- Los más afectados son al menos nueve pueblos indígenas, debido a la expansión del agronegocio y la ganadería, sostienen los investigadores.
- El principal es el yucararé, que habita en plena Amazonía central de Bolivia, donde se registraron 1445 focos de calor en 18 días.
- Entre el 12 y el 30 de septiembre, últimas cifras disponibles, se registraron un total de 5809 focos de calor en 48 territorios indígenas de estas regiones.
- Las quemas se dan en medio de una pausa ambiental emitida por el Gobierno y tras una acción judicial del Tribunal Agroambiental.
Los territorios indígenas de las regiones de Oriente, Chaco y Amazonía de Bolivia están siendo afectados por los incendios. Entre el 12 y el 30 de septiembre último, se registraron 5809 focos de calor en 48 de los 58 territorios indígenas de estas zonas. Si bien el pueblo más afectado es el yuracaré, en plena zona amazónica, donde 1445 focos de calor se concentraron durante 18 días, hay otros ocho pueblos donde el fuego avanza. Estos incendios se dan en medio de una pausa ambiental emitida por el Gobierno boliviano y tras una decisión judicial del Tribunal Agroambiental para frenar los incendios.
Según reportes satelitales publicados por el Centro de Estudios Jurídicos e Investigaciones Sociales (CEJIS), nueve pueblos indígenas son los más afectados por los incendios. Se suma un área protegida: el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), donde entre el 12 y el 30 de septiembre se registraron 553 focos de calor.
Los pueblos indígenas afectados son: yuracaré, yuqui, tsimane, guarayo, cavineño, cayubaba, mojeño-ignaciano, ese ejja y tacana. Además, los territorios indígenas más dañados por el fuego son Monte Verde, en la Chiquitania de Santa Cruz, y el Territorio Indígena Multiétnico I (TIM I), en la Amazonía.

Si se considera que entre enero y septiembre hubo 13 658 focos de calor en estos territorios indígenas, en estas dos semanas se concentró el 42.5 % de estos eventos en lo que va del año. En el país, el problema es aún mayor: Bolivia registra 162 265 focos de calor desde enero hasta finales de septiembre, según el CEJIS.
En 2024 se registró el año más trágico para el medio ambiente de Bolivia. Más de 12 millones de hectáreas fueron afectadas por los incendios, según un estudio de la Fundación Tierra. Además, el 60 % de la pérdida de bosques fue por las quemas provocadas, de acuerdo a la misma organización.
Ahora, Bolivia ingresó en la temporada de incendios. Hay áreas protegidas afectadas, territorios indígenas sin capacidad de reacción y poblaciones que van perdiendo sus bosques poco a poco. Alfredo Matareco Masa, cacique territorial del Gobierno Indígena Autónomo del TIM I, afirmó a Mongabay Latam que desde 2023 vienen enfrentando los incendios con pocos recursos económicos.
“Con los incendios existe una gran amenaza a la biodiversidad y el bosque, pero todavía no hay afectación grave a las comunidades. El otro elemento crítico es la sequía, tenemos comunidades que ya no tienen abastecimiento de agua”, detalló Matareco. La autoridad indígena añadió que se solicitó una declaratoria de emergencia para el territorio por los incendios y sequía.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, el Gobierno tiene un plan de acción contra incendios con el fin de evitar el daño ambiental del año pasado. Este proyecto busca la disminución de la incidencia de incendios forestales a través del desarrollo de acciones enmarcadas en la gestión y manejo integral del fuego.
La entidad pública añadió que este plan toma como elemento principal la prevención del origen de las quemas, las responsabilidades que tienen las instancias del Ministerio de Medio Ambiente y Agua y la articulación de esas oficinas con las demás instancias del Estado y la sociedad. En este plan se priorizaron 84 municipios bolivianos, de los cuales 19 corresponden al departamento de Beni, en la Amazonía; 11 de Chuquisaca; 10 de La Paz; 15 de Pando; 26 de Santa Cruz; y tres de Tarija.
Registros alarmantes
Las cifras sobre la cantidad de hectáreas afectadas por el fuego en el país durante 2024 varían según la organización a cargo del monitoreo. Según el último informe global del Laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland y Global Forest Watch (GFW) del World Resources Institute (WRI), Bolivia es el segundo país con mayor pérdida de bosque nativo en el mundo. En 2024, el país perdió 1.8 millones de hectáreas de bosque y el 83 % de esa destrucción (1.5 millones de hectáreas) es de bosque primario.
De esa última cifra, más de la mitad de la pérdida arbórea en Bolivia se debió a los incendios forestales de 2024, que por lo general son realizados para limpiar tierras para la producción de soja, la ampliación de terrenos para el ganado y el cultivo de caña de azúcar.
El pasado 29 de septiembre, mujeres indígenas de la Amazonía y la Chiquitania boliviana llegaron a la ciudad de La Paz para exigir acciones contra los incendios forestales en sus territorios. Verónica Marupa, presidenta del Consejo de Mujeres Indígenas Tacanas (CIMTA), lamentó que durante los últimos años los pueblos indígenas amazónicos hayan atravesado pérdidas económicas por los incendios.

