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Nuevo estudio: la base de datos de especies en peligro está desactualizada y subestima el riesgo de extinción

  • Una nueva investigación llega a la conclusión de que la base de datos de especies en peligro más utilizada del mundo, la Lista Roja de la UICN, podría estar subestimando el número de especies en peligro de extinción.
  • La investigación encontró que, de las 586 especies incluidas en el estudio, 210 pertenecen a una categoría de amenaza más alta que la que figura en la Lista Roja.
  • Unas 189 especies deberían estar clasificadas en la Lista Roja de la UICN como Vulnerables, En Peligro o En Peligro Crítico, pero son consideradas como no amenazadas en la actualidad.

La base de datos de especies en peligro más utilizada del mundo —la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)— clasifica las especies de acuerdo con el riesgo de extinción, pero esta lista, según una nueva investigación, subestima el número de especies en peligro.

Los investigadores informaron en una nueva investigación publicada en Science Advances que cerca de 200 especies de aves forestales pertenecientes a seis de los lugares con más biodiversidad del mundo corren un riesgo de extinción inmediato a pesar de figurar en la Lista Roja de la UICN como especies no amenazadas.

“La Lista Roja emplea un criterio rigurosamente objetivo, es transparente y democrática al recabar observaciones acerca de las decisiones sobre las especies”, dijo en un comunicado. Stuart Pimm, coautor de la investigación y profesor de ecología de la conservación de la Nicholas School of the Environment de la Universidad Duke y miembro de la fundación Doris Duke. “Ahora bien, los métodos son muy obsoletos”.

The grey-winged cotinga (Tijuca condita) is currently listed as vulnerable in the Red List, but should be shifted to critically endangered, the study suggests. Photo by Joao Quental, licensed under CC By 2.0.
La investigación sugiere que el cotinga aligrís (Tijuca condita) figura actualmente en la Lista Roja como Vulnerable, pero debería ser cambiado a En Peligro Crítico. Foto: Joao Quental, bajo licencia de CC By 2.0.

La base de datos de la UICN utiliza diferentes parámetros para evaluar el peligro de extinción de una especie. Uno de esos parámetros es el alcance de la aparición o el “área contenida dentro del límite continuo más corto que abarca todo los sitios de aparición de una especie conocidos, inferidos o proyectados”. En base al alcance de la aparición o rango, las especies son clasificadas en distintas categorías amenazadas: Vulnerable, En Peligro o En Peligro Crítico.

La nueva investigación “refina” los rangos originales para 586 especies de aves de la mata atlántica de Brasil, Centroamérica, los Andes occidentales colombianos, Madagascar, Sumatra y el sudeste asiático. Para crear estos rangos refinados, Pimm y su equipo incluyeron datos geoespaciales sobre las preferencias de elevación de las aves y luego agregaron datos sobre la superficie forestal restante para las aves con el fin de calcular el total de hábitat apropiado remanente dentro de las distribuciones de estas.

La investigación determinó que, de las 586 especies estudiadas, la UICN cataloga 108 especies como en peligro de extinción, pero, en base a los rangos refinados, 210 especies pertenecen a una categoría de amenaza más alta de la que en la actualidad figura en la Lista Roja. El cotinga aligrís (Tijuca condita), por ejemplo, es un ave que se encuentra en Brasil y que, hoy por hoy, está catalogada como Vulnerable en la Lista Roja, pero su rango refinado, de acuerdo con la investigación, es inferior a 100 km2, lo que debería cambiar la categoría a En Peligro Crítico.

Según la investigación, los tamaños del rango refinado también indican que 189 especies, clasificadas actualmente en categorías de bajo riesgo, como Preocupación Menor o Casi Amenazado, deberían figurar como Vulnerables, En Peligro o En Peligro Crítico en la Lista Roja de la UICN. Es más, los investigadores informaron de que la mayoría de las especies de aves tiene menos del 10 por ciento de su rango dentro de áreas protegidas.

