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A casa por Navidad: chimpancé rescatado de un Irak en guerra llega a Kenia

  • Después de años de trabajo, los defensores del bienestar de los animales han negociado la libertad de Manno, un chimpancé traficado de forma ilegal que había sido sacado clandestinamente de Siria por 15 000 $ y llevado a un zoológico privado en el Kurdistán Iraquí. En el zoo, Manno sufrió graves condiciones de hacinamiento y fue alimentado con una dieta fija basada principalmente en productos de aperitivo.
  • La liberación del animal comportó negociaciones diplomáticas al más alto nivel en el Kurdistán Iraquí y en Kenia. Manno llegó a Kenia el 30 de noviembre, y se encuentra sometido a una cuarentena de salud de 90 días en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters.
  • El joven primate aún tiene que ser aceptado por la población del Santuario. Este es un proceso lento, posiblemente de varios años, que requiere la presentación a una madre adoptiva, seguida de la de chimpancés hembra, y luego de otros machos en la comunidad. La larga aclimatación de Manno a los seres humanos no le permitirá jamás regresar a su hábitat natural.
  • El rescate del chimpancé fue posible gracias a individuos y organizaciones, incluyendo Spencer Seykar, profesor de secundaria de Canadá; Jason Mier, director ejecutivo de Animals Lebanon; Jane Goodall y su Instituto; Daniel Stiles del Proyecto Gran Simio para poner fin a la esclavitud; El Dr. Stephen Ngulu, jefe veterinario de la fauna de Ol Pejeta Conservancy, el personal del Santuario de Chimpancés de Sweetwaters, y otros.
Manno the chimpanzee shortly after his arrival in Kenya at the Sweetwaters Chimpanzee Sanctuary. He will be in quarantine for at least 90 days and then gradually be integrated into the sanctuary chimpanzee population. Photo courtesy of Sweetwaters Sanctuary
Manno el chimpancé poco después de su llegada a Kenia en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters. Estará en cuarentena durante al menos 90 días y luego, gradualmente, se irá integrando en la población de chimpancés del Santuario. Foto cortesía del Santuario Sweetwaters.

Contra todo pronóstico, un joven chimpancé de tráfico ilícito retenido en una pequeña jaula en un zoológico privado en el Kurdistán Iraquí destrozado por la guerra ha sido rescatado y ha llegado sin peligro a tiempo para el fin de año a un nuevo hogar en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters en Kenia.

El éxito del rescate no fue tarea fácil. Llevó muchos meses de esfuerzo concertado por comprometidos defensores del bienestar animal, organizaciones internacionales de conservación, y muchos tira y afloja entre las autoridades iraquíes y kenianas, antes de que el joven chimpancé —de edad estimada de entre tres a cuatro años— pudiera ser reubicado en África.

Al final, nada menos que el primer ministro del Gobierno regional de Kurdistán, del norte de Irak, intervino para garantizar la salvación del chimpancé.

Pero al principio, fueron solo dos hombres quienes presionaron de forma activa para el rescate de Manno.

Liberar a Manno

En 2013, Spencer Seykar, profesor de secundaria canadiense y voluntario, descubrió a Manno en un zoológico privado de la ciudad de Dohuk, en la región autónoma kurda de Irak. Ese lugar estaba solo a unos 40 kilómetros (25 millas) del territorio controlado por el ISIS y alrededor de 70 kilómetros (43 millas) de los combates en torno a Mosul.

Aunque Manno no estaba en peligro inmediato por la guerra civil, se encontraba aislado totalmente de los de su propia especie —una condición muy peligrosa para los miembros de los Pan troglodytes, especie muy social —. Además se le mantenía en una jaula extremadamente pequeña en la que no podía hacer ejercicio, y se alimentaba en gran medida de fruta, semillas de girasol fritas, dulces, patatas fritas, y otros aperitivos humanos y refrescos con cafeína.

Jason Mier, defensor de los derechos y bienestar de los animales y director ejecutivo de Animals Lebanon, también tenía conocimiento de la existencia de Manno. Los lugareños localizaron a este estadounidense con sede en Beirut en diciembre de 2013, justo después de que el chimpancé se introdujera de contrabando desde la vecina Siria al zoológico privado, según un artículo que Amanda Fisher publicó en Aljazeera.

