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Madre de Dios: conoce a Paul Rosolie, el Indiana Jones del Amazonas


Sobrevolando la interminable selva del Amazonas Occidental durante la búsqueda de zorros de oreja corta. Desde tan alto se pudo ver la extensión de la selva y cuánto hay aún por salvar. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.

Sobrevolando la interminable selva del Amazonas Occidental durante la búsqueda de zorros de oreja corta. Desde tan alto se pudo ver la extensión de la selva y cuánto hay aún por salvar. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.


Aún no ha cumplido los 30 y Paul Rosolie ya ha vivido una vida que la mayoría sólo se atrevería a soñar (o con la que tendría pesadillas, depende de cada uno). Con la Amazonia Occidental como panorama, Rosolie se ha enfrentado a jaguares, ha luchado con anacondas, explorado un bosque flotante, se ha dejado educar por los pueblos indígenas, se ha visto azotado por una enfermedad tropical, ha viajado con cazadores furtivos y criado a una cría de oso hormiguero. No es de extrañar que a la madura edad de 26 años, Rosolie ya haya escrito sus memorias: Madre de Dios: Un Viaje Extraordinario Viaje a los Inexplorados Afluentes de la Amazonia Occidental. Es una emocionante, peligrosa y eufórica historia de aventuras que ya cosecha elogios por parte de Wall Street Journal y Publisher Weekly, a la vez que sale seleccionado en el Descubrimiento de Nuevos Grandes Escritores 2014 de Barnes and Noble. Pero lo que distingue el libro de Rosolie de otros jóvenes aventureros es que no sólo busca emociones, ni los vuelven unos entusiastas de pacotilla En cambio, Rosolie gasta hasta el último gramo de su ser para trabajar en el salvamento de uno de los últimos grandes desiertos del mundo: la selva de Madre de Dios. Y, mientras, reescribe las normas para su conservación.



“Siempre me atrajo el desierto y la vida salvaje; ver documentales y leer libros sobre selvas tropicales son algunas de las cosas que más me gusta hacer,” cuenta Rosolie a mongabay.com en una reciente entrevista (detallada a continuación). “La exhibición “El Mundo de la Jungla” expuesta en el zoo del Bronx influyó mucho en mí. Las imágenes y las historias de biólogos y exploradores trabajando en remotos países con los animales más increíbles se entremezclaban a lo largo de la exposición. Pensé que si las selvas reales eran la mitad de increíbles, no habría nada más interesante en el mundo.”



A los 18, Rosolie partió en solitario hacia la selva tropical más grande del mundo—el Amazonas—para trabajar en una estación de investigación del lugar. A pesar de haberse recorrido más de 4.800 Kms, y en concreto desde Nueva Jersey, cuando llegó a las selvas peruanas, Rosolie supo que había llegado a casa.



Una anaconda hembra que atraparon JJ Durand y Paul Rosolie justo antes de devolverla a la selva. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Una anaconda hembra que atraparon JJ Durand y Paul Rosolie justo antes de devolverla a la selva. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.

“A los cinco minutos de estar en la selva, me di cuenta de que todo el bombo que había absorbido de niño sobre las selvas tropicales no tenía nada que ver con la realidad. Sabía que la selva era donde debía estar,” afirma.



Desde entonces, Rosolie ha tenido suficientes aventuras como para que Teddy Roosevelt, Ernest Shackleton y Alfred Russel Wallace estén orgullosos. Pero un chico de ciudad no se lanza a la aventura amazónica sin unas serias lecciones.



“Mi relación con el Amazonas y toda su vida salvaje no habría sido posible si no hubiera tenido la suerte de conocer a mi amigo y profesor Juan Julio (o JJ) Durand. JJ y su familia forman parte de la comunidad indígena Ese-Eja, de Infierno, en el río Tambopata. He aprendido de ellos todo lo que sé,” explica Rosolie, y añade “Caminábamos descalzos siguiendo a varias especies, desde monos, tapires, jaguares y pecaríes, hasta anacondas y osos hormigueros gigantes. JJ me enseño qué árboles podían matarte, y cuáles te provocan un sarpullido. También me enseñó qué árbol puede servirte para sobrevivir a la mordedura de una serpiente venenosa. Hay otros árboles que puedes rajar y verter directamente su jugo en un motor diesel para que así la camioneta pueda arrancar. La mayoría de lo que sé es gracias a mis amigos lugareños. El resto resulta de pruebas y errores.”



Fue con JJ y la familia Durand cuando Rosolie comenzó con las Expediciones de Tamandua en un intento de preservar un trozo de selva virgen a lo largo de Madre de Dios. Las Expediciones de Tamandua, operativas desde 2007, ofrecen una variedad de viajes a la Estación Biodiversidad de Las Piedras con todo incluido, desde trabajo voluntario a fotografía o yoga.



En los pocos años que Rosolie ha vivido y trabajado en el río Las Piedras en la región peruana de Madre de Dios, ha sido testigo de tremendos cambios y de una destrucción sin precedentes.



