- La comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado disminuyó la cuota de pesca propuesta por la Cámara de Diputados, que favorecía a los artesanales y les permitía capturar mayores cantidades de jurel, merluza común y jibia.
- El proyecto no puede avanzar a la siguiente discusión mixta (compuesta por diputados y senadores) porque se encuentra trabada en la Comisión de Hacienda.
- Pescadores artesanales denuncian que la propuesta del Senado busca conservar la estructura de explotación industrial de los recursos.
- Alegan que se está privilegiando la pesca de arrastre en desmedro de los oficios desarrollados en los puertos del país.
El gobierno de Gabriel Boric cumplió su tercer año de administración y comienza la cuenta regresiva. La Ley de Pesca es parte de los proyectos prioritarios del Gobierno, dado que busca superar el origen de la normativa vigente, que se tramitó bajo comprobados hechos de corrupción. Sin embargo, su avance ha estado marcado por las controversias y acusaciones de obstruccionismo. Los pescadores artesanales se levantaron en protesta la semana pasada en los puertos más importantes de Chile y han convocado una nueva jornada de manifestaciones para el martes 25 de marzo. Los pescadores demandan en las calles que el Senado le dé prioridad a la discusión que, aseguran, se ha ajustado en favor de los intereses de la industria y en desmedro de su sector.
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El proyecto para una nueva ley de pesca pasó primero por la Cámara de Diputados. Esa etapa estuvo marcada por el obstruccionismo de parlamentarios de oposición, que dilataron la discusión a tal punto que el Ejecutivo prefirió presentar paralelamente un segundo proyecto denominado Ley de Fraccionamiento. Este, de acuerdo con el Ejecutivo, es el “corazón de la ley” y propone una redistribución de las cuotas de pesca, es decir, definir cuántas toneladas podrá pescar tanto el sector artesanal como el industrial en 18 pesquerías del país.
El proyecto de fraccionamiento fue despachado por la Cámara de Diputados el 30 de octubre de 2024 y la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado sesionó, por primera vez, el 13 de noviembre para iniciar el segundo trámite legislativo. Pero durante el verano, la Comisión de Pesca del Senado modificó y retrotrajo el proyecto a su origen, dejando en letra muerta las indicaciones que había hecho la Cámara de Diputados, varias de las cuales beneficiaban a la pesca artesanal con mayores cuotas. Luego, el Senado despachó el escrito a la Comisión de Hacienda donde se sancionará solo si se dispone de los recursos para hacer una asignación de presupuesto del fondo público en esta materia.

“Para nosotras es catastrófico porque somos todos una familia en la caleta [puerto], entonces no le afecta solo al pescador ni al que va al mar, también me afecta a mí, porque yo soy mamá, tía, hermana, abuela, suegra del pescador. Soy trabajadora de la caleta, vivo de la mar, vivo de si el pescador trae o no trae pescado, si lo pilló o no lo pilló”, dice Maritza Carretero Fernández, presidenta de la Agrupación de Encarnadoras y Charqueadoras de Caleta Portales del puerto de Valparaíso.
“Esperamos que avance rápidamente el proyecto en el Senado, pero hay un sector de los parlamentarios que se está oponiendo a legislar, porque están protegiendo los privilegios instaurados por la ley corrupta. Están defendiendo los derechos de algunos personajes”, dice Hernán Cortés, presidente del Consejo Nacional por la Defensa del Patrimonio Pesquero (Condepp).
El dirigente advirtió que las movilizaciones recién están comenzando y que “la pesca artesanal está dispuesta a hacer todo lo que esté a su alcance para hacer escuchar su voz porque es una voz que habla de legitimidad y de echar abajo los privilegios otorgados por la corrupción de unos pocos”.
Contra la repartición de merluza y jibia propuesta por el Senado
El proyecto de fraccionamiento entró a la discusión del Senado en noviembre de 2024 y convocó a diversos actores, organizaciones, pescadores artesanales y representantes de la industria. El resultado fue la disminución de la cuota para la pesca artesanal en tres pesquerías de alta relevancia para el país: la merluza común, el jurel y la jibia.