Manno arrives at Jomo Kenyatta International Airport, Nairobi, Kenya on November 30, 2016. Photo by Geoffrey Kamadi
Manno llega al Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta, Nairobi (Kenia) el 30 de noviembre de 2016. Foto de Geoffrey Kamadi

Fue Mier, quien obtuvo la aprobación inicial del Ministerio Federal de Agricultura para mover al chimpancé del zoológico, aunque el proceso luego se estancó en gran parte debido a que el gobierno se concentró en el ISIS, también conocido como ISIL (Estado Islámico de Irak y el Levante).

Seykar ayudó en este asunto en gran medida al ponerse en contacto con Jane Goodall, la famosa ecologista de grandes simios, cuando dio una charla en Edmonton, Alberta, Canadá. Le preguntó si podía ayudarle.

Goodall consiguió rápidamente que se involucrasen el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters y el Ol Pejeta Conservancy. El Santuario se encuentra en Nanyuki, en el centro de Kenia, a unas cuatro horas en coche de Nairobi, la capital del país.

El Proyecto para poner fin a la esclavitud de grandes simios (PEGAS), que dirige las operaciones encubiertas de grandes redes de tráfico criminal de simios, también tuvo un papel clave. “Recibí un correo electrónico de Debby Cox del Instituto Jane Goodall solicitando nuestra ayuda para tratar de rescatar y reubicar a un chimpancé que estaba cautivo en un zoológico privado en Duhok, que está en el Kurdistán Iraquí”, recuerda el director del proyecto PEGAS, Daniel Stiles. Esta solicitud por correo electrónico se recibió el 1 de diciembre de 2015. A pesar de la movilización de las ONG y funcionarios del gobierno, la salvación de Manno tardó todavía un año más en llegar.

Eliminación de las barreras burocráticas

La historia anterior de Manno no está clara. AlJazeera informa de que probablemente nació en algún lugar de África Central, fue testigo de cómo mataban a sus padres, y traficaron con él de forma ilegal a Oriente Medio. Otras fuentes dicen que Manno no nació en África, sino en un zoo de Damasco. Lo que sí se sabe es que el chimpancé se pasó de contrabando de Siria al norte de Irak por unos 15 000 dólares.

Según el sitio web de Ol Pejeta Conservancy, Manno había sido una atracción local en Damasco, donde la gente pagaba para hacerse una foto con el joven chimpancé. Manno era recompensado con dulces y bebidas gaseosas, que le causaron problemas de salud como diarrea, ya que era una dieta poco apropiada para un gran simio.

A gate into the Sweetwaters Chimpanzee Sanctuary. There are 38 chimpanzees currently at Sweetwaters — add Manno to the list and the total annual bill for care falls somewhere between $175,000 and $200,000 annually. Photo by Geoffrey Kamadi
Una puerta al Santuario de Chimpancés de Sweetwaters. Actualmente hay 38 chimpancés en Sweetwaters. Con Manno en la lista, la factura total anual para el cuidado oscila entre 175 000 $ y 200 000 $ anuales. Foto de Geoffrey Kamadi

Quienes observaron al joven chimpancé estresado en cautiverio en el zoológico de Duhok sabían que debían hacer algo, y rápido, si querían que sobreviviera. Sin embargo, “Irak no es un país pacífico, y obtener los permisos gubernamentales [necesarios para asegurar la liberación de Manno] resultaba extremadamente difícil debido a la situación de guerra en el país”, explica el Dr. Stephen Ngulu, director veterinario de la fauna para Ol Pejeta Conservancy.

Ngulu jugó un papel clave en motivar a las burocracias oficiales a cooperar, al igual que Jason Mier y Animals Lebanon. Uno de los grandes desafíos era conseguir que los gobiernos del Kurdistán Iraquí y Kenia hablaran el uno con el otro, llegaran a un acuerdo, y entonces colaboraran. Esta labor llevó meses de contactar y atraer la atención, la confianza y la cooperación de agencias y departamentos gubernamentales en ambas naciones.

“La entrada de los veterinarios en Irak para llegar hasta donde Manno estaba retenido, y que estos examinasen al chimpancé de acuerdo con las recomendaciones [y los requisitos] previstos por el gobierno de Kenia fue otro reto”, recuerda Ngulu. Una preocupación principal para el Santuario en Sweetwaters era que Manno estuviese sano y no albergase ninguna enfermedad infecciosa peligrosa que pudiese extenderse a los otros chimpancés ─cualquier cosa, desde el ébola a la tuberculosis. Sin embargo, se le examinó y se le consideró sano.

Durante un tiempo, el zoológico privado se mantuvo reacio a desprenderse de Manno, y alejarlo de sus negligentes cuidadores “requirió de intervención a un nivel mucho más alto”, recuerda Ngulu.

