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Emisiones de dióxido de carbono en el mundo, por región, caso de referencia 1990-2030



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Temprano por la mañana del domingo, más de 190 países del mundo firmaron un nuevo acuerdo climático en la 17a Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en Durban, Sudáfrica. Se suponía que la cumbre terminara el viernes pero las negociaciones maratónicas empujaron a los funcionarios de gobierno a quedarse hasta que las velas no ardieran, unas 36 horas adicionales. El acuerdo final fue mejor de lo que muchos esperaban de una cumbre de dos semanas pero aún así quedó muy lejos de lo que se necesita según la ciencia para asegurar que el mundo no sufra un cambio climático catastrófico.



Mientras Naciones Unidas aclamó el acuerdo por concretar la promesa de “salva hoy al mañana” y por ser un “paso histórico para salvar al planeta”, algunas ONGs vieron en el acuerdo otra decepción en una larga cadena de decepciones en mitigar el cambio climático global.



“Este plan es un cascarón vacío que arroja al planeta a un cambio climático catastrófico,” dijo Andy Atkins, director ejecutivo de Amigos de la Tierra.



La mayoría de las ONGs, sin embargo, fueron más circunspectas. “Este trato es mejor que nada,” dijo Ruth Davis, asesora principal de políticas de Greenpeace RU.




¿Qué fue lo que se decidió?


 Energía eólica de Kentish Flats en RU. Los científicos dicen que para reducir emisiones debemos apurarnos en desarrollar fuentes limpias de energía como la eólica, la solar y la geotérmica. Foto por: Phil Hollman.
Energía eólica de Kentish Flats en RU. Los científicos dicen que para reducir emisiones debemos apurarnos en desarrollar fuentes limpias de energía como la eólica, la solar y la geotérmica. Foto por: Phil Hollman.

El trato no fue tanto un acuerdo como una ‘hoja de ruta’ para un futuro acuerdo. De acuerdo al borrador final de dos páginas, hasta 2015 se debe trabajar con afán en un acuerdo legalmente vinculante que especifique reducciones a la emisión de gas de efecto invernadero para cada nación. Las reducciones comenzarán a entrar en efecto en 2020 a más tardar. Las negociaciones de Durban también salvaron el Protocolo de Kioto, y UE y algunos países desarrollados firmaron un segundo período de compromiso.



El mayor acierto de Durban fue recoger el compromiso de los contaminadores más grandes del mundo—los EE.UU., China e India—de reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero. De hecho, por primera vez, el acuerdo por venir incluirá el 100 por ciento de las emisiones globales de gas de efecto invernadero. Sin embargo, el mayor retroceso de dicho borrador es el plazo: la gran mayoría de las naciones del mundo no tendrán obligación legal alguna de comenzar a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero sino hasta 2020, pese a que estudios científicos recientes muestran que, para que las naciones puedan mantener su promesa de evitar que las temperaturas suban más de 2 grados Celsius, las emisiones deben primero llegar a un máximo antes de 2020 para luego declinar rápidamente. Es más, persiste una brecha significativa entre los actuales compromisos de emisión, hechos en Copenhague hace dos años (carentes de obligatoriedad legal), y lo que se requiere para evitar que el clima se sobrecaliente en demasía.



Durban también aprobó un Fondo Verde para el Clima que recaudará $100 billones anuales hasta 2020 para las naciones más pobres y más vulnerable al clima. No obstante, aún no se ha decidido el modo de recaudar ese dinero, lo cual deja indeterminada otra porción del acuerdo. No se aprobó una propuesta para reunir fondos con un impuesto a embarques o aviación, sobre todo por la oposición de los EE.UU.



Se tomó muy pocas decisiones claves sobre el programa de deforestación de NN.UU. (Reducción de Emisiones de Deforestación y Degradación, REDD). REDD propone pagar con carbono a los países en desarrollo para preservar sus bosques. Sin embargo, este programa estará estancado por unos cuantos años más porque aún no se logra generalizar su implementación, lo cual significa que es muy probable que los bosques sigan cayendo a un ritmo pasmoso.



Uno de los giros más notables en Durban, en comparación con reuniones anteriores, fue una alianza entre naciones pobres y ricas que comparten criterios. Cuarenta y dos naciones con la Alianza de pequeños estados insulares (AOSIS) y 49 naciones con los Países Menos Desarrollados (PMD) formaron una alianza con UE para aplicar constante presión sobre los perpetuos reticentes, como los EE.UU., China, Canadá e India para que aprueben la hoja de ruta de Durban. Sin la alianza de UE, AOSIS y PMD se puede asegurar que el trato en Durban habría sido bastante endeble.



Pretextos y objetivos poco ambiciosos



No obstante, muchos observadores temen que el documento que se firmó al final ya tiene demasiados huecos. Las negociaciones de último minuto se enfocaron en el lenguaje básico de las restricciones legales en las futuras reducciones de emisiones. India se opuso a un lenguaje fuerte; al final se acordó un lenguaje legal más tímido.


