Sólo menos del 3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero proceden de la producción de leche, según un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Desde la producción de ganado lechero de pequeños rebaños nómadas hasta extensas operaciones de productos lácteos industrializados, la FAO ha estudiado factores en la producción, procesamiento y transporte de leche, así como el abono, pesticidas, y los piensos utilizados en la industria láctea. El total se eleva un 4 por ciento si se incluyen para producción de carne animales utilizados para producción de leche.
El metano (un potente gas de efecto invernadero) constituye hasta la mitad de la contribución del sector lácteo a los gases de efecto invernadero, mientras que el óxido nitroso y dióxido de carbono constituyen una porción significativa.
La FAO realizó un estudio en 2006 que vinculaba el 18 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero a 1,7 mil millones de cabezas mundiales de ganado. Pero la cifra ha sido recientemente cuestionada por el experto en calidad del aire, Dr. Frank Mitloehner de la Universidad de California-Davis.
Mitloehner, que ha recibido dinero de investigación de los grupos de productos básicos agrícolas, dice que el estudio de la FAO midió el ciclo de vida completo de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería (incluyendo las emisiones procedentes de la alimentación del ganado en crecimiento, las emisiones digestivas animales y la transformación de la carne y la leche en productos alimentarios), mientras que el informe sólo se enfocó en las emisiones directas de transporte, es decir, la quema de combustibles fósiles.
Una cuarta parte de la tierra del mundo se utiliza actualmente para la cría de ganado, mientras que un tercio de las tierras cultivadas del mundo se utiliza para producir cultivos para alimentar al ganado. Por ejemplo, la industria ganadera es el principal motor de la deforestación en la Amazonia brasileña: el pastoreo de ganado fue el destino de alrededor del 80 por ciento de las tierras deforestadas entre 1996 y 2006.