Para resolver ese problema, Richard Vigne director general de Ol Pejeta Conservancy, redactó una carta expresando su voluntad de acoger a Manno. Daniel Stiles, director del proyecto PEGAS, la envió después a Animals Lebanon, así como a Nechirvan Idris Barzani, primer ministro del Gobierno regional de Kurdistán del Kurdistán Iraquí.

Cheryl Benard y su marido Zal Khalilizad, exembajador estadounidense en Irak, también ejercieron su influencia al comunicarse con el primer ministro. Le conocían bien, lo que hizo las presentaciones más sencillas y las cosas mucho menos complicadas.

“Zal llevó la carta que redacté, y se la dio al primer ministro Barzani en persona en enero de 2016. La misiva le solicitaba que ayudase en la liberación de Manno, y lo hizo “, relata Stiles. El primer ministro Barzani emitió un decreto especial de gobierno para asegurar la libertad y la reubicación de Manno en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters.

Charles Musasia a tour guide and chimpanzee care giver explaining the life experience of a rescued chimpanzee at the sanctuary. Chimps rescued from captivity in private zoos, collections and circuses are too acclimated to humans to ever be released to the wild and will spend the rest of their lives at the chimpanzee sanctuary. Photo by Geoffrey Kamadi
Charles Musasia, guía turístico y cuidador de chimpancés, explica la experiencia de vida de un chimpancé rescatado en el Santuario. Los chimpancés son liberados del cautiverio de zoológicos privados, colecciones y circos, están demasiado aclimatados a los seres humanos para ser liberados y devueltos a la vida salvaje y pasarán el resto de sus vidas en el Santuario de chimpancés. Foto de Geoffrey Kamadi

Después de la infinidad de papeleo, Irak emitió el permiso de exportación CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) el 28 de septiembre. Inicialmente, se esperaba que Manno llegase a Kenia a finales de octubre. Pero en el último minuto los trámites burocráticos retrasaron el viaje.

Por fin a salvo

Manno voló desde Irak vía Dubai, y aterrizó en Nairobi, Kenia, el 30 de noviembre de 2016. Sin embargo, a pesar de que llegó sin incidentes y parecía sano, todavía le quedaba un largo camino para unirse a la comunidad de chimpancés del Santuario de Sweetwaters.

La salud y el comportamiento del chimpancé están siendo ahora controlados de cerca durante un período inicial de cuarentena que durará 90 días, salvo imprevistos o complicaciones. De lo contrario, ese tiempo podría extenderse a 120 días.

“Esta es una nueva introducción a la comunidad en el Santuario, por lo que queremos asegurarnos de que [el animal] no padezca ninguna enfermedad que pueda afectar a los chimpancés de allí,” explica el Dr. Edward Kariuki, investigador veterinario en Kenya Wildlife Service (KWS), una corporación estatal que conserva y gestiona la fauna de Kenia.

El Dr. Kariuki fue al Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta para conocer a Manno y acompañarle a su nuevo hogar. No solo la cuarentena asegura que otras poblaciones de chimpancés estén protegidas, sino también que “[Manno] no traiga ningún otro agente infeccioso que pueda poner en riesgo la salud humana”, explica Kariuki.

Aunque Manno recibió un certificado de buena salud antes de abandonar Oriente Medio, todavía no se encuentra al cien por cien fuera de peligro. Si durante el periodo de cuarentena se descubre que padece alguna enfermedad grave incurable que suponga una amenaza para los seres humanos u otros chimpancés, tendrá que ser sacrificado, dijo el Dr. Kariuki a Mongabay.

Max, a chimpanzee rescued from Burundi. It could take up to 2 years for the greater chimpanzee community, especially other males, to accept Manno. Photo by Geoffrey Kamadi
Max, un chimpancé rescatado de Burundi. Podrían pasar hasta 2 años para que la mayor comunidad de chimpancés, especialmente entre los machos, acepte a Manno. Foto de Geoffrey Kamadi

La mayor preocupación hasta ahora, según el Dr. Kariuki, es que Manno es un animal angustiado, después de haber vivido en condiciones difíciles y aisladas, y haber realizado un viaje agotador. Por esa razón, durante la cuarentena tendrán que abordarse una variedad aspectos de salud mental y problemas de comportamiento. A Manno también se le introducirá una dieta más natural, saludable y vigilada cuidadosamente para ver cómo responde. Si no crees que vaya resultar un momento estresante para el joven chimpancé, ¡imagina cómo reaccionarías si de repente te separan de tu entorno y te niegan todos los alimentos estimulantes azucarados con los que has crecido!

