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Reducir la deforestación tropical ayudara a luchar contra el calentamiento global

Reducir la deforestación tropical ayudara a luchar contra el calentamiento global

Reducir la deforestación tropical ayudara a luchar contra el calentamiento global
Por Rhett A. Butler
es.mongabay.com
13/12/2007

Varios científicos se han juntado al coro a respaldar un plan de los países desarrollados para combatir el calentamiento global, reduciendo las tasas de deforestación. La deforestación tropical libera mas de 1,500 millones de toneladas métricas de carbono a la atmósfera cada año, aunque por algunos años, como en 1997-1998 durante el fenómeno del Niño cuando los incendios liberaron cerca de 2000 millones de toneladas de carbono desde los pantanos de turba en Indonesia, las emisiones ahora llegan a mas del doble de esto.

Escribiendo el la revista Science, un equipo internacional de científicos argumenta que la iniciativa “Reduciendo las Emisiones de la Deforestación”(REDD), lanzada en el 2005 por el Marco de la Convención de las Naciones Unidas en los Cambios Climáticos, es científicamente y tecnológicamente valida y que los retos políticos y económicos que enfrenta el plan pueden ser superados.

“Muchos de estos países han mostrado algunas reservas al protocolo de Kyoto porque sentían que se entrometía en su soberanía nacional” dijo el Dr. Christopher Field, Director del Departamento de Ecología Global del Instituto Carnegie de la Universidad de Stanford y co-autor del articulo de normas. “Ahora están listos y deseosos de dirigir estrategias forestales de una manera constructiva, bajo sus propios términos. Lo cual es muy alentador.”

“Para muchos países en vía de desarrollo, la deforestación es su mayor fuente de emisiones,” agrego Meter Frumhoff, co-autor y director de Ciencia y Política de la Unión de los científicos interesados. “Las negociaciones actuales representan una oportunidad histórica de ayudar a los países en vía de desarrollo a encontrar unas alternativas a la deforestación económicamente viables, y participar en el esfuerzo global para encaminar el cambio del clima.”

El plan REDD

Cuando los árboles son cortados, unos gases invernaderos son liberados en la atmósfera—aproximadamente el 20 por ciento de las emisiones anuales de tales gases capturadores de calor son el resultado de la deforestación y de la depredación forestal. La prevención de la deforestación es el concepto donde los países son pagados para prevenir la deforestación que de otra forma ocurriría. Los fondos provienen de los países desarrollados que buscan encontrar compromisos de emisiones bajo unos acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyoto. Los políticos así como los ambientalistas encontraron la idea atractiva porque podría ayudar a combatir los cambios climáticos a bajos costos mientras mejorarían los estándares de vida para algunas de las personas más pobres del mundo, salvaguardando la biodiversidad y preservando otros servicios del ecosistema. Un número de prominentes biólogos de la conservación y agencias del desarrollo incluyendo el Banco Mundial y las Naciones Unidas han aceptado ya esta idea. Aun el gobierno de los Estados Unidos ha expresado su respaldo al plan.

Mientras la iniciativa parece prometedora hubo preguntas significantes, notan los autores:

“¿Primero, los potenciales ahorros en carbono producto de la desaceleración de la deforestación tropical son suficientes para contribuir sustancialmente a las reducciones de las emisiones globales? ¿Segundo, es cierto que los bosques tropicales (y los bosques de carbono) protegidos de la deforestación perdurarán en las décadas y siglos venideros dado algún inevitable cambio de clima?

“La respuesta en ambos casos es un SI rotundo, dijo Field. “Con todas las medidas para encaminar el calentamiento global, la clave es una acción agresiva e inmediata.”

Dirigiendo las primeras preguntas, los autores se dieron cuenta que la reducción de las tasas de deforestación al 50 por ciento en el próximo siglo salvara un promedio de alrededor de 500 millones de toneladas métricas de carbono cada año, suficiente para completar hasta el 12% de las reducciones totales necesarias para llegar a la meta del IPCC que es de 450 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera hacia el año 2100. Dicen que la reducción de la deforestación como un medio para cortar las emisiones puede ser “entre las opciones de reducción disponibles menos onerosas” con un costo estimado en $20 o menos por tonelada de carbono.

“La reducción de la deforestación tropical es la clave para reducir las emisiones globales” dijo Katharine Hayhoe, una profesora asociada a la investigación en el Departamento de Geociencias de la Universidad Técnica de Texas y co-autor del reporte. “Las reducciones que hemos observado proyectan un costo menor a $20 por tonelada de dióxido de carbono. Esto hace que frenar la deforestación sea una de las medidas mas efectiva económicamente para reducir nuestras emisiones en forma global, especialmente cuando la comparamos al costo de liberarnos de nuestra dependencia a los combustibles fósiles.”

“La conservación de la selva tropical podría por ultimo ser uno de los medios mas económicos que tenemos disponibles para frenar el calentamiento global”, dijo el Dr.William Laurance, un biólogo del Instituto Smithsonia de Investigación Tropical quien en el año 2006 desempeño un papel muy significativo dirigiendo la Asociación por la Biología Tropical y la Conservación(ATBC), la organización científica mas grande del mundo dedicada al estudio y al uso sabio de los ecosistemas tropicales, para pasar una resolución en apoyo a la iniciativa RED.

“Los costos de la conservación de los bosques son modestos y la deforestación es una fuente masiva de emisiones, así que frenar la deforestación es como “recoger la fruta bajo el árbol”—hay un montón de beneficios a bajo costo. Y por supuesto no estamos solamente almacenando carbono; también estamos salvando la propiedad biológicamente mas importante del mundo, proveyendo un lugar para la gente local e indígena, ayudando a estabilizar los suelos delicados y reduciendo las inundaciones catastróficas”.