“Hasta hace pocos años, el río Las Piedras era muy largo y estaba tan aislado que gran parte de sus bosques, vida salvaje y población estaban a salvo. Sin embargo, recientemente se ha pavimentado y culminado la autopista trans-amazónica, lo que causó un número de carreteras bifurcadas que se cortan en lo que antes era un bosque antiguo, virgen. Ahora que se han construido las carreteras, estamos viendo una afluencia masiva de colonos procedentes de los Andes. Cada día surgen casas y granjas, y a medida que aumenta la velocidad, el bosque está desapareciendo. Los madereros usan las carreteras para acceder a puestos de palo fierro, cedro y otras maderas expuestas. Es una manera gratuita y simple para todos de conseguir madera y de la que la población pobre se está beneficiando gracias a la selva” confirma. Pero advierte de una amenaza aún más grave en el horizonte: la llamada Carretera Purus.


Navegando en packraft de noche en aguas peligrosas de los pantanos. Imagen por cortesía de: Mohsin Kazmi.
Navegando en packraft de noche en aguas peligrosas de los pantanos. Imagen por cortesía de: Mohsin Kazmi.


“Si se creara esta carretera sería un golpe devastador para uno de los últimos reductos verdaderamente auténticos de la vida silvestre, la cultura y el desierto de nuestro planeta. El problema es que esta carretera no tiene la misma importancia para todo el mundo, excepto para una cuantas personas que esperan enriquecerse si se lleva a cabo su construcción porque podrán exportar madera y otros recursos de forma más rápida,” explica Rosolie. “Esta carretera no debe construirse, pero se hará a menos que consigamos detenerlo.”



Esta historia se repite por todo el Amazonas (y en muchas otras partes de los trópicos). Pero Rosolie no pierde la esperanza. Inspirado por los trabajos de Jane Goodall, Steve Irwin y Alan Rabinowitz, Rosolie espera que su libro—junto con una serie de ambiciosos proyectos futuros—no sólo ayude a la Amazonia Occidental, sino que amplíe el movimiento por la conservación, por lo que incorporará nuevos acólitos y cambiará no sólo la forma en la que hablamos de la conservación, sino de la naturaleza.



“No estamos muy concienciados del mundo natural en nuestro día a día tan empapado por los medios,” sentencia. “Es como si estuviéramos viviendo en un vacío de hormigón y en la economía, donde olvidamos la verdad absoluta de esa antigua cita de Carl Sagan sobre que cualquier cosa en la que estés interesado no ocurrirá si no puedes respirar o beber, nada más que te interese vaya a ser posible. Esta es la realidad de vivir en un planeta en donde dependemos de la biosfera para vivir. Lo que me gustaría ver es una reinterpretación de la naturaleza en la literatura y el ocio. Creo que los animales y la conciencia ecológica necesitan ser parte de nuestra cultura. Ahora mismo no están. Me gustaría ver más narraciones abordando grandes temas. ¿Por qué no personajes principales que sean los guarda parques protectores de los gorilas? ¿U otras profesiones que traten con la defensa de la vida silvestre y los recursos? Creo que si la idea de la protección, el cuidado, la lucha (¡que puede estar llena de acción!) se hiciera más habitual es nuestra conciencia cultural, ayudaría a cambiar las cosas”.



El nuevo libro de Rosolie sigue mucho esta filosofía. Atrae al lector por medio de aventuras en la vida real, un lenguaje accesible y el poder de la selva tropical de la Amazonia como la mayor explosión de vida del mundo. Sin embargo, al mismo tiempo, descubre un mensaje apasionado y esperanzador por una revolución que contemplaría el mundo natural no como algo que deba explotarse en aras de un crecimiento económico interminable e imposible, sino más allá de la propia riqueza: como el regalo más grande otorgado a la humanidad.



“La idea de que la Amazonia y otros bosques tropicales están desapareciendo está más vista que el tebeo. No quería escribir un libro sobre la conservación cargado de frías estadísticas y gráficos sobre la deforestación. Siempre me ha fascinado la idea de una conservación ‘renovada’. No es una tragedia de causa perdida que los principales medios la pinten como tal,” dice Rosolie. “Es la cosa más excitante jamás imaginada. Aquí ves que la mayor proliferación de vida del universo conocido la están canalizando en una picadora de carne que produce una serie de dinero en el cruce de la economía global, la salud ecológica y la supervivencia, de la totalidad de nuestro planeta. Esto es una lucha que decidirá el destino de todo lo que sabemos. Ahora en Brasil hay pueblos indígenas viéndoselas contra los planes del gobierno por condenar sus casas a orillas del río. En África los cazadores furtivos masacran elefantes y rinocerontes mientras los guarda parques luchan para protegerlos. Los tigres aún resisten en Asia, donde la demanda de aceite de palma está arrasando los bosques. Ahí fuera se ha desatado una pelea. La crisis de las selvas tropicales se parece mucho a lo que tuvo que hacer frente la generación de mis abuelos durante la Segunda Guerra Mundial. Si perdemos esta lucha, todo se habrá acabado”.



Mientras la batalla siga su curso, no estará perdida, según Rosolie. Él señala un vuelo que tomó recientemente al pleno corazón de la Amazonia: “Verde. Durante horas. Viajábamos a 225 Km/h y lo único que vimos fueron árboles, intercalados con lagos en herradura, pantanos y ríos dorados que parecían anacondas extendidas sobre la tierra. Fue increíble. Durante el vuelo me quedé pensando en cómo hemos oído hablar siempre de la destrucción, y en que se nos está acabando el tiempo. Y es cierto. Pero lo que no oímos y no sabemos es que aún queda mucho por salvar”.



