- Matthew Luskin, investigador de la Universidad de Berkeley en California, ha estado examinando, durante los dos últimos años, los impactos ecológicos indirectos de la expansión del aceite de palma.
- Su trabajo está suscitando interrogantes sobre la viabilidad de los fragmentos que algunas compañías del aceite de palma están reservando bajo sus compromisos con la conservación.
- Más allá de sus conclusiones, su trabajo ha resultado en un espléndido conjunto de fotografías y vídeos de la fauna silvestre.
Entrevista con Matthew Luskin, parte de nuestra Serie de Entrevistas con Jóvenes Científicos.
Los impactos directos de convertir las selvas tropicales y las turberas en plantaciones de aceite de palma industrial están claros incluso para un observador no cualificado: reemplazar un sistema diverso caracterizado por cientos de especies de árboles con un monocultivo aniquila los nichos ecológicos y estimula un rápido declive en la biodiversidad. Los impactos indirectos son menos evidentes.
Matthew Luskin, investigador de la Universidad de Berkeley en California, ha pasado la mayor parte de los dos últimos años examinado estos impactos indirectos, incluidos los cambios provocados por dos de los animales que más se benefician de la expansión del aceite de palma: los cerdos salvajes y los macacos. Aunque su investigación todavía está en curso, hasta ahora ha descubierto que ambas especies generalistas están perturbando aún más la ecología de las selvas que sobreviven a la invasión del aceite de palma. Su trabajo está suscitando interrogantes sobre la viabilidad de los fragmentos que algunas compañías del aceite de palma están reservando bajo sus compromisos con la conservación.
Alcanzar estas conclusiones ha supuesto mucho más que merodear por las plantaciones de aceite de palma y los fragmentos de bosque. Para establecer la base de referencia de lo que era natural en los lugares donde trabaja, Luskin ha pasado meses caminando por los bosques de Sumatra, donde colocaba cámaras trampa que revelan una fauna silvestre muy pocas veces vista. Más allá de sus hallazgos, su trabajo ha resultado en una impresionante selección de fotografías y vídeos de la fauna silvestre.
Mongabay conversó con Luskin durante una entrevista en noviembre de 2015.
Entrevista con Matthew Luskin
¿Cuál es su formación y qué le llevó a dedicarse a la ciencia?
Mi interés en convertirme un científico empezó cuando era un niño y vivía en la selva tropical cuando mi familia se trasladó a una zona rural de la costa Pacífico de Costa Rica. Estar inmerso en una jungla húmeda y topar con osos perezosos y monos fue una experiencia corta pero formativa. Más adelante, inconscientemente, me empujó a viajar a otras selvas tropicales en cuanto había ahorrado suficiente dinero. Una década después, había pasado casi todo mi tiempo libre viajando, pero valió cada céntimo porque fomentó una profunda conexión e interés en las selvas tropicales. Finalmente decidí dedicarme a la ciencia para poder estudiar las junglas que más amo y estoy muy satisfecho con mi decisión.
¿Cuál es su actual área de enfoque en términos de investigación?
Mi programa de investigación pretende entender como la deforestación, el aceite de palma y la caza están cambiando la ecología de la flora silvestre forestal en el sureste de Asia. Uso una perspectiva basada en la ecología para estudiar los asuntos de la conservación moderna y planear intervenciones. Las ubicaciones principales de mi estudio en la isla indonesia de Sumatra también son el centro de los índices de deforestación más altos del mundo. Aunque la mayoría de la gente consideraría trabajar aquí abrumador, me da una sensación de urgencia, entusiasmo y motivación. Más recientemente me he centrado en la importancia de los tigres de Sumatra para las dinámicas predador-presa y la red alimentaria. Estoy usando estos hallazgos para entender cómo las cascadas tróficas ecológicas degradan la biodiversidad y planear las intervenciones de la conservación.
¿Pasa usted mucho tiempo sobre el terreno? ¿Y qué implica un día normal sobre el terreno?
Durante más de dos años, he vivido en las selvas tropicales de Malasia e Indonesia. Mi último proyecto me llevó a pasar 13 meses en los tres parques nacionales más grandes de Sumatra donde realicé extensas expediciones con cámaras trampa. Mi método principal para estudiar animales esquivos de la selva tropical es usar cientos de cámaras trampa que se activan remotamente colocadas por todo un entorno (500-1000km²). Colocar estas cámaras requirió de docenas de expediciones de 2 y 3 semanas de duración en las zonas más remotas de Sumatra, lo que me ha acercado a todas las especies icónicas que amo. Estas incluyen los tigres, las panteras nebulosas de Borneo, los orangutanes, los monos siamang y mi némesis forestal, los monos macacos, cuya curiosidad, sin excepción, lleva a la rotura y al robo del equipo.
