- Daniel Olivares es director de la organización no gubernamental Oceana en Perú.
- Su organización enfrenta una campaña de desinformación y desprestigio por oponerse a una demanda de la industria pesquera peruana contra el Estado.
- La Sociedad Nacional de Pesquería viene sosteniendo que es ilegal prohibir pescar a gran escala en áreas marinas protegidas.
- La organización de olivares, junto a científicos y pescadores artesanales, defienden la protección de estas áreas, que son apenas el 8 % del mar peruano.
La pesca industrial en áreas protegidas está prohibida en Perú desde hace más de veinte años, pero en los últimos meses el debate ha regresado. Daniel Olivares, director de la organización Oceana en Perú, dialogó con Mongabay Latam para explicar por qué algo que parecía incuestionable ha vuelto a estar sobre la mesa.
De hecho, existen dos demandas sobre las que tendrá que pronunciarse el poder judicial y que responden, básicamente, a dos posiciones: si se permite o no que la industria pesque a gran escala en las áreas marinas protegidas, santuarios donde se busca resguardar la biodiversidad del mar.
El Perú tiene seis áreas marino-costeras que abarcan tierra y mar. De este grupo, la Reserva Nacional Dorsal de Nazca es la única netamente marítima y la más extensa. A la fecha solo el 7.9% del mar peruano está protegido por ley.

Para que estas áreas marinas sean realmente protegidas los expertos señalan que es esencial que no se realicen actividades de alto impacto que afecten su biodiversidad, como la pesca de mayor escala. Entre los daños que puede generar la pesca industrial en estas áreas están la captura de grandes proporciones de peces, además de las redes que usan las flotas industriales, que presentan mayor pesca incidental y con frecuencia afectan especies amenazadas.
Oceana es una de las organizaciones ambientales que plantea que la pesca industrial en áreas protegidas puede ser perjudicial para la biodiversidad marina, así como para la economía local.
-¿Por qué es importante proteger de la pesca industrial a las áreas marinas como Paracas?
-Las áreas marinas protegidas son una herramienta utilizada en distintos países en el mundo para proteger la biodiversidad, son respiros para que las especies puedan cumplir otra cadena que no sea la pesca y el consumo industrial. Son respiros para mantener la biodiversidad. Las áreas marinas son una estrategia para asegurar que estos recursos del mar, que dan empleo, que dan alimento, duren para siempre. Si bien existen compromisos globales para que el 30 % de los mares esté protegido, Perú está bastante lejos de ese porcentaje. Perú está en un poco menos del 8 % de su mar y la zona económica exclusiva bajo protección. Nosotros estamos abogando para que al menos ese 8% sea realmente protegido, que las áreas marinas protegidas que tenemos sean espacios que cumplan con los estándares nacionales e internacionales de un área marina protegida y estén protegidos de verdad. Paracas es una pequeña y es una de ellas.
-¿Qué importancia tiene Paracas para los peruanos?
-Paracas es la más conocida de las áreas marinas protegidas. Es el segundo destino más visitado por los peruanos después de Machu Picchu. Es una zona querida por los peruanos. Hay otras áreas marinas protegidas, como la Dorsal de Nazca, que tiene pocos años, que está kilómetros adentro, o el Mar Tropical de Grau, que se ha creado recién hace un par de años. Paracas tiene una parte marina y una parte terrestre, entonces es una zona que es muy utilizada por la gente, que le tiene mucho cariño.

-La Justicia debe decidir en los próximos días o semanas sobre el destino de las áreas marinas protegidas. ¿De qué se tratan estas demandas?
-Existen dos demandas en el Poder Judicial peruano. Ese es el conflicto. Hay una que presentó la Sociedad Nacional de Pesquería, que es el gremio que representa las principales empresas pesqueras industriales de anchoveta, destinada a la exportación. Es de enero de 2024. Esta demanda de la industria busca eliminar la prohibición de pesca industrial en áreas marinas protegidas. Su argumento es que esta prohibición de pescar industrialmente en las áreas marinas protegidas es ilegal, que ellos tienen derechos previos a la creación de las áreas protegidas. Tienen una serie de argumentos que no se sostienen, ya perdieron en primera instancia. Han apelado y ahora falta que se resuelva en la Corte Suprema. Esta acción legal generó el rechazo de más de 40 ministros y exministros de diversas carteras, incluyendo seis exministros de Ambiente y dos ex ministros de Producción, quienes en un pronunciamiento público invocaron al Poder Judicial a declarar infundada la demanda.
-¿Qué pasaría si ganaran en segunda o última instancia?
-Si ellos ganaran esa causa, los jueces estarían diciendo que no existe prohibición de pesca industrial en las áreas marinas protegidas, por lo tanto pescarían en todas. Esa sería la consecuencia. Felizmente, en la primera instancia la han perdido. Ese es un caso. Pero hay un caso en la Justicia, otra demanda presentada por Oceana, más o menos para la misma época, para arreglar el decreto que creó un área marina protegida, Dorsal de Nazca, que es un área nueva, grandota, que está lejos de de la costa, pero que cuando se creó, probablemente por negociación política, se puso un artículo permitiendo la pesca industrial dentro de esta área marina protegida. Este decreto es como un precedente nefasto que da pie a las discusiones sobre la pesca industrial dentro de las áreas marinas protegidas. Pero la pesca industrial está prohibida en las áreas marina protegidas de Perú desde hace más de 20 años. Entonces, este decreto, que crea un área marina permitiendo la pesca industrial, es ilegal. Y eso es lo que estamos pidiendo en nuestra demanda, que ese artículo de ese decreto se elimine por declararse ilegal. Se tiene que cumplir la ley peruana. Son posiciones totalmente distintas. Nosotros decimos A y la industria está diciendo Z.