Rosolie’s book, Mother of God: An Extraordinary Journey into the Uncharted Tributaries of the Western Amazon.


For past articles on Rosolie’s work: Secrets of the Amazon: giant anacondas and floating forests (March 2010), Hunting threatens the other Amazon: where harpy eagles are common and jaguars easy to spot (August 2010), and Jaguars, tapirs, oh my!: Amazon explorer films shocking wildlife bonanza in threatened forest (February 2013) .






ENTREVISTA A PAUL ROSOLIE



CAPÍTULO UNO: EL LIBRO


Tráiler oficial de Madre de Dios: Un Extraordinario Viaje a los Inexplorados Afluentes de la Amazonia Occidental.




Mongabay: Sin revelar ninguna sorpresa de tu nuevo libro (y hay unas cuantas), ¿por qué la gente debería leer “Madre de Dios: Un Extraordinario Viaje a los Inexplorados Afluentes del Amazonas Occidental”?



Paul Rosolie: “Madre de Dios” es una historia de aventuras clásica asentada en un escenario moderno: la búsqueda del significado y la aventura por parte de un joven. Pero este viaje le lleva a lo más profundo del dosel forestal en las entrañas del Amazonas. Hay muchos encuentros cercanos con lo peor y lo mejor de la jungla: jaguares, anacondas y osos hormigueros gigantes. Fundamentalmente, es un libro sobre el increíble desierto que es el Amazonas, establecido en el contexto de un moderno y salvaje oeste donde madereros, cazadores furtivos, proxenetas, mineros en busca de oro y narcotraficantes merodean por la masiva travesía que es el desierto que cambia rápidamente. La esencia de este libro es que es un viaje en busca de la comprensión del ser humano y las relaciones con la naturaleza.



Mongabay: La primera vez que viajaste a la selva del Amazonas tenías 18 años ¿Qué le atrajo a un chico de Nueva Jersey de la mayor selva tropical del mundo?



Secretos del bosque flotante el día en que siete personas trataron de contener una anaconda  de 6 metros. Pero la serpiente nos dominó y nos vimos obligados a soltarla, o nos arrastraría. Hay que apuntar que no tomó represalias (que perfectamente podía haber hecho). Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Secretos del bosque flotante el día en que siete personas trataron de contener una anaconda de 6 metros. Pero la serpiente nos dominó y nos vimos obligados a soltarla, o nos arrastraría. Hay que apuntar que no tomó represalias (que perfectamente podía haber hecho). Imagen por cortesía de Paul Rosolie.

Paul Rosolie: Siempre me atrajo el desierto y la vida salvaje; ver documentales y leer libros sobre selvas tropicales son algunas de las cosas que más me gusta hacer. La exhibición “El Mundo de la Jungla” expuesta en el zoo del Bronx influyó mucho en mí. Las imágenes y las historias de biólogos y exploradores trabajando en remotos países con los animales más increíbles se entremezclaban a lo largo de la exposición. Pensé que si las selvas reales eran la mitad de increíbles, no habría nada más interesante en el mundo. La idea de ir en realidad a una selva tropical se convirtió en mi sueño —para ver árboles gigantes repletos de vida y las regiones inexploradas. Para mí, las selvas tropicales fue lo más maravilloso en la vida.



Pero, por supuesto, cuando aprendes cosas de las selvas tropicales inevitablemente aprendes que están desapareciendo. Así que crecía con esa marcada urgencia de que tenía que ir allí y ver esos lugares, y esas criaturas, antes de que se extinguieran.




Las clases siempre me han parecido aburridas, y estando en 10º grado sentí que ya tenía suficiente. Así que, con el consentimiento de mis padres dejé el instituto y empecé a ir a la Universidad. Poco después de cumplir los 18, empecé a trabajar de socorrista, lo que me permitió ahorrar dinero para perseguir mi sueño de visitar lo mejor y lo peor de todas las selvas tropicales: el Amazonas. Conocí a un pequeño grupo de investigación con oportunidades reales para los estudiantes en la Amazonia Peruana, y les convencí para que me llevaran. La región se llamaba “Madre de Dios”. A los cinco minutos de estar en la selva, me di cuenta de que todo el bombo que había absorbido de niño sobre las selvas tropicales no tenía nada que ver con la realidad. Sabía que la selva era donde debía estar.


Mongabay: ¿Cuándo decidiste que era el momento de escribir un libro?



