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Colombia: los desafíos ambientales tras el Acuerdo de Paz

Con la disolución del grupo guerrillero más grande de Colombia –las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) – se verían afectados los bosques ya que podrían ser sometidos a la presión de los objetivos de desarrollo. Según el Convenio sobre Diversidad Biológica, Colombia es un país “megadiverso”; es refugio de casi el 10 por ciento de la biodiversidad del planeta. Además, tiene 314 diferentes tipos de ecosistemas.

Colombia ahora enfrenta una serie de desafíos. La rica biodiversidad del país es, en gran parte, lo que lo hace vulnerable.

En la comunidad internacional, algunos argumentan que el acuerdo de paz brinda la oportunidad de tratar seriamente temas de desarrollo y de protección del medio ambiente. Después de cinco décadas de conflicto armado con las FARC con sus operaciones de cultivo de coca y procesamiento de cocaína, los ecosistemas de Colombia ahora se enfrentan a los peligros que se generarían debido a la exposición del retrasado desarrollo.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el conflicto con las FARC fue la causa de violencia en las áreas de protección ambiental, incluyendo la deforestación y degradación del suelo causadas por los cultivos ilícitos. Las minas terrestres colocadas durante el conflicto también han convertido a Colombia en el segundo país con mayor cantidad de víctimas por minas terrestres en el mundo, después de Afganistán.

Woolly monkey in Colombia. Photo by Rhett A. Butler
Mono choro (Oreonax flavicauda) en Colombia. Foto del Rhett A. Butler

El PNUD ha hecho hincapié en que, en el panorama posguerra, la dimensión del desarrollo sostenible es crítica.

“El medio ambiente es esencial para lograr la reconciliación después de los conflictos y la estabilización a nivel global”, escribió Arnaud Peral, Representante Residente del PNUD en Colombia. “En Colombia, un país culturalmente y biológicamente diverso, tales recursos son de importancia fundamental”.

Arnaud argumenta que áreas en Colombia, tales como las regiones andinas y amazónicas tienen necesidades importantes –y son una promesa.

“La paz será el comienzo de una oportunidad para mostrar el potencial medioambiental de estas regiones de Colombia, además de generar un desarrollo económico y social dinámico”, agregó. Prestar atención al desarrollo del entorno medioambiental también traerá negocios al país a través de productos de la biodiversidad.

El análisis de los riesgos y el potencial

En este contexto, el Grupo Palladium, una consultora internacional, reunió expertos el mayo pasado para hacer frente a los desafíos y oportunidades en un escenario posconflicto y una Colombia sostenible. El Grupo encontró, en la discusión con el gobierno y líderes de organizaciones sin fines de lucro, que a pesar de un legado importante de problemas, también hay un potencial enorme para encontrar oportunidades.

Algunos de los mayores problemas son la dificultad de acceso a la tierra, el alto grado de desigualdad, años de conflicto y la economía ilícita.

El desarrollo rural y los derechos de tenencia de tierras de las poblaciones indígenas son temas particularmente problemáticos. Sin embargo, el Grupo Palladium encontró que, en última instancia, es un raro momento de potenciar y una oportunidad para que la sociedad civil y la comunidad de donantes que tengan un impacto directo y positivo.

“Este momento de la historia representa una oportunidad crítica para Colombia, para poner en práctica políticas que mejoren el bienestar de todos los colombianos a largo plazo”, declaró el grupo en su informe. “Estas políticas pueden reforzar la protección del rico patrimonio biológico del país”.

Consecuencias no deseadas

La ironía del conflicto fue que tuvo el efecto de desacelerar a gran escala la explotación del medio ambiente. Entre 5.8 y 6.7 millones de personas fueron desplazadas y entre 6.5 y 10 millones de hectáreas de tierra fueron abandonadas o tomadas ilegalmente.

Esto representa aproximadamente el 15 por ciento de Colombia. A partir del 2001 al 2010, el Grupo Palladium señaló que hubo una tendencia medible de recuperación del bosque.

Buttress roots of an Amazon rainforest tree. Photo by Rhett A. Butler
Gruesas raíces de un árbol Amazónico. Foto del Rhett A. Butler

Tras el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, Colombia asumió compromisos ambientales significativos. Estos incluyen un plan para lograr que la deforestación neta llegue a cero para el 2020 y una estrategia de desarrollo con bajas emisiones de carbono, según el Instituto de Recursos Mundiales.

Sin embargo, los expertos del Grupo Palladium también señalaron que la paz abrirá una amplia franja donde las organizaciones internacionales podrán realizar operaciones de petróleo y minería. Los agricultores desplazados puedan regresar y recuperar tierras. Algunas de esas tierras pueden necesitar la recuperación significativa del suelo después de décadas de ser envenenadas por los productos químicos de la producción de cocaína.

Los derechos de tenencia de las comunidades indígenas y afrodescendientes que viven alrededor de la mayor parte de los bosques de Colombia tendrán, sin duda, un papel importante.

La preocupación por la deforestación

Otros expertos sostienen que hay problemas significativos de deforestación independientes de las FARC y del conflicto. Carlos Tapia, investigador del Instituto Humboldt de Colombia, es uno de ellos.

Según Tapia, incluso en lugares donde no se ha producido el conflicto, la deforestación ha avanzado en aceleradas tasas. Él dijo que esto demuestra una ineptitud social y política y la falta de voluntad para detener los procesos de deforestación no imputables a la guerra.

