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Ecuador: ¿Puede un roedor ser un polinizador?

  • ¿Por qué llamó la atención de los investigadores?
  • ¿Qué características tiene el roedor registrado?

Lo que ellos esperaban encontrar apareció, pero también ocurrió algo inesperado. El visitante no llamó a ninguna puerta. Trepó, saltó entre las hojas, se alimentó del néctar de muchas de sus flores para luego descender y perderse entre los matorrales andinos.

Aquel que trepó es el roedor Microryzomys altissimus y el conjunto de flores del que se valió para consumir la energía que necesitaba pertenece a la Oreocallis grandiflora.  Una relación que científicos ecuatorianos están estudiando en medio de un proyecto encaminado a investigar las interacciones entre polinizadores vertebrados y plantas nativas.

Oreocallis grandiflora. Foto cortesía de Pedro Machado Tapia.

La Oreocallis grandiflora, conocida comúnmente como gañal, es nativa de zonas altoandinas de Ecuador y Perú.

Primer registro de visitación de flores por un roedor en la proteácea neotropical Oreocallis grandiflora” es el título del trabajo que en marzo pasado se publicó en el Journal of Tropical Ecology de la Universidad de Cambridge (Inglaterra). Los biólogos ecuatorianos Boris Tinoco y Santiago Cárdenas —dos de los autores del estudio— conversaron con Mongabay Latam sobre este trabajo financiado por la Universidad del Azuay (provincia del Azuay, al sur de Ecuador), institución a la que pertenecen.

Había registros de mamíferos no voladores como polinizadores en otros continentes, pero en general en Sudamérica no es muy conocido”, comenta Tinoco.

En la introducción del artículo publicado en Journal of Tropical Ecology se detalla cuándo, antes de este registro, fue reportada la visita de roedores a flores en América:   “Lumer (1980) presentó evidencia de un roedor no identificado visitando flores de Blakea sp. (Melastomataceae) en Costa Rica, mientras que Cocucci y Sersic (1998) describieron la polinización de Caiophora coronata (Loasaceae) por el ratón Graomys griseoflavus (Muridae) en Argentina”.

¿Pero por qué llamó tanto la atención la presencia del roedor Microryzomys altissimus en la Oreocallis grandiflora?

Lo habitual es que aves como los colibríes sean visitantes de esta planta. Pero que ratones lo hagan no lo es. “Nuestras investigaciones con la planta empezaron porque es un recurso clave para la biodiversidad de colibríes porque oferta un montón de néctar, tiene flores todo el año. Se han registrado como 14 especies de colibríes que se alimentan y polinizan esta planta. Nuestro enfoque siempre fue primero por los colibríes y fue una sorpresa, más bien, haber encontrado al ratón también polinizando la planta”, relata Tinoco, profesor investigador de la Escuela de Biología, Ecología y Gestión de la Universidad del Azuay.

El roedor Microryzomys altissimus fue captado por una de las cámaras trampa mientras polinizaba a la Oreocallis grandiflora. Foto: cortesía de Santiago Cárdenas Calle.

Cárdenas, por su parte, comenta que de eso se percataron revisando el material captado en las cámaras que se utilizaron en el trabajo de campo que se ha desarrollado durante ya tres años en la estación científica El Gullán, ubicada en el poblado de La Paz, cantón Nabón,  a 52 kilómetros al sudoeste de Cuenca, la capital azuaya.

“Pusimos unas cámaras trampa, que funcionan en la noche y se accionan con los movimientos de los animales. Nosotros esperábamos encontrar solo murciélagos, pero nos encontramos con este roedor, y quisimos esperar un poco más para comprobar si era una visita ocasional o si eran visitas frecuentes. Empezamos a aumentar el número de cámaras trampa en el bosque y a utilizar cámaras de filmación nocturna con luz infrarroja y sí, encontramos que (el roedor) es un visitante frecuente en las flores de Oreocallis”, asegura.

Trampa utilizada en el estudio para la captura de roedores. Cortesía Boris Tinoco.

El extraño visitante

El Microryzomys altissimus, comúnmente conocido como ratón arrocero altísimo, no es una especie endémica de Ecuador. “Se distribuye desde Colombia hasta el norte de Perú y está en las partes altas de los Andes, a partir de los 2000 metros hasta los 4000 metros más o menos”, indica Tinoco, y añade que es omnívoro. “Puede alimentarse como en este caso de néctar, de frutos. Son predadores de otros animales más pequeños, son generalistas. Y son ratones arbóreos, les gusta subirse a los árboles, a los arbustos”, explica.

El roedor Microryzomys altissimus, comúnmente conocido como ratón arrocero altísimo, se distribuye en los Andes de Ecuador, Colombia y Perú. Foto cortesía de Santiago Cárdenas Calle.