Planta de energía  Castle Gate en base a carbón en Utah. Cerca a la mitad de la electricidad en los EE.UU. viene del carbón; la energía de carbón mas intensiva. China e India también han llegado a depender en gran medida de la energía del carbón. Foto por: David Jolley.
Planta de energía Castle Gate en base a carbón en Utah. Cerca a la mitad de la electricidad en los EE.UU. viene del carbón; la energía de carbón mas intensiva. China e India también han llegado a depender en gran medida de la energía del carbón. Foto por: David Jolley.

“Sería un desastre explotar ese pretexto,” dijo Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional. India y China creen que no se les debe comprometer legalmente a reducir sus emisiones de gas de invernadero hasta que las naciones desarrolladas pongan más de su parte. Aunque su argumento tiene fuerza moral y la historia de su parte, la alianza de UE, AOSIS y PMD era sólido argumento de que todas las naciones deben comenzar a reducir sus emisiones pronto para que haya una posibilidad de mitigar el cambio climático.



“El desafío fue empezar las charlas desde el mínimo común denominador en las aspiraciones de cada una de las partes,” dijo Jennifer Haverkamp, directora del Programa Internacional del Clima para el Fondo de Defensa Ambiental.” Para que este esfuerzo tenga éxito, los países necesitan compromisos de gran envergadura y deben negarse a usar estas negociaciones como otra medida obstruccionista.”



Se ha acusado a varias naciones, incluyendo a los EE.UU., China e India, de estancar la acción para el cambio climático en la reunión. Por su parte, Canadá fue muy criticada por afirmar y casi confirmar, después de concluida la cumbre, que se retiraba del Protocolo de Kioto. Canadá es la única nación del mundo en haber firmado el Protocolo de Kioto y no haber cumplido sus compromisos de emisión.


Por detrás de la realidad




La crítica más extendida al acuerdo de Durban fue que no es una reacción lo suficientemente fuerte para encarar las crecientes realidades del cambio climático. NN.UU. informó que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera superaron su tope anterior y los niveles de emisión del año pasado son peores de lo que se imaginó como ‘el peor de los casos’. La investigación reciente arguye que el esperar una década para reducir emisiones equivale básicamente a asegurar que las temperaturas se eleven más de 2 grados Celsius. De hecho, la Agencia Internacional de Energía (AIE), a la cual no se conoce como alarmista, anunció recientemente que el mundo tenía cinco años para cortar emisiones drásticamente o enfrentar un cambio climático peligroso. Aún así, naciones como los EE.UU. insisten en una vía lenta hasta el próximo tratado.


Niño de la tribu Turkana. Por vivir en el norte de Kenia, la tribu está siendo golpeada por la sequía y la escasez de alimento. Los científicos dicen que esto empeorará con el cambio climático. Foto por: Rhett A. Butler.
Niño de la tribu Turkana. Por vivir en el norte de Kenia, la tribu está siendo golpeada por la sequía y la escasez de alimento. Los científicos dicen que esto empeorará con el cambio climático. Foto por: Rhett A. Butler.

“[Los gobiernos] no respondieron adecuadamente, en modo alguno, a la creciente amenaza del cambio climático. Las decisiones adoptadas aquí son mucho menos de lo que se necesita. Ya es hora, y lo fue hace mucho, para que los gobiernos dejen de servir a las necesidades de los contaminadores corporativos y comiencen a trabajar por proteger a la gente,” Alden Meyer, director de estrategia y políticas de la Unión de Científicos Comprometidos. “Estamos en camino a un incremento de 3-3,5 grados Celsius si no hacemos cortes drásticos hasta 2020. Y no hay cosa alguna que sugiera que este trato altera eso.”



Los efectos del cambio climático se sienten ahora por todas partes. Este año se registró el volumen más bajo de hielo en el mar Ártico y su segunda menor extensión. Las plataformas de hielo en el Ártico canadiense se han reducido a la mitad en los últimos seis años. Ahora que se reconoce con mayor claridad los impactos del cambio climático en lo extremo del clima, este año también se destacó por la inusual y gran cantidad de eventos climáticos extremos. Una sequía devastadora preparó la escena para una hambruna en el Este de África que mató a decenas de miles de personas. En Asia y en las Américas se vio inundaciones masivas y Tailandia sufrió el peor desastre natural de su historia. Este año fue el más costoso para los EE.UU. en términos de clima extremo, con un récord de 12 miles de millones de dólares en desastres, incluyendo una extensa sequía y ola de calor en Tejas.



“No podemos seguir reuniéndonos todos los años para llegar a acuerdos que se quedan cortos en responder a lo que la ciencia, y no la política, nos está exigiendo. Cada diciembre crece la brecha entre lo que el mundo compromete y lo que las naciones entregan. En términos populares, vamos pateando la piedra del clima delante nuestro,” dijo Ruth Davis, asesora principal de políticas de Greenpeace RU.



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