Una investigación de Mongabay Latam documentó la transformación del paisaje a lo largo de 1926 kilómetros de vías ilegales en la Amazonía colombiana. A su paso, desaparecen bosques y crecen la ganadería, los cultivos de uso ilícito, los peajes clandestinos y el poder de los grupos armados. Lo más grave: estas vías atraviesan áreas protegidas y resguardos indígenas.
Al menos 28 mil kilómetros de carreteras se han construido dentro de la Amazonía en Colombia, según la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS). Esto equivale a recorrer 28 veces la ruta de Bogotá a Cartagena. En palabras de Maryi Serrano, coordinadora de Seguimiento y Análisis Territoriales de la FCDS, “la tendencia constante al crecimiento de vías ilegales en la Amazonía colombiana tiene un impacto muy fuerte en términos de fragmentación y deforestación, especialmente en zonas con restricción ambiental, donde el avance ha sido más intenso”.

Mongabay Latam analizó geoespacialmente la transformación del paisaje en torno a cinco carreteras ilegales que, en conjunto, suman 1926 kilómetros que fragmentan la selva colombiana. Además, un equipo periodístico —en alianza con France 24 en Español, Rutas del Conflicto, Vorágine y Mutante— se desplazó hasta algunos de los principales tramos de esas vías, situados en los núcleos de deforestación del país, y los recorrió.
Vanessa Romo, editora de investigación de Mongabay Latam, coordinó este especial que rastrea cinco carreteras ilegales que están transformando el paisaje amazónico. Hablamos con ella.
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Imagen principal: Las imágenes de satélite dejan ver cómo las vías se van extendiendo y arrasando con la selva de Mapiripán. Crédito: Google Earth
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