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Seamos realistas: debemos frenar el sobrecalentamiento del planeta… y ya casi no hay tiempo

Si los gobiernos quieren ceñirse a los compromisos adquiridos en Copenhague (limitar el calentamiento global a los dos grados Celsius, es decir, el “margen de seguridad”) se están quedando sin tiempo, según dos artículos palmarios de la revista de divulgación científica Nature. Uno de los estudios afirma que si el mundo aspira a tener un 66 por ciento de posibilidades de permanecer por debajo del incremento de dos grados Celsius, las emisiones de gases de efecto invernadero deberían llegar a su clímax en menos de una década, y disminuir rápidamente a partir de entonces. El segundo estudio predice que varias regiones de Europa, Asia, África del Norte y Canadá podrían experimentar un incremento de más de dos grados en un tiempo inferior a veinte años.



El tiempo se acaba



¿Cómo hacemos para mantener el mundo dentro de los dos grados Celsius de margen? De acuerdo con un estudio reciente, confeccionado por investigadores de varios institutos dedicados a analizar el cambio climático, las emisiones de gas de efecto invernadero necesitarían alcanzar su momento álgido durante la próxima década, y desdencer a 44 gigatones antes del año 2020. Se espera que este año solamente las emisiones alcancen 48 gigatones. Desprenderse de esos 4 gigatones extra puede parecer más fácil de lo que es en realidad, ya que los expertos toman en consideración las emisiones futuras “garantizadas”, expulsadas por fábricas en funcionamiento o incluso en proceso de construcción. Para alcanzar el objetivo ideal, algunas fábricas tendrían que ser abandonadas por completo. Sin embargo, incluso en condiciones ideales, el fin último no puede predecirse con certeza y la barrera de los dos grados en el incremento de temperatura es hipotética. Para que el resultado fuera más probable (hasta en un 90 por ciento) las emisiones tendrían que alcanzar su punto más alto en la próxima década, pero el consiguiente descenso tendría que ser aún más rápido de lo delineado en el modelo ideal. Además, harían falta emisiones negativas, es decir, mediante el secuestro de carbono en la atmósfera.


-	La planta de Castle Gate en Utah, que funciona gracias a la quema de carbón. Casi la mitad de la electricidad de EE.UU. proviene del carbón. La eléctrica es la energía que más carbón consume. Foto de David Jolley.
– La planta de Castle Gate en Utah, que funciona gracias a la quema de carbón. Casi la mitad de la electricidad de EE.UU. proviene del carbón. La eléctrica es la energía que más carbón consume. Foto de David Jolley.

Dados estos hallazgos, ni los acuerdos internacionales ni las promesas de cada país, al menos hasta la fecha, serían suficientes para mantener a la Tierra por debajo de la línea de dos grados de calentamiento.



“Existe una posibilidad considerable de que el objetivo [de los dos grados Celsius], apoyado por tantas naciones, se esté ya alejando sin remedio”, escriben los autores.



Aun así, una serie de países pobres y vulnerables al cambio climático están presionando para que el calentamiento global se detenga al llegar a un aumento de un grado y medio de temperatura, un objetivo que es entendido como más seguro para muchas regiones del mundo. El estudio reciente apunta que ninguno de los 139 modelos de freno analizados, independientemente de su contundencia, baja la barrera hasta el grado y medio de temperatura de margen.



“Sin embargo”, escriben los autores, “algunos de los resultados probables, según nuestras predicciones, podrían reducir el calentamiento global por debajo del grado y medio para el año 2100: un primer modelo afirma esto con una probabilidad del 50 por ciento; un segundo modelo eleva esa cifra hasta más del 66 por ciento”.



En nuestro tiempo



La percepción de la mayoría es que los impactos del cambio climático serán a largo plazo. Pero las últimas investigaciones han demonstrado que este problema se encuentra en la puerta de casa; acaso lo tenemos ya dentro. El estudio de Nature revela datos que dicen que si las emisiones de efecto invernadero continúan siendo altas, la Tierra cruzará la barrera de los dos grados Celsius en el año 2060. Incluso entonces, muchas regiones están condenadas a llegar a ese punto antes, ya que el calentamiento no es uniforme en todo el mundo: en general, el Hemisferio Norte se calienta más rápidamente que el Hemisferio Sur.



“Grandes regiones de Eurasia, África del Norte y Canadá podrían experimentar quinquenios con temperaturas medias superiores a la marca de los dos grados en el año 2030, una fecha no tan distante”, escriben los autores.