“El calor del fuego empieza a alterarse entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde, que es cuando el sol está fuertísimo. Entonces, el viento también a esas horas comienza a ser muy fuerte y eso eleva los focos de calor y se incrementan más. Es ahí donde empieza a descontrolarse el fuego. En horas de la mañana parece que se puede controlar, pero a partir de las horas pico ya el fuego es incontrolable”, relató Marupa a Mongabay Latam.
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Sobre el tema, la presidenta de la Organización Regional de Mujeres Indígenas Chiquitanas (ORMICH), Rosa Pachurí, afirmó que “nuevamente nuestros territorios se están quemando, nos están quemando nuestra casa grande y es por eso que estamos aquí para hacernos escuchar”. La Chiquitania es una zona de transición entre el Chaco y la Amazonía caracterizada por un bosque seco en cuyas poblaciones perviven las emblemáticas misiones jesuíticas y en los últimos seis años fue una de las zonas más afectadas por los incendios forestales.
Pachurí añadió que desde hace varias semanas “se está quemando el parque Noel Kempff Mercado”, un área protegida de 1.5 millones de hectáreas que comparten los departamentos de Santa Cruz y Beni, y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000.
Bomberos locales
Otros de los territorios indígenas afectados por el fuego están en el norte del departamento de La Paz. Desde el Consejo Regional Tsimané Mosetén (CRTM), que reúne a localidades que se sobreponen a la Reserva de la Biosfera Pilón Lajas, informaron a Mongabay Latam que 23 comunidades están afectadas por los focos de calor y que en esas zonas se están instalando “Brigadas de Bomberos Forestales Comunales”.
Según información de WCS Bolivia, existen más de 200 bomberos comunales en el norte amazónico de La Paz, quienes a través de sus autoridades orgánicas son dotados con el equipamiento respectivo de protección personal forestal. Este incluye las botas, pantalones, camisas, guantes y cascos que los protegen del fuego junto con herramientas específicas para incendios forestales como mochilas forestales, rastrillos forestales, pulasky (herramienta versátil para la construcción de cortafuegos), palas y matafuegos.

El 8 de septiembre, el Tribunal Agroambiental de Bolivia ordenó a las autoridades nacionales y subnacionales cumplir con las medidas cautelares destinadas a mitigar y sofocar los incendios forestales en el país. En caso de incumplimiento, esta instancia advirtió que remitirá los antecedentes al Ministerio Público para iniciar procesos penales. Además, desestimó las impugnaciones presentadas por agroempresarios y el Gobierno contra una Acción Popular contra las quemas presentada por siete jóvenes activistas.
En Bolivia, la acción popular es un mecanismo legal para proteger derechos e intereses colectivos amenazados o violados por actos u omisiones de autoridades o particulares. Puede ser interpuesta por cualquier persona, natural o jurídica, y protege bienes como el patrimonio, el medio ambiente y la salud pública. en este caso, fue interpuesta por jóvenes ambientalistas y apoyada por el Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya Aro.
El tribunal instruyó a los jueces agroambientales, especialmente en la Amazonía, la Chiquitania y el Chaco, a activar de oficio su competencia constitucional para fiscalizar, controlar y supervisar las acciones de mitigación y respuesta a la emergencia por los incendios. Para ello, deben elaborar informes detallados y documentados respecto a los planes de respuesta, así como la supervisión de su cumplimiento.
Imagen principal: los incendios forestales vuelven a afectar bosques y parques nacionales en Bolivia, tras la tragedia de 2024. Foto: cortesía CEJIS