Las bacterias pueden generar energía renovable a partir de contaminantes y ayudar a la lucha en contra del calentamiento global
Las bacterias pueden generar energía renovable a partir de contaminantes y ayudar a la lucha en contra del calentamiento global
Rhett A. Butler
Traducción por Genoveva Trejo Macías
mongabay.com
7/2/2008
Actualmente, la mayoría de la producción de energía genera bióxido de carbono, un potente gas invernadero que contribuye con el calentamiento global y con la contaminación. Al mismo tiempo que las concentraciones del bióxido de carbono aumentan en la atmósfera, la creciente población humana y el ganado producen contaminación orgánica y desperdicios.
Es por ello que Bruce Rittman, director del Centro de Biotecnología Ambiental del Instituto de Biodiseño de Arizona, y su equipo de investigación están desarrollando celdas de combustible microbiano (MFC, por sus siglas en inglés) que pueden oxidar contaminantes orgánicos y crear electricidad a partir de la contaminación. Las celdas de combustible microbiano que pueden tomar los materiales orgánicos renovables y capturar su energía.
La celda de combustible microbiano se echa a andar con las bacterias que crecen como biopelícula sobre una superficie conductora sólida, que sirve como electrodo en un baño de desperdicio orgánico. Los microorganismos oxidan los contaminantes orgánicos y producen energía eléctrica.
La ventaja de esta celda es que los microbios tienen la habilidad de oxidar casi todo lo que es orgánico. Además, ofrece ciertas ventajas sobre las celdas de hidrógeno, ya que la mayoría de estas celdas utilizan fósiles como fuente de energía. Las celdas de combustible microbiano resuelven este problema, ya que convierten el desperdicio orgánico directamente en energía. Además, estas celdas operan a temperatura ambiente, por lo que no se requiere energía ni catalizadores caros como el platino. Debido a que en el proceso no hay una combustión implicada, las celdas de combustible microbiano no contaminan y ayudan a reducir la contaminación, ya que su fuente de combustible es la contaminación orgánica.