Se espera que tal incremento tenga un impacto sobre la producción agrícola, el nivel del mar, la biodiversidad, el clima extremo, la salud pública y la seguridad alimenticia, así como en el desarrollo de conflictos bélicos.



El lodazal político



Evitar el aumento por encima de los dos grados Celsius es más que posible. Un estudio reciente, publicado en la revista Energy Policy, advirtió que los combustibles fósiles podrían ser abandonados por completo en o antes del año 2050; las necesidades energéticas del mundo podrían ser satisfechas por electricidad en un 90 por ciento; esta se obtendría de las energías eólica y solar. El 10 por ciento restante podría ser generado por energía geotermal, así como aquella conseguida del agua, y de las olas y las mareas en particular. El transporte terrestre podría hacerse sólo usando electricidad o combustibles de hidrógeno, mientras que los aviones podrían mantenerse en vuelo mediante hidrógeno líquido.


-	Kentish Flats. Energía eólica en el Reino Unido. Foto de Phil Hollman.
– Kentish Flats. Energía eólica en el Reino Unido. Foto de Phil Hollman.

Sin embargo, el esfuerzo que requeriría tal revolución energética ha sido entorpecido durante décadas por la falta de voluntad política y por el traspaso de culpas y acusaciones. EE.UU., el mayor responsable de las emisiones y el cambio climático, culpa a poderes emergentes como China y la India por no hacer lo suficiente para controlar sus emisiones, que crecen sin parar. Por su parte, China y la India culpan a Estados Unidos y a otras naciones ricas de no tomar medidas más drásticas, ya que son las responsables históricas del problema.



Incluso tras décadas de advertencias, a cada cual más inquietante, Estados Unidos aún no ha aprobado una legislación federal para combatir el cambio climático; Canadá, por su parte, ha abandonado las promesas de antaño con el fin de explotar sus muy contaminantes arenas petrolíferas; China aún depende del carbón para la producción de energía; la industria indonesia se resiste con ahínco a los intentos de frenar la deforestación; Europa amenaza con desprenderse de sus objetivos más ambiciosos, si otras naciones no se suman a ellos; las naciones septentrionales están repartiéndose el Ártico con la esperanza de extraer grandes reservas de petróleo y gas aún sin explotar; y los combustibles fósiles continúan teniendo subvenciones en todo el mundo, por un valor total de 400 mil millones de dólares. Mientras, la población global sigue creciendo (llegará a los 7 mil millones a finales de mes) al igual que lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero. La única nación que parece tomarse el cambio climático en serio es Maldivas, que se ha comprometido a ser Carbono Neutral –es decir, a eliminar todas las emisiones– para el año 2020. Las islas Maldivas están amenazadas por el aumento del nivel del mar, que podría sumergir de manera permanente una parte del archipiélago.



No todo son malos augurios. Australia está cerca de aprobar su primera impuesto sobre emisiones de carbono. California, la octava economía del mundo, ha anunciado una serie de leyes para la compra-venta de bonos de carbono que comenzarán a funcionar en 2013. Las inversiones en energías limpias han aumentado un 670 por ciento en menos de una década. A la cabeza de estas iniciativas está China, muy por delante de Alemania, que también se mueve de manera decisiva hacia una sociedad basada en las energías renovables.



La siguiente oportunidad de la comunidad internacional para discutir el problema del calentamiento global tendrá lugar dentro de poco más de un mes, en Durban, Sudáfrica. Sin embargo, los corrillos internacionales se han anticipado y ya han expresado su poca esperanza en que se llegue a ningún tipo de acuerdo definitivo en Durban.









-Datos de la EIA sobre las posibles emisiones hasta 2030. Hacer “click” para agrandar.




Citas:



Joeri Rogelj, William Hare, Jason Lowe, Detlef P. van Vuuren, Keywan Riahi, Ben Matthews, Tatsuya Hanaoka, Kejun Jiang and Malte Meinshausen. Emission pathways consistent with a 2 C global temperature limit. Nature Climate Change. DOI: 10.1038/NCLIMATE1258. 2011.




Manoj Joshi, Ed Hawkins, Rowan Sutton, Jason Lowe and David Frame. Projections of when temperature change will exceed 2 °C above pre-industrial levels. Nature Climate Change. DOI: 10.1038/NCLIMATE1261. 2011.


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