Paul Rosolie: La idea de que la Amazonia y otros bosques tropicales están desapareciendo está más vista que el tebeo. No quería escribir un libro sobre la conservación cargado de frías estadísticas y gráficos sobre la deforestación. Siempre me ha fascinado la idea de una conservación ‘renovada’. No es una tragedia de causa perdida que los principales medios la pinten como tal. Es la cosa más excitante jamás imaginada. Aquí ves que la mayor proliferación de vida del universo conocido la están canalizando en una picadora de carne que produce una serie de dinero en el cruce de la economía global, la salud ecológica y la supervivencia, de la totalidad de nuestro planeta. Esto es una lucha que decidirá el destino de todo lo que sabemos. Ahora en Brasil hay pueblos indígenas viéndoselas contra los planes del gobierno por condenar sus casas a orillas del río. En África los cazadores furtivos masacran elefantes y rinocerontes mientras los guardaparques luchan para protegerlos. Los tigres aún resisten en Asia, donde la demanda de aceite de palma está arrasando los bosques. Ahí fuera se ha desatado una pelea. La crisis de las selvas tropicales se parece mucho a lo que tuvo que hacer frente la generación de mis abuelos durante la Segunda Guerra Mundial. Si perdemos esta lucha, todo se habrá acabado.




Donde los Andes se encuentran con el Amazonas. Los bosques nublados de Manu acumulan humedad y se abren hacia las tierras bajas. Imagen de: Gowri Varanashi.
Donde los Andes se encuentran con el Amazonas. Los bosques nublados de Manu acumulan humedad y se abren hacia las tierras bajas. Imagen de: Gowri Varanashi.


Por tanto quería contar la historia de lo que está ocurriendo, pero quería contarla de forma que llegara a más gente y rompiera el mensaje tradicional de conservación. Quería transmitir el mensaje de lo que estamos perdiendo sin ser abiertamente didáctico. Quería escribir algo excitante, digerible y con un poco más de atractivo. Siempre he sido un ávido lector de historias de aventuras reales. Mis favoritas eran siempre las que trataban de la vida salvaje en los desiertos donde el autor revivía especies o la esencia de un lugar—y que tenían una buena historia humana de la que también aprendías algo. R.D. “El Corredor Norte” de Lawrence fue uno de mis favoritos. Y más recientemente, me ha sorprendido gratamente “El Tigre” de John Vallient. Leía a estos grandes mientras escribía “Madre de Dios”.



Quizá sea porque interactúo con el bosque de manera intensa, o porque simplemente soy afortunado—o puede que la jungla me diera lo que necesitaba—pero he tenido muchos encuentros únicos ahí fuera. Desde descubrir bosques flotantes, a criar a un oso hormiguero gigante, aprender de las anacondas y pasar más tiempo en lugares súper remotos. Llegó un momento en que me di cuenta de que la suma de estas experiencias mostró una imagen del Amazonas que no había visto antes en la literatura de la cuenca. Por primera vez sentí que había algo que podía añadir a los géneros. Y entonces empecé a escribir. Eso fue en 2009.



Mongabay: Si hiciesen una película de “Madre de Dios”, ¿quién interpretaría a Paul Rosolie?



Paul Rosolie: Con la cantidad de libros de no ficción que se están llevando al cine, me lo siguen preguntando. Pero no creo que esta historia funcionara en una película. Hay demasiada acción animal muy peligrosa con tantas especies que sería imposible rodar con animales, lo que significa que harían toda una parodia animada por ordenadoresty.



Además, no sé si hay alguien en Hollywood que pueda hacer de mí con cejas espesas y gruesas, o con una nariz torcida.



CAPÍTULO 2: AVENTURAS




Viajando en packraft por el río Las Piedras bajo la exuberante jungla. Imagen de: Mohsin Kazmi.
Viajando en packraft por el río Las Piedras bajo la exuberante jungla. Imagen de: Mohsin Kazmi.


Mongabay: Mongabay: Has tenido una serie de encuentros cercanos en el Amazonas. ¿Cómo te mantienes a salvo cuando emprendes nuevas expediciones en el bosque o cuando tocas a los depredadores?



Paul Rosolie: En primer lugar, la selva tiene un mal manto por ser más peligrosa de lo que realmente es. En realidad, millones de personas llaman casa a la selva, desde niños hasta abuelos. Cualquier lugar puede ser peligroso, el desierto o la ciudad, si desconoces las normas. De hecho las ciudades son mucho más peligrosas que cualquier sección pacífica del Amazonas, pero la mayoría de la gente está más familiarizada con el cemento que con los árboles. Dicho esto, sé que en muchas ocasiones he puesto a prueba las normas en el Amazonas hasta el punto de casi salir herido (o peor).



La historia de la exploración de la selva es abundante con cientos de relatos de hombres que murieron por la infección. En 2007 una infección, rápidamente extendida por heridas abiertas (y su posterior rascado) de picaduras de mosquitos, casi mató a Rosolie. Estaba atrapado en el bosque, mientras que pasaban los días y le subía la fiebre, y no pasaba ningún barco. Foto cortesía de Paul Rosolie.
La historia de la exploración de la selva es abundante con cientos de relatos de hombres que murieron por la infección. En 2007 una infección, rápidamente extendida por heridas abiertas (y su posterior rascado) de picaduras de mosquitos, casi mató a Rosolie. Estaba atrapado en el bosque, mientras que pasaban los días y le subía la fiebre, y no pasaba ningún barco. Foto cortesía de Paul Rosolie.