Un día cualquiera empieza despertándome sobre el suelo al amanecer, emparedado entre dos asistentes de campo malolientes (yo no huelo mejor) y con la serenata de los cantos de las aves. Invariablemente, el desayuno es arroz blanco con pescado seco y guindillas porque hay pocas opciones de comida que puedan sobrevivir 20 días en un bosque húmedo. Lo mejor es una taza de café fuerte cultivado en el pueblo de la región; sin filtrar y casi fangoso del espesor, proporciona una sacudida necesaria para superar el increíble dolor. A las 8 de la mañana desmontamos el campamento, lo metemos todo en nuestras 3 inmensas mochilas y empezamos la caminata.
Como líder de una expedición, mi atención se centra en navegar a través de selvas inexploradas para llegar a ubicaciones preseleccionados al azar donde necesitamos colocar las cámaras. Esto requiere leer los terrenos en busca de indicios tales como el tamaño y la dirección de un río, así como escalar a puntos de observación por encima de la cubierta forestal para poder evitar barrancos u otros obstáculos. Cada paso requiere cortar enredaderas, lianas o plantas de ratán espinosas. Mantenemos la vigilancia constantemente para así evitar serpientes camufladas o nidos de hormigas y avispas. Esto es un proceso extenuantemente lento –después de caminar cuatro horas puede que solo hayamos avanzado 2 km (1 milla). Luego caminar se hace más complicado durante las lluvias diarias a media mañana. Para la hora del almuerzo, la siguiente ronda de arroz y pescado seco es sustancialmente más atractiva, y comemos en grandes rocas en el río, uno de los pocos lugares donde estás a salvo de los ataques incesantes de sanguijuelas. Después de un baño rápido, empezamos, una vez más, a hacernos camino hacia adelante, y siempre acabamos el día al lado de un arroyo o río para poder lavarnos y tener agua para beber y cocinar. Como refugio, simplemente estiramos una lona de plástico grande entre los árboles y colocamos otra debajo para dormir sobre ella. Encendemos una pequeña hoguera (generalmente ayudados por una pizca de gasolina) para poder preparar nuestra cena de arroz y pescado seco, que nunca se pasa de moda. Finalmente, los dos o tres hombres y yo nos sentamos alrededor de la hoguera y nos relajamos. La comunicación pude ser difícil porque, principalmente, la gente habla el dialecto de su grupo étnico local. Acabamos hablando en indonesio, que es el segundo o tercer idioma de todos. Los primeros diez días se pasan conociéndonos unos a los otros; los diez últimos días se pasan contándonos historias. Por encima de la cacofonía de las cigarras, comparamos nuestras respectivas culturas y compartimos historias de los bosques.
Mi momento favorito del día es cuando revisamos las fotos tomadas por las anteriores cámaras trampa. Cuando introduzco una tarjeta de memoria y los otros hombres oyen el “tilín” que indica que ya está leída, dejan de hacer lo que están haciendo y se apiñan alrededor de la pequeña pantalla. “Mirar a través de las cámaras trampa es como una caja de bombones, nunca sabes que es lo que te va a tocar”. Mientras hojeamos las fotos, siempre hay cientos (o miles) de fotos de un solo animal que duerme la siesta, o un grupo de monos macacos que trabajan duramente para intentar arrancar una cámara de su lugar o masticar las correas. Nos reímos cuando los monos son captados apareándose (“¡porno membuat!” aúllan los hombres a carcajadas) y nos retorcemos cuando los puerco espines hacen lo mismo (“pelan-pelan hati-hati” [despacio, con cuidado] se sonríen). Entonces, como si hubiésemos sido golpeados por un fuerte viento frio, nos echamos hacia atrás y cada hombre deja escapar un bajo “oooohhhh” –la mera vista de un gran tigre macho nos sorprende a todos–. Comprobamos la fecha de la foto: estuvo aquí hace solo tres días… no será fácil dormirse esta noche.
¿Cómo podrían usar las especies de fauna silvestre las plantaciones de aceite de palma? ¿Hay “ganadores”?
En realidad, empecé mi disertación haciéndome la misma pregunta, así que hice un análisis exhaustivo del hábitat de las diferentes plantaciones que ahora cubren las tierras bajas del sureste asiático y examiné que huellas de especies de fauna silvestre encontré. Los resultados revelaron que incluso aunque las plantaciones eventualmente tienen cubiertas forestales cerradas, son todavía, principalmente, usadas por solo unas pocas especies de fauna silvestre, concretamente jabalíes y macacos.
