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Para preservar el océano, un científico marino pide suprimir el consumo de mariscos.



Con el fin de contribuir a preservar el océano, la científica marina, Jennifer Jacquet, publicó en el mes de abril, en su espacio de blog Guilty Planet, un artículo en el cual plantea la necesidad de abstenerse de consumir mariscos. La población de peces a nivel mundial se está extinguiendo y los científicos advierten que el ecosistema marítimo, como recurso comestible, dejó de existir hace varias décadas; es entonces sorprendente que Jacques, como una solitaria voz en el desierto, pida abstenerse de consumir productos de mar, ya que hasta el momento pocos lo han hecho.



Mongabay.com contactó a Jacquet para comentar sobre su singular y valiente propuesta, y al mismo tiempo, analizar las muchas implicaciones tanto ambientales como éticas y sociales de consumir alimentos de mar.
No creo que todo el mundo debería dejar de comer mariscos. No obstante, pienso que para quienes éstos son artículos de lujo, deberían considerar el abastenerse, especialmente si no les representa un gran sacrificio, manifestó Jacquet”. “Realmente pienso que debería existir un grupo ecologista que abogue por ésta posición, porque los peces necesitan un gran número de voces. En la actualidad, las campañas se refieren a los peces y a los invertebrados como materia prima, más que como vida silvestre.”



Jennifer Jacquet en Granville Island fish market, en Vancouver, quien ha cuestionado al público, al considerar los muchos aspectos de consumir alimentos de mar. Fotografía de Photo by Sherman Lai.

En su blog Jacques manifiesta tener colegas que admiten que les apasiona el comer mariscos, tanto como estudiarlos. Cuando se le pregunta si éstos científicos tienen una mayor responsabilidad para privarse de éstos, Jacquet solamente comentó: “Pienso que la responsabilidad para actuar se da con el privilegio de la educación”.



Una razón por la cual los consumidores cultos, y los científicos marinos, pueden sentirse libres de culpa cuando consumen alimentos de mar, es únicamente al comprar alimentos de “pesca sostenible”. No obstante, Jacques cree que la falta de transparencia en la industria pesquera hace que estos alimentos sean sospechosos, a pesar de lo que publicitan las etiquetas.



“Creo que es casi imposible para un científico de la industria pesquera, y menos aún para el consumidor medio, evaluar la sostenibilidad en las actuales condiciones climáticas, que motivan a la sobrepesca y al engaño”, ella explica : “Cuando me preguntaron acerca de qué comer, los motivé a consumir el mínimo de alimentos de la cadena alimenticia del medio ambiente, tanto marinos como terrestres, y mucho menos !mariscos!
“Un aspecto que tuvo en cuenta Jacquet, en su segunda entrada al blog, es que se han presentado muchos debates acerca de la ética de consumir ganado, cerdos y pollo; pero los alimentos marinos siguen ausentes de tales controversias. Ella ratifica que la mayor dificultad ha sido convencer a las personas que los peces son más que un recurso comestible.



Deshidratación de pescado, en Mafia Island, Tanzania. Jacquet cree que las personas que confían en lo que significa el pescado para la seguridad alimentaria, deberían tener en cuenta a quienes lo consumen como artículo de lujo. Fotografía de: Richard Wollocombe.

Jacques admite: “Es difícil”.



“Asimilamos el tema con respecto a las vallenas porque son mamíferos que cuidan sus crías, se comunican con otros y registran altos niveles de inteligencia. Los peces, en su mayoría, son de sangre fría y criaturas inexpresivas. No obstante, en algunos casos, los peces no difieren mucho de las aves; quienes en alguna oportunidad han visitado Inglaterra, saben que allí no existe ningún sentimiento hacia ellas.
Los peces, a menudo, viajan en bandadas y destellan bellos colores. Por ejemplo, el albatros y el atún recorren grandes distancias migratorias. Al igual que el águila, un pulpo puede construir una casa imponente. El pez Moorish idol, (ídolo moro), como muchos guacamayos, escoge su pareja para vivir”.



Puede ser así, protestan los amantes de los alimentos de mar, pero son buenos para usted, ¿no es verdad? Quizás no. Jacques explica que el aspecto saludable de los alimentos de mar no proviene solamente de cortar y deshidratar, como creemos y que ha sido ampliamente publicitada por la industria pesquera.



“Creo, si lo miramos con mayor detenimiento, que no es la comunidad médica la que nos impulsa a consumir pescado. Realmente, los organismos de la salud y los grupos de presión de pesca, son los que están motivando su utilización”, dijo Jacquet. “Varios estudios médicos llevados a cabo éste año, afirman que posiblemente, el aceite de pescado es uno de los muchos factores que pueden reducir enfermedades como las del corazón. Sin embargo, los investigadores encontraron que las personas que no comen pescado, por ejemplo los vegetarianos, no están en alto riesgo de contraer enfermedades”.



En definitiva, no son los peces los que sufren. El consumo de alimentos de mar tambien puede tener grandes implicaciones a nivel social.



“Cada persona, de los países desarrollados, necesita darse cuenta que los peces que consumen están siendo extraídos de las aguas de los países en desarrollo y que al igual que en la alegoría de Robin Hood (a la inversa) se roba el pescado a los pobres para dárselo a los ricos” dice ella.



Jacquet es investigadora del Sea Around Us Project. UBC Fisheries Centre. Ella no consume alimentos de mar.

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