-Además del argumento legal, ¿qué dice la industria sobre por qué la pesca industrial no afectaría la biodiversidad de las áreas marinas protegidas?
-Hay un debate técnico biológico, en el que ellos mencionan que no hay afectación, que vienen pescando desde siempre y sin generar ningún daño. Nosotros tenemos la posición contraria. Ante la falta de suficiente evidencia científica, existe el principio precautorio, que es que tú tienes que proteger el bien que puede estar en riesgo. Luego ha empezado en las últimas semanas una campaña de desinformación.
-¿En qué estado está la demanda de Oceana?
-Lo que presentó Oceana está por resolverse en primera instancia recién. Fuimos a una audiencia y los jueces han escuchado a las partes. Eso es lo que estamos esperando y que es inminente. En cualquier momento puede suceder.
-¿El decreto de Dorsal de Nazca podría ser el puntapié para avanzar sobre otras áreas marinas protegidas?
-Antes (del decreto) estaba bien establecido que en las áreas marinas no se podía pescar de manera industrial y ahora en Dorsal de Nazca se establece una figura medio ambigua en la que sí se le permite a la industria. Lo que pasa es que la discusión sobre las áreas marinas es nueva en Perú. Dorsal de Nazca es la más grande por lejos. Oceana acompañó el proceso de creación de Dorsal de Nazca, pero cuando supimos que se iba a incluir este artículo, que es que permite la pesca industrial, Oceana se pronunció desde el principio, diciendo ojo, que si se crea así está yendo en contra de la ley peruana. Igual se creó así. Dorsal de Nazca se crea en 2020. Luego, la industria empieza enviar una serie de cartas al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas [Sernanp] para que se les permita pescar dentro de Paracas. De hecho dicen que ellos ya están pescando en Paracas hace tiempo, y tienen multas por ello, porque para ellos estas prohibiciones de pescar industrialmente dentro de áreas marinas protegidas son ilegales. La entidad estatal les dijo que no, que está prohibido pescar dentro de Paracas y ahí es donde empiezan con su demanda frente al Poder Judicial para que la Justicia declare ilegal esta prohibición. El Ministerio de la Producción, que es el el ministerio de Pesquerías, les ha puesto multas por unos 13 millones de soles [alrededor de 3.5 millones de dólares] por pescar en Paracas, que han sido apeladas por ellos y han sido confirmadas. El mismo Estado está reconociendo que la prohibición existe.

-La industria pesquera va a Paracas, por ejemplo, en busca de la anchoveta. Ese es su objetivo comercial. ¿Cuál es la importancia ecológica de la anchoveta en esta área marina protegida? ¿Por qué debe ser cuidada?
-La anchoveta es parte primordial de la cadena alimenticia, es de la que se alimentan muchas de las especies de peces que luego son pescadas por el pescador artesanal. Un detalle importante es que la pesca artesanal sí está permitida en las áreas marinas protegidas por ley. Entonces, las anchovetas son este eslabón inicial de la que se alimentan muchas de las especies que nosotros comemos. Los pescadores artesanales pescan y nosotros los peruanos comemos y disfrutamos y nos sentimos súper orgullosos de nuestra comida. Y además son parte del alimento de muchas de las especies que viven en Paracas. Entonces, cuando uno va para allá, una de las cosas más interesantes es ver los lobos, las aves, en fin, toda la naturaleza y la anchoveta es parte inicial de esa cadena. La anchoveta es la pesquería más grande del mundo. Hay que ser justos con eso. La industria pesca todos los años anchoveta para poder exportarla como harina y como aceite de pescado hacia otros países. Es una industria muy bien organizada. Funciona muy bien. Es empleo formal. Es moderna. Usa equipos de seguimiento satelital. Es ejemplar en un montón de sentidos. Todos los años se les da una cuota, una cantidad de toneladas que pueden pescar anchoveta para que se mantenga saludable la biomasa. Alcanzan siempre su cuota. Tienen una forma muy organizada de trabajar y eso está súper, súper bien. Entonces lo que planteamos no es una demonización de la industria de la anchoveta, sino que se cumpla la ley peruana. Lo único que estamos cuestionando es si ese 8 % del mar que está protegido no debería estar totalmente protegido, o sea, que esos espacios no sean parte de la pesca de la industria, a la que por cierto le va muy bien.

