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James Cameron lucha en la vida real para ayudar a los grupos indígenas afectados por la construcción de una enorme presa en Brasil.



Después de crear una exitosa película de ciencia ficción sobre una mega-corporación que destruye la cultura indígena de un planeta lejano, James Cameron se ha convertido en una voz sorprendentemente valiosa en temas medioambientales, especialmente en lo concerniente a una situación bastante real para las culturas indígenas que luchan contra la explotación.



Esta semana Cameron ha viajado a Brasil para una visita de tres dias a la zona del rio Xingú llamada Volta Grande, para conocer a la gente y la selva que se verán afectadas por la contrucción de la Presa Hidroeléctrica Belo Monte. La presa, criticada desde hace mucho por ambientalistas y grupos pro-derechos indígenas, destruirá 500 kilómetros cuadrados de selva virgen y provocará el desplazamiento de unas 12.000 personas.



“Para la gente que vive en las riberas del rio, tal y como han hecho durante miles de años, el daño producido (por la presa) destruirá su modo de vida,” dijo Cameron en una conferencia de presa después de su viaje, según la agencia EFE. Pidió a la administración de Lula en Brasil que reconsidere su decisión de construir la presa.



“Cuando los buenos líderes se aplican para solucionar un problema, siempre se encuentra otra solución,” añadió Cameron.



Antes, en un Forum en Manaos, Cameron se refirió a un estudio de WWF Brasil: “Si Brasil decidiera invertir un fracción del coste de la presa en energía eficiente, se generarían 14 veces la energía de la Presa de Belo Monte, y se podría ahorrar hasta 19 Billones de dólares”.



Durante su viaje, Cameron conoció a varios representantes de grupos indígenas incluyendo los Juruna, Xipaia, Xikrin y Kayapó.



“Queremos asegurarnos de que Belo Monte no destruya el ecosistema y la biodiversidad de las que hemos cuidado durante milenios. Nos oponemos a las presas en el Xingú, y lucharemos pra proteger nuestro rio,” fueron las palabras de Megaron Tuxucumarräe, un jefe Kayapó, cuando el gobierno brasileño aprobó la presa en Febrero.



La presa, de 11.000 megavatios, se estima que proporcionará electricidad a 23 millones de hogares en Brasil. Sin embargo, durante tres o cuatro meses al año, la presa solo funcionará al 10-30% de su capacidad, debido a la bajada del nivel del agua. Con un coste estimado de 12 a 17 millones de dólares, la presa, si se termina, será la tercera mayor del mundo. La subasta de licitaciones para construir la presa se llevará a cabo el 20 de Abril.

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