“Muchas de las aves que no tienen su rango protegido no están clasificadas hoy día como amenazadas”, dijo a Mongabay la autora principal de la investigación, Natalia Ocampo-Peñuela, quien obtuvo su doctorado a principios de 2016 en la Universidad Duke. “Tenemos aves con rangos más bajos de lo que creemos debido a la pérdida de hábitat y porque sus rangos tampoco están protegidos, así que no los estamos poniendo en la categoría correcta de amenaza y no estamos invirtiendo en la conservación de estas especies. Podrían extinguirse delante de nuestros ojos y no nos daríamos cuenta”.

The velvet-purple coronet (Boissonneaua jardini), a species of hummingbird found in Colombia and north-western Ecuador, is classified as "Least Concern" in the IUCN Red List, but should be classified as Vulnerable, the study says. Photo by Natalia Ocampo-Peñuela.
El colibrí sietecolores (Boissonneaua jardini), una especie de colibrí que se encuentra en Colombia y en el noroeste de Ecuador, está clasificado como Preocupación Menor en la Lista Roja de la UICN, pero debería figurar, según la investigación, como Vulnerable. Foto: Natalia Ocampo-Peñuela.

“El enfoque general de la investigación, que usa datos y mapas de alta resolución para evaluar el alcance del hábitat adecuado dentro de los rangos de la especie, es sólido y aprovecha al máximo la información disponible”, dijo Stuart Butchart, director de ciencias de la BirdLife International de Cambridge (Reino Unido), una organización que calcula el riesgo de extinción de las aves del mundo para la Lista Roja de la UICN. “Lamentablemente, la aplicación de estos datos para los parámetros de la Lista Roja de la UICN es errónea”, le comentó a Mongabay.

Butchart dijo que los autores aplicaron de manera incorrecta las estimaciones de los rangos refinados a los límites para el alcance de la aparición. Al contrario, la investigación debería haber aplicado las estimaciones a los límites de otro criterio llamado área de ocupación. Este criterio excluye las áreas que no son adecuadas para la especia o no están ocupadas esta, y es un subconjunto del alcance de aparición de la especie. “La importancia de esto es que los límites para cada categoría amenazada según el alcance de aparición son de un orden de magnitud mayor, así que no sorprende que hayan encontrado en la Lista Roja publicada muchas especies clasificadas en categorías de peligro de extinción menores a lo sugerido por sus análisis”, agregó.

Ocampo-Peñuela está de acuerdo con que los rangos refinados producidos en la investigación no son los mismos que el alcance de aparición de la Lista Roja. “Pero tampoco son realmente el área de ocupación”, comentó. “Armamos los rangos que tienen la mayor probabilidad de que la especie esté ahí, pero no podemos asegurar que esté, así que, si tuviéramos un límite diferente que fuera como el alcance de aparición refinado, sería ideal”.

Ocampo-Peñuela agregó que el objetivo de la investigación es animar a la UICN a que incluya información tecnológica para que las evaluaciones de la Lista Roja sean mejores. La investigación concluye que el mapeo del hábitat remanente de las especies debería ser una parte central de los parámetros actuales de la Lista Roja.

“Los autores estarán complacidos de escuchar que esto ya está previsto”, dijo Butchart. “El alcance del hábitat adecuado ya ha sido evaluado para los once mil mamíferos, aves y anfibios que dependen del bosque y las estimaciones han sido aplicadas de manera correcta a los parámetros de la Lista Roja, con las consecuencias ya incorporadas en las actividades en curso para reevaluar todas estas especies dentro de los dos próximos años”.

The range of the Black Solitaire, only found in Colombia and Ecuador, has been reduced by deforestation in the Andes. Photo by Natalia Ocampo-Peñuela.
El rango del solitario negro, encontrado solamente en Colombia y Ecuador, ha sido reducido por la deforestación en los Andes. Foto: Natalia Ocampo-Peñuela.

Referencias:

Correction 11/10/2016, 05:15 am Eastern: The original version of this story incorrectly stated that Dr. Natalia Ocampo-Peñuela was a co-author of the study. She is in fact the lead author of the study and we have corrected the sentence. We regret the error.

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