“El impacto positivo de la conservación de la selva tropical puede ser aun mas grande de los que sugieren los autores,” continua Laurance. “Un reciente estudio por Bala et al. en PNAS sugiere que, en comparación con a las selvas temperadas y boreales, las selvas tropicales tienen un efecto mucho mas positivo sobre el calentamiento global. Bala y su equipo evaluaron solamente las consecuencias de la deforestación, no solo por el almacenamiento de carbono forestal, sino también por la evaporación-transpiración—que produce la cobertura de nubes que enfría el planeta—y en los cambios en el albedo (o absorción de calor). El efecto neto esta en que los bosques tropicales pueden ser aun más importantes de lo que uno haya podido imaginarse, desde el punto de vista de calentamiento global.

En la segunda pregunta, los investigadores dicen que las previsiones del clima muestran que los bosques tropicales continuaran sirviendo de “fregadero” para las emisiones de dióxido de carbono, siempre y cuando estas emisiones puedan ser mantenidas bajo control. Dice que aunque la eficiencia de la selva tropical como esponja de carbono puede disminuir en poco tiempo debido a niveles más altos de CO2 atmosférico, no desaparecerá por completo.

“Un proyecto anterior que fue ampliamente discutido proyectaba que los incrementos en CO2 de los negocios diarios así como la temperatura pueden llevar a un marchitado dramático y la liberación del carbono de la selva Amazónica, causan preocupaciones en que la alta sensibilidad de la selva tropical al cambio de clima podría comprometer el valor a largo plazo de la reducción de la deforestación, con un marchitado que libere mucho del carbono originalmente conservado”, escriben. “Sin embargo, de unos 11 modelos acoplados de ciclos clima-carbono y usando el escenario de emisiones A2 de medio a alto rango del IPCC, 10 proyectan que la selva tropical seguirá actuando como un fregadero de carbono, aunque declinen los fregaderos a lo largo del siglo.

“La sensibilidad moderada indicada por el nuevo resultado sugiere que la reducción de la deforestación pueda resultar en un almacenamiento de carbono a largo plazo, aun con un cambio de clima sustancial. Unos esfuerzos agresivos en reducir las emisiones industriales y la deforestación, podrían también reducir mas adelante la tasa de declinación y el riesgo de cambio de rumbo del fregadero tropical,” continuaron los autores.

Un clima político y económico esperanzador para REDD


Como la iniciativa RED fue presentada por un grupo de países tropicales, que viene a ser la Coalición de las Naciones Selváticas, esta gozó de apoyo relativamente importante entre los países desarrollados. Sin embargo, algunos países—en particular Brasil—y los intereses industriales (especialmente la silvicultura y la agricultura) han expresado sus reservas acerca del plan, argumentando que podría obstaculizar las oportunidades económicas basadas en la explotación forestal y la extracción de recursos. Los autores dicen que estos temores pueden ser calmados mediante unas medidas políticas.

“En algunos países, es posible reducir a un costo relativamente bajo las emisiones provenientes de la deforestación y de la degradación forestal que traen poco o ningún beneficio para las economías locales y regionales”, escribieron. “Por ejemplo, la reducción de incendios accidentales y la eliminación de la tala de bosques en tierras que son inapropiadas para la agricultura son dos prometedoras opciones a bajo costo para reducir la emisión de gases invernaderos en Brasil y en Indonesia.”

“En los bosques inscritos para la producción de madera, por ejemplo, unos precios moderados del carbono podrían fomentar una adopción extendida de practicas forestales sostenibles que reduzcan directamente las emisiones y reduzcan la vulnerabilidad de los bosques maderables a futuras emisiones causadas por el fuego y por la sequía exacerbada a causa del calentamiento global. En las tierras forestales amenazadas por la expansión de la agricultura, el financiamiento podría brindar unos incentivos significantes para la retención de la selva y permitiría por ejemplo una implementación más efectiva de las regulaciones de uso de tierras en propiedades privadas y en cadenas de áreas protegidas.
Mientras podría haber aun obstáculos políticos que superar, la rentabilidad podría ser un motor para la iniciativa si los países industriales son serios en controlar las emisiones de gases invernaderos. Su demanda por compensaciones a las emisiones de carbono a bajo costo podría ser una bendición para los países tropicales, generando ingresos que a veces superen lo que se podría ganar con la tala y la agricultura convencionales aunque estén subsidiadas. Al mismo tiempo, los países industriales y el mundo desarrollado se beneficiarían de los servicios ofrecidos por los bosques existentes.

Mas allá de la protección del clima, la reducción de la deforestación tropical tiene el potencial de eliminar muchos impactos negativos que pueden comprometer la capacidad de los países tropicales en desarrollarse sosteniblemente, incluyendo la reducción en las precipitaciones, la perdida de la biodiversidad, la salud humana deteriorada por la contaminación de la quema de biomasa y la perdida involuntaria de los bosques productivos, “escribe el autor.

Concluyen diciendo que los incentivos financieros para la preservación de los bosques será la clave para la lucha por el cambio de clima y para ayudar a los países pobres a elevar sus economías de una manera sostenible.

“Proveer unos incentivos económicos para la manutención de la cobertura forestal puede ayudar a los países tropicales evitar estos impactos negativos y llegar a sus metas de desarrollo, así como también complementar unos esfuerzos agresivos para reducir las emisiones de combustibles fósiles. Los países industrializados y desarrollados necesitan apoyar con urgencia los procesos de las normas RED y desarrollar unos esquemas de compensación efectivos y equitativos para ayudar a los países tropicales a proteger sus bosques, y reducir el riesgo de peligrosos cambios de clima y proteger muchos otros bienes y servicios para los cuales estos bosques contribuyen a un desarrollo sostenible,” concluyen.

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