Cuando estoy solo en la selva y los días o semanas para nada me ayudan, por la noche me mantengo alejado de los lagos (por el caimán negro) y trato de mantenerme en forma caminando un día siguiendo la línea del río (porque en el Amazonas la inmensidad del bosque es un factor muy peligroso para alguien que se ha perdido). Sé que debería llevar conmigo un teléfono satelital, pero de algún modo creo que pondría entre dicho la soledad y la experiencia ya no sería la misma. Puede parecer una locura, incluso estúpido, pero es así.



En cuanto a tocar a los depredadores, intento no hacerlo. Pero he estado salvando, estudiando y trabajando con serpientes desde que tenía 8 años. Hoy me siento muy cómodo con ellas. Al igual que una persona que lleva conduciendo veinte años conoce las carreteras, y se anticipa a otros conductores, yo comprendo a las serpientes. A pesar de trabajar con bushmasters, cobras, búngaros, serpientes de coral, pitones y anacondas, nunca me han mordido a menos que les hiciera daño y quisiera presumir. Crucemos los dedos de que sea así. Yo diría que saber cuándo dar marcha atrás es lo más importante para mantenerse a salvo en la fauna. Pero a veces no lo controlas y tienes que frenar antes de que las cosas vayan mal. Se trata de respetar y entender al animal.



Mongabay: ¿Dónde has aprendido a sobrevivir en la selva?


Paul Rosolie: Mi relación con el Amazonas y toda su vida salvaje no habría sido posible si no hubiera tenido la suerte de conocer a mi amigo y profesor Juan Julio (o JJ) Durand. JJ y su familia forman parte de la comunidad indígena Ese-Eja, de Infierno, en el río Tambopata. He aprendido de ellos todo lo que sé.



Trabajar años con JJ ha hecho que sea un mejor observador de la fauna (y guía). También me hizo conocer las plantas comestibles, las medicinas y otros secretos que no se pueden obtener simplemente por leer un libro. Caminábamos descalzos siguiendo a varias especies, desde monos, tapires, jaguares y pecaríes, hasta anacondas y osos hormigueros gigantes. JJ me enseño qué árboles podían matarte, y cuáles te provocan un sarpullido. También me enseñó qué árbol puede servirte para sobrevivir a la mordedura de una serpiente venenosa. Hay otros árboles que puedes rajar y verter directamente su jugo en un motor diesel para que así la camioneta pueda arrancar. Gracias a JJ sé que los frutos secos contienen larvas que se usan como cebo de pesca, y cómo cortar el callo del talón para hacer que dure más el cebo. La mayoría de lo que sé es gracias a mis amigos lugareños. El resto resulta de pruebas y errores.



Mongabay: Sé que muchos aventureros, naturalistas y conservacionistas han ejercido una influencia en ti. Si tuvieras que destacar a tres, ¿quiénes serían y por qué?



Rosolie con el cráneo de un caimán negro adulto, una especie en peligro de extinción y el depredador más grande del Amazonas. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Rosolie con el cráneo de un caimán negro adulto, una especie en peligro de extinción y el depredador más grande del Amazonas. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.

Paul Rosolie: Una de mis mayores influencias es sin lugar a dudas Jane Goodall. De pequeños, mi madre nos leía a mí y a mi hermana historias sobre la Dra. Goodall en Africa. Ella no trabaja mucho con niños, y eso que es mensajera de la paz de las Naciones Unidas. Yo creo que la mayoría de las personas no saben que es maravillosa. Viajó a África con apenas 23 años en un tiempo en el que las chicas no hacían esas cosas. Allí llevó a cabo increíbles descubrimientos que cambiaron la manera de ver a los humanos y la naturaleza. Es una campeona de la vida silvestre, la paz y la lógica. Lleva décadas portando esa antorcha. Su agenda, incluso a los 80 años, requiere viajar 300 días al año para inspirar y enseñar a la gente. Ella es increíble. La generosidad y atención de la Dra. Goodall ayudó a que Madre de Dios fuese una realidad. Si todos siguieran su sabiduría, el mundo sería un lugar mucho mejor.



Otra gran influencia para mí fue Steve Irwin. La mayoría de las personas ignoran que antes de que se convirtiese en el Cazador de Cocodrilos estaba en los bosques de Australia rescatando a 15 cocodrilos con sólo su perro y un barco. Vivió en el monte realizando durante años el trabajo más peligroso jamás imaginable simplemente porque amaba y quería ayudar a los cocodrilos. Luego, una vez que todos nos aprendimos su nombre gracias a su programa, comenzó el Zoológico de Australia, y realizó una investigación seria sobre el cocodrilo de agua salada. Él era un hombre de familia, un experto manipulador de serpientes (y de toda la vida salvaje, en realidad), e inspiró a millones de personas a cuidar la vida silvestre. Incluido yo. Puedo imaginar lo que estaría haciendo si hoy siguiera con vida. Si pudiera conocer a una persona viva o muerta, ese sería Steve. Nos divertiríamos mucho juntos contando historias y cazando serpientes.



