Desde hace más de una década, Marlen Arévalo ha denunciado los problemas de contaminación que está generando la industria de los hidrocarburos en el departamento de Meta, en Colombia. Aunque enfrenta graves amenazas, ella no se ha detenido.
La huella del petróleo en el Meta
Entre los casi 28 000 habitantes del municipio de Guamal, en los llanos orientales de Colombia, sobresalen los coloridos turbantes y pañoletas que Marlén Arévalo usa en la cabeza. Aunque habla con firmeza, la mujer de 57 años tiene un agudo sentido del humor que ni el cáncer que la acompaña hace tres décadas, ni las amenazas a su vida y a la de su esposo han podido quebrantar.

Guamal se ubica en Meta, el departamento de Colombia que tiene más de la mitad de las reservas probadas de petróleo del país (54 %). Ahí, Marlén Arévalo se ha convertido en una figura clave en la lucha de la prevención de los problemas ambientales causados por la industria de los hidrocarburos. Junto con su esposo y un grupo de personas campesinas de Guamal y Castilla La Nueva, Arévalo ha dedicado más de 13 años a la defensa de su territorio.
Además de su cultivado interés por la defensa de los derechos humanos, causa a la que ha dedicado la mayor parte de su vida desde que estaba en la universidad en Bogotá, la capital de Colombia, el motor de su lucha tiene un trasfondo personal.
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Imagen principal: Marlén Arévalo vistiendo una camiseta de Corpohumadea con un mensaje en defensa del agua. Foto: Natalia Pedraza Bravo.
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