La cuota para la merluza común había sido despachada desde la Cámara de Diputados con un 70 % para la pesca artesanal y un 30 % para la industria. Esa indicación mejoraba significativamente la realidad de la pesca artesanal, que actualmente tiene una cuota de un 40 %. Sin embargo, en el primer trámite en el Senado, la cuota para el sector artesanal volvió a disminuir al 43 % y a la industria se le asignó un 57 %.
“La merluza común en la zona centro de nuestro país es una de las pesquerías más cotizadas para la pesca artesanal y va destinado al consumo humano, ese fue el razonamiento que tuvimos para aumentar la cuota”, advirtió Matías Ramirez, diputado del Partido Comunista y miembro de la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados. “La discusión en este caso pasa por proteger ciertas actividades y sectores. El Gobierno debe ponerle suma urgencia a la discusión de la Ley de Pesca para que hablemos de áreas de protección o la sustentabilidad de los recursos, eso es sumamente importante”.

A pesar de la importancia de la merluza común, el recurso se encuentra en crisis y transita desde años entre la sobreexplotación y el agotamiento, según reportan los informes anuales de la Subsecretaría de Pesca.
César Astete, director de las campañas de pesquerías de la organización Oceana, explicó a Mongabay Latam que “el crítico escenario se debe a una sobrepesca histórica, en la que hay actividad ilegal y en la que la pesca de arrastre de fondo [que realiza la industria] también tiene responsabilidad en la crisis, no solo desde el punto de vista ambiental, sino también social y económico para las comunidades de la pesca artesanal”.
“La gente se queja por el precio del pescado, pero ellos no toman en cuenta que el pescador recorre cerca de 30 kilómetros mar adentro para encontrar los peces, con el costo de la bencina y la escasez de producto que tenemos por la pesca de arrastre que no permite la reproducción de nuestros peces” señala Carretero. “Cada vez es más difícil sostener la pesca artesanal, mientras los industriales nuevamente son favorecidos en el Congreso”, afirma.
Sobre la jibia, que en el proyecto de la Cámara de Diputados había quedado repartida en un 90 % para los artesanales y un 10 % para el sector industrial, el Senado propuso que se modifique a un 80 % para la pesca artesanal y un 20 % para la industria. Según plantea Hernán Cortés, presidente del Consejo Nacional por la Defensa del Patrimonio Pesquero (Condepp), ese aumento de cuota para la industria no tendría sentido, dado que este sector no pesca este recurso. La razón, explica, es que “la pesca industrial no ha preparado sus barcos para hacer pesca de la jibia”.
En efecto, en 2019, se modificó la Ley General de Pesca y Acuicultura estableciendo que “la jibia solo podrá ser extraída utilizando potera o línea de mano”, que es el arte que utilizan los artesanales. De hecho, la norma prohibió cualquier otro tipo de arte o aparejo de pesca y estableció que el no cumplimiento de esa regla será sancionada con multas de 500 unidades tributarias mensuales (que a la fecha de hoy alcanza unos 37 095 dólares) y el decomiso de las especies hidrobiológicas.

Si bien la industria reporta algunos desembarques de jibia, estos son marginales y corresponden a pesca acompañante mas no son el objetivo de captura. Por ejemplo, cuando un barco industrial desembarca jurel también lleva a puerto algunas jibias que pescó incidentalmente, dado que este calamar se alimenta del jurel. Así, el desembarco acumulado de jibia entre la región de Arica y Parinacota hasta la región de Los Lagos, a diciembre de 2024, fue de 135 mil toneladas para la pesca artesanal, mientras que para la pesca industrial fue de 1080 toneladas, de acuerdo con datos del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
“No tiene sentido aumentar un 10 % de jibia a la industria pesquera, que no pesca y nunca ha pescado. Como no pescan, no veo de donde sacan los parlamentarios que se requiere aumentar un 10 % de este recurso para la industria”, plantea Ana Garrido, presidenta de la Corporación Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal de Chile.
“La jibia no se la pueden dar a los industriales porque la jibia es un producto artesanal, es un producto que se pilla a mano con el sacrificio de los pescadores, con el sacrificio nuestro de las mujeres, con las manos llenas de callos”, insiste la dirigenta Maritza Carretero.
