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Políticas de conservación que promueven el apoyo a las cosechas pueden debilitar la protección de los bosques

Incrementar los beneficios agrícolas gracias a unos precios más altos, la mejora en la productividad de las cosechas y la conservación de los bosques en sí misma, podrían dificultar los programas de conservación sujetos al pago de los servicios para los ecosistemas, advierte un estudio publicado esta semana en el diario americano Proceedings of the National Academy of Sciences.



Dicho pronóstico está basado en un modelo que predice el impacto potencial de la intensificación agricultural en las granjas de pequeños agricultores en la República Democrática del Congo (RDC). Mientras que los granjeros están aceptando una miseria por abandonar los campos de cultivo poco provechosos, en el futuro, los campos mejorados con material genético (incluyendo los cultivos modificados), el incremento en el uso de fertilizantes, y otras mejoras serán necesarias para persuadir a los granjeros de que conserven los bosques. En otras palabras, un programa que compense a los granjeros basado en el carbono de los bosques -como el mecanismo Reducir Emisiones para la Deforestación y Degradación (REDD+ por sus siglas en inglés)- tendría dificultades compitiendo contra la agricultura altamente industrializada.



““Nuestro estudio sugiere que si la agricultura se intensifica, las pequeñas cantidades que hoy incentivan a conservar los bosques podrían tener que incrementarse mucho más de lo que es considerado económicamente eficiente, e incluso razonable” comentó el autor del estudio Jacob Phelps de la Universidad Nacional de Singapur. “Hemos anticipado que modelos similares son probables en el trópico, incluyendo lugares como Indonesia”.




Relación entre políticas REDD+, intensificación agricultural y deforestación. Las nuevas políticas REDD+ están conduciendo a la intensificación agricultural, lo que aumenta las rentas futuras e incentiva la desaparición de los bosques para la expansión agricultural. Ciertos cambios (reinversiones, inmigración…) crean más incentivos para la expansión. Que estos resultados se inclinen por la deforestación o la extensión de las tierras para la conservación depende de dos factores intermedios (1): leyes contundentes en el sector del medioambiente y (2) si los pagos de REDD+ se asemejan a las futuras rentas agriculturales.




Estos resultados añaden peso a los argumentos dados en otros sitios. Por ejemplo, Greenpeace y la Fundación Selva Tropical (Rainforest Foundation) del Reino Unido han criticado la curva de coste de McKinsey por mitigar el efecto invernadero de las emisiones de gas provenientes de la deforestación. Grupos de activistas han declarado que REDD+ no sería capaz de financiar las actividades industriales, incluyendo agricultura comercial a gran escala y minería, y por eso fallaría en paralizar la deforestación. Varios estudios han demostrado también que los resultados financieros de REDD+ no serían lo suficientemente altos como para competir con la producción, de aceite de palma, que es una de los cultivos más rentables en las zonas tropicales. Un periódico incluso alegó que REDD+ podría sepultar las formas de agricultura menos productivas como la orgánica.



En el estudio efectuado por la Academia Nacional de Ciencias Americana (PNAS por sus siglas en inglés), Phelps y sus compañeros descubrieron que había desigualdades financieras entre REDD+ frente a los cultivos de cassava y maíz en la RDC que requeriría que los precios del carbono aumentaran a la par que su productividad.



“Es probable que las rentas aumenten para incentivar la expansión agricultural, incluyendo la expropiación de los bosques.”




La agricultura de subsistencia como esta de Surinam puede que sea fácil de detener ahora, pero según se industrialice como las plantaciones de aceite de palma en Borneo (abajo), será más caro de parar.








El estudio parece señalar el riesgo que programas como REDD+ podrían causar a corto plazo mientras que el precio de las cosechas sea moderado, pero no funcionaría para proteger los bosques a largo plazo cuando los precios suban. Los autores añaden que iniciativas para la conservación del bosque podrían incluso tener un impacto contrario si se centran en intensificar la producción agricultural.



“Nuestro marco conceptual, apoyado por el modelo ilustrativo de la RDC, subraya cómo las políticas de conservación que promueven la intensificación automática anticipada a largo plazo y las emisiones para la reducción pueden acarrear resultados indeseados” han escrito. “Curiosamente, políticas de conservación que promueven o imponen una intensificación de los cultivos extensivos quizá sea lo que anime a la expansión agricultural”.



Aún siendo ilustrativo, el estudio conlleva algunas advertencias importantes cuando se evalúa a una escala más allá de la RDC. Por un lado, no tiene en cuenta la probabilidad directa que los mayores beneficios puedan generar en zonas de expansión no boscosas, como las áreas degradadas. Tanto Brasil como Indonesia poseen decenas de millones de hectáreas de estas tierras. También excluye el valor de los productos forestales -madera, comida y otros productos no forestales- que quizá continúen disponibles para las comunidades locales bajo programas de REDD+. Tampoco tiene en cuenta los pagos potenciales por otros servicios del ecosistema (PES por sus siglas en inglés) como el agua o la biodiversidad. A pesar de todo esto, el estudio señala puntos de consideración importantes para el diseño de esquemas como REDD+ y otros servicios del ecosistema.



“Políticas de conservación que no tienen en cuenta las rentas futuras quizá fallen en promover la conservación a largo plazo”, escriben los autores. “Nuestro modelo era ilustrativo, no predictivo…pero señala los posibles impactos de la intensificación de la agricultura para la conservación de la sostenibilidad a largo plazo como REDD+ y señala algunos de los problemas que aún no se han investigado tal como la importancia de recurrir a incentivos de conservación y la viabilidad de incentivos financieros frente a los no financieros.”



CITAS: Jacob Phelps et al. Agricultural intensification escalates future conservation costs. Proceedings of the National Academy of Sciences for the week of April 15, 2013. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1220070110



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