Noticias ambientales

Con entrenamiento, las comunidades locales lograrán medir con precisión y de manera rentable el carbono forestal


Selva tropical de Indonesia.

Selva tropical de Indonesia.



Las comunidades forestales pueden medir con precisión y de forma rentable la biomasa y otros datos necesarios para evaluar los proyectos de la REDD+, siempre que hayan de dos a tres días de entrenamiento, según un nuevo estudio publicado en la revista Ecology and Society.



La investigación se llevó a cabo con [la participación de] comunidades que habitan en la selva tropical de las tierras bajas de Indonesia, los bosques montañosos de China y los monzónicos de Laos y Vietnam. Se concluyó que, usando herramientas simples, las comunidades locales pueden recopilar datos acerca del carbono forestal “a la par” de los profesionales forestales con [sus] equipos avanzados de alta tecnología.



El estudio también sostuvo que la supervisión comunitaria de los bosques resulta más barata que la profesional a largo plazo.



“Estamos convencidos de que la participación de las comunidades es, a la larga, el enfoque más rentable”, dijo Subekti Rahayu, analista del Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF por sus siglas en inglés), quien fuese uno de los 22 investigadores que participaron en el estudio. “El pequeño coste adicional sería en gran medida compensado por los beneficios [que lograría] la población local, quien ganaría salarios y adquiriría la capacitación a partir de estas actividades, así como a los amplios esfuerzos mundiales para hacer frente al cambio climático”.



La investigación sugiere que la supervisión de los bosques podría ser una manera clave de involucrar a la población local en los proyectos de la REDD+ que tienen como objetivo reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal.



“Salvar los bosques del mundo nos obliga a cerrar la enorme brecha entre las promesas y las realidades en el terreno internacional”, señaló Finn Danielsen, autor principal del estudio y experimentado ecólogo de la Fundación Nórdica para el Medio Ambiente y el Desarrollo en Copenhague, Dinamarca. “Nuestra investigación muestra que si más proyectos de la REDD+ incluyesen la supervisión comunitaria, veríamos [entonces] un esfuerzo global más justo para combatir el cambio climático, el cual incorporaría de manera significativa la visión de la gente que depende de los bosques para todo, desde sus ingresos hasta sus alimentos y [que] como resultado, están dispuestos a proteger estos valiosos recursos naturales”.



“La legitimidad de los esfuerzos internacionales para reducir las emisiones derivadas de la deforestación se apoya en la participación de la comunidad”, añadió Meine van Noordwijk, asesor científico y jefe del ICRAF [por sus siglas en inglés]. “Sin embargo, las promesas internacionales para involucrar a la población local no han sido satisfechas en gran medida”.




Selva tropical de Indonesia.

Selva tropical de Indonesia.




El programa REDD+ de la ONU está diseñado para promover la conservación forestal mediante la oferta de incentivos financieros a los países tropicales y que así [estos] preserven los ecosistemas ricos en carbono. Establecido por primera vez en el 2007, el programa ha avanzado lentamente debido a las preocupaciones relacionadas con las garantías sociales y ambientales, así como con los desafíos [de carácter] institucional, de gobierno y financieros. No obstante, los partidarios de la REDD+ esperan ver [algún] progreso en las negociaciones del clima el próximo mes en Varsovia, Polonia.



Aún así, muchos dudan de la REDD+ [tal y] como [es] concebida actualmente. Rosalind Reeve, catedrática de la Escuela de Gobierno Ateneo de Manila y miembro del Grupo de trabajo de salvaguardias de la REDD+, plantea [que] los nuevos hallazgos confirman algunas de las deficiencias del programa de las ONU.



“La CMNUCC no ha logrado traducir a recomendaciones prácticas el compromiso asumido en Cancún para la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales. En las orientaciones elaboradas hasta el momento no hay mención de la participación de las comunidades en la supervisión del carbono o las garantías, o incluso [en la] recomendación de un enfoque participativo en el desarrollo de sistemas”, dijo Reeve en una declaración. “Debido a que la ONU no ha logrado dar una señal clara a los países que deben involucrar a las comunidades en la supervisión y el uso de un enfoque participativo en el desarrollo de sistemas, los países han fallado en integrar la supervisión comunitaria en sus planes nacionales de la REDD+”.



“Queda claro [que] a partir de este estudio, la sociedad civil debe supervisar activamente y tener [una] mayor influencia estos proyectos. De lo contrario, ¿cómo asegurarse de que son interrogados rigurosamente”?, agregó Juan Carlos Carrillo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)”. Las comunidades locales, utilizando métodos simples y rentables, deben estar involucradas en la implementación de sistemas de medición, notificación y verificación tanto del carbono como de las garantías, particularmente la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales”.



Otros han expresado su preocupación de que el programa de la REDD+ no protege adecuadamente contra los resultados adversos del medio ambiente, ni aborda [el tema de] los factores subyacentes de la deforestación, [tales] como la primera tala de los bosques primarios y el consumo de materias primas [respectivamente].





MENCIÓN Danielsen, F., T. Adrian, S. Brofeldt, M. van Noordwijk, M. K. Poulsen, S. Rahayu, E. Rutishauser, I. Theilade, A. Widayati, N. The An, T. Nguyen Bang, A. Budiman, M. Enghoff, A. E. Jensen, Y. Kurniawan, Q. Li, Z. Mingxu, D. Schmidt-Vogt, S. Prixa, V. Thoumtone, Z. Warta, and N. Burgess. 2013. Supervisión Comunitaria de la REDD+: Promesas internacionales y realidades en la práctica. Ecología y Sociedad 18(3): 41. http://dx.doi.org/10.5751/ES-05464-180341




Salir de la versión móvil