Utilizando datos de los satélites de la Agencia Espacial Europea, investigadores estiman que más del 20% de la población juvenil del atún rojo del atlántico en el Golfo de México resultó muerta por el derrame de petróleo de la BP. Aunque el porcentaje no parece catastrófico, las pérdidas se suman a un descenso del 82% en la población total, debido a la sobreexplotación pesquera. La caída en la población ha llevado a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a clasificarlo en la categoría de “En peligro crítico”, la clasificación de mayor rango antes de la extinción.
Teniendo en cuenta la grave crisis de desaparición del atún rojo ha aumentado en todo el mundo, el Servicio Nacional de Pesca de los Estados Unidos anunció en septiembre, después del derrame de petróleo de la BP, que consideraría incluirlo en el Acta de Especies Amenazadas.
“Este estudio confirma nuestras peores sospechas sobre los impactos de los derrames de petróleo sobre el atún rojo, y nos entrega más evidencia que esta especie necesita estar en el Acta de Especies Amenazadas para sobrevivir”, dijo Catherine Kilduff, una abogada del Centro de la Diversidad Biológica. “El gobierno federal pudo haber predicho los efectos del derrame durante la temporada de reproducción ante del desastre; incluir al atún rojo en el listado como una especie en peligro evitará que este descuido se repita alguna vez más.”
Grupos de conservación y biólogos marinos han clamado hace años por una veda para la pesca del atún rojo, pero hasta el momento, la entidad encargada de regular su explotación – la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT) – ha dado prioridad a la demanda industrial de corto plazo por encima de la conservación a largo plazo de sus poblaciones, ignorando de forma consistente las recomendaciones de sus propios científicos sobre las cuotas.
A principios de este año el atún rojo se anotó otro retroceso cuando no progresó una propuesta de veda en Convención sobre el Comercio Internacional de Especies (CITES), gracias a una fuerte gestión de la delegación japonesa. Actualmente se desarrolla en Japón la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD), un evento internacional orientado a desarrollar planes para amortiguar la pérdida de biodiversidad en todo el mundo.
Un reporte de la WWF alerta que si la pesca continúa, el atún rojo estaría funcionalmente extinto para el 2012.