-Mencionó una campaña de desinformación en torno a este debate. ¿De dónde viene? ¿Cómo opera?
-Lo que ha pasado en las últimas semanas es que un grupo de medios de baja credibilidad —no los medios principales— junto a cuentas falsas y cuentas reales, es decir, un grupo de gente bien identificada, está vinculada a campañas de desinformación. Han empezado una campaña súper agresiva contra Oceana y contra mí, por ser la persona que dirige Oceana en Perú, hablando de cualquier cosa excepto del tema de fondo. O sea, todas las cosas que hemos hablado nosotros en esta llamada no son parte de esta campaña. De lo que se habla es de que Oceana quiere destruir a la industria anchovetera, que nosotros somos parte de la agenda progresista global. En fin, todas estas narrativas que sabemos que tratan de usarse en distintos países para menospreciar la voz de las organizaciones de la sociedad civil. En mi caso, como no soy un biólogo y un especialista en estos temas, me han dicho absolutamente de todo para minimizar mi postura. Cuestionan de dónde vienen nuestros recursos, si USAID [United States Agency for International Development] nos ha dado dinero o no nos ha dado dinero. Videos de diez minutos diarios en programas de bajo alcance y de baja credibilidad, pero que van dando y que van dando y que van dando. Y todo para distraer el debate principal, que es si la pesca industrial está prohibida en las áreas marinas protegidas. De eso no se habla.

-¿Quiénes estarían detrás de esta campaña?
-El origen de estas campañas de desinformación es el eslabón que no tenemos, no sabemos quién está detrás, quién está pagando esta campaña. Pero obviamente lo que sí sabemos es que hay mucha plata detrás porque han contratado a una serie de personajes, periodistas de poca credibilidad, pero varios, para hablar de un tema del que no conocen, para insultarme a mí y a la organización durante semanas. Eso es caro. Entonces hay mucha plata y ganas de distraer del debate técnico. No han contratado a un grupo de gente para que implante las ideas técnicas o la postura de la industria, sino para deslegitimar a la contraparte. No sabemos quién está detrás. He hablado con la presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería. Ella me ha asegurado que ellos no están detrás de esta campaña y yo le creo. Pero el problema es que yo le puedo creer, pero mucha gente siente que ellos están detrás. Esta no es solo una batalla de Oceana. Hay cartas de 70 científicos afirmando por qué no se debe pescar en áreas marinas protegidas. Acá hay pescadores artesanales que han dado su voz. Todo el mundo siente que es la Sociedad Nacional de Pesquería la que está detrás, cosa que nosotros no creemos.

-¿Han llegado a tener amenazas?
-Sí, a partir de la campaña de desinformación, se creó una cuenta, por ejemplo, que se llamaba Anchoveta del Perú, que era una cuenta donde aparecían trabajadores de la anchoveta con su uniforme, se mostraban como trabajadores, diciendo “esta ONG progresista nos quiere destruir”, tratando de implementar una narrativa de la ONG internacional versus el pueblo, cuando esto acá no tiene nada que ver. Y a partir de esas narrativas nos llegó un primer mensaje de amenaza a las redes sociales de Oceana de una supuesta organización criminal diciendo: “Ustedes le están quitando el pan a los peruanos, así que persona de Oceana que vea, persona de Oceana que mato”. Empezaron a llegar otros comentarios amenazantes a las personas que aparecen en los videos de la ONG. Cerramos nuestras posibilidades de recibir mensajes internos por precaución y cancelamos nuestros viajes porque nosotros viajamos mucho alrededor de la costa, y hemos tomado algunas otras medidas de seguridad.

-¿Qué cree que puede suceder en la Justicia frente a las demandas?
-Nosotros confiamos en que los jueces no se van a dejar presionar o amedrentar por estas campañas. Nosotros esperamos confiados que esta decisión sea positiva no solo para nosotros sino para las áreas marinas, para el pescador artesanal, para el sector científico. Además, tampoco se va a afectar a la industria, que tiene cuotas que cumple cada año y que no necesita pescar en ese 8 % reservado para áreas marinas protegidas. Si alguien dice que por no pescar en ese 8 % de áreas marinas protegidas la industria va a perder toda su capacidad económica, es difícil de creer, es difícil de sostener.
-¿Cuál es la intención de la industria detrás de esta insistencia de pescar en áreas marinas protegidas?
-Mi impresión y no tengo cómo confirmar esto es que no quieren que se siente el precedente de este tipo de prohibiciones, porque después las áreas marinas protegidas podrían crecer y podrían perder espacio. Sería una batalla ideológica perdida, la sostenibilidad no es una contraparte, no es contraria al crecimiento económico. Es justamente lo contrario. Mi impresión es que sienten que podría ser un mal precedente para un sistema que ellos sienten que funciona muy bien.
Imagen principal: Daniel Oliveras, director de Oceana Perú, la organización que fue ante la Justicia para evitar que se pesque de manera industrial en áreas marinas protegidas. Foto: cortesía Oceana