- Mongabay Latam ofrece un panorama de la cobertura ambiental en Colombia a través de los reportajes que marcaron el 2024.
- Invasiones en el resguardo Nukak Makú, minería ilegal y cultivos de coca que amenazan áreas protegidas y las historias de defensoras ambientales son parte de los reportajes más representativos del año.
La minería ilegal de oro y los cultivos de coca son dos de los grandes problemas en Colombia que mantienen bajo amenaza a las áreas protegidas. La presencia de estas economías ilegales en el Parque Alto Fragua y el resguardo Nukak Makú son algunas de las historias que forman parte de este recuento anual.
La palma aceitera y los proyectos de bonos de carbono también han sido preocupaciones durante el año 2024, así como las amenazas que enfrentan las defensoras ambientales en el país con mayor número de ataques y asesinatos a quienes protegen la biodiversidad, los bosques y la tierra frente a la incursión de las ilegalidades.
Colombia también se convirtió en el centro de la discusión sobre el futuro de la biodiversidad en el planeta cuando entre octubre y noviembre se realizó en Cali la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) COP 16.
10. Estos son los temas clave que se discutirán en la COP 16 de Biodiversidad en Cali
Entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024, la ciudad de Cali, en Colombia, fue la sede de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) COP 16. La cita reunió a los representantes de los 196 países que forman parte de este convenio mundial y que en 2022 suscribieron el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, que establece una hoja de ruta estratégica para la conservación y gestión sostenible de la biodiversidad global hasta el año 2030.
La reunión terminó con algunos logros importantes como la aprobación del “Fondo de Cali” para la Información de Secuencias Digitales (DSI, por sus siglas en inglés) sobre recursos genéticos, así como el reconocimiento de los afrodescendientes dentro del CDB y la creación de un órgano subsidiario para los pueblos indígenas y las comunidades locales dentro del convenio.
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9. Resguardo Curare Los Ingleses apuesta por acciones comunitarias para proteger y conservar el territorio
El programa de vigías comunitarios en el Resguardo Indígena Curare Los Ingleses empezó en el año 2008. Este proyecto está integrado por las familias de las comunidades Curare y Boricada, ubicadas dentro del resguardo, que se encargan de la protección y conservación en Puerto Caimán, hogar de especies como el caimán negro (Melanosuchus niger), la tortuga charapa (Podocnemis expansa), y de peces ornamentales como la arawana (Osteoglossum bicirrhosum).
Para cumplir con su labor, un representante de cada comunidad, algunas veces con su familia, permanece durante un mes en la cabaña de vigilancia del Puesto de Control de Puerto Caimán. Allí debe cumplir el trabajo de vigilancia, por el que recibe una remuneración de 840 000 pesos (unos 200 dólares), comida y 52 galones de gasolina para los recorridos.
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8. La palma de aceite tiene el monopolio del agua en María la Baja
Los cultivos de palma aceitera acaparan el agua en el municipio colombiano de María la Baja, en el norte de Colombia. En ese municipio, Oleoflores es la única compañía de palma que compra todas las cosechas y, además, es la dueña de la única planta procesadora de aceite de palma que hay en el norte del departamento de Bolívar.
La empresa cuenta con, al menos, 11 000 de las 12 000 hectáreas de palma sembradas en este municipio, mientras que la familia Murgas, dueña de la empresa palmicultora, mantiene la presidencia y la representación legal de la asociación de usuarios que maneja el distrito de riego de la región. Mientras tanto, la comunidad padece la falta de agua potable y las enfermedades asociadas a esa carencia.
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7. En un proyecto de bonos de carbono en bosques andinos colombianos todo parece estar bajo la niebla
Desde el 2018, un proyecto de bonos de carbono se ha instalado en el Bosque de Galilea, un área protegida establecida en los municipios de Villarrica, Dolores, Cunday, Cabrera, Prado y Purificación, en el suroriente del Tolima, centro de Colombia. Los impulsores del proyecto aseguran que se trata del último relicto de bosque primario del oriente del Tolima y uno de los últimos relictos de bosque andino de la cordillera oriental.
La Universidad del Tolima ha informado que entre 2010 y 2017 se vendieron 208 000 bonos por un monto de 2,628 millones de pesos colombianos, equivalentes a unos 775 000 dólares. La mitad de ese monto iría para la universidad, mientras que la otra mitad del dinero correspondía a la Fundación Amé. El problema es que 20 campesinos —que han vivido en esta zona forestal y en sus inmediaciones desde que la colonizaron sus abuelos en los años cincuenta del siglo pasado— dicen haber quedado por fuera del proyecto.
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6. Los “papayeros” que invadieron el resguardo Nukak Makú
Durante seis años, un grupo de ganaderos deforestó cientos de hectáreas dentro del resguardo Nukak Makú, en la Amazonía colombiana. En esa zona desbocada, instalaron un complejo de fincas con más de 16 000 cabezas de ganado. Además de la deforestación, los ganaderos construyeron vías dentro del resguardo, sin permiso de las autoridades, con el fin de movilizar el ganado y comunicar las fincas entre sí.