El siguiente paso será introducir Manno en la comunidad de chimpancés más grande, que no es tan fácil y sencillo como suena. También conocido como «integración», el proceso es un ejercicio delicado, gradual y debe dirigirse con cautela.

Ngulu explica que una vez Manno haya completado con éxito la cuarentena, se le introducirá gradualmente entre el grupo de los jóvenes chimpancés: “En primer lugar será necesario identificar de entre las hembras a una madre adoptiva, a los efectos de iniciar una relación entre los dos, algo que se espera construir con el paso del tiempo bajo nuestra supervisión”.

La madre adoptiva y el joven primate se ubicarán en dos habitáculos, separados por barrotes para permitir la interacción física segura. En cuanto se compruebe y se establezca que la hembra adulta ha aceptado a Manno, el joven se presentará a los otros miembros de la comunidad, aunque poco a poco. Ngulu reitera que se trata de un proceso extremadamente lento.

“Se requiere precaución y mucha paciencia, de lo contrario podría resultar perjudicial”, advierte.

La aceptación del recién llegado por quien será su madre podría durar un mes. La aceptación por parte de algunas de las hembras del grupo podría durar otro mes, según Ngulu. Por último, la integración completa del joven extraño al resto de la población de chimpancés, podría extenderse entre seis meses y dos años.

“Es una situación muy difícil, pero la ventaja es que Manno aún sigue siendo un chimpancé muy joven, por lo que la esperanza es que podría aportar alegría al grupo”, dice Ngulu. Esto está en marcado contraste con la introducción de un primate más adulto, lo que podría provocar tensión con otros miembros del grupo que posiblemente se sentirían amenazados por la presencia de un macho mayor.

El coste total de la reubicación de Manno de Irak a Kenia asciende a más de 10 000 $, según Stiles. Esto incluye el precio de la caja en la que viajó Manno, los permisos, diversos costes de envío y tasas, así como la visita de Spencer Sekyar y Jason Mier a Ol Pejeta. Los gastos también incluyen la financiación de las visitas del veterinario KWS al Santuario en relación con la cuarentena de Manno.

Sin embargo, merece la pena la inversión, afirman los implicados. Los grandes simios del mundo se encuentran con grandes dificultades. El comercio ilegal de chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes está creciendo rápidamente, 3000 animales vivos se pierden cada año en los bosques de África y el Sudeste de Asia, una pérdida que estas especies En Peligro y En Peligro Crítico no pueden permitirse.

1.The sanctuary building where the chimpanzees are housed, fed and receive medical attention. Here Manno is serving out his 90-day quarantine. Photo by Geoffrey Kamadi
El edificio del Santuario donde los chimpancés están alojados, alimentados y reciben atención médica. Foto de Geoffrey Kamadi

Por lo general, los chimpancés de tráfico ilegal como Manno comienzan su vida como crías en la selva, solo para ver como sacrifican a sus padres, probablemente por su carne. A continuación, se atrapa a las crías, se les enjaula, y se comercia con ellos o se envían de contrabando en todo el mundo de manera ilegal hasta zoológicos privados, colecciones o circos en el Medio Oriente, Europa, América Latina, Estados Unidos y otros países.

A lo largo de ese miserable viaje, su valor se eleva desde los 20 $ – 50 $ probablemente ganados por sus captores a los 15 000 $ – 20 000 $ abonados por sus cuidadores, a menudo jeques ricos en los Estados del Golfo, oligarcas de antiguas naciones soviéticas o celebridades.

Gran parte de la comunicación que apoya el comercio ilegal se lleva a cabo a través de las redes sociales, y fotos de los grandes y más pequeños simios de tráfico ilícito, con frecuencia aparecen en varios sitios web de redes sociales de Internet, donde con orgullo se muestra a los animales como trofeos ostentosos y manifestaciones de la riqueza de sus “dueños”.

En el interior del Santuario de Chimpancés de Sweetwaters

Manno es uno de los afortunados. Una vez que su cuarentena y aclimatación estén completadas, vivirá en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters, que se asienta sobre una parcela de 100 hectáreas (250 acres), enclavada en las 36 420 hectáreas (90 000 acres) de Ol Pejeta Conservancy en el centro de Kenia.

