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Para el 2050 gran parte del Ártico podría ser verde

Límite forestal del Ártico cerca de Cherskiy en el nordeste de Siberia. Un nuevo estudio refleja que el límite forestal del Ártico continúa expandiéndose hacia el norte a medida que la región aumenta de temperatura. Foto cortesía de Woods Hole Research Center.
Límite forestal del Ártico cerca de Cherskiy en el nordeste de Siberia. Un nuevo estudio refleja que el límite forestal del Ártico continúa expandiéndose hacia el norte a medida que la región aumenta de temperatura. Foto cortesía de Woods Hole Research Center.


Calentándose dos veces más rápido que el resto del mundo, el Ártico ya está sufriendo alteraciones importantes por el cambio climático: el hielo está perdiendo espesor o desapareciendo sobre el mar, las capas de hielo sobre la tierra se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo.Ahora un nuevo estudio de la revista Nature Climate Change predice que la vegetación que cubre el Ártico podría expandirse en más de un 50 por ciento para el año 2050. Aunque el aumento de vegetación podría implicar carbono adicional, esto sería más que compensado por la pérdida del efecto albedo, por el cual la luz solar se refleja en la nieve y el hielo en diferentes puntos de la tierra.



“Esta amplia redistribución de la vegetación del Ártico tendría un impacto que reverberaría a través de los ecosistemas globales” apunta el investigador principal Richard Pearson del Centro para la Biodiversidad y Conservación del Museo Americano de Historia Natural.



Pearson y su equipo han usado una simulación por ordenador para predecir cómo se expandiría y desplazaría la vegetación, basándose en las temperaturas y precipitaciones, mientras que el Ártico continúa calentándose. Sus hallazgos predicen que la superficie cubierta por vegetación (arbustos y matorrales) se expandiría hasta el 52 por ciento en menos de 40 años. En principio puede que suene como algo positivo el hecho de ver bosques en el ártico, pero tendrá consecuencias según los científicos. Un gran número de animales depende de la tundra para sobrevivir, incluyendo diversas especies de pájaros. De hecho, los nuevos bosques sólo ayudarían a empeorar el calentamiento global.



“La distribución de la vegetación resultaría en un aumento del cambio climático que es probable que cause un mayor calentamiento global del ya previsto” han confirmado los investigadores.



Cuando la radiación solar cae en esta región la mayoría de ella se refleja en la atmósfera debido a la extensa capa de nieve; esto se conoce como el efecto abedo, que literalmente significa blancura. Sin embargo, el crecimiento de los árboles y arbustos -que convertirían partes de la región en marrón o verde- implicaría que la luz solar que antes era reflejada a la atmósfera ahora sería absorbida por la Tierra, aumentando así el calentamiento.



“El aumento del crecimiento de la plantas no compensará el efecto ya que la las plantas del ártico absorben el carbono lentamente” afirma el coautor Micheal Loranty para la Univesidad Colgate.



Las temperaturas globales han aumentado una media de 0.8 grados centígrados (1.4 Fahrenheit) desde que la Revolución Industrial acabara con muchas reservas de petróleo.







El Ártico se reverdece: distribución de la vegetación observada (izquierda) y predicción bajo un escenario de calentamiento global para el el 2050 (derecha). Datos usados para generar la imagen observada extraídos de Mapa de de Vegetación del Círculo Polar Ártico (2003). Click to enlarge.








CITAS: Richard G. Pearson, Steven J. Phillips, Michael M. Loranty, Pieter S. A. Beck, Theodoros Damoulas, Sarah J. Knight, and Scott J. Goetz. Desplazamiento de la vegetación ártica en relación a las observaciones del cambio climático. Nature Climate Change. doi:10.1038/nclimate1858


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