Cambios en la cuota de jurel
La cuota del jurel actualmente está repartida en un 90 % para la pesca industrial y un 10 % para la pesca artesanal. El proyecto de Ley de Fraccionamiento aprobado por la Cámara de Diputados planteaba un nuevo orden: entre las regiones del norte, Arica y Parinacota y Antofagasta, la cuota del sector industrial sería de un 80 % a un 90 %, y para el sector artesanal variaría entre un 20 % y 10 %. Los cambios más grandes se habían propuesto para el resto del país, entre las regiones de Atacama y Los Ríos. Allí, la cuota de jurel para el sector industrial pasaría a ser de un 65 % a un 75 %, mientras que los artesanales tendrían entre un 35 % y 25 % de la cuota.
La propuesta que despachó la comisión de Pesca del Senado, sin embargo, se propone que la cuota para el sector artesanal sea de un 25 % mientras que para la industria sea de un 75 %.
Ese reajuste en los porcentajes llega, además, en un contexto en el que Chile cuenta con más peces para poder repartir. El jurel es una especie compartida entre varios países, como Chile, Perú y Ecuador. Por lo mismo, a fin de garantizar que esta pesquería se maneje de manera coordinada entre todos los países, su administración internacional está en manos de la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur (OROP-PS).

En febrero pasado, representantes de 17 países ante la OROP-PS se reunieron en Chile para discutir, entre otras cosas, la cuota de jurel de cada país. El resultado de esas negociaciones fue favorable para Chile, dado que su cuota subió en un 25 %, lo que significa que en 2025 puede capturar hasta 1 024 000 toneladas de jurel. Incluso esa cantidad podría aumentar, dado que otros países traspasan su cuota a Chile.
Aunque los cambios ingresados por el Senado en la repartición de las cuotas de jurel se suman al descontento de los pescadores artesanales, expertos aseguraron que la propuesta de la Cámara de Diputados tampoco beneficiaba realmente a este sector.
Hernán Cortés, explicó, en un reporte anterior de Mongabay Latam, que en Chile el pescado capturado por los pescadores artesanales tiene dos destinos: aquel que va para consumo humano directo, que es marginal y se vende directamente en las caletas pesqueras, y aquel que va para la producción de harina y aceite de pescado. Este último uso, que corresponde a la mayor parte de las capturas, es vendido a la industria que lo procesa y lo vende en el mercado nacional e internacional. Por eso, dice Cortés, en la práctica, “da lo mismo quién pesca el jurel porque de todas maneras todo se vende a la industria”.
El problema de esto, agrega el pescador, es que es la industria la que maneja el negocio estableciendo los precios y la participación del sector artesanal en el mercado. “El hecho de que la industria pesque, procese y venda el producto final permite que tengan el control sobre la pesquería”, asegura Cortés.
En ese sentido, especialistas advierten que la estrategia de redistribución de los peces no resuelve los temas de fondo.
El próximo trámite parlamentario
Una vez que el proyecto de fraccionamiento salga de la Comisión de Hacienda, las controversias entre los dos órganos del Parlamento tendrán como próximo trámite legislativo una Comisión Mixta, donde se establecerá el diálogo y votación entre las Comisiones de Pesca del Senado y la Cámara de Diputados.
La Subsecretaría de Pesca, a través de un comunicado de prensa, sostuvo que “el Ejecutivo ha reiterado la urgencia de discusión inmediata para el proyecto de Ley de Fraccionamiento desde su ingreso al Senado, en noviembre de 2024”. Luego agregó: “El proyecto se encuentra con urgencia de discusión inmediata por lo que se hará presente a la comisión de Hacienda y presidencia del Senado la importancia de acelerar su tramitación”.
Respecto del escrito inicial del Gobierno, el diputado Matias Ramirez, asegura que “el proyecto de ley del Gobierno fue bien temeroso, se logró avanzar en la Cámara de Diputados por la representación de parlamentarios a nivel regional, lo que permitió dar fuerza a la discusión al interior de la comisión de pesca de la Cámara de Diputados y correr el cerco y entregar mayor cuota a los artesanales”. El parlamentario sostuvo: “Como miembro de la Comisión de Pesca, digo que buscaremos todo para que exista una comisión mixta, porque independiente del proyecto original, creemos que de los antecedentes que tenemos en la discusión cada aumento en las pesquerías se justifica”.
*Imagen Principal: manifestación de los pescadores artesanales en Chile. Foto: Maritza Carretero, presidenta de la Agrupación de Encarnadoras y Charqueadoras de Caleta Portales del puerto de Valparaíso