El Dr. Alan Rabinowitz de la WCS y ahora Panthera es otra gran influencia. Cuando se trata del mundo real, en materia de conservación, el Dr. Rabinowitz es de una clase de eficacia e innovación difícil de igualar. Ha trabajado en todo el mundo, en lugares realmente difíciles, estableciendo santuarios para especies como jaguares y tigres. Tiene la formación académica y esa conducta tranquila como para acercarse a los líderes del mundo y explicarles por qué la protección de la vida silvestre es esencial para el bienestar de su país. Siempre dice que es la voz de la vida silvestre que no puede hablar por sí misma. Y eso es un trabajo realmente importante. No somos la única especie en este planeta. Tienen derecho a existir otras formas de vida, y tienen sus propias razones para existir. Rabinowitz es un hombre sabio, un ser excepcional, y un conservacionista increíblemente consumado. Tiene mi voto para la presidencia.




Nosotros lo llamamos 'el árbol de Avatar', un ficus enorme en Las Piedras. Un antiguo tesoro, uno de tantos. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Nosotros lo llamamos ‘el árbol de Avatar’, un ficus enorme en Las Piedras. Un antiguo tesoro, uno de tantos. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.


Mongabay: La ruta hacia el mundo de la conservación ha sido verdaderamente única. Para los jóvenes interesados en la conservación de los bosques tropicales en particular, ¿qué consejo les darías?



Paul Rosolie: Lo más importante es: sal ahí fuera. El mundo te necesita ahora mismo. Hay muchísimas formas de ser parte de esta lucha, y todo el mundo tendrá un enfoque y una trayectoria diferente. He aquí unas cuantas sugerencias:




CAPÍTULO 3: LAS PIEDRAS Y EL FUTURO DEL AMAZONAS




Entrando en la carretera de la autopista Trans-Amazónica hacia Las Piedras. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Entrando en la carretera de la autopista Trans-Amazónica hacia Las Piedras. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.


Mongabay: ¿Cuáles son las principales amenazas en el río Las Piedras donde trabajaste?



Paul Rosolie: Hasta hace pocos años, el río Las Piedras era muy largo y estaba tan aislado que gran parte de sus bosques, vida salvaje y población estaban a salvo. Sin embargo, recientemente se ha pavimentado y culminado la autopista trans-amazónica, lo que causó un número de carreteras bifurcadas que se cortan en lo que antes era un bosque antiguo, virgen. Y uno de ellos ahora llega desde la autopista directamente al río Las Piedras, haciendo que lo que antes era selva profunda sea un nuevo centro para la extracción de recursos. Ahora que se han construido las carreteras, estamos viendo una afluencia masiva de colonos procedentes de los Andes. Cada día surgen casas y granjas, y a medida que aumenta la velocidad, el bosque está desapareciendo. Los madereros usan las carreteras para acceder a puestos de palo fierro, cedro y otras maderas expuestas. Es una manera gratuita y simple para todos de conseguir madera y de la que la población pobre se beneficie gracias a la selva.



La gente no sabe lo delicada que es la fauna. He sido testigo de cómo un cazador causó la extinción local de toda una especie. Así que la situación es urgente para la vida silvestre y las culturas en Las Piedras.



Pero Las Piedras no sólo es el corazón de Madre de Dios y un santuario para la vida silvestre, sino que es uno de los últimos reductos de las pocas tribus indígenas aisladas restantes que todavía mantienen una forma de vida nómada. Aquí hay mucho en juego. Pero la amenaza más devastadora es otra carretera que se ha propuesto para cortar uno de los lugares más primitivos del planeta. Citando a Upper Amazon Conservancy (UAC), “La carretera atravesaría el Parque Nacional de Alto Purús y la reserva territorial Madre de Dios para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, hogar de los últimos pueblos indígenas aislados que quedan en el mundo”.



Si se creara esta carretera sería un golpe devastador para uno de los últimos reductos verdaderamente auténticos de la vida silvestre, la cultura y el desierto de nuestro planeta. El problema es que esta carretera no tiene la misma importancia para todo el mundo, excepto para una cuantas personas que esperan enriquecerse si se lleva a cabo su construcción porque podrán exportar madera y otros recursos de forma más rápida. Esta carretera no debe construirse, pero se hará a menos que consigamos detenerlo.




Mongabay: ¿Nos pondrás al día de tu campaña en el Amazonas para preservar la parte baja del río Las Piedras?



Las cascadas cayendo en picado en la frontera de los Andes crean el inicio del mayor sistema fluvial en la tierra. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Las cascadas cayendo en picado en la frontera de los Andes crean el inicio del mayor sistema fluvial en la tierra. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.

Paul Rosolie: Estos esfuerzos aún están en pañales. Intentamos concienciar sobre el río y su significado posicional entre las otras áreas protegidas más importantes de Madre de Dios. Lo hacemos a través del cine, la escritura (como este libro) y el ecoturismo. Es una tarea compleja proteger este río. La mayor parte de la tierra está dividida en concesiones, por lo que lo que quieras hacer ha de incluir docenas de partes interesadas. Afortunadamente muchos de los propietarios de tierras en Las Piedras están totalmente a favor de la protección del río y de ponerle freno a la afluencia incontrolada de los colonos y extractores que actualmente están inundándolo.