El caso se encuentra en los tribunales, pero los responsables han negado todas las acusaciones, a pesar de que la Fiscalía ha documentado los daños ocasionados en los bosques del resguardo Nukak Makú, un pueblo indígena que, desde que contactaron con los colonos en la década de los ochenta, ha padecido por el avance de la coca y los ganaderos ávidos de tierras, además de las disputas armadas entre grupos ilegales.
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5. La encrucijada de la reserva y el resguardo Nukak Makú frente a la coca, la ganadería y la deforestación
Más de la mitad de las plantaciones de coca que hay en el Guaviare se concentra en la reserva y el resguardo Nukak Makú, mientras que alrededor de este territorio avanza la deforestación. En el último año, en este resguardo se han registrado 19 000 alertas de deforestación, de acuerdo con el monitoreo satelital de la plataforma Global Forest Watch.
Otro problema en la zona es el aumento de ganado desde el año 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC. Ese año tenía poco más de 260 000 cabezas de ganado y hoy en día cuenta con medio millón. La ganadería se ha convertido en una de las principales economías de la zona y, al mismo tiempo, en uno de los motores de la deforestación en este departamento.
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4. Ceiba barrigona: sobreviviente en el cañón más profundo de Colombia
Para la botánica Cristina López Gallego la ceiba barrigona (Cavanillesia chicamochae) es una de las especies de árboles más preciosas con las que se ha cruzado. El único lugar del mundo donde se puede encontrar esta especie es la cordillera oriental de los Andes, un ecosistema de abismos y pendientes, considerado un “laboratorio natural” que permite dar un vistazo al pasado.
La ceiba barrigona está clasificada como una especie En Peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A esta preocupación se suma la mala noticia de que el ecosistema donde vive esta especie, el bosque seco tropical, está en serios problemas.
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3. Los árboles, las viviendas y las lanchas que el mar se llevó en la tierra de los wayúu
Tres miembros de una comunidad wayúu, de La Guajira colombiana, demandaron al Estado para exigir acciones urgentes de mitigación por la erosión costera que ha ocasionado el desplazamiento de muchos miembros de su pueblo. Entre 2007 y 2008, la Gobernación de La Guajira construyó en Riohacha —la capital del departamento— siete espolones, unas barreras formadas de piedras enormes, de 155 metros de largo y entre cinco y seis metros de ancho, ubicados de forma perpendicular a la playa.
Los espolones fueron parte de un plan para frenar la erosión costera, pero el proyecto total, que contemplaba construir doce de estas barreras, nunca se concretó pues tuvo varios sobrecostos y se agotó el presupuesto. Los que se construyeron, se hicieron sin ningún estudio previo de impacto ambiental, aunque sí frenaron el avance del mar justo frente a las playas donde se levantaron.
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2. Mujeres que resisten: el arduo camino para defender el ambiente y el territorio en la Amazonía de Colombia
Entre 2012 y 2022, un total de 1910 personas defensoras de ambiente y territorio fueron asesinadas en todo el mundo, de acuerdo con la organización no gubernamental Global Witness. Y en los últimos cinco años, Colombia se ubica entre los cinco países más peligrosos para quienes defienden los ríos, las montañas, los bosques y la naturaleza.
Mongabay Latam documentó la vida y la labor que han realizado cuatro defensoras del ambiente y el territorio en este país. Las cuatro tienen algo en común: crecieron en la Amazonía colombiana, un territorio lleno de vida que se ha ido transformando conforme avanzan actividades como la minería, la deforestación o los cultivos ilícitos.
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1. De la coca a la minería: las amenazas que cercan a los parques Alto Fragua y Serranía de los Churumbelos en Colombia
La minería ilegal de oro avanza por los ríos del Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi, en la cordillera Oriental de los Andes colombianos. El aumento de la minería en San José de Fragua y su vecino municipio de Belén de los Andaquíes coincide con la crisis que vive el negocio de la producción de cocaína en Caquetá y Putumayo.
En esta zona, la minería se ha convertido en una opción económica para los jóvenes que no tienen muchas formas de ganarse la vida, quienes reciben alrededor de 80 mil pesos (aproximadamente 20 dólares) por día de trabajo buscando oro.
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BONUS: El centro de semillas nativas que frena la deforestación y restaura la Amazonía colombiana
Amazonía Emprende es un proyecto que, desde el año 2019, busca dar soluciones al problema de la deforestación en el departamento de Caquetá. Para lograrlo, se estableció, en una gran finca, una escuela, un centro de semillas nativas y un vivero para compartir conocimientos sobre la restauración de ecosistemas.
El modelo de rescate de semillas y de propagación de plántulas de árboles nativos ha resultado replicable y ahora acompaña en el proceso a familias interesadas en conservar el bosque, mientras que reciben incentivos económicos por recolectar semillas y construir viveros comunitarios.
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Imagen principal: Una semilla de madroño (Garcinia madruño) es germinada en el vivero de Amazonía Emprende. Foto: Amazonía Emprende.