan ingresos económicos sin perjudicar al bosque. Por ejemplo, hay familias que se dedican a la producción de café y orquídeas para comercializarlas, otras trabajan emprendimientos de avistamiento de aves”, detalló la jefa del área.
También existen emprendimientos de conservación en la zona de amortiguamiento del parque, donde viven comunidades amazónicas del pueblo awajún y campesinas, quienes llegaron tras el proceso de migración de los años ochenta. “Estas comunidades son el cordón de protección del parque y desarrollan proyectos de conservación en este espacio”, anotó Paico.
Las comunidades también realizan control territorial de sus tierras y dentro del Bosque de Protección Alto Mayo son 25 guardaparques los que vigilan el área a través de guardias constantes. “Hasta el momento no tenemos guardaparques indígenas. En el 2020 tuvimos un voluntario indígena, pero por el contexto de confinamiento no pudo continuar con la experiencia. Esperamos que pronto tengamos indígenas en nuestro equipo para seguir promoviendo la protección del Alto Mayo”, expresó Paico.
Imagen principal: la orquídea Phragmipedium kovachii es una especie de flora emblemática del Perú. Foto: Bosque de Protección Alto Mayo.