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Pez gato gigante de la Amazonía amenazado por represas



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The recently completed Santo Antonio hydroelectric dam on the Madeira River attempts to control record floodwater in February, 2014. Photo: Greenpeace.
Sobre el río Madeira, la represa hidroeléctrica de Santo Antonio, acabada de construir, intenta controlar un flujo récord de agua en febrero de 2014. Foto: Greenpeace.

Cada año los peces gato gigantes (bagres o nicuros) migran río arriba, desde estuarios en tierras bajas cerca de la desembocadura del río Amazonas hasta las aguas turbias de las cabeceras de sus tributarios—un viaje de más de 4.000 kilómetros. Tras que llegan, desovan. Sus larvas y jóvenes volverán a recorrer la misma distancia hasta los estuarios; allí madurarán en los próximos dos años antes de repetir el viaje río arriba de sus progenitores.

Un nuevo estudio sugiere que en el último refugio que les queda a los peces gato, las represas interrumpen su delicado ciclo de vida—con todo y las largas travesías que buscan coincidir con flujos fluviales estacionales.

El “pez gato Goliat” del género Brachyplatystoma llega a medir más de 3 metros de largo. Semejante tamaño les hace uno de los peces de mayor importancia comercial en la cuenca amazónica y conlleva su excesiva explotación en Brasil, Colombia y Perú. Se considera que por el curso superior del río Madeira, uno de los más grandes tributarios del Amazonas, esta especie aún es “poco explotada”. Por ende, esta área sirve de refugio a las poblaciones de peces gato de toda la cuenca del río.

El Madeira empieza en la frontera entre Brasil y Bolivia; el cambio de altura, de las tierras altas brasileras a las tierras bajas amazónicas, da lugar a una serie de rápidos. Por 14 meses en 2009 y 2010, un equipo científico de Brasil y Francia muestreó larvas y jóvenes del pez gato Brachyplatystoma mensualmente y en tres sitios de los rápidos. En cada sitio, el equipo usó redes de arrastre en cinco lugares; un total de 15 lugares de muestreo. Se tuvo cuidado en usar aparejos y metodología similares a los de estudios anteriores en otras regiones de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco para así poder hacer comparaciones entre los estudios.


El pez gato gigante del género Brachyplatystoma se reproduce en las cabeceras de los tributarios del río Amazonas. Luego migra por miles de kilómetros río abajo hasta el estuario del Amazonas, en donde habita por 2 años antes de regresar río arriba para desovar. Un nuevo estudio halló pocos peces gato jóvenes en el río Madeira, que les es un refugio importante, aún antes de construirse dos grandes represas en el área. Mapa: Sandhya Sekar. Pulse en el mapa para agrandarlo.


Las(os) investigadoras(es) observaron muy pocas larvas y jóvenes del pez gato en la cuenca del Madeira, en comparación a estudios anteriores. Esto sorprende si se considera que estos peces son conocidos por producir cuantiosísimos jóvenes; las(los) autoras(es) sostienen la hipótesis de que muy pocas larvas y peces jóvenes que parten de las cabeceras del Madeira llegan a los rápidos, lo cual hace que el ciclo de vida del pez gato se torne especialmente susceptible en esta área.

“Si esto prueba ser cierto, subraya la fragilidad del ciclo de vida de esta especie y su dependencia de que una pequeña cantidad de peces jóvenes llegue al estuario, al menos desde la cuenca del río Madeira”, escriben las(los) articulistas.

Dos plantas controversiales de energía hidroeléctrica ya fueron construidas en la parte brasilera del Madeira — la de Santo Antonio y la de Jirau — y se están proyectando más. Las(los) autoras(es) recalcan que es posible que las represas afecten los movimientos río abajo de estos peces jóvenes, ya de por sí escasos, y su migración de retorno río arriba. Anotan que todavía no se ha puesto a prueba el pasadizo para peces instalado en la represa de Santo Antonio para ver si los peces gato están pudiendo usarlo. Esta represa se acabó de construir después del muestreo.

“Para las especies que migran grandes distancias, cualquier obstáculo a la migración, río abajo o río arriba, trastornará su ciclo de vida; creo que [éste] será un caso así”, le dijo a mongabay.com Alberto Akama, ictiólogo del Mueso Goeldi en Belém, Brasil, que no fue parte del estudio. “Tenemos que evaluar más a fondo si las represas afectarán la pesca de Brachyplatystoma spp en las riberas”, agregó.

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