Los modelos de la industria extractiva, agrícola y ganadera, suelen ir unidos ilegalmente con el poder político. En muchas regiones ellos han sido factores relevantes que desafían el medio ambiente y que podrían continuar.

Map of Colombia. Source: Wikimedia Commons
Mapa de Colombia. Fuente: Wikimedia Commons

En términos generales, el acuerdo de paz se basa en un cese del fuego y algunos temas considerados críticos. Como ha señalado Tapia, el desarrollo rural, el interés original de la lucha de las FARC y las economías ilícitas en los bosques son las dimensiones ambientales tocadas por el acuerdo.

Tapia cree que la gestión de las zonas rurales tiene el mayor potencial.

El manejo de estas áreas incluiría una discusión sobre cómo se usaría el territorio con el fin de generar justicia y permitir la creación de un conjunto más claro de leyes y la planificación de las economías y medios de vida sostenibles. Sin embargo, este es precisamente el escenario donde se concentran los intereses de los conglomerados más poderosos.

Tapia dice que muchos saben que la postura del gobierno en términos de derechos humanos y un modelo económico viable son débiles. Por ejemplo, las negociaciones con las compañías chinas generaron opciones para construir presas hidroeléctricas en casi todas partes. Añade que fuera del gobierno, los críticos describen el gobierno central como “desesperadamente dispuesto a encontrar dinero desde cualquier lugar, a cualquier precio”.

Esto hace que se planteen preguntas acerca de cómo se financiará el acuerdo de paz.

Préstamos y créditos

Además de un nuevo conjunto de impuestos ambientales, condiciones desfavorables podrían estar asociadas a préstamos potenciales.

Colombia Sostenible es una iniciativa creada en el marco del acuerdo de paz para combinar la recuperación social y ambiental de las áreas más afectadas por el conflicto. El programa funciona bajo los auspicios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la principal fuente de financiamiento multilateral en América Latina.

El Ministro de Colombia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, dijo durante un discurso a principios de este mes en la Universidad EAN de Bogotá, que Colombia Sostenible podría ayudar.

“El BID y otros países van a dar al gobierno un crédito de 300 millones de dólares estadounidenses,” dijo Murillo. “Además, el año pasado se firmó un acuerdo con Noruega, Alemania y el Reino Unido, donde estos países nos pagarán por nuestros resultados en la lucha contra la deforestación en la región amazónica.” Murillo se refería al programa ONU-REDD+.

Añadió que el acceso a zonas donde existe una gran biodiversidad resalta la necesidad de ofrecer medios de vida alternativos a las personas que han sobrevivido con economías perjudiciales para el medio ambiente.

Las discusiones sobre la economía

Aunque la posición del gobierno es que la cocaína arruina los bosques, algunos en el ámbito académico argumentan que la producción de la droga es rentable en los bosques tropicales y su sustitución no será fácil. También se argumentó que el impacto no es peor que lo que la industria de ganado u otros sistemas de producción han causado.

Murillo dice que bajo la marca del gobierno colombiano BIO, el país tiene como objetivo avanzar hacia una bioeconomía, que según las proyecciones de la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, podría ascender a 2.5 del PBI de Colombia en 10 a 15 años.

Parte del modelo de Colombia BIO es ayudar a que las empresas verdes florezcan y den oportunidad a personas de las comunidades indígenas y locales que viven en áreas ambientalmente frágiles a ser parte de iniciativas como el ecoturismo y tener posiciones como guardaparques.

“Estamos trabajando en una nueva legislación que debe asegurar un pago a cambio de servicios ecosistémicos proporcionados por las comunidades”, dijo Murillo.

Según Murillo, el gobierno sabe que el conocimiento de las comunidades locales debe ser parte del conocimiento político para que la conservación interna pueda cambiar. La opinión generalizada es que una vez que el acuerdo de paz esté funcionando, habrá oportunidades para centrarse en las cuestiones ambientales.

Sin embargo, Tapia, el investigador de Humboldt, señala que el discurso sobre la economía verde es más retórica que real. Al final, él dice que habrá una necesidad de priorizar el resultado menos dañino. Según Tapia, las economías de subsistencia probablemente se mantendrán hasta que el estado encuentre otras soluciones para estas poblaciones.

En la actualidad los defensores de los territorios y de la biodiversidad son considerados movimientos populares en las comunidades locales. Estas personas están ganando poder político y una voz a través de un gobierno que es a menudo responsable de las malas políticas contra el medio ambiente. Ellos serán capaces de influenciar en los discursos sobre el modelo de desarrollo de Colombia.

En este sentido, el acuerdo representa “una oportunidad para renegociar pactos sociales, para permitir debates sobre la democracia, los sistemas de producción y la reinvención de nuestra ecología política”, según Tapia.

Fuentes:

“Post-conflict Colombia: Challenges and Opportunities for Sustainable Landscapes.” (Post-event notes, May, 2016) http://thepalladiumgroup.com/knowledge/Post-conflict-Colombia—Challenges-and-Opportunities-for-Sustainable-Landscapes

Colombia BIO http://www.colciencias.gov.co/convocatorias/colombiabio

Convention on Biological Diversity, Colombia
https://www.cbd.int/countries/?country=co

“Latin America and the Caribbean: A Biodiversity Superpower” (UNDP, September 30, 2010)
http://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/en/home/library/environment_energy/latin_america_andthecaribbeanabiodiversitysuperpower.html

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