Mi siguiente paso fue examinar si el uso de las tierras de labranza (ataques a las cosechas) por parte de los jabalíes y los macacos en bosques cercanos donde viven. Esto se hizo usando un gran número de cámaras trampa colocadas en las selvas que están cerca y lejos de las plantaciones de aceite de palma. También monitoricé la reproducción de las hembras de jabalí a través del cálculo de sus nidos para el parto, que las madres construyen de grandes montones de semilleros de árboles y árboles jóvenes. Los resultados mostraron rotundamente que la abundancia local de jabalíes y macacos era entre 10 y 20 superior en plantaciones cercanas que en los bosques naturales. Claramente, estos son nuestros “ganadores”, pero lo siguiente que pensé fue que ¡esos jabalíes podrían significar un montón de tocino para los tigres!
Para comprobar si presas como los jabalíes y los macacos pudiesen estar atrayendo tigres hacia las plantaciones e incluso mantener mayores poblaciones de tigres, una vez más, utilicé una gran red de cámaras trampa ubicadas cerca y lejos de las plantaciones. Inesperadamente, los tigres de Sumatra no rastreaban preferentemente las abundantes presas cerca de los lindes de las plantaciones. Esto se debe a la fuerte caza furtiva de tigres de Sumatra, esta es tal que los tigres que se acercan a los lindes de las plantaciones tienen más probabilidades de que les maten.
¿Es la caza un problema para los animales de la selva que viven cerca de las plantaciones?
Indudablemente. La caza para subsistir y la caza furtiva de la fauna silvestre por motivos medicinales se produce por todo el sureste de Asia. Basándome en mis resultados previos, pensé que la gente que vive cerca del aceite de palma cazaría jabalíes y macacos para comer. Sin embargo, esto resultó ser estrecho de miras, ya que crecí en California donde los cazadores aprecian la carne de jabalí. Por el contrario, la población de Sumatra y de la Península de Malasia es predominantemente musulmanes y siguen una dieta Halal estricta que prohíbe el consumo de cerdo. Me intrigaba la paradoja de tener abundante carne silvestre disponible sin que nadie la consumiera.
Para entender mejor la relación entre la población local y la fauna silvestre en mis campos de trabajo, organicé un estudio, basado en entrevistas, de los patrones locales de caza y el consumo de carne silvestre. Los resultados fueron sorprendentes: los granjeros musulmanes sí cazan jabalíes y macacos, pero solo para que no se coman las cosechas. Mientras tanto, la población china de las ciudades que come cerdo, ahora, ha empezado a cazar. De hecho, han desarrollado métodos nuevos para agrupar y cazar con redes un gran número de jabalíes de dentro de las plantaciones. Este método de caza generaba muy pocas capturas accidentales de otros animales y proporcionaba la manera de gestionar la sobreabundancia de jabalíes: una rara situación para conservación donde todos ganan.
¿Cómo podrían impactar las plantaciones de aceite de palma en las comunidades de fauna silvestre de las selvas de los alrededores?
Jabalíes y macacos son algunas de las especies más destructivas del planeta, degradan la vegetación forestal y comen todo tipo de animales pequeños como lagartijas, ranas e incluso los huevos y las crías de especies que se reproducen sobre el terreno. Jabalíes y macacos desplazan, agresivamente, a otras especies como los muntjac y los ciervo ratón, pero también los desplazan, indirectamente, al consumir su comida (los ecologistas se refieren a esta última forma de reducir los recursos disponibles como “competición explotadora”).Ya que los jabalíes y los macacos tienen una dieta omnívora muy amplia, pueden comer todo lo que se encuentran en su camino, esto reduce la supervivencia de otras especies de fauna silvestre.
¿Y qué quiere decir que reservas forestales han sido dejadas a un lado por las empresas forestales de acuerdo con las políticas de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés)?
La degradación de los lindes de las selvas significa que las pequeñas reservas serán ineficientes para preservar comunidades de fauna silvestre saludables. En realidad, los bosques que se han creado para ser de “Alto Valor de Conservación” (HCV, por sus siglas en inglés) por las empresas de aceite de palma, ahora los llamo “granjas de cerdos y macacos”. En vez de dejar a un lado pequeñas reservas, mi investigación apoya la protección de grandes bloques continuados de bosque como la única manera de mantener las redes de alimentación y el correcto funcionamiento de los ecosistemas. Ahora hay proyectos ambiciosos para mover las certificaciones de sostenibilidad a escala del paisaje, como en el estado de Sabah, en el Borneo malasio, y estos ofrecen una mejor opción para alcanzar la protección de mayores áreas forestales que contribuir de manera significativa a la conservación a largo plazo de la fauna silvestre.