El Santuario fue fundado en 1993, tras un acuerdo entre el Instituto Jane Goodall, Kenya Wildlife Service, el gobierno de Kenia, y Ol Pejeta Conservancy. El objetivo: proporcionar refugio para toda la vida a los chimpancés huérfanos y maltratados de África Occidental y Central. El objetivo inmediato del Santuario era ayudar a chimpancés desamparados con una necesidad desesperada de rescate en Ruanda y Burundi, lugares sometidos entonces a una gran agitación civil.

A sign along a footpath inside the Sanctuary reminds visitors of the key role the facility plays for threatened wildlife. The mission of the Sweetwaters Sanctuary is to provide a lifelong refuge to orphaned and abused chimpanzees from West and Central Africa. Photo by Geoffrey Kamadi
Una señal a lo largo de un sendero en el interior del Santuario recuerda a los visitantes la función clave que la instalación juega para la fauna silvestre amenazada. La misión del Santuario Sweetwaters es proporcionar un refugio de por vida a los chimpancés huérfanos y maltratados de África Occidental y Central. Foto de Geoffrey Kamadi

Ol Pejeta Conservancy resultó ser un emplazamiento ideal para un Santuario de chimpancés debido a su entorno forestal que casi imita el hábitat natural del gran simio encontrado en otras partes de África Oriental y Central. De hecho, Kenia —que era políticamente estable— fue capaz de reunir rápidamente los recursos necesarios para establecer una instalación dentro del Santuario.

Una vez finalizada la construcción, un primer grupo de tres chimpancés se instaló en 1993. Se llevaron nueve más del Instituto Jane Goodall en Burundi al año siguiente. El Instituto envió diez primates más en 1995.

Más recientemente, el Santuario comenzó a aceptar chimpancés en extrema necesidad de rescate de todo el mundo, incluyendo Dubai, África del Sur y África Occidental, así como los que se traficaron ilegalmente y confiscaron en el aeropuerto de Nairobi. Los Santuarios de primates ahora existen en toda África, todos o la mayoría pertenecientes a la Alianza de Santuarios Panafricanos (PASA).

Debido a que los animales rescatados que llegan al Santuario de Chimpancés de Sweetwaters provienen de ambientes antinaturales extremos, tales como zoológicos y colecciones privadas, estos primates nunca serán reintroducidos a su hábitat natural.

“Algunos chimpancés eran animales domésticos, otros se utilizaban para atraer a los clientes a empresas comerciales, mientras que otros se destinaron a los circos, así que no son animales que sobrevivan por sí mismos en la naturaleza”, afirma sin rodeos Ngulu. Son demasiado confiados, están demasiado acostumbrados a los seres humanos.

1.Tunnels through which the chimpanzees get into and out of the sanctuary building. Photo by Geoffrey Kamadi
Túneles a través de los cuales los chimpancés entran y salen del edificio del Santuario. Foto de Geoffrey Kamadi

“Incluso si tuviera que volver a introducirlos [a los chimpancés rescatados] de vuelta a su hábitat natural, no sobrevivirían debido a la relación establecida con los humanos”, explica Ngulu.

Además, Kenia no es un Estado del área de distribución del chimpancé, a diferencia de otros países africanos como Uganda, Sierra Leona, Senegal, Liberia, Ghana y Camerún. Por esa razón, y también debido a la falta de recursos disponibles, a los primates en el Santuario no se les permite reproducirse. Las chimpancés hembras tienen anticonceptivos implantados en sus cuerpos, que se sustituyen cada tres años.

El coste de la atención de un chimpancé en el Santuario oscila entre 4500 $ y 5000 $. Actualmente hay 38 chimpancés en Sweetwaters, con Manno en la lista, la factura total anual para el cuidado oscila entre 175 000 $ y 200 000 $ anuales.

El chimpancé Manno ha encontrado seguridad gracias a las acciones humanitarias y donaciones de unas pocas personas. Sin embargo, muchas otras sin escrúpulos, con ánimo de lucro mantienen la actividad comercial con los primates. Y a menos que la comunidad internacional contenga rápidamente la cantidad de grandes simios traficados, el coste de salvar a estos animales en peligro seguirá aumentando, y las selvas donde viven quedarán desiertas y en silencio.

1.Manno the chimpanzee after his rescue. He is one of the lucky ones. An estimated 3,000 great apes are trafficked annually, ending up in private zoos, collections or circuses around the globe. Photo courtesy of Sweetwaters Sanctuary
Manno el chimpancé después de su rescate. Él es uno de los afortunados. Se estima que unos 3000 grandes simios son objeto de tráfico ilegal cada año, y terminan en zoológicos privados, colecciones o circos de todo el mundo. Foto cortesía del Santuario Sweetwaters
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