Luego de revisar el material audiovisual con detenimiento y corroborar  que muchos individuos de esta especie estaban visitando la planta, se colocaron trampas para capturar ejemplares del roedor. “Utilizamos cinta adhesiva para quitar restos de polen del pelo. Estas muestras, luego de que las analizamos en el laboratorio, nos dieron como resultado que de hecho sí tenía polen de Oreocallis y que muy probablemente estaba siendo un polinizador de la planta”, añade.

Oreocallis grandiflora en la estación científica El Gullán, en Azuay, Ecuador. Foto de Pedro Machado Tapia.

Ambos describen el proceso: “La Oreocallis tiene unas hojas que son fuertes, entonces el roedor puede servirse de estas para ir trepando y llegar hasta la flor. Va saltando entre flores, utilizando las hojas como trampolines. El ratón entonces mete el hocico, busca néctar, se mueve por toda la inflorescencia, manipula tan delicadamente que no causa daños. Eso es importante porque las plantas que se han adaptado a este tipo de manipulaciones de los polinizadores generalmente son resistentes a estos, entonces el ratón no les causa daño. Las visitas a una misma flor pueden durar unos 15 o 20 segundos y se cambia a otra.  La visita (en su totalidad) no es muy corta, probablemente dos minutos, o un minuto y medio”.

La Oreocallis grandiflora. Sus flores pueden ser blancas, rosadas, amarillas o rojas o de un degradado de rosa a blanco. Foto cortesía de Pedro Machado Tapia.

Tinoco advierte que en cada visita el Microryzomys altissimus deja un montón de polen. “Queriendo comparar quién es mejor polinizador para la planta, los ratones  o los colibríes, encontramos que los ratones cada vez que visitan dejan mucho polen, más que los colibríes, pero su frecuencia de visita es menor. Los colibríes visitan más veces la planta pero dejan menos polen. Así es como que se explica que no hay un mejor polinizador. Tanto los ratones como los colibríes son igualmente polinizadores efectivos para la planta”.

Un colibrí cobrizo (Aglaeactis cupripennis) visitando una flor de Oreocallis grandiflora. Cortesía Boris Tinoco.

Según la investigación, la importancia ecológica de la Oreocallis radica en que provee de recursos energéticos a varios visitantes florales y forma complejas redes de interacción entre varias especies de polinizadores.

“Se piensa que, en general, la polinización tiende a que una planta tiene polinizadores especialistas, como que pone su energía en llamar solo un tipo de polinizador. Hay pocas plantas que son tan hábiles de poder llamar a distintos grupos de polinizadores. Oreocallis ha podido hacer eso y puede tener visitas tanto de colibríes durante la mañana como de mamíferos en la noche, y es que produce néctar todo el día. Fisiológicamente no sabemos muy bien cuál es el mecanismo que le permite producir tanto néctar durante el día y la noche, pero es interesante porque esto está indicando que tiene un mecanismo fisiológico que le permite aprovechar toda la energía que hay en el ambiente para poder producir néctar y ser así exitosa llamando a tantos grupos diversos de animales que la visitan”, dice Tinoco.

Panorámica desde la estación científica El Gullán, al sur del Ecuador. Foto cortesía de Pedro Machado Tapia.

Restauración de ecosistemas

La deforestación y los cambios en el uso de la tierra y en la cubierta forestal son algunas de las presiones en los ecosistemas andinos.

“Las ciudades están creciendo, los espacios urbanos se están extendiendo hacia las zonas de bosque”, indica Tinoco. Lo que también ha transformado el paisaje andino son la ganadería y la agricultura. Muchos bosques han sido deforestados y lo que se ve ahora, agrega el investigador, son grandes superficies de pastos, mayormente destinadas para la cría de ganado.

En este sentido, según Cárdenas, la Oreocallis grandiflora  “puede ser muy buena para la conservación y la restauración de ecosistemas”.  Esto, subraya Tinoco, se debe a que las interacciones de polinización son claves para que se dé la reproducción y se mantengan las poblaciones de las plantas: “Si sabemos cuáles son las plantas importantes, luego podemos hacer trabajos ya más de invernadero, trabajar con semillas, aprender más técnicas de reproducción de las plantas  y tratar de sembrarlas en los paisajes degradados, y así tal vez restaurar primero las interacciones de polinización y luego atraer a estos animales para que vuelvan a mantener poblaciones abundantes en estos paisajes degradados”, explica.

 

CITAS:

Cárdenas, S., Nivelo-Villavicencio, C., Cárdenas, J., Landázuri P., O., & Tinoco, B. (2017). First record of flower visitation by a rodent in Neotropical Proteaceae, Oreocallis grandiflora. Journal of Tropical Ecology, 33(2), 174-177. doi:10.1017/S0266467417000025

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