¿También se aplica esto a las zonas ribereñas?
Las zonas ribereñas pueden ayudar a mantener vías navegables saludables tanto para las especies acuáticas como para la población humana. Para estos propósitos, apoyo totalmente mantener los bosques adyacentes a los ríos, y hay un pequeño beneficio colateral de los bosques ribereños si funcionan como corredores del movimiento de la fauna silvestre. Sin embargo, a menudo, las zonas ribereñas contienen una gran abundancia de jabalíes y macacos que degradan y dañan la agricultura. Por ello, los bosques ribereños por si solos no van a contribuir significativamente a la conservación de la fauna silvestre y, por lo tanto, deberían ser promovidos separadamente de la conservación de la fauna silvestre.
¿Cómo han afectado a la fauna silvestre los cambios socioeconómicos que acompañan al aceite de palma?
Ha habido una extensa reducción de la pobreza y una urbanización en los terrenos donde trabajo como resultado directo del desarrollo y las ganancias del aceite de palma. Por ejemplo, los índices de escolarización de los niños han aumentado y hay un mejor acceso a la atención médica. En mi investigación, descubrí que estos cambios, en general, han reducido la demanda por carne de caza silvestre, lo que reduce la cosecha de fauna silvestre per cápita. Sin embargo, cuando la fauna silvestre se convierte un artículo de lujo las rentas más altas pueden llevar a una mayor demanda y una mayor cosecha. Un ejemplo de Sumatra es el comercio de aves, que la gente tiene en casi cada casa por sus canciones. La captura de aves de Sumatra para este propósito se ha convertido en insostenible, hasta el punto en que algunas selvas están casi desprovistas de los lúdicos sonidos aviares que son la marca de la mayoría de las selvas tropicales.
¿Figuran sus conclusiones en la actual crisis de los incendios en Sumatra?
La actual crisis de niebla está impulsada por los incendios en las plantaciones que a menudo queman pequeños bosques, tales como los bosques HCV y los bosques ribereños. Esta es otra razón por la que los esfuerzos de la conservación deberían centrarse en bosques más grandes que son más resistentes a los incendios.
¿Cuál es su siguiente proyecto?
Este año estoy terminando mi doctorado y solicitando postdoctorados para continuar con mi investigación. Mi nuevo enfoque será sobre entender las repercusiones en los árboles. Por ejemplo, ahora hay 10 veces más jabalíes en los bosques cercanos al aceite de palma, ¿cómo cambiará esto la población de árboles? Tengo muchas hipótesis basadas en qué semillas de especies forestales prefieren comer (matar) los jabalíes, cuáles podrían dispersar. También estoy mirando de qué especie son los tallos que usan los jabalíes en sus nidos porque también podrían estar desproporcionalmente afectados. El método que estoy usando, principalmente, para estudiar esto son experimentos con fauna silvestre en recintos vallados en medio de la selva tropical. El año que viene planeo analizar los resultados en la reproducción forestal.
¿Tiene algún consejo para los estudiantes que están considerando la carrera científica?
Mi consejo sería mantener una lista o diario de las diferentes opciones de carrera que estés considerando. He encontrado que escribir por qué quieres hacer una carrera en particular, o sus desventajas, puede hacer parecer tu elección evidente. El siguiente paso es preguntar a tus héroes personales qué les gusta y disgusta de sus trabajos, o ¿si pudieran hacerlo otra vez, qué cambiarían? Todavía lo hago hoy en día cuando hablo con profesores, investigadores, líderes de ONGs y otra gente que creo que tienen carreras interesantes.
En términos de ser un científico, para mí, la mejor parte es que tengo la libertad de desarrollar y seguir nuevos y evolutivos intereses ─¡esto hace que no me aburra!─ Una parte negativa es que paga muy [muy] poco y la competición por trabajos sostenibles es extrema. Otra complicación es la necesidad de cambiarse de ciudad (o país) tres o cuatro veces para conseguir esos escasos trabajos. Esto pone presión en las relaciones y hace difícil el poder formar una familia. Un punto positivo final es la satisfacción personal de trabajar en algo interesante, valioso para la sociedad o, de alguna manera, un progreso para la ciencia.