Pero este río es demasiado importante como para perderlo. Desde los bosques ricos a la saludable vida silvestre, al hecho de que se trata de una zona de amortiguamiento y es patria de pueblos indígenas aislados, es fácil pensar que requiere más atención. Actualmente hay mucho trabajo por empezar en Las Piedras. Soy optimista con el futuro, a pesar de que no será fácil. No puedo enfatizar con exactitud que este sea un momento crucial para el río. Tras Madre de Dios he invitado a los lectores a participar y visitar www.tamanduajungle.com y que hagan clic en Junglekeepers para que sepan cómo pueden participar. Actualmente tenemos una tonelada de emocionante trabajo, incluyendo la realización de un largometraje documental, empezar nuevos estudios, y la promoción de este libro para que la gente sepa de nuestro viaje. ¡Participa y descubre cómo puedes ayudar!




Mongabay: Ha sido noticia durante décadas que la selva amazónica está en peligro. Para muchos parece irremediable. ¿Cómo podemos avivar un nuevo movimiento para reforzar y preservar lo que queda?



Paul Rosolie: Yo no creo que sea irremediable, aunque también digo que no es suficiente. En mi opinión, uno de los mayores problemas es que esta lucha tiene una identidad muy débil. ¿Dónde hemos oído hablar del valor de los ecosistemas, o sobre lo que la vida silvestre contribuye a nuestra vida? En ningún sitio, en realidad. Cada persona asume que la vida silvestre y la naturaleza son ‘otro lugar’, pero no cerca de donde viven. El problema es que todos vivimos en ese lugar.



Si ahora mismo vas a CNN.com y miras la lista de temas, verás cosas como Negocios, Política, Justicia, Entretenimiento, Tecnología, Salud, Viajes y Dinero. Lo mismo ocurre con la BBC y otras fuentes de noticias. El hecho es que no estamos muy concienciados del mundo natural en nuestro día a día tan empapado por los medios. Es como si estuviéramos viviendo en un vacío de hormigón y en la economía, donde olvidamos la verdad absoluta de esa antigua cita de Carl Sagan sobre que cualquier cosa en la que estés interesado no ocurrirá si no puedes respirar o beber, nada que te interese vaya a ser posible. Esta es la realidad de vivir en un planeta en donde dependemos de la biosfera para vivir. Nos guste o no. La manera en que yo lo veo es que la gente que realmente se preocupa ya está haciendo algo al respecto, de una forma u otra. Pero lo que me gustaría ver es una reinterpretación de la naturaleza en la literatura y el ocio. Creo que los animales y la conciencia ecológica necesitan ser parte de nuestra cultura. Pero ahora mismo no se puede.
Me alegró ver un mensaje de conservación natural como parte de la película Los Descendientes (2011). Pero aparte de eso, me cuesta pensar en ejemplos. Me gustaría ver más narraciones abordando grandes temas. ¿Por qué no personajes principales que sean los guarda parques protectores de los gorilas? ¿U otras profesiones que traten con la defensa de la vida silvestre y los recursos? Creo que si la idea de la protección, el cuidado, la lucha (¡puedes hacer que esté llena de acción!) se hiciera más habitual es nuestra conciencia cultural, ayudaría a cambiar las cosas. Creo que hay que darse cuenta de que las personas que mantienen funcionando nuestro mundo, y que sea hermoso y emocionante (por ejemplo, manteniendo nuestra biodiversidad intacta y viva) son héroes, y eso debe reflejarse en nuestra cultura para inspirar a más personas.




Mongabay: ¿Qué pueden hacer quienes viven lejos del Amazonas para ayudar a proteger este ecosistema?




Viajando con los cazadores furtivos, Rosolie presenció una masacre de la fauna silvestre. Monos, caimanes negros, guacamayos y muchos, muchos pecaríes. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Viajando con los cazadores furtivos, Rosolie presenció una masacre de la fauna silvestre. Monos, caimanes negros, guacamayos y muchos, muchos pecaríes. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.


Paul Rosolie: ¡Esa es la pregunta más importante! La mayoría de quienes leen este libro o esta entrevista no viven cerca de una selva tropical. Pero en realidad hay muchas formas de ayudar desde casa, dondequiera que vivas.



En primer lugar, hay que ser un consumidor responsable. Hay ciertas cosas que son devastadoras para las selvas tropicales de todo el mundo: el aceite de palma, la soja, la carne de res, la caoba y los productos silvestres. Muchas veces las personas no se dan cuenta que lo que están comprando está financiando directamente la destrucción de la vida silvestre y los bosques tropicales en el otro lado del mundo. Así que la educación y ayudar a los amigos y familiares a hacer lo mismo son enormes. No suena muy romántico, pero es tremendamente efectivo.



Otra cosa es que muchas personas cometen el error de pensar que la conservación sólo es cosa de biólogos de campo. En realidad se necesita una gran diversidad de disciplinas y profesiones para que los proyectos sobre el terreno sean un éxito. Hay grupos conservacionistas de todo el mundo que podrían beneficiarse de tu ayuda. Trabajan con el ecoturismo jurídico, viajes, tecnología, publicidad, vídeo/fotografía, periodismo y mucho más. Lo más probable es que tengas habilidades que la gente desesperadamente necesita, que la vida silvestre desesperadamente necesita. Involúcrate.



Este es uno de mis enfoques por el momento: averiguar cómo conectar mejor a las personas en todo el mundo en la realización de proyectos. Hay tanta gente en EE.UU. y Canadá, por ejemplo, a quienes les encantaría tener un papel más activo en la conservación de los recursos, del desierto, las especies y las culturas en las selvas tropicales de todo el mundo, pero en la actualidad hay formas limitadas de hacerlo. En el próximo mes desvelaremos www.Junglekeepers.org, un proyecto completamente nuevo que esperamos vaya a revolucionar a quienes trabajan en la conservación. ¡Conectamos a la gente y maximizamos los resultados en el mundo real!



¡Y lo último que la gente puede hacer es comprar una copia de este libro! Envíale una copia a un amigo. Una gran parte de los beneficios del libro irán directamente a la protección del Amazonas Occidental y Las Piedras.



Mongabay: ¿Puedes darnos algunas pistas del trabajo que estás haciendo ahora?



Paul Rosolie: La prioridad número uno en este momento es la protección de Las Piedras ¡Recaudar fondos y brindar apoyo es un trabajo a tiempo completo! Pero en el horizonte asoman cosas asombrosas del trabajo con las anacondas. Es tan grande que no puedo revelar nada ahora. Pero diré que podríamos estar haciendo historia. También hay una mega-expedición en reserva a través de toda la cordillera de los Andes/Amazonas con la que estoy muy emocionado.



Mongabay: ¿Qué te mantiene optimista?




Durmiendo la siesta con el oso hormiguero gigante huérfano Lulu. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.
Durmiendo la siesta con el oso hormiguero gigante huérfano Lulu. Imagen por cortesía de Paul Rosolie.


Paul Rosolie: ¡Hay mucho! La gente de todo el mundo le está empezando a importar realmente de una manera que les hace querer tomar medidas. Incluso las personas que piensan en términos económicos (países/corporaciones) están empezando a darse cuenta de que es mejor haber trabajado los océanos, los ecosistemas intactos y los bosques, etc. que no tener estos sistemas. La gente está empezando a caer en la cuenta de que de verdad necesitamos la naturaleza. Incluso en mi supermercado local, la gente ahora lleva bolsas en lugar de utilizar plásticos. Se están empezando a preocupar más acerca de dónde provienen sus alimentos. Es poca cosa, pero es indicativo de un cambio mayor en la conciencia y la responsabilidad.



Pero si quieres saber realmente lo que me mantiene esperanzado, tengo que contar una historia. Sucedió en la periferia de Madre de Dios, cerca del Parque Nacional del Manu. Yo estaba con Renata Leite Pitman, la experta mundial en zorros de oreja corta (Atelocynus microtis), uno de los mamíferos más esquivos de la tierra. Estábamos buscando un zorro de oreja corta al que Renata había puesto un collar hace unos pocos años. Pero a fin de encontrar al zorro tuvimos que entrar en territorio indio no contactado. Así que antes de que pudiéramos ir hasta el río en barco, nos fuimos de exploración en avión. Cogimos un Cessna en la selva, con el equipo de telemetría de Renata con un conducto en las alas.



El vuelo sólo duró unas dos horas, pero nunca olvidaré lo que vimos. Estábamos justo en la frontera oriental de los Andes y la frontera occidental del Amazonas, donde las montañas se despliegan en la cuenca en hojas de follaje verde y cascadas. Durante los primeros diez minutos podíamos ver las montañas, pero pronto nos sumergimos lo suficientemente en la cuenca para que todos vosotros pudierais ver que era de un interminable verde. Era un día claro y estábamos a baja altura sobre la jungla; el bosque que se extendía hasta dónde alcanzaba la vista en todas las direcciones. Verde. Durante horas. Viajábamos a 225 Km/h y lo único que vimos fueron árboles, intercalados con lagos en herradura, pantanos y ríos dorados que parecían anacondas extendidas sobre la tierra. Fue increíble. Durante el vuelo me quedé pensando en cómo hemos oído hablar siempre de la destrucción, y en que se nos está acabando el tiempo. Y es cierto. Pero lo que no oímos y no sabemos es que aún queda mucho por salvar. Ahora mismo, mientras lees estas palabras, él está ahí fuera. Es una jungla tan extensa que es difícil de entender. Ya puedes volar durante horas que seguirás sin ver nada excepto el Amazonas. Hagamos todos que sea así.







Madre de Dios: Un Extraordinario Viaje a los Inexplorados Afluentes de la Amazonia Occidental. Click para ampliar.


Cría de anaconda. Imagen de Gowri Varanashi.
Cría de anaconda. Imagen de Gowri Varanashi.



Una Castillia Metalmark, otra de las increíbles variedades de más de 1.400 especies de mariposas que convierten al Amazonas Occidental en poseedor del récord mundial por la diversidad de mariposas. Es común ver en las riberas a decenas de especies juntas volando en los vórtices del arco iris que pueden envolverte en color. Imágenes de Paul Rosolie.
Una Castillia Metalmark, otra de las increíbles variedades de más de 1.400 especies de mariposas que convierten al Amazonas Occidental en poseedor del récord mundial por la diversidad de mariposas. Es común ver en las riberas a decenas de especies juntas volando en los vórtices del arco iris que pueden envolverte en color. Imágenes de Paul Rosolie.




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